hola soy manco y vuelvo a escribir problem? (?)

La inteligencia es la mayor arma. Por ello la humanidad se hizo poderosa. Pero su propia ventaja fue el clavo de su ataúd. La ventaja desveló un secreto. La ventaja lo modificó. Y la ventaja aumentó. Pero por desgracia, aquello alteró para siempre la evolución. La humanidad perdió su ventaja. Pasó a convertirse en una presa fácil de la peor especie posible: La suya. Aquel fatídico error se propagó rápidamente y sufrió dos terribles transformaciones. La humanidad hizo frente a tres.

La extinción se puso en marcha. A día de hoy, el mundo sigue sumido en ella. Las propias especies se retorcieron y se modificaron. La cadena sufrió un terrible colapso. La humanidad cayó de la cima. Y aun sigue cayendo…

Pero no todo está perdido aun. La humanidad todavía posee una ligera ventaja. Las especien sufrieron dos batacazos. La humanidad tres. Ello puede devolverles a su antiguo esplendor…

… Pese a tener que abandonar lo que les hace humanos…

Que rebuscado o.o Parece interesante, a ver si no lo dejas solo en un capítulo xP

Ahora voy y lo dejo asi (?) nah, aqui esta la continuación.



—Venga vago despierta —Dijo su hermano.

Seiko abrió los ojos. Koichi estaba despierto por lo visto.

— ¿Tu es que nunca duermes o qué?
—Ya deberías saber que casi nunca lo hago —Dijo Koichi y se puso a recoger los libros metiéndolos en la mochila— Hoy no te puedes perder mi pelea. Voy a reventar a Kazumi.

Koichi Nakata era alto y bastante fuerte, de cabello castaño y ojos azules. Era más impaciente y nervioso que su hermano mellizo, el cual era de ojos marrones, aunque el tono era tan claro que parecía más un naranja. Su pelo era más oscuro que el de Koichi y era más serio y tranquilo. No podía haber mayor diferencia en ambos. Seiko se levantó con algo de esfuerzo, debido al cabestrillo. Ya le faltaba menos para poder quitárselo.

Ambos se dirigieron hacia la cocina. Allí les esperaba su padre.

—Llegáis tarde. Ya he desayunado.
—Jo papa podrías esperarnos —Dijo Koichi.
—La paciencia es una virtud, pero en mi caso no —Dijo cerrando los ojos y tomando un sorbo de té.
—Bueno ya lo tengo todo listo, pronto estaré en la final
—No te confíes Koichi. Puede que pierdas y no logres tu objetivo —Dijo Seiko.

Koichi miró con una sonrisa maliciosa a Seiko y este se la devolvió.

—Mañana te podrás quitar el cabestrillo así que podrás empezar a volver a entrenar —Dijo Koichi.
—Hace falta pensar más que actuar con fuerza bruta. Incluso con el cabestrillo podría ganarte —Dijo Seiko.
—La final va a ser mía y lo sabes. Esta vez pienso aprovechar al máximo mis capacidades.

Seiko se retiró de la mesa tras terminar las tostadas y se volvió a su hermano.

—Todavía tienes tiempo. Todo depende de hoy —Dijo Seiko.

Koichi suspiró. Su hermano era mejor que el en el kendo y nunca había podido superarle. El era el segundo mejor de la escuela, siempre por detrás de su hermano. Su padre, Hiroshi Nakata, era el maestro de su escuela y era mejor que Seiko por muy poco. Su hermano mostraba a veces una habilidad sin parangón. En su último combate, Seiko había logrado derrotar a su adversario con un solo brazo, después de que su rival le hubiera fastidiado el hombro. El no sentía envidia alguna, pero si tenía cierta rivalidad con él. Su habilidad con la espada no era tan buena como la de Seiko, pero su velocidad y sus reflejos eran bastante elevados. Podía atacar cinco veces antes de que su rival se enterase de que había empezado a atacarle. Muchos pensaban que esa velocidad era demasiado irreal para cualquier ser humano y por eso ya le habían hecho miles de análisis de sangre, y siempre con el mismo resultado. Negativo.

— ¿Papa que crees que me falta para superar a Seiko?

Su padre volvió a dar un sorbo de la taza y le miró con una vaga sonrisa.

—Anda vete al colegio y ten cuidado —Fue lo único que le dijo.

Al llegar a la puerta, abrieron una trampilla y bajaron a un túnel. No estaba permitido andar por la calle tan temprano. Las bestias aparecían de noche, y aunque los guardianes intentaban por todos los medios evitar ataques, todos los días había uno o dos muertos. Y no solo por las bestias. A veces eran los propios guardianes los que, por temor, les mataban.

—Sigo pensando que este pueblo es demasiado alarmista —Dijo Koichi.
—Los vigilantes solo hacen lo correcto —Dijo Seiko— Es la única forma de mantenerlos a raya.
— ¿Hasta cuándo? —Dijo Koichi— El pueblo de al lado cayó definitivamente hace tres semanas. No nos permiten hablar de ello, no quieren que nos alarmemos. Cada vez esto va a peor.

Seiko se detuvo en seco y miró cabreado a su hermano.

— ¿No pensaras en eso otra vez? ¡¡ES DEMASIADO PELIGROSO!!
—Pues yo no lo pienso así. Tú y yo somos fuertes. Podríamos intentarlo. Podríamos ser los mejores guardi…

Seiko le estampó en la pared con la pierna derecha mientras Koichi se resistía.

—Las bestias te harían trizas y en el mejor de los casos acabarías enterrado en el cementerio. En el peor… No quiero ni imaginármelo…

Koichi se calmó y su hermano le soltó. En ese mismo momento, escucharon un extraño sonido proveniente de arriba. Parecía algo escarbando la tierra. Ambos chicos se miraron y salieron pitando hasta el final del túnel.

— ¿Qué crees que fue eso? —Dijo Koichi.
—Un gato de montaña supongo. Y debía de ser definitivo. Es imposible que pudiera cavar hasta el túnel, pero no hay que confiarse. Salgamos a la superficie.

Los dos chicos salieron por la trampilla y el sonido se hizo más audible. Había una veintena de chicos dirigiéndose a sus respectivas clases.

—¡Koichi! ¡Seiko! —Dijo una voz.

Ambos se dieron la vuelta. Era Ekari. Alta, atlética, rubia, de grandes ojos verde oliva y sonrisa pequeña.

— ¡Ekari! ¿Qué tal? —Dijo Koichi.
—Preparada y lista para verte en acción. Espero que tengas suerte, tienes un rival a tu medida.
—Gracias pero no necesitaré suerte.
—Ya veremos. No te confíes, aprovecha la astucia y utiliza tu velocidad para encontrar huecos en su defensa —Le aconsejó Seiko.

Después de eso, el megáfono sonó y Koichi y Ekari se dirigieron al vestuario después de haber escuchado la llamada de Koichi. La pelea iba a comenzar.

—Anímate, vas a ganar —Dijo Ekari mientras le ayudaba a ponerse el traje.
—Eso espero —Dijo Koichi.

De pronto escucharon un enorme barullo de la sala. Todo estaba a punto. Koichi se presentó en el pabellón y los vitores clamaron por toda la sala. Koichi miró a su hermano y este le dirigió el pulgar hacia arriba. “Gracias hermano” pensó.

Ambos contrincantes se dispusieron a saludarse y prepararse para luchar. Pero entonces oyó un derrumbamiento y tras eso a la gente chillar como loca. A Koichi no le dio tiempo de reaccionar cuando la sangre le salpicó la cara. El árbitro había sido derribado. La bestia, de gran musculatura, piel azulada y de aspecto humano, fijó sus ojos en Koichi y esta se lanzó a por él…

Vaya!!! Creo que en este fic has arreglado muchos errores tanto estructurales como ortográficos que cometías en tus anteriores. Tampoco es que se haya descubierto mucho, pero la calidad con la que has escrito hace que igualmente la historia enganche ya desde el primer capítulo. Sigo echando en falta que sea un poco más descriptivo (en el caso de la ciudad/pueblo, me gustaría que ayudaras más al lector a vislumbrar como es en un mundo de las características que comentaste en el prólogo, ya que supongo que habrá cosas distintas, y en el caso de la chica, aclarar un poco más la relación que tiene con los hermanos).

Es arriesgado escribir sobre unos mellizos ya que siempre tienen unas relaciones especiales a pesar de ser distintos, pero puede salirte muuuy bien. Así que continualo sí o sí porque ha sido un muy buen primer capítulo!!!

Ala, ahi teneis nuevo capi lleno de intriga y sorpresas



A Koichi le dio tiempo de agacharse y la bestia se abalanzó sobre su adversario. Seiko apareció en ese momento y agarró a su hermano obligándole a escapar de allí.

—No te detengas y salgamos de aquí —Dijo Seiko.

Ambos corrieron como nunca. Tras un rato, Ekari apareció tras la esquina.

—Rápido hacia acá —Señaló alarmada.

Los chicos hicieron caso y se dirigieron al pasillo de la derecha justo cuando un enorme lobo aparecía patinando por la velocidad y chocando contra el mobiliario. Juntos, los chicos llegaron hacia una trampilla y lograron pasar hacia el túnel cerrando la puerta tras de si. Tras escuchar como la bestia intentaba arañar la puerta, Koichi y los demás salieron corriendo hacia el final del túnel, pero se encontraron con un derrumbe que bloqueaba el paso.

— ¿Y ahora qué? —Dijo Ekari.
—O bien buscamos rápido otra salida hacia donde sea o… —Dijo Seiko señalando el exterior con la barbilla.

Los chicos no se lo pensaron dos veces al escuchar un golpe fuerte de algo cayendo. Escalaron los escombros hasta llegar al exterior. La ciudad estaba algo desierta y había poco ruido, exceptuando los provenientes del instituto. La gente se asomaba con delicadeza. Varios guardianes aparecieron de golpe armados con pistolas y espadas.

—Refugiaros en vuestras respectivas casas, es una orden —Dijo uno de ellos.

Sin embargo, apareció un hombre vestido elegantemente portando un hacha. Al lado de él, habían dos grandes gatos del tamaño de lobos salvajes. Ambos poseían grandes colmillos, garras afiladas y pelaje y ojos rojos.

—Humanos. Siempre necesitados de armas.

Los guardianes intentaron sacar sus pistolas, pero los gatos saltaron hacia los hombres con tal agilidad que partieron en dos al primero por la cintura y destrozaron al segundo en cuatro pedazos. Ekari emitió un chillido de terror al ver como una de las cabezas rodaba hasta sus pies. El que quedaba saltó hacia los tres chicos antes de que uno de los gatos intentase atacarles. Como consecuencia, acabó hecho trizas.

—Acabad con esos tres humanos —Dijo el extraño hombre antes de largarse.
— ¿Ahora qué? —Dijo Ekari.

Koichi agarró una de las espadas de los guardianes y se dispuso a luchar.

—Yo distraeré a estas bestias, vosotros huid.
—¡¡KOICHI ESTAS LOCO!!
—Cállate Seiko, tú no puedes luchar y Ekari no puede hacer gran cosa. Es esto y salvaros o correr los tres y que nos hagan pedazos.
—Ten cuidado Koichi —Dijo Ekari agarrando a Seiko.

Los gatos se abalanzaron hacia Koichi, pero este fue más ágil y por increíble que pareciera, le produjo a uno de ellos una enorme tajada que hizo que el animal se tambalease derramando mucha sangre. El otro aprovechó la situación y cortó la manga del traje de kendo, produciéndole un pequeño corte. Koichi se volvió y le degolló haciendo que el animal cayese al suelo muerto. El otro gato cayó al suelo inconsciente y Koichi se tranquilizó.

—Bien hora de correr a casa.

De camino, vio a otros guardianes y estos le dijeron que corriera rápido. Sin embargo, antes de llegar, descubrió a alguien arrastrando a Ekari. ¿Y su hermano? ¿Acaso estaba muerto? Veloz como el rayo, se acercó hacia el hombre desafiante.

—¡¡SUELTALA!!

El hombre le miró extrañado y Ekari gritó mas asustada que nunca.

—Koichi corre con tu hermano, es un Shade, ya es tarde para mí.

Koichi miró el brazo de la chica y vio la piel de un color pálido y la mordedura. No tardaría en extenderse la infección. El supuesto Shade soltó a la chica y esta intentó largarse, pero fue esposada a la farola.

—Tranquila preciosa. Tendrás tiempo de destrozar al pequeño samurái.

En vez de huir, Koichi se quitó la capucha del traje mostrando toda su furia.

—Me da igual que esta perdida. ¡¡TE MATARE SUCIO CABRÓN!!

Koichi salió disparado hacia su adversario, pero este se desplazó hacia la izquierda y bloqueó con dos dedos el movimiento.

—Tu velocidad me sorprende y tu olor también es extraño. No está mal para un patético humano.

El hombre le propinó una tremenda patada y Koichi chocó con brutalidad contra la pared. El chico escupió una elevada cantidad de sangre por la boca y se llevó la mano al estomago. El hombre se carcajeó.

—Vamos levanta valiente, aun no has probado toda mi fuerza.

El hombre agarró con el brazo el cuello de Koichi y lo elevó del suelo. Koichi se retorcía agotado por la asfixia.

—Yo pensando que durarías más. Qué pena.

De pronto, Koichi sintió una tremenda ira dentro de el, y la soltó de forma súbita. El hombre salió disparado hacia atrás chocando contra la pared más cercana a Ekari, la cual estaba palidísima e inconsciente. Koichi cayó sobre sus espaldas y notó que lo hacía sobre escombros. ¿Qué había ocurrido? ¿Cómo había provocado aquello? Aterrado se levantó con miedo al ver a su amiga. No tardaría en despertar y entonces…

—Maldito insecto —Dijo el hombre levantándose con cortes en el cuerpo y la camiseta destrozada como si la hubieran cortado con cuchillos— No sé cómo lo hiciste, pero vas a morir aquí y ahora.

Entonces, un sonido metálico se escucho cerca del hombre. Koichi miró hacia la derecha y el Shade lo imitó. Ekari atravesó el pecho del hombre con tal fuerza que aparecieron las garras enormes por detrás. Tras retirarlas, el hombre cayó sobre sus rodillas y en el acto, la chica le rebanó la cabeza llenándolo todo de sangre.

Koichi contempló la escena horrorizado mientras Ekari fijaba sus pupilas, ahora transformadas en rendijas rodeadas de un fuerte color rojo en el. Koichi intentó huir, pero sus piernas no le respondían. La chica mostró los colmillos y desconcertando al chico, señalo hacia la dirección en la que se encontraba la casa de Koichi.

—Corre. Yo te cubro las espaldas.

Koichi se quedó de piedra. La chica le dio la vuelta y le empujó lo más flojo que pudo.

— ¿Estas sordo? ¡¡VETE!! Te protegeré desde el tejado…

WTF!!?? Qué demonios está pasando? Qué son los Shade? Y porque parece que sea una guerra de todos contra todos? Que representa que era el hombre del hacha? Y ese último? Y donde demonios está Seiko!!??

Guau Bad, está muy interesante!! Me mantengo en que la escritura está mejor que en otros fics, aunque he visto más de un fallo ortográfico, pero nada importante.

Sigue así, que está muy bien!! Y aver si alguien se fija en mi firma xD

Capi 3, capi 3 lalalalalaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa *rompe un vaso* perfecto... (?)



Koichi permaneció unos segundos pasmado, pero después reaccionó y tras asentir corrió en dirección a su casa. De vez en cuando veía como Ekari, subida en el tejado, le seguía a una distancia prudente. Veloz como el rayo, sacó las llaves y empezó a abrir la puerta.

—Si veo algún peligro te doy un mensaje —Dijo Ekari desde su tejado.

Al fin, Koichi entró en su casa. El corazón le latía a mil. No podía creerlo. Se suponía que ella tendría que haberle matado, no ayudado. Aunque claro había sido un Shade el que la había transformado. Si hubiera sido un medio o definitivo…

Entonces recordó aquella escena. La pared detrás suya había sido destruida y aquel Shade había salido disparado. ¿Cómo había hecho aquello? Recordaba aquella furia intensa que le había embargado. ¿Cómo había provocado esa explosión? Y lo más inquietante, ¿Cómo se había hecho jirones la camiseta del Shade?

Entonces se dio cuenta de la escena que le rodeaba. Su hermano sujetaba un cuchillo mientras su padre estaba suspendido en el aire por unas plantas enredaderas. Delante de ellos había una mujer de exquisita belleza, de ojos verde lima y una rosa en su larga melena roja.

—Oh vaya otro humano. ¿Qué tal?

De pronto Koichi escuchó un siseó y vio como mas plantas se enroscaban en la puerta impidiéndole la huida. Levantó la espada y la mujer se carcajeó al verlo.

—Uy una espadita que miedo. No matarías con eso ni a una mosca.
—De acuerdo. No me dejas otra opción —Dijo Koichi y tras sacar el teléfono marcó un número— Oye ¿Me escuchas? Te necesito dentro. ¿Te ves capaz? Si no, no pasa nada… Ajam… ¿Qué me quite de la puerta?... Si… Vale —Y tras eso colgó y se echó a un lado— Es para ti.

La puerta salió volando hacia dentro y la mujer se protegió con más enredaderas. Ekari apareció y entró en la estancia, pero se detuvo al ver al padre de los mellizos. La chica cerró los puños y se mordía el labio conteniéndose por alguna razón.
—Vaya me esperaba un guardián. Y qué raro que solo se vea interesada por este viejo —Dijo la mujer mientras uno de los zarcillos acariciaba la cara del padre— Supongo que será por ese olor tan raro vuestro.

Ekari se agachó viendo que no podía aguantar mucho más tiempo. La carne del padre de los mellizos se le antojaba deliciosa. Entonces vio como Seiko le hacia una seña y Koichi también la hacía. La chica se centro y asintió.

Antes de que la mujer se diera cuenta, Seiko había saltado sobre la espalda de Ekari y se dirigía a por la mujer. Esta vio el movimiento, pero antes de protegerse, sintió una punzada de dolor en un costado. Koichi había aprovechado la distracción y le había clavado bien hondo la espada. El chico se retiró en el justo momento en el que su hermano le provocó un enorme tajo en el cuerpo con el cuchillo. La sangre inundó la sala y de pronto, los chicos escucharon un tremendo chillido. El padre de los mellizos había sido atravesado por el estomago por una de las enredaderas. La mujer sonrió.

—Disfrutad… Ah claro… Vuestro padre ahora morirá. Chao —Y dicho esto, la mujer se transformó en una tremenda zarza y desapareció junto con las enredaderas. El padre de Koichi cayó al suelo y Ekari se apartó de el hiperventilando.
—¡¡PAPAA!! —Dijeron Koichi y Seiko a la vez.

Ambos ayudaron a levantar a su padre, el cual se encontraba muy débil. Este miraba de reojo a sus chicos.

—Vaya hombre cuánta sangre. Yo pensaba que tenia mas te que otra… cosa.
—Papa tienes… Tienes que aguantar pronto…

Hiroshi intentó darle un golpe a Koichi, pero estaba tan débil que pareció una caricia.

—Cállate. Estos son mis últimos momentos y tengo que disfrutarlos. Nada de lloriqueos u os suelto un mamporro.

El hombre miró a sus dos hijos y estos intentaron contener las lágrimas.

—Es… Escuchad porque no tengo tiempo que perder… Ekari, cuida de mis chicos y… Siento oler a muslo de pollo recién hecho.

La chica soltó una risita nerviosa y retrocedió un paso asustado por si perdía el control. Después prosiguió.

—Seiko, quítate esa ***** y ponte a entrenar. Tu hermano y tu os vais a necesitar como locos ahora que ya… no estaré. En esa estantería guardo una espada. Cógela y úsala bien.

El chico asintió mientras le agarraba una mano a su padre. Después, se dirigió hacia Koichi.

—Hijo. Respecto a esta mañana… Usa el viento y tu velocidad… Ese… Es…

Koichi le apretó la mano a su padre, pero este no le devolvió el apretón. Al mirarle a los ojos vio que no había brillo en ellos. Su espíritu había desaparecido. Seiko y Koichi expulsaron las lágrimas que habían retenido. Ekari se atrevió a dar unos pasos y abrazó a los dos hermanos.

—Fue toda mi culpa. Si no fuera por haberme convertido en una criatura medio…
—No es culpa tuya Ekari. Es más, has mostrado una resistencia impresionante y has intentado ayudar a mi hermano —Dijo Seiko.

Koichi le quitó un diente de oro a su padre y se lo guardó en el bolsillo. Tras eso cogió unas botellas de agua pequeñas. Mientras, Seiko buscaba la espada que su padre le había indicado. Tras encontrarla, ambos se cruzaron de brazos.

— ¿Ahora qué? —Dijo Seiko.
—… Lo mejor que podemos hacer es huir de aquí. Estaremos más a salvo en el bosque que aquí con todas esas bestias y Shades.
—En el bosque también ahí bestias Koichi.
—No hay que preocuparse por las bestias, después de todo, estaré con vosotros —Dijo Ekari.

Los tres miraron por última vez el cadáver de Hiroshi y se dirigieron al bosque lo más rápido que pudieron. Tras subir a una pequeña colina, Koichi miró por última vez el pueblo en el que se crió, en el que creció, en el que hizo amistades, ahora estaba casi destruido. Se llevó la espada al pecho y juró que algún día vengaría la muerte de su padre.

—Deberíamos de hacer fuego, eso nos ayudará a evitar las bestias en la noche y calentarnos —Dijo Seiko.
—Yo intentaré cazar algo, pero no esperéis gran cosa —Dijo Ekari.

Y tras esto saltó hacia el árbol más cercano. Koichi se quitó la vestimenta de kendo y ayudó a su hermano a quitarse el cabestrillo. Tras eso, Seiko se puso a mover el brazo y el hombro, pero al haberlo tenido quieto, ahora tenía la musculatura rígida. Suspiró y agarrando el cuchillo que había usado antes, se puso a practicar con él con el brazo izquierdo.

—Supongo que de momento tendré que conformarme.
— ¿Vamos a por leña? —Sugirió Koichi.
—Ve tú. Puedo cuidarme no te preocupes.

Koichi asintió y se puso a merodear recogiendo leña. Encontró un pequeño estanque y sacando una de las botellas pequeñas, la llenó de agua. Luego tendría que calentarla para evitar molestias innecesarias. ¿Cómo un elemento tan esencial como el agua había creado toda esta catástrofe?

Entonces escuchó una rama del suelo y dirigió rápidamente su atención hacia la otra parte del estanque. Sacó la espada mientras la chica de ojos de color rosado claro sacaba una flecha y le apuntaba con el arco…

Joder cuanta emoción concentrada! Aun no me queda claro que son todas esas cosas raras que van apareciendo que parecen humanos. Y menos por qué atacan al padre de los gemelos... Pobre Hiroshi... Tengo ganas de que desveles todo para saber de donde vienen esos extraños poderes, y más concretamente el de los gemelos, ya que al parecer no son apetitosos para Ekari o.o Eso me sorprende siendo hijos de un humano, pero tal vez su madre no lo fuera... :/ Que raro todo.

mañana no voy a poder escribir, pero os dejo el capi de hoy asi que disfrutad ^^




— ¿Quién eres tú? —Dijo Koichi.
—Eso mismo pregunto yo y lo iba a hacer yo primero —Respondió la chica.
—Yo lo hice primero así que desembucha.
—Te jodes, los hombres son más peligrosos.
—Pero se suele decir que las damas primero.

La chica tiró una flecha que pasó rozando la mejilla de Koichi.

—O lo dices o la próxima no falló —amenazó.
—¡¡KOICHI!! ¡¡ME LLAMO KOICHI!! Ahora tu.
—No tengo porque responder, adiós.

La chica se dio la vuelta y fue tirada de pronto al suelo. Koichi clavó la espada a centímetros de la chica y sonrió.

—Ahora tu o te rebano el cuello.
—Arg… Mira que eres impertinente. Me llamo Hikari. ¿Contento?

El chico se retiró y le dio la espalda.

— ¿Y así sin más dejas a una chica indefensa a solas en este bosque?
— ¿Indefensa? Anda ya.

De pronto, Seiko apareció detrás de un árbol intrigado.

— ¿Qué ocurre? ¿Y quién es esta chica?

Hikari miró al chico y se llevó las manos a la cabeza.

—¡¡Hay dos!! ¿¿Por qué me pasa esto??
—Somos mellizos, no una alucinación —Dijo Seiko.
—Exacto. ¿Y de dónde eres? No creo que vengas del mismo sitio que nosotros —Dijo Koichi.
—Soy de Arenawa. Cayó hace cinco semanas.
—Ekinashi ha caído hoy —Dijo Seiko algo entristecido.

En ese momento llegó Ekari y al verla, Hikari levantó el arco apuntándola. La chica levantó las manos.

—Eh tranquila que no te voy a hacer nada.
—… No seréis…

Hikari dirigió su arco hacia los chicos y estos sacaron las espadas.

—Chicos calma, ninguno sois Shades. Bajad las armas.
— ¿Y cómo puedo fiarme de ti, medio? Estas con ellos, podrías estar mintiéndome.
—No son Shades porque primero, un Shade bebería del agua sin riesgo a infectarse. Segundo, los olores fuertes les harían retroceder debido a su fino olfato. Y tercero, no tienen poderes —Dijo Ekari.
—Oh si claro, ¿esperáis que me lo crea?

Koichi recordó lo que le había hecho a aquella pared y al Shade. Al pensar en ello, cogió la botella y bebió un trago. Su hermano soltó un respingo.

—¿¿PERO ES QUE PERDISTE LA CABEZA??
—No quiero ocultar nada así que si me transformo que me den. Se acabó todo.
—No eres un Shade, te vas a transformar en cuestión de segundos —Dijo Ekari.
—No me transformaré. Porque creo que soy un Shade. ¿No recuerdas cuando me cabreé y revente esa pared?

Seiko abrió los ojos como platos y cerró con fuerza el puño.

—Eso debió ser el Shade que maté, tenía una fuerza descomunal y te lanzó a la pared y…
—Acaban de pasar dos minutos y no me he transformado. Admitidlo. Soy un Shade se mire donde se mire.

De pronto, los chicos vieron que Hikari también bebía del agua del estanque y se quedaron mudos.

—Vale, veamos si es verdad si yo me transformo o como tu soy inmune.

Tras pasar un tiempo no ocurrió nada. Entonces Ekari saltó de pronto.

—¿¿Y SI SOIS INMUNES?? Tal vez por eso no os transformasteis… Eso o que el agua está limpia.
—Imposible —Dijo Hikari— He estado rondando esta zona durante tres días. He visto animales bebiendo así que está infectada.
—Entonces esto es raro —Dijo Seiko pensativo.
—Eso quiere decir que soy un…
—No eres un Shade, abandona eso. Lo de la pared debió de ser ese Shade no hay más vueltas de hoja —Dijo Seiko.
—Bueno hay algo, eso seguro —Dijo Hikari— creo que me quedaré un tiempo con vosotros. Tal vez encontremos respuestas.
—Ok. Ahora venid, conseguí atrapar dos ardillas —Dijo Ekari.

Los chicos comieron a gusto y hablaron animadamente. Sin embargo, Koichi todavía pensaba en lo que había ocurrido. No tenía un olfato agudo, pero sabía que tenía algo que ver con los Shade. Esperaba poder saber más información al respecto.

—Vuelvo enseguida —Dijo de pronto Seiko.

Este se fue en dirección al estanque. Koichi y Ekari se miraron intrigados pero no dijeron nada. Al llegar, Seiko se lavó la cara y se apoyó en un árbol.

—No es buena idea. Serian demasiadas cosas que cambiar y Koichi ya se huele la tostada. De momento dejaré que esto siga su curso. No es buena idea que se descubra el pastel. A mama y papa no les habría gustado —Dijo para sí mismo…

Al leer el título supuso que desvelarías cosas, no que meterías más secretos en la historia!!! Pero supongo que Seiko es lo mismo que Koichi... medio shade? inmune a los shade? Pero que ***** es un shade!!??? ¿Y que ha estado bebiendo hikari durante estas semanas que ha estado sola en el bosque? Y como ha podido sobrevivir sola? arrrr maldito bad!! Está super interesante la historia... pero me preocupa esos secretos entre hermanos... seguro no es nada bueno.

Pues al final pude subir capi, pero mañana no podré asi que disfrutad de este xDDDDDD




Habían pasado dos días desde que la ciudad de Seiko y Koichi había sido destruida. Hikari les había contado cosas de la ciudad y sobre cómo había sobrevivido. Había comido de lo que cazaba y siempre lo asaba por si acaso se contagiaba. El agua, tenía reservas limpias, por lo que no había bebido hasta el encuentro con los chicos.

— ¿A dónde nos dirigimos exactamente? —Preguntó Ekari.
—Bueno, es obvio que no podemos ir a una ciudad contigo… Así que supongo que tendremos que vivir en el bosque —Dijo Koichi.
—Bueno yo no tengo nada que hacer así que me quedo con vosotros. Es eso o estar sola —Dijo Hikari.
—Pegajosa —Dijo Koichi.
—pervertido.
—Ya están otra vez —Dijo Seiko suspirando.

Los chicos siguieron discutiendo hasta llegar a un pequeño prado. Allí se pusieron a comer algunas de las provisiones.

—Mi abuelo me contó una vez como era el mundo sin Shades. También me contó que habían sido terroristas los que desarrollaron el virus —Contó Hikari.
— ¿Qué son los terroristas? —Preguntó Ekari.
—No lo se, pero deduzco que eran gente mala. Al parecer esos fueron los primeros Shade. El virus que vertieron al rio fue el medio, y así es como empezó todo.
—Dicen que todo comenzó de golpe, animales volviéndose locos, humanos locos, los primeros Shades mostrándose y atacando al mundo entero —Dijo Seiko.
—Y cuando empezaron a caer las ciudades… ¡¡O la leyenda del monstruo del mar!!
—O la gran caída de Tokio. Eso fue una gran decepción…

Todos agacharon la cabeza. Parecía que los Shades eran cada vez más fuertes. Koichi se levantó ipso facto.

—PUES YO LES PARARÉ LOS PIES.
—Tú no lograrías nada. Eso es imposible —Dijo Seiko.
—Pues no me quedaré con los brazos cruzados.

Ajenos a ello, en Ekinashi, la ciudad había sido destruida. Varios Shade buscaban en las casas algo que mereciera la pena.

—Que divertido esta vez. Espero que en el próximo haya muchas más diversión —Dijo uno de ellos con dientes afilados como cuchillas.
—Pues yo no me lo pasé tan bien. Uno de esos gemelos mató a dos de mis bestias. Lástima que no los hemos encontrado —Dijo el del hacha.
—Eso no es lo peor. Dicen que a Tahiri lo mató un medio que había transformado. Eso si que es intrigante.
—Yo también vi a esos gemelos. De hecho, fueron los dos los que me hirieron. La medio que mató a Tahiri estaba con ellos, pero lo más extraño es que no les atacó —Dijo la pelirroja con una rosa en el pelo.

De pronto, una extraña neblina purpura apareció de la nada rodeando a los tres Shades. Estos se pusieron en alerta y se prepararon.

— ¿Qué ***** está pasando? —Dijo el del hacha.

Acto seguido, una brutal explosión purpura lanzó a todos por los aires destruyendo las ventanas cercanas. Los Shades se levantaron, pero se alarmaron. Una gran bola purpura estaba en el lugar de la explosión, y lo que era peor, la Shade de la rosa había desaparecido dentro.

— ¿Dónde estoy?

La Shade intentó salir de aquella zona purpura, pero era como una pared. Intentó derribarla, pero esta no cedía ni sufría lo mas mínimo. De pronto notó una presencia detrás de ella y vio unos ojos purpuras observándola con aspecto divertido.

— ¿Estas cómoda? Porque puedo hacer esto aun mejor.

La Shade intentó usar sus poderes, pero no ocurrió nada. Se puso tensa y tembló de terror.

—Nadie podrá ayudarte. Ahora estas en mis manos.

Una serie de temblores de distorsión afectaron de pronto la imagen de la chica y esta empezó a retorcerse de dolor y chillar.

—¿¿QUÉ ESTAS HACIENDO?? ¡¡PARA DE UNA VEZ!! —Suplicó.
—De nada sirven tus quejas.

Esta vez, sintió como una espada afilada le producía cortes en el vientre y se llevó la mano al lugar. Entonces, otras sacudidas de distorsión le afectaron y unas imágenes recientes pasaron por su cabeza.

—Supongo que le recuerdas. Más te vale. Porque es lo último que veras. Mi rostro.

Entonces, apareció una figura de las sombras y la chica contempló aquellos ojos.

—¡¡TU!!

Fueron sus últimas palabras antes de morir. Una espada le rajó la garganta y la Shade se desangró allí misma ahogándose con su sangre. Tras eso, la bola de energía desapareció y los dos Shades vieron a su compañera muerta. Al ver la escritura de su vientre se asustaron…

Por Hiroshi Nakata. Descanse en paz…

— ¿Quién hizo esto?
—No lo sé. Avisemos rápido a los demás, no podemos permitir que escape.

Ambos se largaron corriendo. Entonces, desde las sombras, una figura contempló la escena.

—Perfecto. La venganza se acabó.

Y tras esto, desapareció tras un fogonazo purpura…

Vaya!!! El padre de los gemelos se vengó de su asesina!!! ¿Volverá a acudir en su ayuda o no?
Gracias por aclarar esos detalles al principio del capítulo xD y también me están quedando claras muchas más cosas. Pero sigo impaciente con el secreto de Seiko del capítulo anterior...

Una lástima que no postees mañana :( Pero bueno, tu tómate tu tiempo, esto de escribir cada día es cansado y durillo, y más si soy el único lector que postea xDU!

Ánimos!

PIM PAM TOMA LACASITOS!!... digo, toma capi 6 (?)



Oculta entre las sombras, una chica se retocaba las uñas. Entonces, sintió una presencia y lanzó una poderosa descarga azul hacia un árbol. En este apareció una nube purpura que chocó contra la descarga y ambas se neutralizaron. La chica, de ojos fucsia intensos y pelo azul, se levantó y alargó su brazo preparada para lanzar nuevas descargas.

—No vine a luchar —Dijo una voz masculina, y de golpe apareció una sombra negra de ojos purpura.
— ¿Y entonces que buscas? Sera mejor que hables antes de que te achicharre.
—No hará falta. Tan solo he venido a darte una información que tal vez quieras saber…

Mientras tanto, los chicos habían entrado a un claro con algunos árboles. Koichi se apoyó en uno de ellos.

—Jo, llevamos días caminando y ya estoy harto. Pensaba que en el bosque iban a haber criaturas bestiales y nada.
—Pues mejor no encontrar ninguna que encontrarlas por doquier —Dijo Hikari.
—Lo dirás por ti monina.

Hikari le miró con desdén e intentó dar un paso hacia atrás, pero Seiko le detuvo.

—Quieta —Dijo.
— ¿Y ahora que pas?… ¡oh!

Había estado a punto de pisar un extraño lazo en el suelo. Koichi se fijó en otro que había a dos escasos metros de el.

— ¿Son trampas?
—Eso parece Koichi —Dijo Seiko pensativo— Lo cual quiere decir que por aquí alguien se dedica a cazar.

De pronto, de entre los arboles surgió una gran bestia de pelo marrón castaño, colmillos afilados y mirada penetrante. Esta observaba a los chicos y estos se pusieron a la defensiva.

— ¿Querías bestia? Ahí la tienes —Dijo Hikari preparando su arco.
—Yo la prefería más pequeña pero que se le va a hacer —Dijo Koichi.

Ekari se puso delante de los chicos, pero antes siquiera de que la bestia fuera a por ellos…

—Kori, calma.

En ese momento apareció un chico de estatura alta y corpulenta, con aspecto salvaje pero con ropa limpia y en perfecto estado. La bestia se sentó sobre las patas traseras y movió la cola contento.

—Perdonad. Kori solo intentaba proteger las trampas.
— ¿Es tuyo? Parece de nivel definitivo —Dijo Ekari algo confundida.
—Ya, y tu eres una medio y mírate. Menos mal que andas con medio Shades que si no —Dijo el chico.

Seiko dio un paso adelante.

—No tenemos nada que ver con los Shades.
—Por favor. Sois iguales que yo vosotros tres. ¿Quién era Shade, vuestra madre o como en mi caso el padre?
—Entonces estaba en lo cierto —Dijo Koichi.
—No imposible. Ni papa ni mama eran Shades. Ekari se veía atrapada por el olor de papa y a mama lo mataron los guardianes.
—Creía que fueron las bestias salvajes las que la mataron —Dijo Koichi.
—Mama sobrevivió, pero fue infectada. Me lo contó papa —Dijo Seiko.
—Podrías habérmelo dicho.
—No cambia absolutamente nada. Mama murió siendo humana. Fin de la historia. No tenemos nada que ver con los Shades.

El chico miró a Seiko, pero después dirigió la mirada hacia Hikari cuando esta empezó a hablar.

—Yo no sé quienes fueron mis padres.
—Pensé que habías dicho que habías tenido un abuelo —Dijo Ekari.
—Así es. Él fue quien me encontró y me crió. Lo quería tanto que le decía abuelo de forma cariñosa.
—Interesante. ¿Y cuáles son vuestros poderes? —Preguntó el chico.
—Oye estás haciendo muchas preguntas. ¿Qué tal si dices primero quién diablos eres? —Dijo Ekari.
—Eso. ¿Cómo sabemos que no eres un Shade? —Dijo Hikari.
—No lo es. Si lo fuese ya os lo habría dicho —Dijo Ekari.

El chico se encogió de hombros.

—Me llamo Saki, me crié con mi madre en este bosque. Ella me dijo que era hijo de un Shade. Murió de una enfermedad y tuve que sobrevivir yo solo en este bosque. Un tiempo después conocí a Kori y nos hicimos amigos. Era un cachorrito sin padres, como yo, asi que nos cuidamos las espaldas.
—Qué bonita historia de amor —Dijo Hikari como si quisiera potar.
—Ninguno de nosotros tiene poderes —Dijo Seiko.
—Yo si… creo que hice saltar por los aires a un Shade —Dijo Koichi.
—Otra vez. Que eso no es posible Koichi, no somos Sha…
—¡¡DEJATE DE TONTERIAS DE UNA VEZ SEIKO!!

De pronto, una explosión lejana retumbó por todo el bosque. Los chicos se dieron la vuelta y vieron una gran humareda.

—Cerca hay un pueblo. Y no me gusta como sonó eso —Dijo Saki.
— ¿Y si son Shades? —Dijo Hikari.
—Pues yo voy. Quien me quiera seguir que me siga —Dijo Koichi sacando su espada.
—Espera —Dijeron Ekari y Hikari a la vez mientras corrían detrás de él.

Seiko suspiro y soltó un genial para sus adentros. Después, intentó dar un paso, pero Saki le detuvo.

—Suéltame —Dijo Seiko intentando zafarse.
—No sabes mentir muy bien Seiko.

Eso le aterró. Tras eso sacó su espada y apuntó con ella al corazón de Saki mientras Kori se levantaba y le gruñía a Seiko.

—Dame una buena razón para no matarte aquí mismo.

Saki se acercó y le susurro unas palabras. Entonces Seiko abrió los ojos como platos y se aterró de verdad temblando.

—No… Imposible…
—Ahora sabes que estoy de su lado. ¿Ayudamos a tu hermano y a los demás o seguimos con el rifi rafe?

Seiko apretó los dientes y metió la espada en su funda. Después asintió con rabia mientras Kori se tranquilizaba.

—De acuerdo, vamos…

Y tras eso, los tres siguieron la pista de los demás.

—Parece mentira que sigas vivo después de que te fueras y nos dejaras solos a mí y a Koichi —Pensó para sus adentros…

Será su hermano!?

No me enteroooooo xDDD te estás pasando un poquito con los secretitos, no? ajajaja muy buen capítulo! muy interesante!!! Seguro que lo que dijo Saki es verdad... Seguro son algo parecido a los shades! Su madre debió serlo... que raro todo...

Bad! ¿Dónde está el capítulo? :'(