Hola a todos amigos míos (y no tan amigos) de los foros stats, esta vez vengo con un proyecto llamado V.A.L.I.M. ¿Qué significa esta sigla?. Bueno, para averiguar esto tengo que remontarme un tiempo atrás, cuatro años para ser exactos (cuando tenía once).
Era apenas un niño que cruzaba sexto grado, aunque tampoco es para tanto (sí, lo sé, metí sobre mi edad diciendo que tenía dieciséis año pero por un año no se mueran). Ahora que lo pienso no cambié mucho desde entonces pero bueno. Como sea, en esa época a mí me gustaba el manga y el anime tanto como ahora y como cualquiera soñaba con tener mi propio manga, crear una historia genial que a todo el mundo agrade, sin embargo mi creatividad a esa edad era casi nula, por otra parte, mis amigos me conocían por dibujar bien. Sin embargo, un amigo un año mayor que yo (todos en mi salón son un año mayor que yo) decidió colaborar en tal idea ya que él tenía un gran fanatismo a lo que era Marvel cómics y DC universe (igual que yo solo que su amor por estas franquicias era mucho mayor). Bueno, fue entonces como un par de frikis asociales iniciaron su historia. Una historia llamada Unoba Wars, si bien no es la mejor historia que pude crear fue una muy buena. Se trataba sobre un reino en el cual todos eran dragones (por alguna extraña razón los dibujaba como gatos) y ocurrían un sin fin de numerosos sucesos que tenían como protagonistas a un dragón que tenía la habilidad de usar sus huesos como armas, un dragón medio ninja o algo así y a un joven dragón que usaba el arco. A medida que la historia avanzaba se ponía más entretenida, nuestros compañeros de clase, eufóricos, esperaban cada capítulo, emocionados por semejante trabajo que nuestros cerebros de apenas once años de nacidos habían creado, lo hicimos sin fines lucrativos, los cómics eran emocionantes y cada capítulo incorporaba algo diferente que podía modificar toda la trama. Sin embargo no todo es color de rosas y un día llegó a su fin ¿Por qué?. Bueno, dicho amigo es mi mejor amigo ahora y era y continua siendo un ambicioso, todo lo que él hace lo hace en grande, lo hace con una calidad y perfección casi impecable e increíble. El problema es que siempre busca su bien y por eso un día empezó a cobrar por los mangas. Debido a esto decidí separarme de él (hablando profesionalmente claro, ya que hoy en día seguimos siendo muy amigos) e iniciar mi propio proyecto. ¿Los resultados? catastróficos.
Para empezar hice un cómic sobre una agente especial que no salió tan bien haciendo que el capítulo tres nunca vea la luz. Luego hice un manga tratado sobre zombies, este tuvo más aceptación por mis amigos así que continué haciéndolo y llegó hasta los quince capítulos. Finalmente, cansado de dibujar, en primer año empecé a escribir una historia, la cual no me salió tan bien llegando a tres capítulos de dos hojas cada uno. Luego de esto me puse reflexivo y pude comprender que no podía ponerme a escribir como sea, que para realizar un manga no se debe saber solo como usar la tinta y el lápiz, se debe de saber escribir, tener un estilo y creatividad que te identifique. Entonces fue así como en segundo y tercer año me puse a leer, dejé casi todo de lado por la lectura, los mangas tirados en lugares polvorientos, los vídeos de animes y Ova´s famosas se habían convertido en pisapapeles, mi Ps2 estaba en un estante esperando a ver de nuevo la luz del sol y los mandos ansiando a ser utilizados nuevamente.
Finalmente en a mediados de mi tercer año de secundaria noté que lo que había hecho fue demasiado, deje de leer y volví a mis aficiones antiguas, pero esta vez con mis conocimientos adquiridos debido a arduas horas de lectura insufrible. Me encerré en mi cuarto durante mis vacaciones y de ahí no salí. Chorros de imaginación se desprendían de mi subconsciente mientras el carbón del lápiz hacía dibujos mediante largos y forzosos trazos hasta que finalmente lo logré, acabé lo que sería la cumbre de mis atracción literaria y al mismo tiempo, de mi atracción por el manga. Lo había hecho, escribí un manga y no solo eso. También había dibujado a los eprsonajes que hasta el día de hoy me siguen acompañando. Salí victorioso de mi cuarto para ver nuevamente la resplandeciente luz de un nuevo amanecer. Emocionado, le presenté mi trabajo a mi maestra de literatura y para mi grata sorpresa me felicitó. Este manga se llamó Meridian Wars (el nombre original fue Medirian). Debido al éxito que tuve decidí hacer algo así como un one-shot, una Ova o una precuela. Esta precuela se llama VALIM o, para ser más conretos:
Viaje a las islas meridianas.
¿Qué es? tendrán que esperar hasta que revele el primer capítulo. Recuerden, pueden enviarme mp´s con preguntas o si desean también darme recomendaciones o brindar una ayuda, no vendría mal.
VALIM
Punto de encuentro para la exposición de creaciones personales derivadas O NO del mundo POKéMONesco.
- llomboar4910
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VALIM
Mensajepor llomboar4910 »
- llomboar4910
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Re: VALIM
Mensajepor llomboar4910 »
Hola a todos, hoy he venido ya que quería compartir este fic con ustedes el cual se titula VALIM o viaje a las islas meridianas. He aquí el primer capítulo.
Eso fue todo, gracias por leer. Agradecería consejos y demás. Eso es todo y hasta la próxima.
Spoiler: Mostrar
Capítulo uno: Leven anclas.-
Hay cierto lugar en Meridian, un lugar sombrío, un lugar oscuro, místico y enigmático el cual nadie se ha atrevido explorar. ¿Por qué? Desconocimiento, ignorancia, falta de recursos y miedo. Sin embargo, un día, alguien lo llegará a descubrir. Llegará a desentrañar los secretos que ocultan esas misteriosas islas…las islas meridianas…
Era una mañana calurosa y soleada como siempre en la Costa Este, yo acababa de despertar y ya eran como las diez de la mañana. Como me es de costumbre me eché una mirada al espejo, fui a la cocina y me serví media taza de agua fría. Al parecer sería un día normal. Me vestí, alisté mi red de pesca y mi bote y me preparé para iniciar la faena de todos los días. Si vives en la Costa Este, la mejor manera de ganarte la vida es pescando y eso es a lo que me dedico yo.
Ya en el mar procedí a tirar la red al agua y me quedé esperando a que mi gran y suculento botín diario de peces venga a mí. Todo se mantenía sereno y tranquilo hasta que de repente un destello a lo lejos me cegó y a lo lejos se acercaba una gran ola. Esta llegó hacia mi barca derribándola y haciéndome caer al agua.
Después de lo ocurrido tuve que volver a casa con las manos vacías ya que por alguna extraña razón los peces no emergían de las profundidades así que no me quedó de otra que comprar comida en el mercado del pueblo en el que vivo cosa que me causó gran problema debido a que últimamente la economía está en una fase muy crítica y el precio de cualquier producto, sea el que sea, se elevó a unas cifras totalmente mucho más caras que sus originales. Me encontraba sólo en mi casa debido a que mi esposa embarazada fue a un seminario para tratar la llegada de un nuevo niño. Puse la comida sobre la mesa, cogí un buen trago y agradecí a nuestro buen Dios por un día más de vida y alimentos. Entonces empecé a disfrutar de mi humilde pero suculento banquete por un par de minutos y gracias al alcohol tuve un reconfortante sueño el cual se vio interrumpido por un llamado en la puerta, fui a contestarlo y vi que era un hombrecillo pequeño y delgado de aspecto débil pero serio:
-Señor Kayne, un gusto conocerlo-. Dijo el hombrecillo dándome la mano.
-¿Quién es usted?-. Respondí.
-Soy Khart´izad, ayudante sacerdotal, he venido para solicitar su presencia en el Sacro-Arctum, necesitamos la ayuda del mejor pescador en Meridian y creemos que usted lo es-. Contestó el curioso personaje.
Al oír esto me eché a reír, no encontré NADA de credibilidad a sus palabras, quizá era uno de esos estafadores que te citaban a un lugar para asaltarte o algo así. Obviamente esto no le hizo nada de gracia a el pequeño hombre y enfadado dijo:
-¿Qué sucede?¿Encuentra gracioso algo de lo que he dicho señor?.- A lo que yo respondí-. Claro, duendecillo, de por sí tu feo rostro me causa mucha…-. Antes de poder completar lo que iba a decir el hombrecillo desenvainó un sable de la cruz que portaba en su espalda y rápidamente lo presionó con delicadeza contra mi garganta, yo quedé sorprendido ante esa reacción tan hostil.
-Usted vendrá, no tengo tiempo para semejantes actos de grosería-. Dijo esta vez con un tono más colérico.
Yo asentí con la cabeza y le dije que me iría a alistar y que si deseaba me podría esperar durante ese rato, el accedió y se mantuvo esperándome en la puerta.
Minutos después salí listo para el viaje y así fue como nos encaminamos a los Valles del Sur para empezar la verdadera travesía. Salimos muy temprano, a las 5:00 a.m exactamente. Fuimos a pie bordeando la costa, nos tardamos cuatro horas sin descanso hasta llegar a una gran estación en la cual un hombre en una carrosa nos llevó hacia los pies de la sierra baja. Allí, tomamos prestados un par de caballos los cuales nos llevaron por el altiplano. Los corceles nos fueron de mucha ayuda, sin embargo no pudimos subirlos a las peligrosas cordilleras así que los tuvimos que dejar abajo. Ya pasados tres días y cuatro horas subiendo las duras montañas llegamos a la cima de la Sierra Alta. Decidimos comer un poco y alistamos todo para un delicioso desayuno. Juntos, vimos el hermoso amanecer, tan resplandeciente, tan bello, era como la creación, era como el nacimiento de una nueva estrella que reemplazaba lo que conocíamos como “Sol”.
Después de media hora decidimos bajar y seguir nuestro. Finalmente llegamos a divisar parte de los Valles del Sur. Ya cerca de nuestro destino Khart´Izad dijo:
-¿Tienes familia?
-Sí, tengo una esposa y un hijo que aún no nace, pero ya pronto…-. Dije yo.
-Hablas mucho humilde pescador, sería una pena que perdieras esa lengua-. Me interrumpió.
Sus palabras me impactaron un poco pero no le di tanta importancia y continué siguiendo su paso. Al llegar a la entrada unos hombres altos y embutidos en unas recias armaduras de frío acero observaron a mi guía y rápidamente retrocedieron dejándonos pasar.
Ya dentro del reino la gente se acercó a por montones y echaron a gritar. Entre la multitud pude ver muchos rostros, expresaban admiración, otros alegría otros sorpresa, otros odio...Los niños corrían y la gente se aglutinaba a nuestro alrededor.
Tras horas de camino y ovación llegamos a una gran estación de las más finas y elegantes carrosas hechas de la madera más refinada que jamás haya visto. Mi pequeño guía me invitó a subir a uno de esos carruajes y luego de esto nos fuimos a paso de caballo. Viajé bien, el espacio era grande y cómodo. Había una agradable vista y los asientos aterciopelados hacían de mi estadía algo muy confortable. Solo había una cosa que me incomodaba y era la inquietante presencia del peculiar hombre que me acompañaba: Khart´Izad. No sabía por qué, pero algo en él me producía una extraña sensación que me perturbaba…
Hay cierto lugar en Meridian, un lugar sombrío, un lugar oscuro, místico y enigmático el cual nadie se ha atrevido explorar. ¿Por qué? Desconocimiento, ignorancia, falta de recursos y miedo. Sin embargo, un día, alguien lo llegará a descubrir. Llegará a desentrañar los secretos que ocultan esas misteriosas islas…las islas meridianas…
Era una mañana calurosa y soleada como siempre en la Costa Este, yo acababa de despertar y ya eran como las diez de la mañana. Como me es de costumbre me eché una mirada al espejo, fui a la cocina y me serví media taza de agua fría. Al parecer sería un día normal. Me vestí, alisté mi red de pesca y mi bote y me preparé para iniciar la faena de todos los días. Si vives en la Costa Este, la mejor manera de ganarte la vida es pescando y eso es a lo que me dedico yo.
Ya en el mar procedí a tirar la red al agua y me quedé esperando a que mi gran y suculento botín diario de peces venga a mí. Todo se mantenía sereno y tranquilo hasta que de repente un destello a lo lejos me cegó y a lo lejos se acercaba una gran ola. Esta llegó hacia mi barca derribándola y haciéndome caer al agua.
Después de lo ocurrido tuve que volver a casa con las manos vacías ya que por alguna extraña razón los peces no emergían de las profundidades así que no me quedó de otra que comprar comida en el mercado del pueblo en el que vivo cosa que me causó gran problema debido a que últimamente la economía está en una fase muy crítica y el precio de cualquier producto, sea el que sea, se elevó a unas cifras totalmente mucho más caras que sus originales. Me encontraba sólo en mi casa debido a que mi esposa embarazada fue a un seminario para tratar la llegada de un nuevo niño. Puse la comida sobre la mesa, cogí un buen trago y agradecí a nuestro buen Dios por un día más de vida y alimentos. Entonces empecé a disfrutar de mi humilde pero suculento banquete por un par de minutos y gracias al alcohol tuve un reconfortante sueño el cual se vio interrumpido por un llamado en la puerta, fui a contestarlo y vi que era un hombrecillo pequeño y delgado de aspecto débil pero serio:
-Señor Kayne, un gusto conocerlo-. Dijo el hombrecillo dándome la mano.
-¿Quién es usted?-. Respondí.
-Soy Khart´izad, ayudante sacerdotal, he venido para solicitar su presencia en el Sacro-Arctum, necesitamos la ayuda del mejor pescador en Meridian y creemos que usted lo es-. Contestó el curioso personaje.
Al oír esto me eché a reír, no encontré NADA de credibilidad a sus palabras, quizá era uno de esos estafadores que te citaban a un lugar para asaltarte o algo así. Obviamente esto no le hizo nada de gracia a el pequeño hombre y enfadado dijo:
-¿Qué sucede?¿Encuentra gracioso algo de lo que he dicho señor?.- A lo que yo respondí-. Claro, duendecillo, de por sí tu feo rostro me causa mucha…-. Antes de poder completar lo que iba a decir el hombrecillo desenvainó un sable de la cruz que portaba en su espalda y rápidamente lo presionó con delicadeza contra mi garganta, yo quedé sorprendido ante esa reacción tan hostil.
-Usted vendrá, no tengo tiempo para semejantes actos de grosería-. Dijo esta vez con un tono más colérico.
Yo asentí con la cabeza y le dije que me iría a alistar y que si deseaba me podría esperar durante ese rato, el accedió y se mantuvo esperándome en la puerta.
Minutos después salí listo para el viaje y así fue como nos encaminamos a los Valles del Sur para empezar la verdadera travesía. Salimos muy temprano, a las 5:00 a.m exactamente. Fuimos a pie bordeando la costa, nos tardamos cuatro horas sin descanso hasta llegar a una gran estación en la cual un hombre en una carrosa nos llevó hacia los pies de la sierra baja. Allí, tomamos prestados un par de caballos los cuales nos llevaron por el altiplano. Los corceles nos fueron de mucha ayuda, sin embargo no pudimos subirlos a las peligrosas cordilleras así que los tuvimos que dejar abajo. Ya pasados tres días y cuatro horas subiendo las duras montañas llegamos a la cima de la Sierra Alta. Decidimos comer un poco y alistamos todo para un delicioso desayuno. Juntos, vimos el hermoso amanecer, tan resplandeciente, tan bello, era como la creación, era como el nacimiento de una nueva estrella que reemplazaba lo que conocíamos como “Sol”.
Después de media hora decidimos bajar y seguir nuestro. Finalmente llegamos a divisar parte de los Valles del Sur. Ya cerca de nuestro destino Khart´Izad dijo:
-¿Tienes familia?
-Sí, tengo una esposa y un hijo que aún no nace, pero ya pronto…-. Dije yo.
-Hablas mucho humilde pescador, sería una pena que perdieras esa lengua-. Me interrumpió.
Sus palabras me impactaron un poco pero no le di tanta importancia y continué siguiendo su paso. Al llegar a la entrada unos hombres altos y embutidos en unas recias armaduras de frío acero observaron a mi guía y rápidamente retrocedieron dejándonos pasar.
Ya dentro del reino la gente se acercó a por montones y echaron a gritar. Entre la multitud pude ver muchos rostros, expresaban admiración, otros alegría otros sorpresa, otros odio...Los niños corrían y la gente se aglutinaba a nuestro alrededor.
Tras horas de camino y ovación llegamos a una gran estación de las más finas y elegantes carrosas hechas de la madera más refinada que jamás haya visto. Mi pequeño guía me invitó a subir a uno de esos carruajes y luego de esto nos fuimos a paso de caballo. Viajé bien, el espacio era grande y cómodo. Había una agradable vista y los asientos aterciopelados hacían de mi estadía algo muy confortable. Solo había una cosa que me incomodaba y era la inquietante presencia del peculiar hombre que me acompañaba: Khart´Izad. No sabía por qué, pero algo en él me producía una extraña sensación que me perturbaba…
Eso fue todo, gracias por leer. Agradecería consejos y demás. Eso es todo y hasta la próxima.
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