Hola a todo el mundo.
Antes de nada, me gustaría anunciar un par de cosas; Pokémon Dos Estrellas está --como ya dije antes-- temporalmente anulado y Digimon Material está suprimido por completo.
Para compensar todo esto, he decidido empezar un nuevo fic basado en Pokémon Mundo Misterioso, solo que con un par de detalles cambiados. Antes de empezar el fic, me gustaría oír vuestras sugerencias para puestos, lugares, jefes de territorio y protagonistas.
Gracias por su colaboración. Por favor, esperen con paciencia.
Pokémon: Brave Hearts
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- Aki
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Re: Pokémon: Brave Hearts
Primero de todo, decir que antes de empezar a escribir necesitarías tener un objetivo claro. Es decir, qué quiere/n conseguir el/los protagonista/s. Así te será más facil poder escribir una historia interesante. Procura que el objetivo sea original.
Y luego, en cuanto a lugares y todo eso... no sé, depende de tu imaginación. Lo importante es que lo sepas describir bien y que sea necesario. Incluso si dudas en qué pokémon usar, puedes elejirlos al azar, mientras elijas bien movimientos y sepas explicarlo bien, no importa nada más.
Y luego, en cuanto a lugares y todo eso... no sé, depende de tu imaginación. Lo importante es que lo sepas describir bien y que sea necesario. Incluso si dudas en qué pokémon usar, puedes elejirlos al azar, mientras elijas bien movimientos y sepas explicarlo bien, no importa nada más.
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Re: Pokémon: Brave Hearts
¡ATENCIÓN A TODO EL MUNDO!
Los protagonistas principales ya han sido seleccionados. Serán un y un . Pero tranquilos, las propuestas SIGUEN ABIERTAS hasta el mes que viene (o hasta que me harte é_è).
Así que, por favor, animaos a leer y comentar.
Gracias por su colaboración.
Los protagonistas principales ya han sido seleccionados. Serán un y un . Pero tranquilos, las propuestas SIGUEN ABIERTAS hasta el mes que viene (o hasta que me harte é_è).
Así que, por favor, animaos a leer y comentar.
Gracias por su colaboración.
- Aki
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Re: Pokémon: Brave Hearts
Más que seguir esperando propuestas, deberías escribir ya el prólogo o el primer episodio!!!
Venga, ánimos con la historia, la estaré esperando!!
Venga, ánimos con la historia, la estaré esperando!!
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Re: Pokémon: Brave Hearts
Aki escribió:Más que seguir esperando propuestas, deberías escribir ya el prólogo o el primer episodio!!!
Venga, ánimos con la historia, la estaré esperando!!
Está bien, pues. Haré el Prólogo hoy mismo :3
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Re: Pokémon: Brave Hearts
Prólogo
La caverna era oscura y no se podía ver nada salvo el brillo de los ojos de las terribles criaturas que vivían allí. No obstante, AkaYami seguía avanzando a gran velocidad por los húmedos pasillos del territorio. Llevaba horas caminando por la Boca del Lobo y era consciente de ello… Pero le daba igual, su destino ya no andaba lejos, pues pronto empezó a ver las leves luces de las antorchas. Ahí estaba, la cámara final.
-Por fin…--murmuró para sí mismo mientras contemplaba con malicia la estatua de un Pokémon- -La cámara de El Sol Dorado…-entonces, rompió la calma del lugar con una terrible risa que resonó por el lugar-- ¡SÍ! Seré el único que logre controlar el poder de esta reliquia en años… Pero antes, debo asegurarme de que nadie más intente esto…
AkaYami se acercó cautelosamente a la estatua del Pokémon Dragón y paro cuando estuvo en frente de un extraño y hermoso objeto. Tenía la forma de un sol, pero tenía un extraño hueco en el medio, como si alguien o algo hubiera clavado el puño (o garra) dentro. Su resplandeciente color dorado era lo que más codiciaban todos. Todos, menos el Zoroark. Lo que era más importante para él no era su hermoso color o material. Si no el uso de este, el cual había caído en el olvido… pues desde que los Grandes Dragones abandonaron la tierra, El Sol Dorado fue escondido y sumido en un profundo sueño.
El zorro se tentó en acariciar su trofeo, pero no lo hizo, ya que era probable que entonces el mecanismo de defensa de la cámara se activara y aplastara todo su contenido con el techo. AkaYami se paró a leer el mensaje rúnico que había en una tabla de piedra, colocada detrás del sol. Pocos sabían la lengua de las runas, pero para algo había estado trabajando todos estos años.
-Veamos… “todo aquel que busque hacerse con el poder del regalo que brinda Reshiram el dragón blanco, deberán realizar un sacrificio de cuerpo y alma.”—empezó el Pokémon Disfrazorro—“si no se realiza el sacrificio, el sol dorado despertará y, en defensa propia, se enterrará a él mismo y al ladrón haciendo que el templo se derrumbe.” Hum... no parece muy difícil—añadió para sí mismo—¡Espera! ¿Qué es esto? Hay algo más... “quien desee realizar tal tarea, debe descansar sobre La Copa y esperar a la aprobación del artefacto.”
El macho se quedó mirando por largo rato aquella última frase, pero luego sacudió la cabeza, pensando que no sería nada. Y, con una sonrisa, se encaminó a unas escaleras, las cuales llevaban a una plataforma con un extraño cáliz de oro, pero ya estaba bastante oxidado. Con bastante seguridad, se subió a la copa y se sentó a esperar. Nada ocurría. Todo volvía a estar en silencio... AkaYami se estaba empezando a enfadar; ¿acaso la lengua antigua le había engañado?, ¿Acaso esa piedra no contenía más que mentiras y fraudes? Harto, se dispuso a bajar, pero entonces... Entonces fue cuando sucedió: una llama azul y fría brotó de la nada con una descomunal fuerza. Envolvió al Zoroark y una extraña voz anunció desde la nada:
“Enhorabuena, zorro. El Sol Dorado te acepta como portador y dueño. Ahora, espera a ser consumido por el fuego...
El sacrificio ha sido realizado.”
Complacido, AkaYami empezó a reír a carcajadas. Por fin. Por fin había alcanzado su objetivo... El poder de una fuerza ancestral le pertenecía.
-Bien... Y ahora... ¿por dónde empezamos?
La caverna era oscura y no se podía ver nada salvo el brillo de los ojos de las terribles criaturas que vivían allí. No obstante, AkaYami seguía avanzando a gran velocidad por los húmedos pasillos del territorio. Llevaba horas caminando por la Boca del Lobo y era consciente de ello… Pero le daba igual, su destino ya no andaba lejos, pues pronto empezó a ver las leves luces de las antorchas. Ahí estaba, la cámara final.
-Por fin…--murmuró para sí mismo mientras contemplaba con malicia la estatua de un Pokémon- -La cámara de El Sol Dorado…-entonces, rompió la calma del lugar con una terrible risa que resonó por el lugar-- ¡SÍ! Seré el único que logre controlar el poder de esta reliquia en años… Pero antes, debo asegurarme de que nadie más intente esto…
AkaYami se acercó cautelosamente a la estatua del Pokémon Dragón y paro cuando estuvo en frente de un extraño y hermoso objeto. Tenía la forma de un sol, pero tenía un extraño hueco en el medio, como si alguien o algo hubiera clavado el puño (o garra) dentro. Su resplandeciente color dorado era lo que más codiciaban todos. Todos, menos el Zoroark. Lo que era más importante para él no era su hermoso color o material. Si no el uso de este, el cual había caído en el olvido… pues desde que los Grandes Dragones abandonaron la tierra, El Sol Dorado fue escondido y sumido en un profundo sueño.
El zorro se tentó en acariciar su trofeo, pero no lo hizo, ya que era probable que entonces el mecanismo de defensa de la cámara se activara y aplastara todo su contenido con el techo. AkaYami se paró a leer el mensaje rúnico que había en una tabla de piedra, colocada detrás del sol. Pocos sabían la lengua de las runas, pero para algo había estado trabajando todos estos años.
-Veamos… “todo aquel que busque hacerse con el poder del regalo que brinda Reshiram el dragón blanco, deberán realizar un sacrificio de cuerpo y alma.”—empezó el Pokémon Disfrazorro—“si no se realiza el sacrificio, el sol dorado despertará y, en defensa propia, se enterrará a él mismo y al ladrón haciendo que el templo se derrumbe.” Hum... no parece muy difícil—añadió para sí mismo—¡Espera! ¿Qué es esto? Hay algo más... “quien desee realizar tal tarea, debe descansar sobre La Copa y esperar a la aprobación del artefacto.”
El macho se quedó mirando por largo rato aquella última frase, pero luego sacudió la cabeza, pensando que no sería nada. Y, con una sonrisa, se encaminó a unas escaleras, las cuales llevaban a una plataforma con un extraño cáliz de oro, pero ya estaba bastante oxidado. Con bastante seguridad, se subió a la copa y se sentó a esperar. Nada ocurría. Todo volvía a estar en silencio... AkaYami se estaba empezando a enfadar; ¿acaso la lengua antigua le había engañado?, ¿Acaso esa piedra no contenía más que mentiras y fraudes? Harto, se dispuso a bajar, pero entonces... Entonces fue cuando sucedió: una llama azul y fría brotó de la nada con una descomunal fuerza. Envolvió al Zoroark y una extraña voz anunció desde la nada:
“Enhorabuena, zorro. El Sol Dorado te acepta como portador y dueño. Ahora, espera a ser consumido por el fuego...
El sacrificio ha sido realizado.”
Complacido, AkaYami empezó a reír a carcajadas. Por fin. Por fin había alcanzado su objetivo... El poder de una fuerza ancestral le pertenecía.
-Bien... Y ahora... ¿por dónde empezamos?
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Re: Pokémon: Brave Hearts
Pues nada... Aquí les traigo el Prólogo. És un poco siniestro y corto, pero yo creo que me ha quedado bastante bien xD
En fin. Espero que lo disfruten~ Por favor, no olviden comentar.
Prólogo
La caverna era oscura y no se podía ver nada salvo el brillo de los ojos de las terribles criaturas que vivían allí. No obstante, AkaYami seguía avanzando a gran velocidad por los húmedos pasillos del territorio. Llevaba horas caminando por la Boca del Lobo y era consciente de ello… Pero le daba igual, su destino ya no andaba lejos, pues pronto empezó a ver las leves luces de las antorchas. Ahí estaba, la cámara final.
-Por fin…--murmuró para sí mismo mientras contemplaba con malicia la estatua de un Pokémon- -La cámara de El Sol Dorado…-entonces, rompió la calma del lugar con una terrible risa que resonó por el lugar-- ¡SÍ! Seré el único que logre controlar el poder de esta reliquia en años… Pero antes, debo asegurarme de que nadie más intente esto…
AkaYami se acercó cautelosamente a la estatua del Pokémon Dragón y paro cuando estuvo en frente de un extraño y hermoso objeto. Tenía la forma de un sol, pero tenía un extraño hueco en el medio, como si alguien o algo hubiera clavado el puño (o garra) dentro. Su resplandeciente color dorado era lo que más codiciaban todos. Todos, menos el Zoroark. Lo que era más importante para él no era su hermoso color o material. Si no el uso de este, el cual había caído en el olvido… pues desde que los Grandes Dragones abandonaron la tierra, El Sol Dorado fue escondido y sumido en un profundo sueño.
El zorro se tentó en acariciar su trofeo, pero no lo hizo, ya que era probable que entonces el mecanismo de defensa de la cámara se activara y aplastara todo su contenido con el techo. AkaYami se paró a leer el mensaje rúnico que había en una tabla de piedra, colocada detrás del sol. Pocos sabían la lengua de las runas, pero para algo había estado trabajando todos estos años.
-Veamos… “todo aquel que busque hacerse con el poder del regalo que brinda Reshiram el dragón blanco, deberán realizar un sacrificio de cuerpo y alma.”—empezó el Pokémon Disfrazorro—“si no se realiza el sacrificio, el sol dorado despertará y, en defensa propia, se enterrará a él mismo y al ladrón haciendo que el templo se derrumbe.” Hum... no parece muy difícil—añadió para sí mismo—¡Espera! ¿Qué es esto? Hay algo más... “quien desee realizar tal tarea, debe descansar sobre La Copa y esperar a la aprobación del artefacto.”
El macho se quedó mirando por largo rato aquella última frase, pero luego sacudió la cabeza, pensando que no sería nada. Y, con una sonrisa, se encaminó a unas escaleras, las cuales llevaban a una plataforma con un extraño cáliz de oro, pero ya estaba bastante oxidado. Con bastante seguridad, se subió a la copa y se sentó a esperar. Nada ocurría. Todo volvía a estar en silencio... AkaYami se estaba empezando a enfadar; ¿acaso la lengua antigua le había engañado?, ¿Acaso esa piedra no contenía más que mentiras y fraudes? Harto, se dispuso a bajar, pero entonces... Entonces fue cuando sucedió: una llama azul y fría brotó de la nada con una descomunal fuerza. Envolvió al Zoroark y una extraña voz anunció desde la nada:
“Enhorabuena, zorro. El Sol Dorado te acepta como portador y dueño. Ahora, espera a ser consumido por el fuego...
El sacrificio ha sido realizado.”
Complacido, AkaYami empezó a reír a carcajadas. Por fin. Por fin había alcanzado su objetivo... El poder de una fuerza ancestral le pertenecía.
-Bien... Y ahora... ¿por dónde empezamos?
En fin. Espero que lo disfruten~ Por favor, no olviden comentar.
Prólogo
La caverna era oscura y no se podía ver nada salvo el brillo de los ojos de las terribles criaturas que vivían allí. No obstante, AkaYami seguía avanzando a gran velocidad por los húmedos pasillos del territorio. Llevaba horas caminando por la Boca del Lobo y era consciente de ello… Pero le daba igual, su destino ya no andaba lejos, pues pronto empezó a ver las leves luces de las antorchas. Ahí estaba, la cámara final.
-Por fin…--murmuró para sí mismo mientras contemplaba con malicia la estatua de un Pokémon- -La cámara de El Sol Dorado…-entonces, rompió la calma del lugar con una terrible risa que resonó por el lugar-- ¡SÍ! Seré el único que logre controlar el poder de esta reliquia en años… Pero antes, debo asegurarme de que nadie más intente esto…
AkaYami se acercó cautelosamente a la estatua del Pokémon Dragón y paro cuando estuvo en frente de un extraño y hermoso objeto. Tenía la forma de un sol, pero tenía un extraño hueco en el medio, como si alguien o algo hubiera clavado el puño (o garra) dentro. Su resplandeciente color dorado era lo que más codiciaban todos. Todos, menos el Zoroark. Lo que era más importante para él no era su hermoso color o material. Si no el uso de este, el cual había caído en el olvido… pues desde que los Grandes Dragones abandonaron la tierra, El Sol Dorado fue escondido y sumido en un profundo sueño.
El zorro se tentó en acariciar su trofeo, pero no lo hizo, ya que era probable que entonces el mecanismo de defensa de la cámara se activara y aplastara todo su contenido con el techo. AkaYami se paró a leer el mensaje rúnico que había en una tabla de piedra, colocada detrás del sol. Pocos sabían la lengua de las runas, pero para algo había estado trabajando todos estos años.
-Veamos… “todo aquel que busque hacerse con el poder del regalo que brinda Reshiram el dragón blanco, deberán realizar un sacrificio de cuerpo y alma.”—empezó el Pokémon Disfrazorro—“si no se realiza el sacrificio, el sol dorado despertará y, en defensa propia, se enterrará a él mismo y al ladrón haciendo que el templo se derrumbe.” Hum... no parece muy difícil—añadió para sí mismo—¡Espera! ¿Qué es esto? Hay algo más... “quien desee realizar tal tarea, debe descansar sobre La Copa y esperar a la aprobación del artefacto.”
El macho se quedó mirando por largo rato aquella última frase, pero luego sacudió la cabeza, pensando que no sería nada. Y, con una sonrisa, se encaminó a unas escaleras, las cuales llevaban a una plataforma con un extraño cáliz de oro, pero ya estaba bastante oxidado. Con bastante seguridad, se subió a la copa y se sentó a esperar. Nada ocurría. Todo volvía a estar en silencio... AkaYami se estaba empezando a enfadar; ¿acaso la lengua antigua le había engañado?, ¿Acaso esa piedra no contenía más que mentiras y fraudes? Harto, se dispuso a bajar, pero entonces... Entonces fue cuando sucedió: una llama azul y fría brotó de la nada con una descomunal fuerza. Envolvió al Zoroark y una extraña voz anunció desde la nada:
“Enhorabuena, zorro. El Sol Dorado te acepta como portador y dueño. Ahora, espera a ser consumido por el fuego...
El sacrificio ha sido realizado.”
Complacido, AkaYami empezó a reír a carcajadas. Por fin. Por fin había alcanzado su objetivo... El poder de una fuerza ancestral le pertenecía.
-Bien... Y ahora... ¿por dónde empezamos?
- Aki
- Pres@ de un encuentro fantasmal
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Re: Pokémon: Brave Hearts
Está bien, no veo fallos ortográficos (tampoco me he fijado jajaja). En cuanto a la historia... a ver, muestras mucho misterio y esto me gusta, pero me ha faltado un poco de jugo... es decir, no se sabe absolutamente nada, no te digo que lo cuentes todo en el prólogo, pero echo en falta un poco de la historia del pokémon (que supongo que no es el protagonista, ya que ya comentaste cuales serían)... No es que me queje, simplemente me falta algo... saber si es una leyenda, está sucediendo de verdad, es un flashback o un flashforward, un sueño,... vale?
pero vamos, supongo que cuando empieza la historia realmente ya lo sabremos. Así que nada, siguelo.
pero vamos, supongo que cuando empieza la historia realmente ya lo sabremos. Así que nada, siguelo.
- bad
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Re: Pokémon: Brave Hearts
Normalmente los prologos suelen ser extraños y confusos... y mira por donde, lo has logrado :/ , buen trabajo foresta, sigue asi :D
- Foresta
- Batallando ante Erika
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Re: Pokémon: Brave Hearts
Gracias a los dos :D
Pero... ¿por que se repitió dos veces? é_è
Pero... ¿por que se repitió dos veces? é_è
- Foresta
- Batallando ante Erika
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Re: Pokémon: Brave Hearts
¡Hey gente! ¿Que tal? Aquí les traigo el capítulo 1; recién acabado esta mañana :3
Aunque no me dió tiempo a describir el territorio ni hacer que el protagonista llegara é_è ¿Qué por qué? Pues es que lo acabé en clase xD En fin... ahora ¡toca leerlo!
Capitulo 1
Un joven Sneasel se encontraba caminando por el inestable terreno de Los Océanos de Fuego, dónde las tormentas de arena podían llegar a ser brutales. Su larga bufanda roja oscuro volaba tras él, agitándose sin parar. En ocasiones, casi se le salía volando, pero con sus reflejos de águila nunca se le escapaba.
Lepída no podía ver bien, así que avanzaba –prácticamente—sin rumbo. Llevaba unas cuantas semanas aguantando el azote de las arenas, sudando debido al calor que emitía el sol… e incluso, buscando alguna villa, frontera o algo por el estilo. Pero como era de esperar, no encontró nada salvo dunas, cañones y Pokémons tipo Roca, Tierra y algunos –muy pocos—tipo Volador (cómo por ejemplo Fearow, Vullaby, etc.)
Cuando ya empezaba a cansarse, oyó un leve silbido. A continuación, una extraña sombra: parecía un Pokémon… Estaba sentado en una roca mientras agitaba sus maracas. Cuando ya estuvo más cerca, lo distinguió: Era un Maractus. No era raro ver uno de esos por los Océanos. ¡Para nada! Es más, ¡ya los había visto antes! Maldita sea… ¿Cuántos de esos ruidosos cactus le habían ofrecido ya una de sus estúpidas danzas y canciones? La planta advirtió de su presencia, y con una gran sonrisa, saltó de la roca, aún tocando las maracas y moviendo su cuerpo entero.
-¿Qué hay, viejo?—empezó la planta—Estás en las grandes llanuras del desierto. Muy lejos de tu hogar diría yo. Dime; ¿Qué es lo que te trae por aquí? Aaaarrribaaa~—añadió con una marcha y canto animados.
-¿Acaso te parezco yo un viejo?—quiso saber Lepída, de mala uva. Sabía perfectamente que estaba lejos de La Tundra. Y el sonido emitido por las maracas lo ponía de más malhumor. —Estoy totalmente perdido. Busco la Frontera Oeste. ¿Sabes dónde está?—quiso saber, conteniendo sus propios gritos.
-No~—contestó ella, cantando. Luego, dio un salto marchoso y puso una de las maracas en su bolsa, echa de hojas y adornada con una flor, similar a la que tenía ella en sus coletas—. Pero si lo que buscas es la frontera, te recomiendo atravesar El Cañón Aullador. Aunque…—su voz se tornó más insegura y temblorosa—allí viven muchos
Pokémon fuertes y agresivos. ¡Si fuera tú buscaría un buen equipaje, viejo!
-No me digas…—mustió él para sí mismo. Entonces, sacudió la cabeza y un pelín más calmado, se dirigió de nuevo a la Maractus, aunque su mirada estaba clavada en la lejanía—Y ¿dónde se supone que voy a encontrar objetos en este gran montón de mier—digo… arena?
Con el mismo ánimo de antes, el cactus saltó y se encaró a él con el mismo baile de antes.
-¡Buenísima pregunta, amigo! Ven, te llevaré hasta mi pueblo~
-… Sin comentarios—dijo Lepída siguiendo al Pokémon.
Ambos estuvieron caminando durante largo rato. En la mayoría de ocasiones, el Sneasel tuvo que aguantarse para no darle una torta a su guía por hacer chistes malos, llamarlo “viejo” y sacudir sus maracas.
La tormenta de arena empezaba a calmarse, aunque sus restos seguían molestando a Lepída. Avanzaron rápidamente, pues el entorno empezaba a transformarse. Las dunas empezaban a ser más duras y, a medida que avanzaban, iban notando como algunas pequeñas pero afiladas piedras se le clavaban en la planta de los pies o entre las zarpas. Por los costados empezaban a aparecer cañones, montañas rojizas y algunas plantas de aspecto seco.
Finalmente, Maractus se detuvo y señaló la entrada a un pequeño pueblo.
-Ahí lo tienes, compañero. ¡Western Village!~
Con rapidez, el cactus se deslizó cuesta abajo y llegó hasta el portal. Era –como ya mencionamos hace un segundo
—un lugar pequeño… pero estaba lleno de callejones, casas, puestos y tiendas de campaña. Al fondo del todo, había un depósito de agua dónde, al parecer, acudían muchos Pokémon. El lugar que le trajo más la atención fue un pequeño puesto al lado de un bar. Allí vendían bayas, pañuelos y cosas por el estilo. En ese momento, se dio cuenta de que era un Puesto de Explorador errante. ¡Genial! Eso era lo que necesitaba ahora. Bajó la cuesta con agilidad y quiso encaminarse al puesto, pero entonces algo le pinchó la mano. Era Maractus.
-¡Whoa, whoa! Esas riendas, vaquero. ¿A dónde ibas con tanta prisa?
El Sneasel quiso rechistar, contestarle a gritos, pero la Maractus no esperó respuestas y lo llevó prácticamente arrastras. Le llevó junto a una vieja y pequeña tienda. Dónde en el cartel ponía con letras doradas; “ALMACÉN DEL VIEJO FANG”. Nada más leer el nombre Lepída puso cara de espanto. Pero no asustado por el nombre del propietario, no. Lo que pasaba es que todo aquello le daba una sensación de asco.
-Bueeenas tardes, viejo~—gritó ella con su usual ánimo. No había nadie, por eso gritaba. Sabía que el dependiente de la tienda no andaba lejos.
Acto seguido, se empezaron a oír pasos y una sombra se asomó desde la trastienda. Algo de color crema y muy peludo asomó su negro hocico por la puerta y, a continuación avanzó con paso firme, pero lento. Se trataba de un viejo Herdier con una placa en forma de estrella y de color dorado en el pecho.
-Hola Maya—saludó el anciano con ladridos gastados. Luego cerró los ojos y se acercó rápidamente al Sneasel macho para olfatearle. Al cabo, abrió los ojos y frunció el ceño—Y ¿Quién es este?, ¿amigo tuyo?
-No exactamente—dijo Lepída apartando al Herdier—. Me ha traído ella.
Maya –que al parecer era el nombre del Maractus—se puso a explicarse al Herdier. También le pidió que le pasara información sobre el lugar.
-Bueno, pues…—empezó el chucho— si no recuerdo mal allí hay Pokémon de tipo Tierra, Roca, algunos de Planta y unos pocos de Acero. — Fang se sentó en el suelo de madera y se rascó detrás de la oreja mientras proseguía con su explicación—Si lo que pretendes es atravesar el Cañón Aullador, tendrás que tener cuidado… ¡se rumorea que un peligroso ser se ha instalado en la cima más alta del lugar! Y en cuanto al equipo… me temo que no puedo ofrecerte nada útil.
El Sneasel se encogió de hombros y –aunque le diera palo—le dio las gracias al viejo Fang. Cuando salió de la tienda, advirtió de que Maya se le acercaba dando botes. Y, más malhumorado, miró por encima del hombro.
-¿Ahora qué?—gruñó.
Maya paró y estiró sus largos brazos para ofrecerle una extraña bolsa a Lepída. Estaba llena de objetos redondos que el macho tardaría poco en identificar.
-Toma—dijo ella—. Te irá bien si tienes problemas de estado –y con eso me refiero a quemaduras, parálisis, veneno… —. Además, he puesto algunas Semillas, Esferas, cantimploras con agua y algo de comer…
-¿Gomis?—quiso saber él mientras asomaba su hocico dentro de la bolsa—Bueno… es… er… todo un detalle, supongo.
-Será un viaje largo y caluroso—añadió la Maractus—, así que te recomiendo parar delante de las Guard Stones y “rezar” allí para que, cuando te debiliten, seas transportado al último punto de control. Y no solo eso; cuando encuentres una Guard… ¡podrás sacar y almacenar objetos!—Maya se puso las manos en las mejillas y muy animada (o excitada) prosiguió— ¡Realmente son útiles para un explorador!
“Ya, ya… como sea.” Pensó Lepída mientras se colocaba la bolsa. Luego, le dio las gracias al Maractus, se volteó y reanudó su marcha. El viento soplaba fuerte de nuevo, pero no molestaba tanto como antes. El sol poniente alargaba las sombras del pueblo y de sus habitantes.
Ahora, nuestro Sneasel Lepída sabía exactamente donde ir –más o menos—. Ya tenía destino, objetivo y enemigos que aún desconocía. Aunque lo que más le importaba ahora era atravesar el territorio para alcanzar su AUTENTICO objetivo: llegar a la Frontera Oeste.
Aunque no me dió tiempo a describir el territorio ni hacer que el protagonista llegara é_è ¿Qué por qué? Pues es que lo acabé en clase xD En fin... ahora ¡toca leerlo!
Capitulo 1
Un joven Sneasel se encontraba caminando por el inestable terreno de Los Océanos de Fuego, dónde las tormentas de arena podían llegar a ser brutales. Su larga bufanda roja oscuro volaba tras él, agitándose sin parar. En ocasiones, casi se le salía volando, pero con sus reflejos de águila nunca se le escapaba.
Lepída no podía ver bien, así que avanzaba –prácticamente—sin rumbo. Llevaba unas cuantas semanas aguantando el azote de las arenas, sudando debido al calor que emitía el sol… e incluso, buscando alguna villa, frontera o algo por el estilo. Pero como era de esperar, no encontró nada salvo dunas, cañones y Pokémons tipo Roca, Tierra y algunos –muy pocos—tipo Volador (cómo por ejemplo Fearow, Vullaby, etc.)
Cuando ya empezaba a cansarse, oyó un leve silbido. A continuación, una extraña sombra: parecía un Pokémon… Estaba sentado en una roca mientras agitaba sus maracas. Cuando ya estuvo más cerca, lo distinguió: Era un Maractus. No era raro ver uno de esos por los Océanos. ¡Para nada! Es más, ¡ya los había visto antes! Maldita sea… ¿Cuántos de esos ruidosos cactus le habían ofrecido ya una de sus estúpidas danzas y canciones? La planta advirtió de su presencia, y con una gran sonrisa, saltó de la roca, aún tocando las maracas y moviendo su cuerpo entero.
-¿Qué hay, viejo?—empezó la planta—Estás en las grandes llanuras del desierto. Muy lejos de tu hogar diría yo. Dime; ¿Qué es lo que te trae por aquí? Aaaarrribaaa~—añadió con una marcha y canto animados.
-¿Acaso te parezco yo un viejo?—quiso saber Lepída, de mala uva. Sabía perfectamente que estaba lejos de La Tundra. Y el sonido emitido por las maracas lo ponía de más malhumor. —Estoy totalmente perdido. Busco la Frontera Oeste. ¿Sabes dónde está?—quiso saber, conteniendo sus propios gritos.
-No~—contestó ella, cantando. Luego, dio un salto marchoso y puso una de las maracas en su bolsa, echa de hojas y adornada con una flor, similar a la que tenía ella en sus coletas—. Pero si lo que buscas es la frontera, te recomiendo atravesar El Cañón Aullador. Aunque…—su voz se tornó más insegura y temblorosa—allí viven muchos
Pokémon fuertes y agresivos. ¡Si fuera tú buscaría un buen equipaje, viejo!
-No me digas…—mustió él para sí mismo. Entonces, sacudió la cabeza y un pelín más calmado, se dirigió de nuevo a la Maractus, aunque su mirada estaba clavada en la lejanía—Y ¿dónde se supone que voy a encontrar objetos en este gran montón de mier—digo… arena?
Con el mismo ánimo de antes, el cactus saltó y se encaró a él con el mismo baile de antes.
-¡Buenísima pregunta, amigo! Ven, te llevaré hasta mi pueblo~
-… Sin comentarios—dijo Lepída siguiendo al Pokémon.
Ambos estuvieron caminando durante largo rato. En la mayoría de ocasiones, el Sneasel tuvo que aguantarse para no darle una torta a su guía por hacer chistes malos, llamarlo “viejo” y sacudir sus maracas.
La tormenta de arena empezaba a calmarse, aunque sus restos seguían molestando a Lepída. Avanzaron rápidamente, pues el entorno empezaba a transformarse. Las dunas empezaban a ser más duras y, a medida que avanzaban, iban notando como algunas pequeñas pero afiladas piedras se le clavaban en la planta de los pies o entre las zarpas. Por los costados empezaban a aparecer cañones, montañas rojizas y algunas plantas de aspecto seco.
Finalmente, Maractus se detuvo y señaló la entrada a un pequeño pueblo.
-Ahí lo tienes, compañero. ¡Western Village!~
Con rapidez, el cactus se deslizó cuesta abajo y llegó hasta el portal. Era –como ya mencionamos hace un segundo
—un lugar pequeño… pero estaba lleno de callejones, casas, puestos y tiendas de campaña. Al fondo del todo, había un depósito de agua dónde, al parecer, acudían muchos Pokémon. El lugar que le trajo más la atención fue un pequeño puesto al lado de un bar. Allí vendían bayas, pañuelos y cosas por el estilo. En ese momento, se dio cuenta de que era un Puesto de Explorador errante. ¡Genial! Eso era lo que necesitaba ahora. Bajó la cuesta con agilidad y quiso encaminarse al puesto, pero entonces algo le pinchó la mano. Era Maractus.
-¡Whoa, whoa! Esas riendas, vaquero. ¿A dónde ibas con tanta prisa?
El Sneasel quiso rechistar, contestarle a gritos, pero la Maractus no esperó respuestas y lo llevó prácticamente arrastras. Le llevó junto a una vieja y pequeña tienda. Dónde en el cartel ponía con letras doradas; “ALMACÉN DEL VIEJO FANG”. Nada más leer el nombre Lepída puso cara de espanto. Pero no asustado por el nombre del propietario, no. Lo que pasaba es que todo aquello le daba una sensación de asco.
-Bueeenas tardes, viejo~—gritó ella con su usual ánimo. No había nadie, por eso gritaba. Sabía que el dependiente de la tienda no andaba lejos.
Acto seguido, se empezaron a oír pasos y una sombra se asomó desde la trastienda. Algo de color crema y muy peludo asomó su negro hocico por la puerta y, a continuación avanzó con paso firme, pero lento. Se trataba de un viejo Herdier con una placa en forma de estrella y de color dorado en el pecho.
-Hola Maya—saludó el anciano con ladridos gastados. Luego cerró los ojos y se acercó rápidamente al Sneasel macho para olfatearle. Al cabo, abrió los ojos y frunció el ceño—Y ¿Quién es este?, ¿amigo tuyo?
-No exactamente—dijo Lepída apartando al Herdier—. Me ha traído ella.
Maya –que al parecer era el nombre del Maractus—se puso a explicarse al Herdier. También le pidió que le pasara información sobre el lugar.
-Bueno, pues…—empezó el chucho— si no recuerdo mal allí hay Pokémon de tipo Tierra, Roca, algunos de Planta y unos pocos de Acero. — Fang se sentó en el suelo de madera y se rascó detrás de la oreja mientras proseguía con su explicación—Si lo que pretendes es atravesar el Cañón Aullador, tendrás que tener cuidado… ¡se rumorea que un peligroso ser se ha instalado en la cima más alta del lugar! Y en cuanto al equipo… me temo que no puedo ofrecerte nada útil.
El Sneasel se encogió de hombros y –aunque le diera palo—le dio las gracias al viejo Fang. Cuando salió de la tienda, advirtió de que Maya se le acercaba dando botes. Y, más malhumorado, miró por encima del hombro.
-¿Ahora qué?—gruñó.
Maya paró y estiró sus largos brazos para ofrecerle una extraña bolsa a Lepída. Estaba llena de objetos redondos que el macho tardaría poco en identificar.
-Toma—dijo ella—. Te irá bien si tienes problemas de estado –y con eso me refiero a quemaduras, parálisis, veneno… —. Además, he puesto algunas Semillas, Esferas, cantimploras con agua y algo de comer…
-¿Gomis?—quiso saber él mientras asomaba su hocico dentro de la bolsa—Bueno… es… er… todo un detalle, supongo.
-Será un viaje largo y caluroso—añadió la Maractus—, así que te recomiendo parar delante de las Guard Stones y “rezar” allí para que, cuando te debiliten, seas transportado al último punto de control. Y no solo eso; cuando encuentres una Guard… ¡podrás sacar y almacenar objetos!—Maya se puso las manos en las mejillas y muy animada (o excitada) prosiguió— ¡Realmente son útiles para un explorador!
“Ya, ya… como sea.” Pensó Lepída mientras se colocaba la bolsa. Luego, le dio las gracias al Maractus, se volteó y reanudó su marcha. El viento soplaba fuerte de nuevo, pero no molestaba tanto como antes. El sol poniente alargaba las sombras del pueblo y de sus habitantes.
Ahora, nuestro Sneasel Lepída sabía exactamente donde ir –más o menos—. Ya tenía destino, objetivo y enemigos que aún desconocía. Aunque lo que más le importaba ahora era atravesar el territorio para alcanzar su AUTENTICO objetivo: llegar a la Frontera Oeste.
- Aki
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Re: Pokémon: Brave Hearts
Escribes muy bien!! Aún no nos hemos enterado de nada, la verdad... sigo sin saber nada de la historia de los personajes, su objetivo,... Sigo echando eso de menos para comprenderlos (no sé, no es que yo sea ni escritor ni buen lector, pero para que una historia me atraiga necesito ir viendo los porqués de sus pasos, aunque no sea su meta principal, porque probablemente la irá descubriendo, pero si su meta inicial... (me explico? jajaja))
Así que nada, a seguir escribiendo (:
Así que nada, a seguir escribiendo (: