¡Hola de nuevo gente! Aquí les traigo un fic de Digimon para variar. Este se dividirá en dos partes, pues no quiero aburrirles. Además cada una será bastante larga. Bueno, espero que disfruten de este nuevo, divertido y emocionante fic: ¡Digimon Material!

Capitulo 1 [1/2]

El molesto pitido del despertador y la cálida luz del sol matinal despertaron a Charlotte. Malhumorada, le dio un brusco golpe al aparato para hacerlo callar. Se destapó rápido y buscó la ropa del otro día para ponérsela. Tardó unos diez minutos, pero finalmente bajó las escaleras a toda prisa. Cogió su rebanada de pan con huevo frito y panceta, se lo metió en la boca y se despidió de su madre, la cual estaba leyendo el periódico mientras se tomaba un café.

Al salir de casa, la chica cerró fuertemente los ojos, debido a que sin la protección de las cortinas, el sol picaba más. Mientras se relamía los labios, Charlotte se encaminó a su bicicleta y montó en ella, no sin antes chuparse los dedos. Justo cuando se disponía a pedalear, una voz familiar le gritó desde arriba:

-¡Charlotte! ¡Te olvidaste esto!

Mirando arriba, vio a su hermano con la mochila de la chica en la mano. Haciendo un gesto de advertencia, Mike le lanzó la mochila, esperando a que la cogiera en el aire. Sin embargo, eso no fue lo que pasó; la bolsa golpeó la cara de Johnson mientras esta le gruñía algo a su hermano. Cuando se recuperó, fulminó al pequeño hombrecillo con la mirada. Acto seguido, este se fue risueño.

De mala uva, Charlotte circuló hasta llegar a la calle Snow Blossom, donde se encontraba un gran edificio con varias ventanas, pisos y un gran reloj en lo más alto. Este también poseía un gran patio, donde se amontonaban millones de jóvenes con mochilas. Era el destino alcanzado: el instituto. A la joven mujer no le hacía mucha gracia, pues para ella todos los días eran aburridos allí y los fines de semana eran muy cortos. ¡No daba tiempo a hacer los deberes!

No. Realmente es que ella no acostumbraba a hacer los deberes. Con un suspiro, la joven estudiante fue a aparcar la bici para después dirigirse a su aula correspondiente.

Cuando entró por la puerta, advirtió de que ya habían arreglado el aire acondicionado. Hace unas cinco semanas, se estropeó y prácticamente todos los alumnos pasaron un calor insoportable. <<Por lo menos así las horas de clase serán menos pesadas>> pensó la chica. Con paso ligero, se abrió paso hasta las escaleras. Pero, desgraciadamente, la gente se había amontonado en ellas para charlar o intercambiar noticias. Recibiendo empujones, golpes de mochila, palabrería insoportable y voces que no callaban, Charlotte subió las escaleras todavía más enfadada.

-Gracias—mustiaba al recibir todo aquello.

No obstante, nada de aquello era nuevo para ella. Cada semana era lo mismo. Y aunque la brisa ya corría por el colegio, el calor provocado por todos los alumnos y empleados hacia que la joven Johnson se pusiera cada vez más y más roja.

Al entrar en el aula, se sintió un poco menos sofocada, pues lo primero en lo que se fijó fue en la sincera sonrisa que le ofreció Terry Sunsetborn. Él era su mejor amigo, siempre dispuesto a ayudarle. Sunsetborn era un joven trabajador y responsable, que sentía una gran pasión por los animales, las plantas y la historia.

-Buenos días—saludó el hombrecillo—. ¿Has hecho los deberes de Biología?, ¿Y los de Lengua?, ¿Qué me dices de los de Matemáticas?

Charlotte miró hacia los lados y después contestó mientras dejaba su cartera en la silla, sacaba los libros y la agenda.

-Nope. Ya sabes que nunca me acuerdo—sonrió—. No cuando no te presentas en mi casa para hacer los deberes conmigo y ayudarme en los estudios.

Terry resopló del disgusto.

-¡Oh, venga ya Charlotte! Llevas tres… no, ¡cuatro semanas sin hacer los deberes de esas asignaturas! Son las más importantes. Bueno, en realidad no, simplemente son las básicas…--añadió entre susurros— ¡Pero sabes que los deberes son un cincuenta por ciento de la nota! Ya puedes ir poniéndote las pilas—añadió en voz baja al ver que el profesor Moonlight entraba por la puerta.

-No te preocupes. Sabes que de un modo u otro acabaré aprobando—le susurró ella con un tono divertido.

Las tres primeras horas de la mañana fueron más ligeras de lo que Johnson podría haber imaginado. Terry estuvo animándola a estudiar y tomar los apuntes necesarios para el próximo dossier. Pero por otra parte, Susan Lee le estuvo contando cosas sobre el capitán de Básquet Luis Espino, proveniente de España para participar en la Copa
Mundial Juvenil. Ella decía que era el primer español fibrado que había visto. Por otro lado, Charlotte no le daba mucha importancia a lo que pasaba en el equipo de Básquet. Ella prefería el Futbol.

Mientras volvía a casa en compañía de su amigo, estuvieron hablando de quedar para estudiar las lecciones de Historia de la Música aprendidas. De buen agrado, Charlotte aceptó, pensando que no le iría mal repasar un poco. Además, así podría aclararle las dudas sobre los ejercicios de Matemáticas. Cuando ya se separaron y Johnson estaba en su portal, una extraña tormenta apareció.

-Debe ser otro “chaparrón veraniego”, como dice Susan—se dijo a sí misma.

Al subir las escaleras, se cruzó con su hermano. Llevaba un paraguas, botas y un impermeable. Decía que iba a hacer unos recados y luego a quedar con uno de sus amigos. <<O quieres escaquearte de hacer las tareas>> pensó. Cuando llegó, no había nadie. Menos mal que Mike dejó la puerta abierta.

Pasaron dos horas desde que Charlotte acabó de pintar el mapa indicado en la clase de Historia y se puso a trabajar en los deberes de Informática. La lluvia no había cesado y estaba estorbando la red. Justo cuando la muchacha acabó de guardar los últimos cambios en su ordenador, se fue la luz. Todos los aparatos empezaron a indicar millones y millones de números.

-¿Qué c***?

Entonces, una extraña luz blanca apareció tras ella. Cuando se giró, esta era más intensa y no le dejó ver que es lo que ocurría. Al cabo de muy poco, abrió los ojos y se llevó tal sorpresa que casi se caía de la silla.
Justo ahí, en su cama, se hallaba una extraña criatura redonda y peluda color amarillo. Tenía dos manchas púrpura en la frente. En lo que parecía ser la cola, tenía rayas del mismo color que las manchas de la frente y los pinchos de la cabeza. Poco a poco, el extraño animal abrió los ojos.

-¡Hey!—saludó.

Ahora sí, Charlotte se cayó de su silla. Cuando estuvo en el suelo, se alejó a rastras de él.

-¿Q-q-qué c***?—balbuceó la humana—¿Qué se supone que eres?, ¿de dónde has salido?, ¿eres un alienígena?,

¿Cómo es que sabes de mi lengua?

-Muchas preguntas, ¿no crees?—añadió el felino con rostro aburrido. Antes de volver a hablar, suspiró—pero supongo que tendré que despejarte las dudas de tu hueco coco. Primero; hablo tu lengua por que también es la mía. Segundo; no, no soy un “alienígena”. Ni siquiera sé lo que es… tercero; soy un Digimon y vengo del Mundo Digital.—más animado, dijo en último lugar—¡Oh! Y por cierto, me llamo Kittenmon.

Jo y no aparecen imagenes de ese digimon ... asi que lo mas seguro sera inventado :okey: ... bueh , haber como termina de reaccionar charlotte xD

bad escribió:Jo y no aparecen imagenes de ese digimon ... asi que lo mas seguro sera inventado :okey: ... bueh , haber como termina de reaccionar charlotte xD

Bueno, sí. En este fic todos los Digimon protgonistas son inventados por mí xD

ah... ahora todo tiene sentido xDDDD