“La joven entrenadora Shade Akasuna acababa de llegar a la ciudad dónde se encontraba el primer gimnasio Pokémon: ciudad Plateada, teniendo ya tres Pokémon en su equipo. Pero como sentía cierta inseguridad, por desafiar al líder tan pronto, tres amigos nuevos se ofrecieron a aconsejarla y ayudarla a entrenar un poco y fortalecer a sus Pokémon. Por lo que se fueron a un pequeño parque público de ciudad Plateada, dónde había un "campo de batalla local"; lugar perfecto para un entrenamiento Pokémon”
Una vez parados en el centro del campo, Shade les indicó a las tres criaturitas de su equipo Pokémon, que se posicionaran sobre una línea, (de las tantas pintadas en el campo, cuya pintura que parecía casi imborrable), uno al lado del otro. Una vez Tristar, Sparck y Kiisuke hicieron lo que se les pidió, Nicholas se cruzó de brazos, acercando su rostro a los Pokémon, con una expresión muy seria en su pálido rostro, —gesto que extrañó bastante a Sirius y a Zachary —ya que para ellos, ver a Nicholas sin una cara que radiara alegría, era el equivalente al "Apocalipsis"— incomodando un poco a las criaturas. Luego de acabar de examinar a Tristar, Sparck (y muy cuidadosamente) al pequeño Kiisuke en silencio, el chico pelirrojo-naranja asintió con cara muy seria y se giró hacia la pequeña castaña.
—Acabas de obtener a tus Pokémon hace poco, ¿verdad, Shade? —la pequeña entrenadora asintió.
Ante esa respuesta afirmativa, Nicholas cerró sus ojos y meditando en silencio, parecía empezar a analizar su respuesta. Los Pokémon de Shade, así como su entrenadora, miraron curiosos al pelirrojo-naranja; Sirius y Zachary —el primero cruzado de brazos y el segundo con las manos metidas, en los bolsillos de su chaqueta— se vieron entre sí, alzando una ceja cada uno y luego vieron a su hermanito, esperando la respuesta de éste. Pero no pasaron ni 5 segundos, para que esa "extraña seriedad" en el Vonkarsen menor desapareciera. Su expresión seria no tardó en ser reemplazada, por su radiante sonrisa de siempre.
—
¡Oh, my Arceus! ¡Pero que preciosos son tus Pokémon, Shade! ¡El bulbito de tu Bulbasaur notablemente sano! ¡El pelaje de tu Pikachu bien cuidado! Y… y… tu Caterpie… ¡esa manchita blanca en su antenita es encantadora!
¡I love them~! —Exclamó eufóricamente el pelirrojo-naranja, en lo que agarraba, (o más bien "atrapaba") a los Pokémon de Shade entre sus largas mangas y les daba un fuerte abrazo, mientras los frotaba contra su cara a modo de cariño.
—
«¡Shade, auxilio! ¡Nos asfixia!» —Gritaban los tres pequeños Pokémon, muy aterrados en lo que intentaban liberarse del "peligroso" abrazo de Nicholas.
Pero al ver que no cedía lo más mínimo, las criaturitas ya desesperadas, porque perdían el oxígeno se vieron entre sí y asintieron. Acto seguido, Sparck electrocutó a Nicholas con un poderoso Impactrueno, mientras que Tristar le arrojaba unas Hojas navaja y Kiisuke le lanzaba un Tiro de hilos a la cara del muchacho, a todo lo que su pequeño cuerpecito verde le permitía dar.
—¡Aaaaaaaaay~! ¡Eso es~! ¡Demuéstrenme su cariño, lanzándome sus ataques~! —Exclamaba Nicholas sonriente, con sus ojos en forma X, mientras recibía los ataques de los Pokémon.
Shade, Sirius y Zachary (así como los Pokémon de los últimos) veían esa "inusual escena", con varias gotas de sudor resbalando por sus nucas. Shade estaba boquiabierta e incrédula, así como preocupada (tanto por sus Pokémon, como por Nicholas), mientras que los hermanos de éste rodaban los ojos, con fastidio. Después de recibir una buena cantidad de ataques, Nicholas finalmente soltó a los Pokémon de Shade, cayendo de espaldas al suelo. Tenía sus ojos en forma de espiral, pero conservaba la gran sonrisa en su rostro. Al ver eso, Sirius se golpeó fuertemente la frente con una mano, por lo que resonó un fuerte «¡Slap!».
—¡Por Arceus…! —Gruñó por lo bajo Sirius, con sus dientes rechinando— ¡Espero que nadie lo haya visto!
Zachary soltó un leve suspiró y, tan tranquilo como siempre, le dijo a su hermanito, con un poco de irritación en su voz—. Nicholas… ¿podrías compórtate como un chico normal, aunque sea por dos minutos?
Nicholas se quedó en el suelo, por 10 segundos, pero luego se levantó de un salto, con tal velocidad que asustó a Shade—. ¡Ok~!
Sirius con el ceño fruncido, soltó un gran suspiro. Luego de ya calmar su enojo, habló sereno—. Muy bien, joven Shade… —la castaña se giró a ver al azabache—. Como puedo ver, gratamente escogiste como compañero al inicial de hierba, Bulbasaur. Se llamaba Tristar, ¿me equivocó? —Preguntaba viendo fijamente a Tristar. Al ver un gesto afirmativo de la niña, Sirius asintió complacido—. ¡Perfecto~! Tristar es, sin duda, una excelente opción para éste gimnasio. Además, de que es un Pokémon muy tierno~
Sirius sonrió al decir esto último, así como se dispuso a acariciarle la cabeza a Tristar, acercando poco a poco una de sus manos a éste. Pero el pequeño Bulbasaur pareció ponerse alerta ante esa acción, retrocediendo rápidamente, mientras le gruñía al encapuchado. Shade se extrañó por esa reacción de parte de su compañero de hierba, preguntándole un poco molesta el por qué lo hacía, ya que Sirius no más quería acariciarlo. Pero el pequeño Pokémon de hierba seguía gruñendo, con su rojiza mirada fija en la oscura de Sirius. El encapuchado por su parte, solo lo veía igual de fijamente, con expresión no molesta ni nada, sólo… tranquilo. En lo que eso ocurría, Kiisuke se acercó un poco a la pierna de Zachary, alzando su cabecita para verlo atentamente. El oji-café estaba viendo fijamente al cielo, cuando pareció sentir la mirada del pequeño Caterpie fija en él, por lo que lentamente bajó su mirada, cruzándose con la del pequeño Caterpie. El Vonkarsen medio solo estaba observándolo, con cara totalmente calmada, pero por alguna razón, provocó que Kiisuke se asustara mucho y saliera corriendo hacia Shade. Saltando a los brazos de ésta, el temblor en el cuerpo del pequeño gusanito, era más que notorio, provocando que su entrenadora se preocupara, al igual que se extrañaba del comportamiento de sus Pokémon. Y la extrañeza de la niña aumentó, al ver que Sparck —al notar que Nicholas se había acercado a su entrenadora, para intentar ver que le sucedía a Kiisuke— se posicionaba en frente de éste, arrojándole una Onda trueno, a modo de advertencia, para que se alejara de su entrenadora.
El pelirrojo-naranja logró retroceder un paso a tiempo, salvándose de quedar paralizado por dicho ataque del Pikachu. Por lo que una ya muy molesta Shade, les gritó a sus Pokémon un gran regaño, diciéndoles que no debían ser así de groseros con los Vonkarsen, ya que éstos intentaban ayudarlos a superar el primer gimnasio. Los tres Pokémon, al no estar acostumbrados a que su entrenadora les gritara, bajaron sus cabezas tristes, así como a la vez avergonzados por su actitud anterior. Pero inmediatamente Nicholas intervino, diciéndole a la niña, con sonrisa dulce, que no pasaba nada y que no los regañara de esa forma. En esa ocasión, Sirius revolvió los cabellos de su hermanito y estaba de acuerdo con él. Era completamente normal que los Pokémon de la pequeña los trataran así, ya que eran unos completos desconocidos para ellos. En ese momento, Zachary rompió su silencio, acercándose a la niña y colocándose de cuclillas junto a ella, le dijo con voz bastante tranquila, (y que por alguna razón le hizo sentir algo de paz)
«No te enojes con ellos, ya que sólo solo te están "protegiendo". Como dijo Sirius, ellos no nos conocen y nos mantienen a raya, porque se preocupan por tu bien estar». Shade se asombró mucho, por la forma tan veloz de los tres hermanos para analizar y comprender los sentimientos de sus Pokémon. No pudo evitar sentir cierta culpa, por haber sido tan dura con sus 3 pequeños amigos, a lo que se agachó frente a éstos y les preguntó si los Vonkarsen estaban en lo cierto. Al ver que el Pikachu, el Bulbasaur y el Caterpie asentían lentamente y con expresiones de tristeza, Shade suspiró apenada y les pidió sinceras disculpas a sus compañeros. Pero no tardó mucho en ser tirada al suelo, por sus amigos y a juzgar por las sonrisas de éstos, no había nada que perdonar, por lo que Shade igual de sonriente los abrazó.
Nicholas suspiró, con expresión de ilusión, a la vez en que usaba una de sus mangas para limpiarse las lagrimitas enternecidas que escapaban de sus ojos. De los hermanos Vonkarsen, el sin duda era el más sentimental. Sirius suspiró levemente, levemente irritado de lo cursi que podía ser su hermanito a veces, pero solo le volvió a revolver nuevamente sus cabellos anaranjados, hecho que provocó que Nicholas sonriera, feliz. Ya que usualmente su hermano mayor, no le daba esas pequeñas muestras de afecto fraternal, por lo que cuando las recibía se sentía muy feliz. Una vez entrenadora y Pokémon se reconciliaron, Zachary se levantó y sugirió que ya mejor iniciaran con el entrenamiento, a lo que la castaña asintió, igual de entusiasmada que su equipo.
—¡Muy bien! ¡Shade, yo seré tu primer oponente~! —Exclamó Nicholas con entusiasmo, alzando una de sus mangas al aire—. ¡Verás que será una batalla de entrenamiento muy épica! ¡Y te demostraré toda la habilidad que tengo con los Pokémon!
Hablaba con emoción el chico, juntando sus manos (aun ocultas por las mangas) con las de Shade, la niña pudo sentir por la suavidad de éstas, que el chico llevaba guantes de tela. Pero la niña se extraño, ya que repentinamente el pelirrojo-naranja se quedó callado, con los ojos muy abiertos y con su verdosa mirada perdida, casi como si intentara acordarse de algo. Segundos después, su semblante se palideció más de lo que estaba (si es que era eso posible), provocando que Shade se pusiera muy nerviosa y le preguntara si se encontraba bien. No era para menos la preocupación, ya que la piel del muchacho había superado el nivel de palidez, de la misma reina de las leches más blancas.
—¡Momento, momento, momento! —Exclamó velozmente el chico, agitando sus brazos al aire, quedándose estáticos—. Me acabo de acordar de algo very, very important… y es que… ¡no tenemos arbitro!
Debido al exageradísimo tono melodramático, que el muchacho usó en esa última exclamación, una gotita de sudor descendió por las nucas de los todos los presentes, tanto humanos como Pokémon. Una vez calmado su hermano, gracias al golpecito en la frente que le dio Zachary, Sirius se llevó una mano a su mentón, con cierto semblante serio, intentando pensar en algo.
—Vaya, que pequeño contratiempo. Necesitaremos antes, buscar a alguna persona capacitada en el arbitraje Pokémon para que… ¿eh? —Sirius giró su mirada oscura, en dirección a hombre acompañado de un niño joven (posiblemente dos años menor que Shade), recién llegados al parque.
El adulto era de piel clara, cabello corto y castaño, bien arreglado y de ojos de mismo color. Vestía camisa negra de manga corta y pantalón beige, junto a zapatos cafés. El chico por su parte, era de piel levemente bronceada, cabello corto y rubio, (algo picudo y levemente alborotado), así como de ojos de color azul eléctrico. Iba vestido con camiseta amarilla y de manga corta, junto a pantalones verdes y calzaba zapatos de ambos colores, también llevaba guantes azul oscuro. Al entrar al pequeño parque, (aparentes padre e hijo) se habían sentado en un banquito cercano al campo, abriendo una lata cada uno y tomándose sus refrescos. Curiosamente, al lado del muchachito rubio, habían 2 banderitas —una de color verde y otra de color rojo— por lo que Sirius sonrió complacido (y algo atemorizado de la repentina coincidencia, pensando en que quizás la suerte del todopoderoso Arceus estaba con él en ese momento).
—Oh, miren~ tal vez alguno de ellos pueda ayu… —pero antes de que Sirius terminara esa oración, Nicholas se había acercado corriendo, como un rayo de Raikou, a los recién llegados, desconcertando mucho a éstos por su repentina aparición. El semblante de Sirius se tornó sombrío y entrecerrando sus ojos, susurró—. ¡Demonios…! Ojalá ese idiota no haga nada ridículo.
Volviendo a la escena de la banca, un sonriente Nicholas, con brillo de ilusión en sus ojos, les habló a los pobres y desconcertados varones—. ¡Buenas~! ¿Cómo están? ¡Soy Nicholas Vonkarsen, mucho gusto! Con que están tomando unos refrescos, ¿eh? ¡Sí, buena idea~! ¡Hoy es un día caluroso, y no hay nada mejor que tomarse una bebida fría en un día caluroso~!
Debido al susto que le había dado el muchacho, el pobre hombre derramó su refresco en el suelo y escondió al rubio tras de si, para protegerlo si era necesario. Sacándose del bolsillo una billetera, se la tendió con temblores al muchacho y rogándole, con voz igual de temblorosa
«¡T-toma todo mi dinero y no nos hagas daño, por favor! ¡Tengo una esposa, dos hijos y dos Vulpix a los que cuidar!». Pero a diferencia de su aterrado padre, el pequeño rubio asomaba su cabecita, mirando al extraño joven y no pudo evitar sonreír levemente, ya que le causaba cierta gracia la escena.
—
¿Excuse me? —Un confuso Nicholas parpadeo varias veces, viendo la billetera y luego al señor, en lo que decía pero para desconcierto de éste, el muchacho soltó una carcajada divertida, cosa que hizo reír levemente al rubiecito—. ¡Ja, ja, ja, ja~! No, no, nada de eso, señor. No quiero dinero, ya tengo ahorrado mucho, en mi alcancía de Grumpig. ¡Lo que quiero es ver si nos puedes echar una mano, con esas banderitas, que tiene su encantador hijo~! ¿Le importaría ser nuestro arbitro~?
—¿C-cómo? ¿Arbitro? ¿Para qué? —Preguntó el hombre, aún muy nervioso de lo cerca que se encontraba Nicholas, intentando esconder más a su hijo tras de sí. Ya que no tenía idea de que al acceder a comprarle a su criatura esas banderitas, de colección y de arbitraje Pokémon, pasaría algo como en esa situación.
—
¡Yes, that's it~! Arbitro. «A-R-B-I-T-R-O» ¡Arbitro! —Exclamó y hasta deletreó la palabra, en su estado de emoción—. ¿Y para qué? ¡Para darnos una mano y ser el juez en unas batallas Pokémon de entrenamiento! ¡Y así ayudar a entrenar a mi amiga Shade Akasuna!
—¿Shade? —Preguntó el hombre, ésta vez, alzando una ceja y extrañado del nombre que escuchaba. Al parecer le resultaba familiar, su pequeño igual reaccionó con curiosidad ante ese nombre.
—¡Sí, ya lo pilla~! ¡Shade! «S-H-A-D-E» ¿Qué nombrecito más raro, no cree? Pero así se llama la adorable niñita de allá —explicó el muchacho, señalando con una de sus mangas, hacia la niña—. Así que, ¿qué me dice? ¿Puede ayudarnos,
please~? —Finalizó con esa pregunta el sonriente Nicholas.
El hombre siguió con la mirada, la dirección en que señala, cabeza hacia la niñita y vio que esta saludaba sonriente, con una gota de sudor resbalando por su cabeza, a causa de la pena. Fue entonces cuando tanto el hombre como su hijo, reaccionaron sonrientes y saludaron animadamente a la niña, (sorprendiendo mucho a Nicholas y sus hermanos por ello). Sirius y Zachary miraron curiosos a la pequeña, a lo que ésta sonrió y les explicó que ese señor era un buen amigo de su familia, al igual que el hijo de éste. Eran de la familia Zapray, el señor se llamaba Eric y el rubiecito se llamaba Raymond, (aunque prefería que le hablaran por su apodo de "Ray") y dicha familia se dedicaba al arbitraje Pokémon. Menuda suerte, ¿no creen? Una vez los Vonkarsen y los Zapray se presentaron, Eric aceptó ser el árbitro (y así enseñarle a su hijito como se hacía el trabajo de la familia). Nicholas se emocionó mucho no solo por eso, sino porque se encontraba jugando con el pequeño Ray, junto a los Pokémon de Shade, en lo que los adultos y la (al parecer) responsable niña. Al ya estar arreglado todo, tanto Shade como Nicholas tomaron sus respectivas posiciones en el campo, (la derecha e izquierda respectivamente). Sirius, Zachary y el pequeño Ray en cambio tomaron asiento, en las pequeñas gradas a la esquina derecha, junto al campo, aunque se vio una pequeña y chistosa escenita, ya que el rubiecito miró con curiosidad la capa del Vonkarsen mayor, sujetándola entre sus manitas y tirando levemente de ella. Eso provocó que el oji-negro, en uno de los tirones más fuertes del pequeño, casi se ahogara; pero aunque se giró abruptamente, Zachary había cargado y sentado al pequeño en su regazo. Con sonrisa serena (pero con algo de burla) jugueteaba con el niño.
—Lo sé, lo sé. Es raro que ése hombre lleve capa, en un día tan caluroso, ¿verdad? ¿Querías quitarle la capita, por pensar que tenía calor, amiguito~? —El muchachito asintió y Zachary añadió—. Descuida, chiquitín. Dicen por ahí que a los hombres feos no les da calor, porque con sus caras espantan hasta a los rayos del sol~ —
Al decir eso acabó ganándose una risa del pequeño y una mirada de
«Te voy a matar», de parte de Sirius. A lo que el criador sonrió con auto-suficiencia. Aunque fuera tranquilo, si había algo que le encantara más, que ver un Pokémon recién nacido romper el cascarón de su huevo, eso era ver la cara de amargado de su hermano mayor. Pero milagrosamente la voz de Eric, ya indicando las reglas del combate, los hizo centrarse en el campo.
—¡Bien! ¡Ésta será una batalla de 1 contra 1! ¡Procedan a elegir al Pokémon que peleara! —Exclamó Eric, mientras alzaba las banderitas en cada dirección del campo, la derecha e izquierda.
Shade se dirigió hacia su Pokémon inicial, indicándole que fuera él primero y señalando al campo con un brazo. El pequeño Tristar asintió, dando unos pazos al frente y adquiriendo una posición de determinación, al igual que el brillo de sus ojos rojos. Nicholas observó la elección de la niña, mientras tenía sus mangas posadas en su nuca. Al ver que ya le tocaba escoger, sonrió y sacó de una de sus mangas una esfera curiosa, era celeste en la parte superior (con algunas marcas rojizas) y blanca en la inferior: se trataba de una Greatball. Al arrojar dicha esfera al aire, a la vez en que exclamó
«¡Hora de luchar, amigo~!» y luego de que ésta se abriera, dejó salir una luz rojiza. Poco después dicha luz adquirió la forma de un Pokémon que dejó boquiabiertos, tanto a Shade y sus Pokémon, como a Ray y su padre. Poseía cuerpo de serpiente y muy largo, de un color fucsia intenso en la parte superior y blanca en su vientre. Tenía unas pequeñas alas blancas a cada lado de su cabeza. En el centro de su frente, había un pequeño cuerno y en el cual se apreciaba una pequeña marca, en forma de X. En su cuello poseía una pequeña esfera y en la punta de su cola un par de esferas más, todas de color tan ambarino y brillante, que parecían de oro puro. Sus ojos eran de color ámbar. Una aún boquiabierta Shade, sacó a Dexter de su bolsillo y lo señaló, en dirección al Pokémon rival. El aparató habló.
—“¡Bip-bip! ¡Dragonair! «El Pokémon Dragón» y la forma evolucionada de Dratini. De tipo Dragón. ¡Bip-bip! Gracias a las esferas que tiene, éste Pokémon puede controlar la energía para manipular los elementos y crear poderosas tormentas de granizo, rayos o de agua. Dragonair es capaz de volar aún sin alas y… ¡¿Bip-bip?! ¿¡Es cierto lo que captan mis sensores!? ¿¡Te encontraste con un Dragonair!? ¿¡Y además «Shiny»!? ¿¡Bip-bip!?” —Shade se extrañó de dicho término, cuando se fijó mejor en el Dragonair de Nicholas. Comparándolo con el que se apreciaba, en la ilustración de la pantallita de Dexter, notó asombrada que al contrario del Pokémon real, el de su ilustración era de color azulado. Dexter volvió a hablar—.
“¡Sí, «Shiny»! ¡Bip-bip! El término «Shiny», es utilizado para los Pokémon cuya coloración, es diferente a la común de la especie. ¡Bip-bip! ¡Vaya! ¿Acaso no prestaste atención, cuándo estabas en la escuela? ¿Bip-bip?” Antes de que el Pokédex comenzara a decirle más sermones, la niña velozmente lo apagó y guardó en su bolsillo derecho del pantalón. Aunque ahora que recordaba, no era el primer Pokémon shiny que veía; ya que la Ninetales de su padre, poseía un color de pelaje distinto al normal y su Magcargo era de un color diferente también. Fue entonces cuando Nicholas presentó a su Pokémon, diciendo que se llamaba «Gorass» y luego de ello, con mucha gentileza le cedió a la castaña el primer movimiento. Shade asintió y con decisión, le indicó a Tristar que usara Tacleada. Inmediatamente, el pequeño Bulbasaur tomó impulso y salió corriendo, en dirección a su adversario. Extrañamente, Gorass no hizo esfuerzo alguno por apartarse, por lo que recibió un fuerte golpe directo, lo que lo hizo retroceder un poco. Pero el Dragonair, a juzgar por su expresión serena, no pareció haber recibido daño.
—¡Ujujui~! Jugando rudo, ¿eh?
¡Great~! ¡Nosotros también podemos jugar así! —sonrió con decisión Nicholas, añadiendo—. ¡Gorass, usa Rayo hielo!
Gorass asintió y procedió a cerrar sus ojos. Poco después, la esfera ambarina de su cuello, comenzó a desprender un brillo dorado, al igual que las de su cola. Al abrir nuevamente sus ojos, abrió igualmente su boca y por esta arrojó un extraño rayo, de color azul celeste, (el cual provocó algo de frío en el ambiente), en dirección a Tristar. Una muy alarmada Shade, sabiendo lo peligroso que sería si ese ataque de hielo impactara sobre Tristar, le gritó que esquivara. El pequeño Bulbasaur logro apartarse, esquivando por los pelos el Rayo hielo, el cual al no darle al Bulbasaur, en su lugar impactó contra un árbol. Como consecuencia, el pobre árbol se vio envuelto en un glaciar cristalino, congelado por completo; resultado que incluso llegó a helar la sangre de Shade, lo que la hizo llegar a pensar que seguramente Gorass, estaría en un nivel alto. Al salir de sus pensamientos, Shade le indicó a Tristar que usara Látigo cepa. Tristar asintió, de los costados de su bulto le surgieron un par de largas "lianas". Con ellas empezó a golpear el rostro del Dragonair, repetidas veces, exclamando
«¡Toma, toma y toma!». A continuación y por orden de su entrenadora, Tristar sujetó firmemente el cuello de su adversario con su Látigo cepa y le comenzó a arrojar varias Hojas navaja, en forma de torbellino hacia el indefenso Dragonair. Al recibir el impactó contra su cuerpo, el Pokémon dragón rugió fuerte y adolorido. Una vez Tristar aumentó la potencia de su ataque, algunas de sus hojas se desviaron e impactaron contra el suelo. Esto levantó una gran nube de humo, que envolvió todo el campo, al igual que al Bulbasaur y al Dragonair. Todo el mundo se quedó en silencio, esperando ver que alguno de los Pokémon surgiera del humo. Lo curioso era que algunos peatones, que habían pasado cerca del campo, se habían detenido a mirar igualmente.
Los espectadores reaccionaron con un respingo, al ver al Bulbasaur de Shade salir de la nube de humo, sin ningún rasguño en su cuerpo, pero algo agotado por usar tanta potencia en su ataque. La entrenadora castaña se alegró al ver que su pequeño compañero estaba bien, pero su sonrisa se desvaneció, al ver que el Dragonair surgía de la nube de humo, literalmente y sin exagerar, levitando en el aire. Poseía algunos rasguños y heridas en su cuerpo, pero que al parecer no le habían logrado debilitar. A ver los semblantes de horror, de su entrenadora y compañeros de equipo, el Pokémon de hierba se giró y se llevó tremendo susto, al ver que su contrincante seguía de pie, (ó mejor dicho levitaba en el aire). Pero el Pokémon dragón no parecía mirar a su pequeño contrincante con enfado, ni nada parecido, su mirada ambarina seguía tan apacible como siempre. El silencio en el ambiente fue rotó, por un sonido de leves palmadas, que eran cortesía de Nicholas, el cual sonreía y lucía igual de calmado que su dragón.
—
Well… very, very well~ —habló el pelirrojo-naranja—. Fue una buena combinación de ataques, pero… ¡ni crean que nos ganaran tan fácil~! —Al exclamar eso el muchacho sonrió, con mucha emoción y determinación reflejadas en sus ojos verdes. Pero de repente, (y sin que Shade se diera cuenta), éstos por una fracción de segundos, destellaron un curioso resplandor amarillo intenso. El pelirrojo-naranja levantó su vista, hacia su Pokémon flotante y exclamó—. ¡Gorass… usa Furia dragón!
Sparck y Kiisuke exclamaron
«¡¿Furia dra… qué?!» unísonamente, con la sorpresa y el horror reflejados en sus rostros, al ver que los ojos del Dragonair comenzaban a brillar de azul intenso y abría su boca. Arrojando por ésta una potente llamarada morada-azulada. Sin darle tiempo de indicarle a Tristar que esquivara, Shade solo pudo mirar como el ataque impactó, en un golpe directo, contra su Pokémon inicial. Mandándolo a volar varios metros atrás, hasta impactar contra un árbol, para poco después desplomarse en el suelo, sus ojos estaban en espiral y se encontraba totalmente debilitado.
—¡Bulbasaur no puede continuar! —exclamaba, igual de sorprendido por la potencia del ataque, el árbitro Eric, alzando la banderita roja, en dirección a Nicholas—. ¡Dragonair gana!
Una angustiada Shade corrió hacia su debilitado compañero, acompañada de Sparck y Kiisuke, cargándolo entre sus brazos. El pequeño Bulbasaur con dificultad abrió sus ojos, mirando triste a su entrenadora, por pensar que le había fallado. Pero se sorprendió al ver que la niña le sonrió dulcemente, agradeciéndole y felicitándolo por su esfuerzo, a la vez en que le daba un besito en su frente y luego lo regresaba a su Pokéball, para que descansara. En el interior de la esfera, Tristar sonreía, ya reconfortado por las palabras de Shade. Nicholas se acercó a la niña, acompañado de su Dragonair, ambos luciendo realmente apenados, por haberse pasado al usar ese ataque. Pero Shade les sonrió igualmente, diciéndoles que no importaba, ya que de eso se trataban las batallas Pokémon —no importaba el ganar o perder, solo que entrenador y Pokémon estrecharan lazos de amistad y mejoraran mutuamente con sus triunfos, así como aprendieran de sus derrotas—. Ante esa respuesta tan madura de la niña, los ojos esmeraldas del muchacho se humedecieron. Conmovido, se dispuso a darle otro abrazo a la castaña. Shade aterrada (al recordar el "peligro potencial" de los abrazos del chico) se apartó, por lo que Nicholas tropezó y cayó de cara al suelo.
—¡Bueno…! Si ya terminó el teatro de cursilerías… ¿te apetece combatir contra mí, joven Akasuna~? —Preguntó Sirius, con una sonrisa amable y tratando de ignorar las payasadas de su hermanito. Shade algo dudosa, pero impulsada por las miradas decididas de Sparck y Kiisuke, asintió.
Una vez el azabache encapuchado y la niña, tomaron respectivas posiciones en el campo, Eric volvió a exclamar las reglas del combate y alzar las banderitas—. ¡El siguiente combate será de 1 contra 1! ¡Empiecen ya!
Sirius le hizo una señal con su cabeza a Batula, el cual reposaba sentado sobre su hombro derecho, de que fuera a combatir. El pequeño Zubat asintió, aleteando sus alas y comenzando a revolotear en su posición del campo. Shade analizó un poco al Pokémon rival, recordando que Dexter había dicho que era mitad tipo Volador, por lo que le indicó a Sparck que fuera a combatir. El Pikachu dio un saltó al frente, posicionándose en cuatro patas y en pose de combate, mientras echaba pequeñas chispas de sus polos rojizos. Sirius asintió, complacido, de ver que la niña conocía bien las ventajas y desventajas de elementos, cediéndole el primer movimiento. Shade le indicó a Sparck que usara Ataque rápido, por lo que el ratoncito reunió suficiente impulso en sus patas, comenzando a correr a gran velocidad, dejando una estela de luz blanca tras de sí. Logró impactar en el vientre del Zubat, haciendo que éste revoloteara algo confuso, pero gracias a palabras de su entrenador, logró recuperar el control en su vuelo. A continuación, Sirius le indicó a Batula que usara Supersónico. El pequeño murciélago arrojó de su boca una extraña onda de sonido, en dirección a Sparck, la cual impactó de lleno en su rostro. Provocando que el pequeño Pikachu se comenzara a tambalear, con los ojos en forma de espiral, mientras que sobre su cabeza corrían en círculos pequeños Psyducks.
—¡Oh no! ¡Sparck está confuso! —Shade estaba muy preocupada, aunque una pequeña gota de sudor resbaló por su nuca, al ver a su ratoncito eléctrico hacer graciosas piruetas y saltitos, de lo confuso que estaba.
—¡Bien! ¡Batula, usa Bala sanguijuela! —Indicó Sirius, aprovechando el estado desorientado del Pikachu.
A lo que el Zubat le arrojó nuevamente de su boca, una extraña aguja verdosa, la cual impactó sobre un brazo del Pikachu, lastimándolo y provocando que (aun confuso) diera leves saltitos y se sobara el brazos. Batula por su parte, pareció recuperar fuerzas, por las energías que le robó a su adversario con esa "aguja". Una preocupada Shade, le intentó indicar a Sparck que usara Impactrueno. Aun con su estado desorientado, el Pikachu logró arrojar la descarga eléctrica hacia el murciélago, lastimándolo mucho y provocando que se desplomara en el suelo, aunque sin debilitarlo. Sirius con expresión seria, pero voz angustiada, le preguntó a su compañero si podía levantarse, para sorpresa de Shade y los peatones observadores, así como alivio del azabache, el pequeño Zubat logró volver a levantar vuelo.
—Bien hecho, Batula~ —sonrió Sirius y luego exclamó—. ¡Usa Ataque ala!
El pequeño murciélago asintió, agitando con fuerza sus alas, (las cuales se envolvieron en una luz blanca) y arrojándose velozmente hacia el Pikachu. A pesar de que Shade le gritara a su amigo que esquivara, el estado de confusión de éste aun no desaparecía y, para colmo, estaba tan confuso que se lastimó a sí mismo, plantándose una bofetada con uno de sus brazos. Por lo que el pobre ratoncito eléctrico recibió de lleno el Ataque ala, en pleno vientre de parte del murciélago, por lo que éste lo mando a volar y chocar contra un bote de basura, tumbándolo y provocando que se regara todo su contenido (así como que parte de éste, para asco de los espectadores, cayera sobre el Pikachu).
Sirius no perdía tiempo y con voz firme, exclamó.— ¡Batula, usa Colmillo venenoso! —Shade en esa ocasión, tampoco logró ver el curioso brillo carmesí, que se reflejó en los ojos oscuros del encapuchado, por muy pocos segundos.
El Zubat asintió, abriendo su boca en su totalidad y sus colmillos comenzaron a segregar un extraño brillo morado, así como un líquido del mismo color; para luego dirigirse volando con rapidez hacia el semi-inconsciente Sparck. Shade alarmada gritó
«¡Cuidado, Sparck!» con mucha fuerza. Sparck logró captar dicha advertencia (al por fin salir de la confusión), en lo que se retiraba de su cabecita una cascara de banana, ya en estado podrido y arrojándolo a otro lado con asco. Pero luego su expresión cambio a una de terror, al ver a Batula volando hacia él, con la intención de morderlo y envenenarlo en el proceso. A lo que el Pikachu salió corriendo, tratando de alejarse del Zubat, pero éste lo perseguía, aun con intenciones de impregnarle el Colmillo venenoso.
—
«¡Aaaaaah! ¡Por favor no me muerdas, Batula! ¡Tengo mal sabor!» —Gritaba aterrado Sparck, mientras corría a todo lo que le daban sus piernas y también moviendo de un lado para otro su cola, ya que veía que Batula intentaba mordérsela.
Esa curiosa y graciosa persecución, provocó que algunos de los presentes soltaran carcajadas, así como algunos animaban a Batula gritando
«¡Muérdelo, muérdelo~!», mientras que otros le gritaban a Sparck
«¡Cuidado, corre por tu vida!». Gritos que provocaron que unas gotitas de sudor resbalaran por las nucas de Shade y Sirius, el segundo se giró hacia el público y los regañó, exclamando severamente
«¡¡Ya paren con eso!!», para luego girarse y gritarle, con tono irritado y una venita palpitante sobre su frente
«¡¡Por amor de Arceus, Akasuna!! ¡¡Dile a tu Pikachu que deje de jugar y que se comporte como es debido en un combate!!». A lo que una desafiante Shade le gritó
«¡¿Y cómo espera que Sparck ataque, si su Zubat lo persigue así, señor Sirius?!», añadiendo y dirigiéndose hacia su Pokémon que no dejara de correr.
—
«¡Sí, claro! ¿¡Qué más voy a hacer!?» —Gritó con sarcasmo el Pikachu, con aires de agotado y aun corriendo. Pero al descuidarse, el pobre no logró ver a tiempo que en frente suyo había un gran muro de ladrillos y como no pudo evitarlo, chocó de pleno rostro contra él.
Ante el fuerte golpe seco, que resonó por el choque del ratón contra el muro, algunos presentes en el público pusieron una mueca de dolor ajeno, al igual que Shade, Nicholas, Ray y Kiisuke. Mientras que Sirius se llevaba una mano a la frente, provocando que resonara un fuerte
«¡Slap!», a lo que el pequeño Ray —sentado sobre el regazo de Zachary, mientras que éste había apartado su atención unos segundos del libro que leía, para ver el chistoso espectáculo— dijo
«¡Ouch! Eso debió doler…», Zachary acarició su cabeza y, tratando de contener una carcajada divertida, le dijo sereno
«Sí, pero mi hermano es muy resistente~», seguidamente volvió a centrar su atención en su librito. El pobre Sparck al apartar su rostro del muro, (teniéndolo todo rojo por el impacto), se lo sobaba y soltaba leves quejidos de dolor. Sirius con el ceño fruncido, conservando la vena palpitante en su cabeza, ya hartó de ese penoso espectáculo le indicó con voz gruesa a Batula.
—¡Ya basta de jueguitos tontos! ¡Batula, As aéreo!
El pequeño murciélago asintió, comenzando a aletear fuertemente para elevarse, a una considerable altura en el cielo. Para luego arrojarse en picada, con sus alas totalmente iluminadas de un brillo plateado intenso, en dirección al aun dolorido Pikachu junto al muro. El pequeño ratón, al ver la cara de preocupación de su entrenadora, así como notar el ataque que se acercaba a el, puso un semblante muy serio. Se posó en posición de combate, echando chispas de sus mejillas, para hacerle saber a Sirius y a Batula que no tenía miedo. Ya el murciélago estaba a pocos metros de impactar sobre su adversario. De repente a Sparck se le ocurrió una idea, así que cuando el Zubat ya estaba bastante cerca, el pequeño ratón eléctrico sonrió y se volteó hacia Shade, guiñándole un ojo, en señal de seguridad. Pocos segundos después, Batula impactó en el lugar donde estaba el Pikachu con su As aéreo, rompiendo parte de la pared, donde se encontraba acorralado su oponente y, a su vez, provocando que una segunda gran nube de humo se levantara. Pocos segundos después, el Zubat salió de la nube de humo y concentró su atención en éste, esperando ver que su contrincante saliera, pero pasaron varios unos minutos y el Pokémon de Shade no salía.
—¡Batula! ¡Retira todo ese polvo con Despejar! —Indicó Sirius.
El pequeño Zubat agitó fuertemente sus alas y éstas arrojaron varias ráfagas, que disipaban poco a poco el humo y el polvo. Cuando las últimas nubecitas de polvo fueron retiradas, todos esperaban ver a un Pikachu debilitado, pero al disiparse el humo… no había ni una señal del Pokémon de Shade, cosa que causó extrañeza en todo el mundo, (excepto en Zachary, que a diferencia de los otros, el observaba sin perder la calma en su rostro, después de acabar de leer su libro).
—N-no… mi… Pikachu… —Shade se desplomó de rodillas en el suelo. Estaba incrédula, pensando que ese As aéreo había sido tan poderoso, que había destrozado por completo a su querido Sparck.
El Zubat extrañado, se acercó hacia el lugar donde había impactado su As aéreo y comenzó a buscar a su adversario, emitiendo ondas de sonido de su boca. Sirius parecía igual de consternado, aunque lo disimulaba muy bien con su semblante serio. Zachary alzó un poco la vista, cerró los ojos, mientras se subía los lentes con los dedos índice y medio. Luego le advirtió calmadamente a Sirius.
—Hermano, no pierdas la concentración. El Pikachu está justo… —Pero antes de que Zachary terminara esa oración, abajo del Zubat el suelo comenzó a agitarse. Batula no tuvo tiempo de apartarse, cuando el Pikachu de Shade salió de un agujero, (que él mismo abrió) y se arrojó contra su adversario, golpeándolo con un fuerte Ataque rápido en pleno vientre y mandándolo a chocar contra un árbol. Sirius se quedó pasmado, con sus ojos totalmente abiertos, bastante incrédulo y sorprendido, viendo como su Zubat terminaba de caer al suelo, totalmente debilitado por el golpe crítico de Sparck. Zachary sonrió divertido y acabó su oración, diciendo un sereno—… te lo advertí~
—¡Zubat no puede continuar! ¡Pikachu es el ganador! —Exclamó Eric boquiabierto, alzando la bandera verde en la dirección del campo de Shade.
Shade y Sparck dieron un salto, muy emocionados por su triunfo, en lo que el segundo alzaba un brazo y hacia el "signo de la victoria" con sus deditos. Sirius solo pudo suspirar, regresando a su Zubat a su respectiva Pokéball, susurrándole una vez adentro que hizo un buen trabajo. Luego bajó la mirada para ocultar una sonrisa, (aunque había perdido, no estaba molesto. Más bien estaba feliz, de ver el fuerte lazo de unión de Shade y sus Pokémon, claro que él no quería que la joven entrenadora lo viera sonreír así, porque lo creería loco). Sparck corrió hacia su entrenadora, bastante emocionado. Cuando ya estaba frente a ella, los dos se miraron en silencio, hasta que la niña se agachó para cargarlo y rompió el silencio.
—Sparck… ¿es mi imaginación… ó acabas de aprender Excavar? —Preguntó Shade, con un extraño semblante serio.
—
«Eso creo…» —respondió el pequeño Pikachu, extrañado de la seriedad de su entrenadora.
—Sí… eso pensé… —Shade bajó la vista y luego de unos segundos, comenzó a temblar, (cosa que extrañó aún más a Sparck). La pequeña al alzar la mirada, tenía una sonrisa de oreja a oreja y abrazó fuertemente a su Pikachu, comenzando a dar vueltas—. ¡Sparck, genial~! ¡No puedo creer que hayas aprendido Excavar~!
—
«¡No, por favor! ¡No de nuevo, que me mareo!» —Suplicaba el pobre ratón, con sus ojitos en forma de espiral, así como con un ligero color verde en su rostro.
Nicholas y Zachary que seguían sentados en las gradas, observaban la escena. El primero estaba boquiabierto, balbuceando cosas incomprensibles, hasta que finalmente logro dirigirse a su hermano medio, preguntando
«¿Zachary? ¿Acaso será posible… que Sirius haya… perdido?». El aludido cerró de golpe su libro, al acabar de leer las últimas páginas, para responder, con cierto sarcasmo en su voz
«¡Un aplauso para Nicholas! ¿Te diste cuenta tu solito, genio~?», a lo que el oji-verde se giró, (sin ser capaz de notar el sarcasmo) y responder sonriendo
«¡Así es! ¡Lo note yo solito~!». A lo que Zachary soltó un suspiro aburrida y dijo para sí mismo
«Paciencia, Arceus…». El pequeño Ray soltó una leve risita, divertido de esa escena, por lo que Zachary lo miró tranquilamente y le revolvió los cabellos rubios, con una leve sonrisa en su rostro. Al notar al pequeño sobre su regazo, no pudo evitar recordar cuando Nicholas estaba así de pequeño; conservando su sonrisa risueña, así como era (increíblemente) mucho más hiper-activo que en la actualidad; a pesar de eso, era ciertamente muy lindo. Los dos Vonkarsen giraron la vista, notando a su hermano mayor acercándose. Al ya estar sobre las gradas, Sirius le hizo una señal con su cabeza a Zachary, diciendo que ya era su turno. El Vonkarsen medio respondió un
«Sí, sí. Ya voy», levantándose en lo que cargaba al pequeño Roy, para luego tendérselo a Sirius y bajar de las gradas, con las manos en los bolsillos. Una segunda escena graciosa se vio en las gradas, ya que Sirius (aun con Roy en brazos) vio fijamente al pequeño, ambos en completo silencio, cuando el rubiecito lo señaló, exclamando un juguetón
«¡Feo encapuchado~!». Varios venitas palpitantes surgieron en el rostro de Sirius, en lo que éste esbozaba una sonrisa forzada y decía
«Que niño tan… lindo», para luego tendérselo a Nicholas y sentarse algo alejado, con sus brazos cruzados y con su rostro ensombrecido, susurrando un
«Cuando Zachary acabe, lo voy a matar», en lo que era visto por Nicholas, el cual tenía varias gotitas resbalando por su nuca, aunque al ver al niñito le sonrió y dijo
«Todo está bien. Lo que pasa es que mi hermano es un gruñón~», eso logró escucharlo Sirius y furioso, refunfuñó un
«¡¡Nicholas!!».
Volviendo al campo de batalla, Zachary hizo un curioso y agudo silbido. Pocos segundos después, su fiel Scyther saltó con velocidad de un árbol cercano, posicionándose frente a su entrenador igual de rápido. Shade se sorprendió bastante de la vertiginosa velocidad del Pokémon mantis, pero Zachary la vio y le sonrió con serenidad. Shade se extrañó, pero se limitó a asentir. Shade se llevó una mano a la barbilla, bajando su mirada. Aun Sparck estaba con energía, pero seguramente estaba cansado por su reciente batalla. Kiisuke por su parte… Shade suspiró, alzando la vista para ver a Zalayots, a simple vista se veía que era un Scyther bien entrenado, lo que la dejaba no muy segura de cuál Pokémon usar en su última ronda, cuando sintió un tirón de su pantalón. Al bajar nuevamente su mirada, notó que se trataba de Kiisuke, el cual al tener la atención de su entrenadora, señaló a Zalayots y luego a sí mismo con una de sus patitas/ventosas, con sus ojos negros desprendiendo un brillo de decisión.
—¿Kiisuke? ¿Estás seguro?
—
«¡Sí, Shade! ¡Déjamelo a mí!»
—«Pero… Kiisuke» —ahora el que hablaba era Sparck, mirando igual de preocupado que su entrenadora al gusanito—.
«Ese Scyther se ve muy fuerte. ¿De verdad quieres enfrentarte a él?»
—«¡Así es! ¡Ya estoy harto de tener miedo!» —Exclamó Kiisuke, con decisión—.
«¡Voy a demostrarles que también soy fuerte, venciendo a ese Scyther!»Sparck y Shade parecieron sorprenderse mucho de la decisión del gusanito, pero al final la segunda sonrió y apretando un puño, en señal de seguridad, aceptó. Sparck al principio dudó, pero decidió que lo mejor era darle ánimos a su compañero, por lo que asintió y ante eso, Kiisuke se posicionó enfrente de su entrenadora. Zachary alzó una ceja, mientras que el público se quedaba boquiabierto, al ver que la niña enviaba a un pequeño y lindo Caterpie para luchar contra el Scyther.
—¿¡Un Caterpie!? ¡Tiene que ser una broma! —Exclamó incrédulo uno de los que observaba la batalla.
El Scyther de Zachary, sin perder la calma igual que su entrenador, miraba fijamente a su pequeño contrincante. Ciertamente esperaba que la niña enviara al Pikachu para luchar contra él, pero al notar la mirada de su criador, Zalayots suspiró y asintió. Como siempre y por educación de parte de Zachary, a Shade le tocó el primer movimiento, por lo que ella le indicó a Kiisuke que usara Tacleada. El pequeño gusanito tomó impulso y con la mayor velocidad, que sus patitas/ventosas le permitían, corrió en dirección al sereno Scyther, el solo se quedaba quieto y mirando al gusanito correr hacia él.
—Esquívalo —indicó en voz tan baja, como si fuera un susurro. Susurro que al parecer Zalayots escuchó sin problemas, ya que a velocidad de vértigo, dio un gran salto, esquivando la tacleada del pobre y sorprendido Caterpie, el cual se detuvo y alzo la vista, incrédulo.
—
(¡Por Arceus! ¡Menuda velocidad!) —Exclamó Shade mentalmente, igual de impresionada, pero volvió a insistir—. ¡Kiisuke, usa Tiro de hilos!
El pequeño gusanito se posó firmemente en el suelo, siguiendo con la vista al Scyther que poco a poco caía, para luego arrojar de su boca una buena cantidad de hilo blanco, en dirección a la mantis. Pero nuevamente, por orden de su criador, Zalayots sin esfuerzo alguno, evitó otra vez el ataque al hacerse a un lado y con la misma velocidad, se posó frente a un desconcertado Kiisuke. El Vonkarsen medio nuevamente habló, diciendo
«¡Usa Doble equipo!». Zalayots asintió, juntando sus guadañas, su cuerpo comenzó a desprender un blanquecino resplandor. De una forma similar a una ameba dividiéndose en dos, el cuerpo del Pokémon mantis fue separándose con gran rapidez. Hasta que finalmente, Zalayots se había multiplicado en varias copias de si mismo, una al lado de la otra y rodeando en un círculo, al pobre y confuso gusanito, el cual miraba una a otra las copias de su adversario, sin saber a cuál debía atacar.
—¡Danza espada! —volvió a indicar Zachary, totalmente sereno. Seguidamente, los espejismos del Scyther comenzaron a separar y juntar sus guadañas repetidas veces, en lo que éstas eran rodeadas por una energía azulada, la cual daba la impresión de afilar más las guadañas. El Vonkarsen volvió a hablar, añadiendo—. ¡Ahora usa Ataque rápido!
Antes de si quiera decirle que esquivara, Shade miró con desconcierto como su pequeño Caterpie era golpeado en el vientre, por una de las copias del Scyther y mandado a rodar varios metros, hasta chocar contra un árbol. Shade exclamó el nombre de su Caterpie preocupada, cuando Zachary arregló nuevamente sus lentes con sus dedos y volvió a indicar
«¡Corte furia!». Enseguida, las copias de Zalayots se desvanecieron, hasta quedar nuevamente uno y éste se arrojó en dirección al Caterpie, listó para encestarle un buen corte con una de sus guadañas. Shade miró todo en cámara lenta, pero cuando el Scyther ya estaba a punto de golpear a Kiisuke, una fugaz idea le vino a la mente y exclamó con rapidez.
—¡Usa Tiro de hilos contra su rostro!
Sin perder tiempo, Kiisuke siguió la orden y aprovechando la cercanía del Pokémon mantis, arrojó en pleno rostro de éste una buena cantidad de pegajosa y blanca seda. Provocando que el Scyther, por primera vez en toda la batalla, se desconcertara y fallara su golpe, clavando su guadaña en pleno tronco de un árbol cercano. Debido a eso, el público exclamó un sorprendido
«¡Ooooooooh!», mientras otros no podían contener la risa, (al ver al pobre Scyther, cegado por la seda en su rostro y tirando de su guadaña clavada en el tronco). Zachary (aunque lucía igual de sereno) ciertamente estaba sorprendido de esa estrategia improvisada, pero eficaz de la niña. Kiisuke aprovechó el estado del Scyther, para tomar distancia y estar más seguro, si acaso éste llegara a liberarse muy rápido de su trampa. Y el gusanito no se equivocó, ya que a los pocos segundos, Zalayots liberó su guadaña del trompo de un fuerte tirón, así como retiró de su rostro la pegajosa seda con la otra guadaña. Una vez su vista estaba despejada, la centró en el pequeño Caterpie y, aunque conservaba su semblante serio, sobre la cabeza del Scyther palpitaba una pequeña vena, ya que no le había hecho nada de gracia el que lo dejaran en ridículo; el pequeño Kiisuke tragó saliva, sorprendentemente controlando el temblor de su cuerpo, ante la intensa mirada del Pokémon mantis. Antes de que el gusanito pestañeara, a velocidad vertiginosa Zalayots se posicionó detrás suyo.
—¡Usa Cuchillada! —indicó Zachary, muy decidido a acabar con esa batalla de una vez, aunque conservando su serenidad.
El Scyther respondió a la orden, golpeando fuertemente la espalda del Caterpie con su guadaña, dejándole un gran corte en ésta y mandándolo a chocar contra el suelo. Personas del público, (la mayoría mujeres), se taparon sus bocas con sus manos, mientras que otros miraban con miedo, el cuerpo inerte de Kiisuke en el suelo. Shade miraba de la misma forma a su compañero, tanto ella como Sparck al verlo tan quieto, temieron lo peor. Zalayots por su parte miró fijamente al gusano, luego a la guadaña con que lo cortó y cerró sus ojos, rezando por no haber hecho ninguna barbaridad con la fuerza que uso en su ataque, en lo que caminaba hacia su criador, el cual miraba igual de sereno al gusanito del suelo. Eric tragó saliva, comenzando a alzar la bandera roja en dirección a Zachary.
—¡Caterpie no puede continuar! El ganador es… ¿eh?
Pero antes de acabar esa oración, sorprendiendo al árbitro, (así como al público y a los demás), el pequeño gusanito se sacudió, comenzando a levantarse poco a poco. Zalayots se detuvo en seco, girándose nuevamente y sorprendiéndose de ver que su adversario seguía de pie, (así como aliviado de que estuviera vivo). Zachary tampoco pudo disimular su sorpresa, ya que sus ojos se abrieron más. Kiisuke se miró fijamente al árbitro, con una mirada tan intensa que pareció decirle
«¡Oiga! ¡No tan rápido, que aun puedo pelear!», para luego girarse hacia Zalayots y mirándolo de la misma forma, como diciendo
«¿Y tú a dónde crees que vas? ¡Aun no acabamos!».
—Di-digo… —Eric se corrigió, bajando ambas banderitas y diciendo—. ¡La batalla continua! —Algunas personas del público no pudieron contener la emoción, ya que aplaudieron (y otros lanzaban silbidos), a causa de la emoción y admiración que el gusanito brindaba.
—¿Ki-Kiisuke… aún quieres pelear? —Preguntó una impresionada Shade, debido a la decisión del gusanito en seguir peleando, aunque igual preocupada por la salud de éste.
Kiisule asintió bastante decidido, mirando a su entrenadora e ignorando por completo el dolor de sus heridas. Poseía un brillo de determinación, reflejado en sus enormes ojos. Shade dudo unos instantes, aunque luego se sintió contagiada por la determinación de su Caterpie, ya que asintió y exclamó
«¡Está bien! ¡Demuéstrales a todos lo fuerte que eres, Kiisuke~!». A lo que el gusanito exclamó un agudo
«¡Pieeeeee!», alzando su pequeño cuerpo, apoyado en sus patitas traseras y, para sorpresa de todos, comenzando a arrojarse un Tiro de hilos a sí mismo, envolviéndose con la seda blanca, mientras que su cuerpo desprendía un resplandor blanco y muy cegador. Era tal la intensidad de esa luz, que Shade y Sparck tuvieron que cubrir un poco sus ojos con un brazo.
—
¿¡What!? ¿Eso es…? —Comenzó a decir Nicholas, parándose de un salto en las gradas, en lo que cargaba al pequeño Ray sobre sus hombros. Los ojos de ambos estaban muy abiertos, a causa de la impresión. Sirius asintió, aun sentado en las gradas.
—En efecto. Es eso mismo, Nicholas —Continuó el Vonkarsen mayor, aunque lucía serio como siempre, en el fondo estaba totalmente feliz, de ver que el entrenamiento había rendido frutos.
—Kiisuke está… ¡evolucionando~! —La expresión de sorpresa en el rostro de la castaña, fue reemplazada por una de total emoción.
Aunque no podía observar fijamente los cambios que se llevaban a cabo en su compañero tipo insecto, (ya que el brillo del cuerpo de éste aumentó, hasta solo apreciarse su cintura), sabía muy bien lo que sucedía: evolucionaba. Era el momento más feliz en la vida de un entrenador y su Pokémon, mostrando que los frutos de los entrenamientos de ambos al fin maduraban. La silueta del cuerpo del gusanito fue cambiando de forma, hasta transformarse y adoptar una curiosa forma de media-luna. Una vez el resplandor se detuvo, ante la vista de todos relució la nueva apariencia del Pokémon insecto. Ahora tenía la forma de una crisálida verde, aunque Kiisuke conservaba la curiosa manchita blanca (en forma de diamante) en lo que sería su frente al parecer; ya que por delante y por detrás poseía un par de ojos. Los del frente lucían serenos y los de atrás, más bien parecían enojados. Shade señaló a su recién evolucionado Pokémon, con su Dexter en mano.
—“¡Bip-bip! ¡Metapod! «El Pokémon Capullo» y la forma evolucionada de Caterpie. De tipo Insecto. ¡Bip-bip! Una vez pasado cierto período de tiempo, Caterpie se envuelve con su propia seda, la cual se endurece y encierra su cuerpo en una concha dura. Éste ejemplar alcanza esta etapa, mucho más rápido que ninguno de los otros Pokémon que existen. ¡Bip-bip! ¡Vaya, felicitaciones! Al fin lo evolucionaste, aunque debo decir que ya era hora. ¡Bip-bip! En fin… ¡Kiisuke ha aprendido el movimiento Fortaleza! ¡Bip-bip!” —¡Genial, Kiisuke~! —Exclamó Shade, totalmente feliz de ver que su Pokémon había evolucionado. Sparck lucía igual de emocionado, ya que uno de los sueños de su mejor amigo, (que éste le contó cuando ambos vivían en el bosque Verde), era convertirse en Butterfree y surcar los cielos. Eso era un paso más cerca de su anhelo.
—Akasuna, me alegro por ti y tu recién evolucionado Metapod —hablaba sinceramente Zachary, sonriendo levemente, en lo que arreglaba nuevamente sus lentes—. También siento interrumpir ésta tierna escena… pero, estamos en medio de una batalla.
—Je, je, je. Es verdad, disculpa por distraerme~ —se disculpó la niña, con sonrisa nerviosa y rascando su nuca con un brazo.
—No hay problema, en fin, ¿lista para seguir? —Al ver a su pequeña adversaria asentir, Zachary volvió a su semblante sereno y, por petición de Shade, dio el siguiente movimiento—. ¡Zalayots, usa Cuchillada!
El Scyther se acercó rápidamente al recién evolucionado Metapod, alzando de forma amenazante una de sus guadañas. Pero antes de que atacara, Shade exclamó rápidamente
«¡Kiisuke, usa Fortaleza!». El cuerpo de Kiisuke fue recorrido por una banda plateada, la cual pareció hacer que éste se viera más "pulido cual vajilla" y aumentando su defensa. Cuando el Scyther lo golpeó, el Metapod logró aguantar el ataque sin perder mucha energía; Zalayots algo adolorido, debido a lo duro que fue golpear el capullo de su adversario, retrocedió un poco. Shade sonrió al ver que la Fortaleza sirvió, para luego dar la siguiente orden.
—¡Bien, ahora usa Tacleada!
Kiisuke respondió un
«¡Pod!» en afirmación y, (de alguna forma), se arrojó al Pokémon de Zachary, embistiéndole con tal potencia, similar a la de un Tauros enfurecido, logrando hacerlo chocar contra un árbol. Todos parecieron sorprenderse de la fuerza del Metapod, incluida su propia entrenadora y al parecer descubriendo que una de las mejores cualidades de éste, era el Ataque especial. Shade repitió su orden de Tacleada, a lo que Kiisuke se volvió a arrojar, cual bala verdosa hacia el Scyther. Pero éste logró apartarse de un salto, con su usual velocidad, evitando el ataque del Metapod. Por lo que éste al no darle a su objetivo, chocó fuertemente contra el tronco del árbol, provocando la caída de algunas hojas y, poco después, el mismo se desplomara en el suelo, al parecer desmayado por el fuerte "troncaso" que se dio.
—¡Kiisuke, pobrecito! ¿¡Estás bien!? —Preguntó una preocupada Shade, al acercarse al inconsciente Metapod, junto a Sparck.
—
«¡Kiisuke! ¿¡Me oyes!?» —Sparck lucía incluso más angustiado que su entrenadora, ya que sujetó a su mejor amigo de los "costados" y lo agitó, tratando de hacer que volviera en sí—.
«¡Abre los ojos y dime! ¿¡Quién soy!? ¿¡Cuántas rayas tengo en mi espalda!?»El capullo al abrir nuevamente sus ojos, miró con algo de vista borrosa al Pikachu y respondió—.
«Sí te oigo… querida mami~ y tienes… ¿seis?» —Respondía claramente desorientado Kiisuke, añadiendo—.
«¿Puedo dormir cinco minutitos más, mami?»
—«¿¡Qué “mami” ni que nada!? ¡Vuelve en ti!» —Gritó algo sonrojado por la pena, en lo que comenzaba a darle bofetadas al Metapod. Pero como consecuencia por el efecto de Fortaleza, que aun no se iba, Sparck sintió que golpeaba una roca, comenzando a soplarse en su patita, la cual estaba roja y palpitaba, con pequeñas lágrimas resbalando por su rostro—.
«¡Ay, ay, ay, aaaay! ¡Mi patita, mi patitaaaa!»Shade miraba a sus dos Pokémon payaseando, con varias gotitas de sudor resbalando por su nuca, aunque no podía evitar sentir unas inmensas ganas de reírse, por lo graciosos que se veían. De pronto, se escuchó la voz serena de Zachary decir
«Suficiente, fin de la batalla», cosa que provocó que Kiisuke se recuperara rápidamente y que, (tanto él, como Sparck y Shade), gritaran un atónito
«¿¡Quéeeee!?», al mismo tiempo y con increíble sincronía. Miraron al Vonkarsen acercarse, con su fiel Scyther a su lado.
—¿Por qué detengo la batalla? Muy simple —comenzó su explicación el oji-café—. Ambos sabemos que ésta batalla duraría muchas horas más, Akasuna. Y seguramente tus Pokémon se habrán fortalecido y subido mucho de nivel, como prueba de ello es la evolución de tu Metapod y el nuevo ataque de tu Pikachu. En vista de ello, no veo la razón de seguir con el combate, ¿o me equivoco?
—Pues… es cierto —Shade asintió, un poco decepcionada, pero aceptando el hecho de que el mayor tenía razón. Pero en eso, su semblante rápidamente cambió, con una dulce sonrisa apareciendo— ¡Igual he aprendido mucho en todas estas batallas! Sobre todo contigo. Muchas gracias, Zachary~
El Vonkarsen posó una mano sobre la cabeza de Shade, revolviéndole los cabellos y sonriendo con tranquilidad—. No hay nada que agradecer.
Una vez toda la gente que formaba el público se retiro, Shade y los Vonkarsen le agradecieron al señor Eric por hacer de su arbitro. El hombre sonrió, diciendo que fue un placer y luego, junto a si hijo Ray, se dirigió nuevamente a su hogar. Ahora solo quedaron la niña y los tres hermanos, así como los Pokémon de éstos en el parque. Shade les agradeció inmensamente el que le ayudaran a entrenar, a lo que ellos respondieron que no fue nada, de hecho le agradecieron a ella, por permitirles tener unas emocionantes batallas luego de mucho tiempo. Aunque ciertamente la niña lucía aun muy agradecida, preguntándoles cómo podía pagarles por su ayuda, a lo que los tres hermanos se vieron entre sí. Para sorpresa de la niña, (así como gracia para Sparck y Kiisuke), los Vonkarsen se alejaron un poco, hablando algo entre ellos. Una vez acabaron, Nicholas se arrojó hacia la niña, rodeando el cuello de éste con sus largas mangas.
—Pues si tanto insistes, como agradecimiento por ayudarte a entrenar… —hablaba el pelirrojo-naranja, nuevamente con esa expresión inusualmente seria. Pero pocos segundos después, volvió a sonreír con ilusión y añadió—. ¡Nos tendrás que dejar ver tu batalla contra el líder del gimnasio!
¡Yes, or yes, little girl~!Shade soltó una carcajada divertida, del rápido cambió de actitud del muchacho, pero asintió con decisión—. ¡Por supuesto! Cuando me vean luchar contra el líder, solo me verán salir del gimnasio… ¡con la medalla en mano~! —Sparck y Kiisuke asintieron, en afirmación a las palabras de la castaña.
Sirius sonrió, dándole palmaditas en su cabeza a la pequeña, diciéndole que ahora debían despedirse, ya que sus hermanos y él aun tenían "asuntos que atender" en ciudad Plateada. Pero le prometió que llegarían a tiempo al gimnasio, para apoyarla en su batalla contra el líder de éste. Shade sonrió con ilusión, asintiendo y nuevamente agradeciéndoles por su ayuda. En eso y para sorpresa de la niña, Nicholas le plantó un besito en la frente y luego la miró, diciéndole un sincero y dulce
«¡Good night, my sweet friend~!». La castaña solo se sonrojo mucho, por la acción del pelirrojo-naranja, así como miraba a los dos Vonkarsen mayores mirarse incrédulos entre sí, para luego fulminar con sus miradas a su hermanito, sujetándolo con fuerza de las largas mangas de su suéter vinotinto y llevárselo a rastras, no sin antes despedirse igualmente de la pequeña. Sparck estaba boquiabierto, debido al gesto que el oji-verde hizo con su entrenadora, estaba tan tieso que hasta parecía de piedra. Kiisuke miró a su mejor amigo confuso, ya que en "ese" tipo de aspectos aun era inocente. Una vez salió de su leve shock y sonrojo, la niña siguió a los hermanos con la mirada, hasta que éstos desaparecieron en las sombras de la noche, las cuales los faroles de la ciudad no alcanzaban a alumbrar.
—Bu-bueno, amigos míos —logró recuperar el habla Shade—. Ahora será mejor descansar en el centro Pokémon. Y después de eso, el siguiente pasó… ¡ir al gimnasio de ciudad Plateada y ganar la medalla!
—
«¡Sí que sí, capitana~!» —Exclamó Kiisuke con decisión, aunque Sparck seguía estático en el suelo y con la chistosa mirada pérdida en el recuerdo, del besito que el menor de los Vonkarsen le había dado a su entrenadora.
“¡Bien! Después de haber pasado por un duro entrenamiento, de parte de los hermanos Vonkarsen, el equipo Pokémon de la joven entrenadora, Shade Akasuna, ya se había fortalecido mucho. Tanto ella como sus compañeros, estaban totalmente dispuestos a ganar su primera batalla, en el gimnasio Plateada, ¡sea como sea!”
¡Continuara…!