Prólogo.
El mundo pokemon es un lugar extraño y cautivante habitado por criaturas llenas de misterio. Desde el principio de los tiempos muchas leyendas se han forjado, y han existido valientes guerreros que han creado la suya. Miles de historias se suscitan cada día sin que la gente se percate de ello, algunas conmovedoras y otras tantas aterradoras; y, no existe alguna más extraña e intrigante que la que se lleva a cabo en la Región Cekzhu,donde centenares de entrenadores se reúnen para demostrar que son los mejores en la competencia internacional llamada PRO. Cerca de ahí existe un lugar… donde todo puede pasar… un antiguo lugar que resguarda secretos olvidados, ahora morada de varios inquilinos gorro… entrenadores pokemon: cada uno con habilidades y personalidades únicas conviviendo como una familia e intentando no matarse entre sí.
Sin saberlo, muchas sorpresas y aventuras les aguardan a estos jóvenes, pero ¿estarán listos para encarar los peligros y descubrir lo que se esconde realmente en ese lugar?
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Capítulo 1 - La Pikaboda
Esta es otra mañana común y corriente en la Ciudad Dialokyos, la más grande y poblada de la región; como es habitual, los entrenadores que viven en este lugar cada mañana salen a preparar a sus fieles compañeros para las futuras batallas. Los s y pivodes ya no les tienen miedo a los niños que corren a lo largo de la plaza, ni a sus pokemons que corren tras ellos, después de, ellos también habían aprendido a ser indiferentes a cualquier situación que se les pusiese enfrente. La gente de las grandes urbes pocas veces se detiene a ver lo que ocurre a su alrededor, pero esta historia no se desarrolla en medio de la ciudad.
A las orillas, casi a punto a llegar al Bosque Perdido (no porque estuviera perdido, pero tú sí que lo estarás si entras en él) existe una casa muy grande… una mansión para ser exactos, pero no de esas lujosas donde viven las celebridades, esta a penas y se mantiene en pie y si ignoras que más de la mitad de la construcción ha sido roída por quizá encuentres un buen lugar para vivir.
A este descuidado lugar también llegan los rayos del sol, para desgracia de algunos…
“Estúpido , ¡toma esto!” dijo revolcándose en la sabanas, soñando aún con su victoria en la liga pokemon.
—Ya sólo queda un litro de leche y si no se apuran me la voy a tomar yo—gritó una voz desde la cocina.
Nathan despertó de golpe, dio un gran salto de su cama y se apresuro a bajar. (No necesitó cambiarse de ropa, ya que siempre duerme con su traje de batalla puesto.)
—Buenos días —saludó bostezando—. ¿Qué hay para desayunar?
—Huevos y cereal— le contestó Verdana.
—Y aún queda algo de pan tostado— sonrió Hikaharu.
No sólo era delicioso… era más de lo que solía haber para el desayuno.
Mientras se servían,una trompa se arrastraba por encima de la mesa… sniff-sniff… hasta toparse con un vaso de leche. Lo sorbió de un jalón.
—¡Pokechu, controla a tu animal!
—Calma Verdana, solamente quiere algo de beber, no es para que te pongas neurótica como de costumbre.
—¿¡Cómo qué neurótica como de costumbre!? No me obligues a ir por el mazo… de nuevo.
—¡Tranquilos chicos!—Nathan intervino para tranquilizar la situación. —De momento tenemos un problema más serio. Se ha terminado el azúcar.
—Plushy se despertó temprano hoy, dijo que la conseguiría.
Terminó de hablar Verdana y fueron capaces de oír una especie de ráfaga que cada vez se iba haciendo más ruidosa, algo estaba a punto de impactarse. ¡Crash! Observaron primero el techo para apreciar el nuevo agujero y posteriormente al suelo para encontrarse con Plushy y el encargo. Habían oído hablar de servicios express, pero aquello era demasiado exagerado.
Logró levantarse sin quitarse todos los escombros de la cabeza.
—Bueno chicos, aquí está el paquete, ¿quieren que lo ponga en la alacena o lo dejo en la mesa? Eh… no destruí la mesa… ¿verdad?
Nathan no quitaba su vista de la pequeña criatura (cuando mides casi 1.90 metros toda persona que no te llegue ni a los hombros pasa a convertirse en una criatura pequeñita) ya que la situación era un tanto sospechosa; si algo bueno le había dejado la televisión es que solamente los villanos fracasados caen vertiginosamente por los tejados de la gente bien intencionada llevando mercancía con ellos.
—¿De dónde has sacado esa bolsa de azúcar?
—Del… supermercado— respondió con una voz algo quebradiza, su tono habitual.
Nathan no dejaba de verla con una mirada sospechosa y condenatoria, sudó en frío y pensó en el castigo que seguramente le aguardaría si él descubría la verdad.
“Ok” dijo sonriendo alegremente. Plushy suspiró y no dejó de darle las gracias a Arceus en su mente.
Ya tenían lo necesario como para preparar un excelente desayuno… oh, era verdad, un par de huevos fritos se disfrutan mejor con un café; sólo que había un pequeño problema.
—Tampoco hay café— chilló Nathan.
—Creo recordar que hay en el sótano— dijo Hika.
—Pues bien, entonces esta es una misión para ¡Duo Lon!
Lanzó una pokebola y de ella salió un . El pokemon aguardo a recibir todas las instrucciones y marchó como todo un soldado rumbo al sótano a cumplir su misión.
La mansión no era demasiado grande y no tardó demasiado en llegar a la puerta que conducía al sótano, ya que sus bracitos no alcanzaba la perilla se auxilió de la cola. Abrió la puerta y usando ‘flash’ iluminó una parte del lugar. Como todos los sótanos era un lugar oscuro, húmedo, lleno de telarañas, e inquietante; pero nada que un pokemon de batalla no pudiera soportar.
Escuchó un sonido extraño… pero debe ser la madera podrida, sí, eso debía ser. El ruido no cesaba, por el contrario, llevaba un ritmo y después de unos cuantos trick-trick se escuchaban gemidos. “Sólo es la madera, sólo es la madera”. Avanzó un poco más entre las cajas e iluminó el frente…
“Con un poco de miel se podían hacer tostadas francesas, ¡qué deliciosas cuando se les echa canela encima y..!” El grito de Duo Lon se hizo escuchar en toda la casa, Verdana casi se ahoga con el cereal y Pokechu igual riéndose de la cara que puso. Nathan pareció tomar algo por debajo de la mesa… ¿eso era un rifle de asalto? De cualquier modo lo único que importaba en ese momento era auxiliar a su compañero.
Corrió hacia la entrada del sótano, pateó la puerta y sin dudarlo comenzó a dispararle a la oscuridad al grito de “¡Resiste Duo Lon!”, hasta que Hikaharu accionó el interruptor de la luz. Con el lugar completamente iluminado asomaron cabeza para ver que había pasado. Y vaya que se llevaron una gran sorpresa.
—¡Pero qué demo…!— Verdana no pudo terminar la frase ya que al llegar al lugar lo que vio la dejó en shock.
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—¡Noo! ¡Mi pequeñita!— Bajó las escaleras tratando de no resbalar con el mar de lágrimas que iba dejando hasta quedar frente a uno de los s.
—¿Por qué, pequeña, por qué?—Su pokemon la miraba extrañada.
—¡Dime que tú no lo hiciste y yo te creeré!—Mientras en sus ojos brillaba la ilusión de que de alguna manera extraña le diría “yo soy inocente de todo lo que Ampharos ha visto” en los del pokemon resplandecía la satisfacción del momento.
Y salió llorando.
El mundo ahora le pertenecía, la ciudad ardía en llamas y todos los sobrevivientes se arrodillaban ante su poder; en su mano derecha, el báculo del trueno con el que infundía pánico entre todos los mortales, humanos y pokemon por igual. En la izquierda… no recordaba, acababa de despertar de aquél sueño por culpa de tanto escándalo. Se cambió rápidamente y corrió hacia al barandal a ver qué estaba pasando.
—¡Goldy, tú tienes la culpa de todo esto!—le gritó Verdana a todo pulmón.
—¿Eh? ¿De qué me hablas?
—¡Gracias a tu , mi pequeñita ya no es una señorita!
La mente de Goldy tardó un poco en comprender a qué rayos se refería con eso de que ya no era una señorita, nunca es fácil pensar con el estómago vacío y con un hambre secreta de querer dominar al mundo. Meditó unos instantes.
—Cielos, nunca creí que algo como esto pudiera pasar, así que solo queda una cosa por hacer.
—Menos mal que tienes un plan.
—Genial… de nuevo has estado viendo muchas telenovelas.
Se reunieron todos en la sala para evaluar el asunto, Goldy sacó a flote sus dotes de líder.
—Será la primera vez que hagamos una fiesta pero confío en que saldrá muy bien si nos organizamos.
—¿No es esto un poco… exagerado?—Repuso Nathan—Después de todo son roedores y sólo estaban siguiendo su instin…—La mirada asesina de Verdana no lo dejó continuar.
—Nathan, tú serás quien lo cases, después de todo tienes una sotana por ahí guardada ¿no?
—Sí, la usé el halloween pasado. (No hay nada más escalofriante que un cura zombie)
—Yo me encargo de elaborar los vestidos—se apuntó Hikaharu.
—Bien, Pokechu, tú te encargas de… ¡Deja de estar viendo eso!—Al grito de Goldy escondió su edición de la PlayPokemon. —Sólo asegúrate de no ensuciar nada. En cuanto a Rojo…
Miró a los alrededores pero él no estaba ahí.
—Es verdad, salió de viaje y todavía no regresa. Me pregunto ¿qué estará haciendo en estos momentos?
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No se espanten si hasta este momento no han leído una descripción de los personajes, esa viene un poco después. Tampoco si lo le han encontrado coherencia a la trama, esa no tiene. I guess.
Imágenes muy grandes en spoilers :D