~ Las Cinco Estrellas de la Oscuridad ~
>-Meowth-< © 2007 - 2011
>-Meowth-< © 2007 - 2011
Aquellos que recuerden mi persona pensarán que Meowth se ha vuelto loca publicando dos veces el mismo FanFic [?] =D Bueno, chiflada sí que estoy, pero no en este caso xDU En otros, puede ser [?] >D
Durante mi ausencia seguí trabajando, por supuesto, en esta historia; han sido dos años, y en ese período de tiempo he aprovechado para mejorar mis, hasta tal momento, previos capítulos llenos de infantilería y poca práctica de mis doce y trece años =D Así pues, esto no es dar la vara con la misma historia por segunda vez (al menos, yo no lo entiendo así; si la estoy pifiando prefiero saberlo [?] xDU), sino que quisiera compartir con vosotros mi progreso literario con respecto a esta historia, si es que lo ha habido =D Ojalá que así sea, porque de no serlo estoy quedando a la altura del betún [?] xDU xDU xDU
Pues bien, sé que mucha gente torcerá el morro respecto a los planteamientos expuestos en esta historia, pero para explicarme, hace años me documenté a fondo sobre lo que escribo durante todo el verano y todavía hoy lo hago, así que creo que no me invento nada fuera de lo que es cánon en el animé de Pokémon xDU Efectivamente, esta historia está basada en el animé, por lo que supongo que arriesgo mucho con ella... =DU
Pero bueno, mejor lo dejo ya estar, que os aburro xDU
Sin más dilación, presento, una vez más, la primera parte de mis Crónicas de la Oscuridad... ¡Las Cinco Estrellas de la Oscuridad! *w*
Reloaded, como Matrix [?] xDU
~ Prólogo ~
Hay una pregunta a la que nadie sabe contestar con certeza. O, mejor dicho, todo el mundo cree que sabe contestarla con certeza, pero en realidad se equivocan. Y no es sólo una persona. Casi me atrevería a decir que todos los humanos coincidirían en su opinión.
Pienso que los humanos son demasiado obtusos, demasiado cerrados, a algunas reflexiones. Por eso no me gusta mucho tratar con ellos, sólo lo hago cuando no me queda más remedio. Afortunadamente, eso no suele suceder muy a menudo.
Sea como fuere, eso no es algo que os interese a vosotros, los humanos. La pregunta en cuestión es la siguiente: a la hora de la verdad, ¿quiénes son los verdaderos héroes?
Sin duda estarás pensando que los héroes son personas altruistas, valerosas, capaces de dar su vida por los demás sin pedir nada a cambio, sin rendirse jamás por mal que vayan las cosas y con un alto sentido moral. Y si no lo estás pensando, enhorabuena. Porque estarías demostrando que puedes ver más allá de los convencionalismos sociales humanos. A los Pokémon nos empiezan a afectar últimamente, por lo que si eres un Pokémon y estás leyendo esto, plantéate si te estás volviendo un poco humano a raíz de mi reflexión.
Pues bien, los héroes no son lo que piensas. El concepto de héroe está distorsionado en la actualidad; si me preguntas a mí, te diré que, si un héroe aúna todas las condiciones que he citado antes, entonces afirmaré que un héroe es alguien que tiene miedo a huir. Eso no es un héroe, eso es un suicida. Y, si el destino del planeta Celesta, nuestro hogar ancestral, hubiese dependido de personas como ésas, ahora estaríamos todos criando malvas.
No tengo por costumbre expresarme tan directamente. Pero si me pusiera a filosofar y a exponer mis opiniones con la retórica que me caracteriza, dejarías de leer lo que vas a leer.
Y eso sería una lástima, porque esta historia que voy a contar es muy especial...
Los héroes de este relato, aquellos que nos salvaron de una catástrofe sin precedentes, no eran precisamente altruistas, generosos, bondadosos y todas esas virtudes. De hecho, vendrían a ser todo lo contrario. Nadie hubiera dicho de ellos que podían erigirse en salvadores de nuestro planeta. Y yo diría que es precisamente eso lo que le da el valor que tiene a esta historia. El hecho de que todo aquel que la lee pueda sentirse identificado con alguna de aquellas criaturas, pues eran tan normales como el que más.
Emocionalmente hablando, claro. Dentro de ellos había mucho más de lo que podéis imaginar, y mucho más de lo que nosotros imaginamos en su día.
No fueron héroes por realizar hazañas sobrehumanas y salvar a todo aquel que encontraban en apuros. Hicieron lo que su conciencia les dictó a cada momento, sin importarles lo que pensaran o dijeran de sus acciones. Cuando tuvieron que luchar, lo hicieron; cuando debieron huir para salvar sus vidas, lo hicieron. Fueron héroes porque vivieron para contarlo, y por eso y no por sus obras durante el conflicto fueron recordados, y lo serán por siempre.
Yo me vi implicado directamente en aquello. Y por ese motivo puedo narrar con algo más de detalle lo que sucedió entonces.
Ahora, si he conseguido captar tu atención, procederé a contarte lo que les aconteció a cinco jóvenes criaturas y lo que tuvieron que pasar para protegerse de las calamidades que les acecharon largamente.
Ésta es la historia de tres humanos y dos Pokémon que nos rescataron de lo que parecía un inamovible futuro de miseria y desolación.
En un tiempo en el que las sombras comenzaban a abatirse una vez más sobre Celesta y amenazaban con destruirlo todo...
Cinco estrellas aparecieron súbitamente en la oscuridad, iluminándonos con su radiante luz en medio de la noche.
- - INTRODUCCIóN - -
Muchos de nosotros conocemos a Ash Ketchum, un entrenador Pokémon de Pueblo Paleta, en la región Kanto. Junto a su Pokémon y amigo Pikachu, Ash ha viajado por muchos lugares distintos durante cuatro años, acompañado de diversos amigos. Ahora viaja por la región de Sinnoh junto a una aspirante a coordinadora Pokémon llamada Maya, y a Brock, criador Pokémon.
Pero no son los únicos que viajan por allí. Muy cerca, pero a la vez en la distancia, les siguen tres conocidos personajes...
Jessie, James y Meowth, los tres miembros más jóvenes del Team Rocket.
Llevan cuatro años siguiendo incansablemente a Ash y sus amigos, a quienes llaman "los mocosos", y antes era por la firme motivación de capturar a Pikachu.
Pero las cosas han cambiado. Ahora les siguen porque saben que allá donde van hay Pokémon raros para presentárselos al jefe del Team Rocket, a pesar de que nunca atrapan ninguno. Sin embargo, aunque ésa es la excusa que más emplean, hay razones propias que, quizá, algún día averigüemos.
Aunque teóricamente su trabajo es ser malos y crear problemas, no lo consiguen. ¿Por qué motivo? Ellos no son ni buenos ni malos, no se decantan ni por el blanco ni por el negro. Esto, por supuesto, les permite no tomar partido. Hasta les tomaron cierto cariño a "los mocosos".
Esta historia trata sobre ellos, una historia que les convirtió en una secreta leyenda en Celesta, el mundo Pokémon.
Vivieron en Sinnoh una gran aventura, donde fueron los auténticos protagonistas...
Hay una pregunta a la que nadie sabe contestar con certeza. O, mejor dicho, todo el mundo cree que sabe contestarla con certeza, pero en realidad se equivocan. Y no es sólo una persona. Casi me atrevería a decir que todos los humanos coincidirían en su opinión.
Pienso que los humanos son demasiado obtusos, demasiado cerrados, a algunas reflexiones. Por eso no me gusta mucho tratar con ellos, sólo lo hago cuando no me queda más remedio. Afortunadamente, eso no suele suceder muy a menudo.
Sea como fuere, eso no es algo que os interese a vosotros, los humanos. La pregunta en cuestión es la siguiente: a la hora de la verdad, ¿quiénes son los verdaderos héroes?
Sin duda estarás pensando que los héroes son personas altruistas, valerosas, capaces de dar su vida por los demás sin pedir nada a cambio, sin rendirse jamás por mal que vayan las cosas y con un alto sentido moral. Y si no lo estás pensando, enhorabuena. Porque estarías demostrando que puedes ver más allá de los convencionalismos sociales humanos. A los Pokémon nos empiezan a afectar últimamente, por lo que si eres un Pokémon y estás leyendo esto, plantéate si te estás volviendo un poco humano a raíz de mi reflexión.
Pues bien, los héroes no son lo que piensas. El concepto de héroe está distorsionado en la actualidad; si me preguntas a mí, te diré que, si un héroe aúna todas las condiciones que he citado antes, entonces afirmaré que un héroe es alguien que tiene miedo a huir. Eso no es un héroe, eso es un suicida. Y, si el destino del planeta Celesta, nuestro hogar ancestral, hubiese dependido de personas como ésas, ahora estaríamos todos criando malvas.
No tengo por costumbre expresarme tan directamente. Pero si me pusiera a filosofar y a exponer mis opiniones con la retórica que me caracteriza, dejarías de leer lo que vas a leer.
Y eso sería una lástima, porque esta historia que voy a contar es muy especial...
Los héroes de este relato, aquellos que nos salvaron de una catástrofe sin precedentes, no eran precisamente altruistas, generosos, bondadosos y todas esas virtudes. De hecho, vendrían a ser todo lo contrario. Nadie hubiera dicho de ellos que podían erigirse en salvadores de nuestro planeta. Y yo diría que es precisamente eso lo que le da el valor que tiene a esta historia. El hecho de que todo aquel que la lee pueda sentirse identificado con alguna de aquellas criaturas, pues eran tan normales como el que más.
Emocionalmente hablando, claro. Dentro de ellos había mucho más de lo que podéis imaginar, y mucho más de lo que nosotros imaginamos en su día.
No fueron héroes por realizar hazañas sobrehumanas y salvar a todo aquel que encontraban en apuros. Hicieron lo que su conciencia les dictó a cada momento, sin importarles lo que pensaran o dijeran de sus acciones. Cuando tuvieron que luchar, lo hicieron; cuando debieron huir para salvar sus vidas, lo hicieron. Fueron héroes porque vivieron para contarlo, y por eso y no por sus obras durante el conflicto fueron recordados, y lo serán por siempre.
Yo me vi implicado directamente en aquello. Y por ese motivo puedo narrar con algo más de detalle lo que sucedió entonces.
Ahora, si he conseguido captar tu atención, procederé a contarte lo que les aconteció a cinco jóvenes criaturas y lo que tuvieron que pasar para protegerse de las calamidades que les acecharon largamente.
Ésta es la historia de tres humanos y dos Pokémon que nos rescataron de lo que parecía un inamovible futuro de miseria y desolación.
En un tiempo en el que las sombras comenzaban a abatirse una vez más sobre Celesta y amenazaban con destruirlo todo...
Cinco estrellas aparecieron súbitamente en la oscuridad, iluminándonos con su radiante luz en medio de la noche.
- - INTRODUCCIóN - -
Muchos de nosotros conocemos a Ash Ketchum, un entrenador Pokémon de Pueblo Paleta, en la región Kanto. Junto a su Pokémon y amigo Pikachu, Ash ha viajado por muchos lugares distintos durante cuatro años, acompañado de diversos amigos. Ahora viaja por la región de Sinnoh junto a una aspirante a coordinadora Pokémon llamada Maya, y a Brock, criador Pokémon.
Pero no son los únicos que viajan por allí. Muy cerca, pero a la vez en la distancia, les siguen tres conocidos personajes...
Jessie, James y Meowth, los tres miembros más jóvenes del Team Rocket.
Llevan cuatro años siguiendo incansablemente a Ash y sus amigos, a quienes llaman "los mocosos", y antes era por la firme motivación de capturar a Pikachu.
Pero las cosas han cambiado. Ahora les siguen porque saben que allá donde van hay Pokémon raros para presentárselos al jefe del Team Rocket, a pesar de que nunca atrapan ninguno. Sin embargo, aunque ésa es la excusa que más emplean, hay razones propias que, quizá, algún día averigüemos.
Aunque teóricamente su trabajo es ser malos y crear problemas, no lo consiguen. ¿Por qué motivo? Ellos no son ni buenos ni malos, no se decantan ni por el blanco ni por el negro. Esto, por supuesto, les permite no tomar partido. Hasta les tomaron cierto cariño a "los mocosos".
Esta historia trata sobre ellos, una historia que les convirtió en una secreta leyenda en Celesta, el mundo Pokémon.
Vivieron en Sinnoh una gran aventura, donde fueron los auténticos protagonistas...
Capítulo I: Una tormenta Leonorífica
-¡¡El Team Rocket despega de nuevo!!
Nuestra historia comienza con la conocida frase del trío del Team Rocket, en una zona cercana a Ciudad Vetusta, al norte de la escarpada región de Sinnoh, desde la cual "volaron" literalmente a causa de la explosión de su muy explotado globo. Los tres amigos cayeron lejos de allí junto a sus Pokémon, y después de quedarse tirados en el suelo cubierto de césped mascullando maldiciones por lo bajo, más resignados que enfadados, se incorporaron con relativa agilidad a pesar de las magulladuras sufridas por el poco delicado aterrizaje.
Esto, no obstante, no era tan extraño. Después de cuatro años "despegando" casi a diario estaban ya hechos a todo tipo de golpes en general.
Jessie se dejó caer en una piedra con expresión contrariada. Era una joven alta, esbelta, pelirroja y de marcadas curvas, de rasgos angulosos y algo agresivos. Sus ojos, de color azul eléctrico, destellaban con fuerza, con energía. Su larga melena le llegaba hasta más allá de la cintura y la llevaba peinada de manera muy original, en forma de arco descendente. Vestía el uniforme del Team Rocket que había diseñado ella hacía años: una corta camiseta negra ceñida al cuerpo sobre la cual llevaba una amplia camiseta corta y blanca con la R roja, símbolo de la organización criminal, estampada en su centro; unos largos guantes negros cubrían prácticamente todo su brazo, con una minifalda blanca que le llegaba cerca de las rodillas, cubiertas por unas altísimas botas negras de grueso tacón. Su vientre quedaba al descubierto, y de sus orejas pendían dos pendientes esféricos de color verde.
-Maldita sea, ¡casi teníamos a ese Mothim! Si no fuera por la chica esa del Turtwig...
-Esa chica era una Líder de Gimnasio, ¿qué esperabas?-le contestó sensatamente Meowth, el felino Pokémon parlante de grandes ojos violetas, que se había tumbado sobre la hierba junto al tercer miembro del trío. Su compañero, James, era un joven alto y espigado, de constitución un tanto enclenque para su edad, tez pálida y rasgos afilados pero suaves. Su lacio y despuntado cabello, de un peculiar tono azulón, le llegaba hasta los hombros y le caía a ambos lados del rostro; un único mechón se le alzaba un poco y le llegaba hasta la respingona nariz cayéndole entre los ojos, de un cálido color verde esmeralda. Al igual que Jessie, iba ataviado con el uniforme del Team Rocket diseñado por él: una fina camiseta negra sobre la cual llevaba una holgada camisa blanca estampada con la R roja, unos guantes negros, unos pantalones largos blancos y unas botas negras de suela plana. En aquel momento estaba sentado sobre la hierba con expresión seria, meditativa. Tras exhalar un suspiro, sacó dos Pokéball de los bolsillos de su pantalón y devolvió a Cacnea y Carnivine, sus Pokémon, a su interior; Jessie hizo lo propio con su propio Pokémon, Seviper, un momento después.
-Ya lo sé, Meowth, pero si James no se hubiera puesto a parlotear con ella, ¡quizá nos hubiéramos podido llevar a ese Mothim!
-¡Eh! La chica me propuso intercambiar a Carnivine por un Victreebel-protestó James alzando la cabeza, saliendo de su ensimismamiento-. Era un intercambio interesante, Jess. Lo menos que podía hacer era escuchar.
Meowth soltó una risita irónica.
-¿Interesante? ¡Depende de lo que entiendas tú por interesante! Me acuerdo del Victreebel que tuviste, James. Y te llevaba con la misma manía que Cacnea y Carnivine. En ese sentido, ya tienes suficiente, ¿no te parece?
Jessie refunfuñó algo y se inclinó para examinar los restos del globo, una cesta verde de mimbre mezclada con un plástico destrozado con la forma del rostro de Meowth, con aire crítico.
-Ahora hay que volver a montar esto... ¡Y encima el seguro del Team Rocket sólo cubre esos helicópteros tan cutres que llevan los ejecutivos!
-A veces me pregunto si no nos habremos empecinado demasiado con los mocosos-comentó James con aire alicaído, reflexionando más para sí que para sus amigos-. Quiero decir que nunca logramos progresar lo más mínimo, ni siquiera cuando nos centramos en otros Pokémon.
-Sí, pero es que ya son nuestros mocosos-se rió Meowth-. ¿Te imaginas que atraparan a Pikachu otros Rocket como Cassidy y Hutch? ¿Te daría gusto?
Jessie, que estaba examinando las juntas del maltrecho globo, se volvió bruscamente hacia Meowth echando chispas al oír el nombre de Cassidy, su más acérrima rival, a la cual no soportaba.
-¡¡No bromees con eso, Meowth!!-le gritó a dos centímetros de la cara, con lo que el Pokémon parlante se echó a temblar como un flan-¡¡No me imagino en tal ridículo delante de Cassidy!!
-Ay, ay, ay... -gimió él, que ya se veía venir un buen tortazo.
-Eh... No es que quiera interrumpir vuestro intercambio de opiniones, pero... -intervino James con timidez. Sus compañeros se volvieron hacia él casi al mismo tiempo-Se acerca una tormenta. Y parece muy fuerte.
Un fuerte trueno retumbó, respaldando accidentalmente las palabras del joven.
Jessie y Meowth alzaron la cabeza a la vez para observar por sí mismos la densa masa de nubes violáceas que se acercaba a gran velocidad hacia el Bosque Vetusto.
-Ondia... ¡Pues es verdad!-exclamó Meowth, alarmado-¡Es una tormenta de agárrate y no te menees!
-¿Eso son... nubes moradas? ¿Acaso existen? Yo nunca había visto nubes moradas.-comentó Jessie, que había enarcado una ceja con extrañeza. Tan ensimismada estaba ante aquel misterio que ni se percató del movimiento de algo parecido a un relámpago beige que pasó por su lado.
-¿Y eso es un problema, Jess?-repuso James riendo por lo bajo, burlón-Saber o ver no tiene que ver con existir. El hecho de que no hayas visto ninguna no quiere decir para nada que no existan.
-Ahórrate tus filosofadas, ¿quieres?-fue la cortante respuesta de su amiga, que exhaló un suspiro de fastidio. Estaba demasiado acostumbrada a las dispares y generalmente inoportunas reflexiones de James, pero no tenía intención de escucharlas en aquel preciso instante.
-¡Ajá! ¡Lo tengo!-exclamó Meowth con voz triunfal, sosteniendo un paraguas azul rematado por esferas de goma gris en la punta de cada varilla; a juzgar por el desastre que le rodeaba, había estado rebuscando frenéticamente entre los restos del globo-¡Aquí está el paraguas pararrayos! ¡Vosotros os freiréis y yo no!
Se oyó un fuerte golpe: Jessie se había abalanzado sobre él y le atizaba para apoderarse del paraguas mientras Meowth se defendía a paraguazo limpio, enzarzados en una pelea por ver quién se quedaba con el artefacto mientras James sacudía la cabeza con resignación (también él estaba ya acostumbrado a las discusiones entre sus dos camaradas) sin intervenir.
Entonces, sin previo aviso, un rayo morado cayó a unos veinte metros de ellos iluminando amenazadoramente el pequeño prado, deteniendo la lucha entre Jessie y Meowth y haciendo palidecer mortalmente a los tres jóvenes.
-Oh, oh... Mal fario.-dijo Meowth con voz temblorosa.
Jessie aprovechó para quitarle el paraguas de las zarpas, se levantó, corrió hacia los restos del globo y reunió frenéticamente lo justo en unas bolsas de plástico barato que había entre ellos; era la única comida de la que disponían y no estaba dispuesta a abandonarla allí, con el hambre que pasaba. Se las echó a la espalda y les gritó a sus compañeros:
-¡Vamos, hay que buscar refugio! ¡Daos prisa! ¡En marcha! ¡Ya!
Sin pararse a pensárselo un segundo más, los tres miembros del Team Rocket echaron a correr, en busca de un lugar seco. Jessie iba en cabeza, cubriéndose con el paraguas. James iba detrás, corriendo con dificultad en el barro que se iba formando. Meowth era el último, pero curiosamente, el que iba más deprisa a causa de la desesperación de estar mojándose.
En eso, un rayo violáceo, como el que antes había estado a punto de alcanzarles, se dirigió directamente hacia ellos. James retrocedió apresuradamente y Meowth gritó aterrado, pero Jessie se le encaró y puso el paraguas entre sus amigos y el rayo...
... si bien éste redujo a carbón el aparato.
-¿Pero... pero qué... ?-murmuró Jessie, atónita, soltando como si le quemara el chamuscado mango.
-Me parece que esos rayos no son exactamente eléctricos, Jess-señaló James, a pesar de que resultaba obvio-. ¡Estamos fritos!
-¡¡Ahora no, pero si no nos movemos, eso es seguro!!-gritó Meowth mientras otro rayo caía cerca de ellos.
Desprovistos de protección, los tres siguieron corriendo, evitando aquellos rayos morados con la única ayuda de su instinto de supervivencia.
De repente, Meowth oyó una especie de rugido a su espalda, y se volvió.
Y lo que vio le dejó petrificado.
Un Lugia violeta oscuro volaba por encima de ellos. Tenía las espinas de su lomo y la cola, la panza y la máscara de su rostro de dragón de color azul pastel, las puntas de sus alas eran más puntiagudas de lo normal, sus colmillos eran más largos y afilados, y sus ojos...
Sus ojos eran totalmente rojos. Sólo un aro de un rojo más tenue situaba las pupilas, y brillaban terriblemente iracundos y con un cruel regocijo.
Meowth estaba clavado en su sitio, asombrado y aterrorizado. El Lugia rugió y lanzó por su boca un potentísimo rayo de luz de la misma energía que los rayos que caían por doquier... Directamente hacia Meowth, que seguía incapaz de moverse.
Pero James había oído el rugido, y se volvió a tiempo de ver cómo el aterrador Pokémon legendario atacaba a su compañero. Sin meditar, como solía hacer, las consecuencias de su acción, echó a correr hacia su amigo y se lanzó hacia él en un desesperado intento por salvarle.
-¡¡Meowth, no!!-y le empujó fuera del alcance del ataque, quedando él en el mismo. Jessie se detuvo, y volvió sobre sus pasos a toda prisa para tratar de socorrer a sus compañeros, si bien sabía de sobra que no iba a llegar a tiempo...
Una sombra surgió de los arbustos, y empujó a James exponiéndose a ser alcanzada por el ataque del Lugia, pero cuando el rayo estaba a punto de impactar, una ágil y esbelta forma blanca saltó de los arbustos y empujó a su vez a la otra figura, y el rayo de luz impactó en el suelo sin herir a nadie.
Jessie, James y Meowth, sorprendidos, observaron atentamente a las dos figuras. Una era un Absol más esbelto de lo normal, que había erizado su abundante pelaje y bufaba al Lugia morado. La otra era una chica de aproximadamente trece años, de estatura media y rasgos algo aniñados, cuya expresión desafiante no acababa de intimidar. Tenía la piel bastante pálida, el tabique nasal más recto de lo que solía ser, y sus ojos, enmarcados por unas gafas cuadradas de color verde intenso, eran de un particular color pardo verdoso. Su media melena, de color castaño claro, estaba muy despeinada y le daba cierto aspecto rebelde. Vestía una camisa verde oscuro de cuello alto y unos holgados pantalones azules de chándal, y portaba una mochila negra que no parecía pesar demasiado a la espalda. La chica se volvió entonces para dirigirse al Absol, que seguramente sería su Pokémon:
-¡Absol, déjalo! ¡Hemos de salir de aquí!
El Pokémon Siniestro asintió, e hizo subir a su lomo a un estupefacto Meowth de alguna forma que escapó a la comprensión del trío debido a lo rápido que fue.
-¿Quién...?-empezó Jessie, atónita, pero la chica le interrumpió:
-¡Si no queréis que os parta un rayo, déjalo para otro momento y corre!
En aquel momento extremo, los tres jóvenes miembros del Team Rocket no se pararon a plantearse nada. Así que todos corrieron esquivando los rayos como bien pudieron, algunas veces por los pelos, mientras el Lugia violeta seguía destrozando el bosque a su antojo sin prestarles mayor atención. No pararon de correr como alma que lleva el diablo hasta que llegaron a una pequeña cueva ubicada entre las pequeñas colinas del Bosque Vetusto.
-¡Ah, vaya...! ¡Por poco no lo contamos!-dijo Jessie con voz ahogada nada más recuperarse un poco de su carrera. Meowth soltó una maldición al percatarse de que estaba totalmente empapado, y James se apartaba el pelo mojado del rostro con expresión tensa pese a que habían encontrado un escondite que parecía bastante seguro. Mientras tanto, la chica y su Absol vigilaban la entrada de la gruta por si el Lugia violeta aparecía en lontananza.
-¡James, tengo que agradecerte que me hayas salvado!-exclamó Meowth de improviso. Su ronca voz resonó en la cueva.
El joven sonrió con esfuerzo.
-Lo hice sin pararme a pensar, pero no hay de qué, desde luego... -entonces se giró hacia la chica-. Y yo tengo que agradecerte a ti que me ayudaras, aunque ni siquiera te conocemos.
La chica, que se estaba limpiando las gafas con el borde de su camisa, sonrió ampliamente.
-Disculpadme por no presentarme antes, pero no estaba el horno para bollos, como podréis imaginar. Me llamo Leonor, y éste es Absol-dijo señalándole-, mi mejor amigo y también mi mejor Pokémon.
-Es un placer-saludó Jessie, y Meowth alzó una zarpa en un gesto amistoso-. Nosotros somos...
-... Jessie, James y Meowth-completó Leonor-. Uno de los grupos de trabajo del Team Rocket. Si no mal recuerdo, los más jóvenes... y los peor considerados... Aunque eso no está muy bien que yo lo diga, la verdad.
Los tres amigos se quedaron estupefactos ante aquella afirmación. Incluso Absol parecía ligeramente sorprendido.
Ellos no se habían visto nunca, o al menos eso creían.
¿Cómo era posible que Leonor conociera sus nombres y su oficio?
-Pero... ¿cómo...?-empezó James con los ojos muy abiertos-¿Cómo sabes tú eso?
Leonor sonrió enigmáticamente.
-Tengo mis fuentes.-se limitó a contestar.
-¿Cuáles? ¿Los mocosos?-inquirió Jessie.
-No, porque aunque sé quiénes son nunca hablé con ellos.
Absol dirigió una mirada cautelosa al trío. Jessie y sus amigos se estremecieron al notar algo que se asomaba a su fuero interno.
<<Del Team Rocket, ¿eh?>>-dijo una serena voz un tanto susurrante en las mentes de todos, y los tres compañeros miraron a todos lados antes de darse cuenta de que Absol estaba usando telepatía-<<En otros casos no me fiaría, pero en este en concreto puedo asegurar que sois buena gente... Así que celebro conoceros>>
-¡Habla!-exclamó James, sorprendido. No era un don muy común precisamente entre los Pokémon.
-Sí, sabe usar la telepatía-respondió Leonor a aquella indirecta-. ¡Es realmente interesante saber que los Pokémon piensan como la gente! Aunque supongo que con Meowth eso ya lo sabríais...
Meowth titubeó antes de preguntarle a Leonor:
-¿Cuántas cosas más sabes sobre nosotros?
-¿Eh? ¡Ah, pues más cosas, sí! Sé qué edades tenéis, cuáles Pokémon tenéis, y algún otro detalle...
Los tres compañeros volvieron a quedarse estupefactos. Se miraron en silencio.
-Si eso es cierto, yo soy un canario.-logró declarar Meowth.
La chica rió por lo bajo.
-Jessie tiene un Seviper, un Dustox y un Wobbuffet, y James tiene un Cacnea, un Carnivine y un Mime Jr. Jessie y James tienen los dos veinte años, y Meowth tiene dieciséis, si no me equivoco, no estoy segura. ¡Ah, y habéis pasado como cuatro años siguiendo a Ash y a sus amigos! Y también habéis cambiado tres veces vuestro lema oficial: el verdadero lema Rocket, el de antes de haber pasado por el Frente de Batalla de Kanto, y en Sinnoh.-recitó.
Jessie, James y Meowth se dirigieron nuevo una mirada de reojo, atónitos, mientras Absol reía entre dientes ante sus caras de estupefacción absoluta. De repente, Meowth se puso colorado, y con cara enfurruñada empezó a dar saltitos.
-Pío, pío, pío... -decía mientras movía sus brazos como si fuera un pájaro. Aun en su estado de perplejidad, Jessie se sumó a las carcajadas de Leonor, mientras que James ladeaba la cabeza, divertido, al igual que Absol.
-Bueno, bueno, ¡ya está bien de cachondeo!-gruñó Meowth, azorado; entonces señaló la boca de la gruta-Mirad, ¡creo que la tormenta amaina! ¡Quizá ese Lugia se haya largado!
Absol se adelantó y se asomó a la entrada de la cueva.
<<Sí, ya escampa. Creo que podemos salir>>
Los cuatro respiraron aliviados, y no tardaron en salir al exterior. El sol estaba ya bastante bajo, lo cual indicaría que serían más o menos las siete y media de la tarde. Todavía se respiraba aquella inquietud en el aire.
Leonor observó con aire crítico una nube morada que quedaba en el cielo.
-¿Sabes qué era ese Pokémon?-le preguntó James a Leonor-Parecía un Lugia, pero desde luego era mucho más agresivo... Había algo muy raro en él.
-Es que era un Lugia-confirmó Leonor - . Pero un Lugia Oscuro.
-¿Oscuro?
<<Un Pokémon Oscuro es un Pokémon al cual se le ha cerrado el corazón artificialmente para ser convertido en una máquina de luchar>>-explicó Absol -<<Sólo experimentan la ira y el odio, y eso les hace mucho más poderosos de lo normal. Fueron creados dos veces con el objetivo de dominar el mundo en la remota Región del Aura>>
A Meowth se le iluminó la mirada, como siempre que se le ocurría una idea.
-Al jefe le interesaría ese Lugia...
-¿Crees que podríamos atraparlo? cuestionó Jessie, interesada de pronto.
-Mejor no perdáis el tiempo haciéndoos ilusiones-advirtió Leonor-. Mirad a vuestro alrededor.
El bosque estaba chamuscado y quemado en algunas partes, y había hierba que se había marchitado al contacto con los rayos morados. El rastro de aquella brutal tormenta había quedado grabado en él. James se estremeció, impresionado.
-Me parece que acabaríamos así en el mejor de los casos.
<<Exacto. Y por canallas que seáis... >>-empezó Absol.
-¡Eh! ¡Un respeto, tío!-protestó Meowth haciéndose el ofendido.
<<Lo siento, no pretendía ser descortés. Por mucho que pertenezcáis al Team Rocket, no creo que queráis que los Pokémon Oscuros como ese Lugia acaben con el mundo, ¿verdad?>>
El trío se miró pensativo y algo indeciso mientras Leonor y Absol les observaban inquisitivos. Porque detener amenazas que podían tener relación con una conspiración de dominación mundial no entraba en su lista de objetivos de aquel día.
Pero el asunto parecía grave. Y a la larga podría traerles problemas, y quizá más serios que los de aquel día.
La decisión, en realidad, era muy sencilla.
-Protejamos al mundo de la devastación-citó Jessie encogiéndose de hombros mientras sus compañeros reían-. ¡Aunque sea porque quien quiera que haya ordenado hacer esto no tiene derecho a hacerle la competencia al Team Rocket! ¡Nos abriría un camino fácil al ascenso descubrir de qué va esto!
-Eso está bien-aprobó Leonor alegremente-. Sólo nosotros sabemos, de momento, de la existencia del Lugia Oscuro, ya que si la gente tuviese noticia de su presencia en Sinnoh ya habría movimiento. ¿Queréis ayudar a detenerlo, pues? Absol y yo no vamos a quedarnos de brazos cruzados dejando que el bicho ese arrample con la región, y nos vendría bien una ayuda...
-¡Sí! ¡Por supuesto!-asintió Jessie con rotundidad hablando por ella y por sus amigos-Más que nada para evitar que nos destruyan el área de acción Rocket. ¡Pero vamos a echaros un cable de todos modos! ¡No sería justo que os metierais en semejante lío solos después de habernos salvado la vida! ¡Así que contad con nuestro impagable soporte!
-¡Al fin el mocoso no es el héroe! ¡Ahora volveremos a serlo nosotros!-proclamó Meowth triunfante, alzando una zarpa con emoción.
Tras aquella apresurada resolución, en la cual todos mostraron su determinación de averiguar qué estaba sucediendo en la región, marcharon todos juntos bañados por el sol de la tarde, que moría entre las severas heridas del Bosque Vetusto, infligidas por una misteriosa y amenazadora criatura que podía significar el fin del mundo tal y como lo conocían.
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¡Espero que os haya gustado! =) El próximo se titula Enlazando Vínculos =D
Sí, sé que, como aficionada, hay gente que opine que no caracterizo bien al trío Rocket xDU Bueno, yo no soy guionista, hago lo que puedo =D Vamos, que procuro esforzarme y todas esas cosas xP
Pues nada, ahí comienza el renacimiento de mi FanFic =D ¡Espero que os guste! x)