Uno. Todo tiene su comienzo...
Todo comienza en una habitación llena de posters de heavy metal, ciencia y pokémon. ¿Qué persona podría vivir en una habitación así? veamos... en la habitación, hay una bata blanca, unas cuantas pokéballs y un ordenador. Un chico está sentado en el ordenador tranquilamente, cuando...
Antes que nada, el chico llevaba puesta una camiseta de Dope, unos pantalones vaqueros y tenía un pelo largo, moreno. Calzaba unas deportivas Converse azuladas.
– Este hackeo me está saliendo bordado —decía, murmullando— ¡ja, ja, ja! —en cuanto terminó su última carcajada, oyó a su madre, que le llamaba—
– ¡Hijo, ha venido Rojo! —gritaba— ¡Te está buscando!
– ¿Para qué será? —se preguntaba, rascándose la cabeza— seguro que habrá venido para que le recomiende un disco de Metallica o para que le ayude con un proyecto de ciencias...
Rojo y Edward eran buenos amigos desde la escuela primaria. Siempre iban juntos en clase, aunque Rojo era más popular que él y más prometedor como entrenador.
Tras pensarlo, Edward bajó a la planta baja de su casa, y se dirigió a la sala de estar, donde se había sentado Rojo en un sofá que era muy confortable.
– ¿Qué quieres, Rojo? —preguntó—
– Bueno... esto no es fácil para mí decirlo pero... —tras pensarlo un poco lo dijo con cierta serernidad— me he decidido convertir en entrenador Pokémon. Es el sueño de mi vida.
Edward miraba un poco cortado, aunque se lo esperaba desde hace mucho.
– Entonces, adiós y hasta siempre, supongo que nunca te veré más... —balbuceó triste— te hecharé de menos, Rojo —le abrazó tras decir esas palabras—
– ¡No te preocupes! ¿Sabes qué?
– ¿Qué?
– ¡Que te vienes conmigo de aventura! Seguro que si se lo digo a Oak, te dará una Pokédex —sonrió— ¡espero que seamos buenos compañeros de viaje!
Tras eso, Edward se secó las lágrimas y la expresión de su rostro cambió de una cara triste a una feliz.
– Gracias. ¡Enseguida, me preparo! ¿Cuándo salimos? —preguntó—
– El martes que viene. Así tendremos una semana para despedirnos y prepararnos, ¿vale? —tras eso, Rojo se levantó del sofá. Dijo adiós a Edward y a su madre y se fue a su casa—
Así comienza una aventura de Pueblo Paleta...