Hola a todos los que vais a leer mi fic (:
Este fic no va a ser el clásico fic de pokémon donde hay líderes de gimnasios ni profesores pokémon. Sinó que se trata de un caso policial. Seguirá habiendo combates e intentaré meter emoción e intriga al fic. Los capitulos no van a ser muy largos y supongo que el fic no va a dar para muchos capítulos, ya que yo soy muy vago y ya busqué una trama para no abandonarlo enseguida xD
Pues nada, en este primer post os voy a dejar solamente el prólogo de "El caso del pokémon robado" para daros una idea de como va a ser el fic. (los capítulos van a ser casi el doble de largos que el prólogo)
PRÓLOGO:
Sí, era un día lluvioso, oscuro, siniestro; perfecto para realizar un crimen sin dejar rastro, sin cometer ningún fallo. La oscuridad se encargaría de ocultar el rostro de los malhechores, la lluvia se encargaría del resto: no huellas, no ruidos. Era un día cualquiera, sin relevancia, un día normal, de los transcurren sin darles más importancia hasta que sucede algo que provoca un giro. En aquel momento yo estaba saliendo del centro pokémon. Cuando avancé unos pasos dejé de notar la luz del centro a mi espalda. Me giré desconcertado. El edificio estaba totalmente a oscuras. Esperé varios segundos a tomar ninguna decisión, mientras mi gorro bohemio quedaba empapado protegiendo mi pelo negro. La espera fue corta, decidí regresar al centro pokémon y asegurarme de que nada iba mal. Cuando me planté delante de la puerta la luz volvió a encenderse. Dejé escapar un suspiro de alivio y me volteé de nuevo. Al intento de terminar el primer paso de mi ida, empecé a escuchar ruidos leves que venían del centro, así que tomé la decisión de entrar y preguntar por lo sucedido.
Allí estaba Joy. Sus gestos mostraban su nerviosismo, su inseguridad. Se sentía desubicada, como si algo no estuviera en su sitio. A duras penas se mantenía derecha, todo su cuerpo temblaba.
- ¿Sucede algo enfermera? – Pregunté.
- ¡Maro! ¡Maro! ¡De repente se fue la luz! ¡Y ya no está, no está! ¿Qué voy a hacer? – Respondió nerviosa sin dar a entender nada de lo que había sucedido.
- Tranquilízate mujer. – Dije mientras me acercaba a ella. – Cuéntame que ha sucedido, ¿qué no está?
- ¡Ha desaparecido! ¿¡Qué voy a hacer!? – Joy estaba desconsolada, no razonaba. Los nervios se la comían, así que decidí acomodarla en una butaca de la sala de espera y prepararle una tila en la cocina. Al regresar con ella insistí en que me contara lo sucedido, a lo que ella respondió más calmada. – Cuando se fue la luz me asusté y corrí a por una linterna. Fui corriendo a los diferenciales para devolver la luz. Al encenderlos la luz no regresó, así que fui a la sala de curas que está detrás de la recepción para atender a un pokémon que me entregaron, no lo encontraba a oscuras. Al regresar la luz ya no estaba. – Joy estaba muy triste. Sentía mucho cariño a los pokémon y los trataba incluso como si fueran sus hijos.
- ¿Qué la luz tardó varios segundos en volver al encender los diferenciales? Esto es muy extraño. Además, los centros pokémon tienen un sistema de reserva propio para casos de tormenta en los que la luz pueda saltar, para no tener problema con la maquinaria que atiende a los pokémon… esto es muy extraño. Este ha sido un robo muy meditado. – En ese momento cogí mi teléfono móvil y llamé a la policía. Para informar del suceso. También informé que los secuestradores podían estar cerca, así que vinieran precavidos.
Saqué una cámara de fotos digital de la riñonera de pana que llevaba encima de mis tejanos largos y empecé a hacer fotos de la escena. La enfermera Joy me indicó donde se encontraba la pokéball robada. La sala estaba desordenada, pero posiblemente fuera Joy quien lo desordenó todo en busca del objeto perdido. Informé a Joy de que tendría que volver a contar todo el relato de lo sucedido sin omitir ningún detalle para que la investigación pudiera empezar con el máximo de información posible. Luego liberé a mi fiel compañero, un ágil Houndour. Empezó a rastrear la sala de curas donde antes se encontraba la pokéball desaparecida. Cuando encontró un rastro que seguir gracias a su buen olfato, empezó a ladrar hasta que echó a correr. Posiblemente el rastreo mediante olfato era imposible seguirlo fuera del centro, pero dentro se mantenía seco, así que Houndour pudo detectar fácilmente el olor de los maleantes.
Seguí a Houndour hasta los diferenciales, al parecer, los ladrones bajaron los diferenciales; ¿pero como habían evitado que se disparara la reserva energética? Houndour siguió avanzando hasta llegar a una ventana que daba a la parte anterior del centro pokémon. Allí había un pequeño agujero muy bien hecho utilizado para abrir la ventana desde fuera. Por suerte, el rastro continuaba fuera, ya que, aunque no había huellas porque estaba asfaltado, gracias a que el tejado sobresalía de la pared (los secuestradores habían pasado por debajo para evitar mojarse), así, mi fiel compañero pudo seguir su olor hasta un armario metálico externo cerrado con candado. El armario estaba abierto. Abrí el armario y me encontré con un montón de cables de distintos colores. Había uno bastante gordo de color amarillo que estaba cortado muy finamente, como si estuviera cortado con un arma blanca muy precisa y afilada. Hice una foto con mi cámara y cerré el armario de nuevo. Al incorporarme, se me abalanzó una persona encima de mí provocando que me cayera y mi sombrero se me saliera de la cabeza. Con una mano estaba inmovilizándome las manos detrás de la espalda y con la otra apretándome la cabeza contra el suelo mientras me entraban piedrecitas en la boca.
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Cualquier error, fallor, crítica, comentario, opinión, sugerencia... posteadlo! Que para eso lo he escrito (:
PD: cuando recuerdo como se pone una frase en la firma y que te conduce a un link me lo pondré xD Ahora ya es tarde para pensar.
El caso del pokémon robado
- Aki
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Re: El caso del pokémon robado
Muy bueno. De verdad, me ha encantado. Hasta me lo he leído dos veces para buscar errores, y no he encontrado nada, excepto quizá el hecho de que el capítulo era demasiado corto. espero que sigas pronto :)
Si te gusta Pokemon y el manga Pokemon Special, no dejes de leer mi fic:
Pokemon: La Saga Orange
http://pokemon-stats.com/foros/viewtopic.php?f=18&t=27943
COLGADO EL CAPITULO 4!
Pokemon: La Saga Orange
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- Aki
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Re: El caso del pokémon robado
Bueno, muy pocas lecturas... Aquí dejo el capítulo uno, a ver si se anima un poco esto.
Capítulo 1:
Se me abalanzó una persona encima de mí provocando que me cayera y mi sombrero se me saliera de la cabeza. Con una mano estaba inmovilizándome las manos detrás de la espalda, y con la otra apretándome la cabeza contra el suelo mientras me entraban piedrecitas en la boca.
Intenté resistirme. No podía ver quien era mi agresor, hasta que de repente dejó de hacer fuerza y preguntó. - ¿Maro? ¿Qué haces aquí? – Me levanté del suelo, me limpié un poco la cara de arena pegada por el agua de la lluvia y miré al sujeto que estaba ahí. Se trataba de una agente Mara, alta, esbelta, con el pelo largo un poco desordenado de color azul turquesa y unos ojos grandes y también azules. Me reconoció por mi pelo corto negro, el pendiente de madera negra en la oreja izquierda, el tono medio pálido medio bronceado de mi piel, la altura de metro ochenta y mi cuerpo bien cuidado. Habían llegado rápidamente.
- Estaba investigando. Los ladrones cortaron un cable, seguramente se trata del de la reserva energética del centro pokémon para conseguir poder colarse a oscuras al bajar los diferenciales. El olfato de Houndour me llevó hasta aquí, pero la búsqueda no puede continuar...
- No es tu trabajo, deja que lo hagamos los agentes. Si tu madre se entera de esto puedes tener problemas, ya sabes como es mi hermana.
- Pero tía Mara, he sido testigo del crimen, y ya me encontraba en el lugar durante lo sucedido, puedo ser de ayuda. Además, estoy sacándome el título de agente de policía, tampoco es una idea tan descabellada.
- Solo te sacaste el primero y estás a medio segundo. Ahora debes venir conmigo, si has sido testigo tenemos preguntas para ti. Y espero que no hayas hecho nada como para que crean que eres sospechoso.
Seguí a la agente Mara hasta el interior del centro pokémon. Allí había un par más de agentes. Uno interrogaba a la enfermera Joy, otro se dedicaba a analizar la escena donde había transcurrido el crimen.
- A los alrededores del centro pokémon solo encontré a mi sobrino, que estaba investigando. Se ve que estaba cerca cuando se produjo el robo.
- Así es.
- Maro, ahora el agente Kazu te interrogará. Dale todos los detalles que puedas e infórmale de todo lo que has visto y hecho, ¿de acuerdo?
- Está bien.
Kazu era el agente que estaba interrogando a la enfermera Joy. Era un tipo alto, fuerte, con el pelo castaño y unos ojos pequeños camuflados con unas gafas finas. Estaba anotando todo lo que Joy decía en un pequeño bloc de notas. Cuando terminó con Joy, se acercó a mí, que había estado esperándolo sentado mientras acababa. Dije mi información antes que me preguntara.
- Me llamo Maro, soy el sobrino de la agente Mara al cargo de este pueblo. Tengo 20 años cumplidos el 14 de Marzo. Estoy estudiando segundo en la academia de policía.
- Está bien. ¿Puedes contarme la situación, que hiciste y que viste?
- Sí. – Le conté todo lo que hice desde momentos antes de lo sucedido. El motivo por el que fui al centro pokémon, luego que se apagaron las luces cuando me iba, como volvió la luz, el estado de Joy, le mostré las fotos que había hecho, le conté el recorrido de los ladrones encontrado mediante el olfato de Houndour y finalmente la ventana agujereada y el cable cortado.
- Gracias por la ayuda Maro, espero que lo que hayas dicho sea cierto, no quiero tener que detener al sobrino de mi jefa. – Comentó Kazu. Aunque yo no había hecho nada no significaba que estuviera fuera de sospecha. – Por ahora vuelve a tu casa.
Así lo hice. Regresé a la residencia de estudiantes donde me hospedaba mientras me sacaba el título de agente de policía pokémon. El edificio era enorme. Yo estaba en una habitación individual (había dobles, pero prefería tener mi intimidad, y como mi madre y mi tía eran agentes Mara, el precio era bastante reducido) que tenía una cama bastante cómoda, un pequeño baño y una diminuta cocina. Como todas las habitaciones, las paredes eran blancas. La residencia estaba muy bien equipada. Disponía de gimnasio para fortalecer el cuerpo, biblioteca para estudiar, comedor con catering (que debía pagarse a parte), salón de descanso y sala de juegos. También disponía de un gran jardín con campos de entrenamiento pokémon.
Al entrar en la habitación me senté delante del ordenador portátil y me metí en internet. Busqué información sobre casos de robos de pokéboll en centros pokémon. Había ciertos casos cometidos por una banda muy conocida, el Team Rocket, casos de otras organizaciones minoritarias y otros casos puntuales. Enseguida me vi en un callejón sin salida. ¡Me faltaba información! ¿Qué pokémon había en la pokéball? ¿De quién era la pokéball? - Mañana preguntaré a Mara y a Joy. - pensé. Así que me fui a dormir.
- ¡Maro! ¡Maro! – Me despertaron unos gritos seguidos de unos golpes a la puerta. - ¡¡MARO!! – Me levanté de la cama y abrí la puerta. Era Mark, el compañero de la habitación de al lado, un buen chico i mi mejor amigo. Era un chico alto, de pelo castaño y solía hacerse un poco de cresta. Tenía bastantes pecas que le daban cierto atractivo y unos brillantes ojos verdes. Al verme se sorprendió. – Maro... La clase empieza en 2 minutos 30 segundos y... ¿¡Estás en gayumbos!? - ¡Me había olvidado de poner el despertador!
- ¡Demonios! Ayer no puse el despertador. ¡Me cambio en un periquete! ¿Me esperas?
Mark entró en la habitación a esperarme, mientras yo me cambiaba mientras le contaba todo lo sucedido la noche anterior.
- Mark, no te lo creerás, ayer tuve una movida impresionante. – Decía mientras me vestía y arreglaba un poco para disimular que no había tenido tiempo de ducharme. – Cuando fui al centro pokémon a recuperar a Houndour hubo un robo meditado y aproveché para investigar un poco, pero mi tía Mara se pensó que yo era un sospechoso y me tiró al suelo inmovilizándome. Cuando llegué aquí empecé a buscar casos parecidos, pero no encontré nada relevante... y claro, olvidé poner el despertador.
- Vaya, como mola. Pero a ver cómo le dices esto al profesor. Porque tenemos 18 segundos para llegar a clase, ¡y el edificio está a 5 minutos corriendo!
Al final conseguimos llegar en 4 minutos y tuvimos la suerte que el profesor llegaba con retraso también. Yo no pude estar muy atento a la clase de derechos civiles ni a la siguiente de economía, tenía en mente el robo de la noche anterior, así que al pasar las 3 horas (hora y media cada clase) le dije a Mark: - Mark, dile al entrenador físico que tengo dolor de barriga y que he tenido que ir a la residencia de inmediato. Me voy al centro pokémon.
- ¿Pero cómo se te ocurre? Ya sabes el mal genio que tiene. Te la vas a cargar.
- Ya lo sé tío. Pero es que no me puedo concentrar y ahora no estoy como para hacer un circuito de resistencia física.
- Claro, ni tú, ni yo ni nadie. Bueno, haz lo que quieras, pero luego no te me quejes si el próximo día te hace quedar media hora más haciendo flexiones y abdominales.
- Gracias tío, eres un crac. Nos vemos luego.
Salí a todo correr hacia el centro pokémon. Joy estaba muy decaída.
- Hola Joy, ¿cómo te encuentras?
- Hola Maro. Estoy bien, solo un poco triste y decepcionada. El dueño del pokémon al recibir la noticia se desmoronó y a mí se me encogió el corazón. Me dio mucha pena, siento como si parte de la culpa fuera mía.
- Lo entiendo, pero los agentes encontrarán los ladrones y les harán devolver el pokémon. Por cierto, ¿de qué pokémon se trataba y quien era su entrenador?
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Ya sabéis, cualquier cosa a postearla!
Capítulo 1:
Se me abalanzó una persona encima de mí provocando que me cayera y mi sombrero se me saliera de la cabeza. Con una mano estaba inmovilizándome las manos detrás de la espalda, y con la otra apretándome la cabeza contra el suelo mientras me entraban piedrecitas en la boca.
Intenté resistirme. No podía ver quien era mi agresor, hasta que de repente dejó de hacer fuerza y preguntó. - ¿Maro? ¿Qué haces aquí? – Me levanté del suelo, me limpié un poco la cara de arena pegada por el agua de la lluvia y miré al sujeto que estaba ahí. Se trataba de una agente Mara, alta, esbelta, con el pelo largo un poco desordenado de color azul turquesa y unos ojos grandes y también azules. Me reconoció por mi pelo corto negro, el pendiente de madera negra en la oreja izquierda, el tono medio pálido medio bronceado de mi piel, la altura de metro ochenta y mi cuerpo bien cuidado. Habían llegado rápidamente.
- Estaba investigando. Los ladrones cortaron un cable, seguramente se trata del de la reserva energética del centro pokémon para conseguir poder colarse a oscuras al bajar los diferenciales. El olfato de Houndour me llevó hasta aquí, pero la búsqueda no puede continuar...
- No es tu trabajo, deja que lo hagamos los agentes. Si tu madre se entera de esto puedes tener problemas, ya sabes como es mi hermana.
- Pero tía Mara, he sido testigo del crimen, y ya me encontraba en el lugar durante lo sucedido, puedo ser de ayuda. Además, estoy sacándome el título de agente de policía, tampoco es una idea tan descabellada.
- Solo te sacaste el primero y estás a medio segundo. Ahora debes venir conmigo, si has sido testigo tenemos preguntas para ti. Y espero que no hayas hecho nada como para que crean que eres sospechoso.
Seguí a la agente Mara hasta el interior del centro pokémon. Allí había un par más de agentes. Uno interrogaba a la enfermera Joy, otro se dedicaba a analizar la escena donde había transcurrido el crimen.
- A los alrededores del centro pokémon solo encontré a mi sobrino, que estaba investigando. Se ve que estaba cerca cuando se produjo el robo.
- Así es.
- Maro, ahora el agente Kazu te interrogará. Dale todos los detalles que puedas e infórmale de todo lo que has visto y hecho, ¿de acuerdo?
- Está bien.
Kazu era el agente que estaba interrogando a la enfermera Joy. Era un tipo alto, fuerte, con el pelo castaño y unos ojos pequeños camuflados con unas gafas finas. Estaba anotando todo lo que Joy decía en un pequeño bloc de notas. Cuando terminó con Joy, se acercó a mí, que había estado esperándolo sentado mientras acababa. Dije mi información antes que me preguntara.
- Me llamo Maro, soy el sobrino de la agente Mara al cargo de este pueblo. Tengo 20 años cumplidos el 14 de Marzo. Estoy estudiando segundo en la academia de policía.
- Está bien. ¿Puedes contarme la situación, que hiciste y que viste?
- Sí. – Le conté todo lo que hice desde momentos antes de lo sucedido. El motivo por el que fui al centro pokémon, luego que se apagaron las luces cuando me iba, como volvió la luz, el estado de Joy, le mostré las fotos que había hecho, le conté el recorrido de los ladrones encontrado mediante el olfato de Houndour y finalmente la ventana agujereada y el cable cortado.
- Gracias por la ayuda Maro, espero que lo que hayas dicho sea cierto, no quiero tener que detener al sobrino de mi jefa. – Comentó Kazu. Aunque yo no había hecho nada no significaba que estuviera fuera de sospecha. – Por ahora vuelve a tu casa.
Así lo hice. Regresé a la residencia de estudiantes donde me hospedaba mientras me sacaba el título de agente de policía pokémon. El edificio era enorme. Yo estaba en una habitación individual (había dobles, pero prefería tener mi intimidad, y como mi madre y mi tía eran agentes Mara, el precio era bastante reducido) que tenía una cama bastante cómoda, un pequeño baño y una diminuta cocina. Como todas las habitaciones, las paredes eran blancas. La residencia estaba muy bien equipada. Disponía de gimnasio para fortalecer el cuerpo, biblioteca para estudiar, comedor con catering (que debía pagarse a parte), salón de descanso y sala de juegos. También disponía de un gran jardín con campos de entrenamiento pokémon.
Al entrar en la habitación me senté delante del ordenador portátil y me metí en internet. Busqué información sobre casos de robos de pokéboll en centros pokémon. Había ciertos casos cometidos por una banda muy conocida, el Team Rocket, casos de otras organizaciones minoritarias y otros casos puntuales. Enseguida me vi en un callejón sin salida. ¡Me faltaba información! ¿Qué pokémon había en la pokéball? ¿De quién era la pokéball? - Mañana preguntaré a Mara y a Joy. - pensé. Así que me fui a dormir.
- ¡Maro! ¡Maro! – Me despertaron unos gritos seguidos de unos golpes a la puerta. - ¡¡MARO!! – Me levanté de la cama y abrí la puerta. Era Mark, el compañero de la habitación de al lado, un buen chico i mi mejor amigo. Era un chico alto, de pelo castaño y solía hacerse un poco de cresta. Tenía bastantes pecas que le daban cierto atractivo y unos brillantes ojos verdes. Al verme se sorprendió. – Maro... La clase empieza en 2 minutos 30 segundos y... ¿¡Estás en gayumbos!? - ¡Me había olvidado de poner el despertador!
- ¡Demonios! Ayer no puse el despertador. ¡Me cambio en un periquete! ¿Me esperas?
Mark entró en la habitación a esperarme, mientras yo me cambiaba mientras le contaba todo lo sucedido la noche anterior.
- Mark, no te lo creerás, ayer tuve una movida impresionante. – Decía mientras me vestía y arreglaba un poco para disimular que no había tenido tiempo de ducharme. – Cuando fui al centro pokémon a recuperar a Houndour hubo un robo meditado y aproveché para investigar un poco, pero mi tía Mara se pensó que yo era un sospechoso y me tiró al suelo inmovilizándome. Cuando llegué aquí empecé a buscar casos parecidos, pero no encontré nada relevante... y claro, olvidé poner el despertador.
- Vaya, como mola. Pero a ver cómo le dices esto al profesor. Porque tenemos 18 segundos para llegar a clase, ¡y el edificio está a 5 minutos corriendo!
Al final conseguimos llegar en 4 minutos y tuvimos la suerte que el profesor llegaba con retraso también. Yo no pude estar muy atento a la clase de derechos civiles ni a la siguiente de economía, tenía en mente el robo de la noche anterior, así que al pasar las 3 horas (hora y media cada clase) le dije a Mark: - Mark, dile al entrenador físico que tengo dolor de barriga y que he tenido que ir a la residencia de inmediato. Me voy al centro pokémon.
- ¿Pero cómo se te ocurre? Ya sabes el mal genio que tiene. Te la vas a cargar.
- Ya lo sé tío. Pero es que no me puedo concentrar y ahora no estoy como para hacer un circuito de resistencia física.
- Claro, ni tú, ni yo ni nadie. Bueno, haz lo que quieras, pero luego no te me quejes si el próximo día te hace quedar media hora más haciendo flexiones y abdominales.
- Gracias tío, eres un crac. Nos vemos luego.
Salí a todo correr hacia el centro pokémon. Joy estaba muy decaída.
- Hola Joy, ¿cómo te encuentras?
- Hola Maro. Estoy bien, solo un poco triste y decepcionada. El dueño del pokémon al recibir la noticia se desmoronó y a mí se me encogió el corazón. Me dio mucha pena, siento como si parte de la culpa fuera mía.
- Lo entiendo, pero los agentes encontrarán los ladrones y les harán devolver el pokémon. Por cierto, ¿de qué pokémon se trataba y quien era su entrenador?
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- urii.1506
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Re: El caso del pokémon robado
vaaale, y ahora con la intriga sabes?? jajajaja bueno, subelo pronto:)
Si te gusta Pokemon y el manga Pokemon Special, no dejes de leer mi fic:
Pokemon: La Saga Orange
http://pokemon-stats.com/foros/viewtopic.php?f=18&t=27943
COLGADO EL CAPITULO 4!
Pokemon: La Saga Orange
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- Aki
- Pres@ de un encuentro fantasmal
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Re: El caso del pokémon robado
Con tan pocas lecturas no me motiva a escribir -.-" bueh, aqui dejo el segundo capítulo:
Capítulo 2:
- Lo entiendo, pero los agentes encontrarán los ladrones y les harán devolver el pokémon. Por cierto, ¿de qué pokémon se trataba y quien era su entrenador?
- Robaron un Phione de un coordinador pokémon. Ese coordinador es bastante bueno y conocido.
- ¡Vaya! Un pokémon descendiente de un legendario, el gran Manaphy... - < ¿Pero quién podría estar interesado en ese pokémon? ¿Mercado negro de pokémon? > pensé. – Joy, ¿dónde puedo encontrar al coordinador?
- Creo que está en la central de policía.
Después de agradecerle la información y despedirme debidamente me dirigí a la central para encontrar al coordinador. Tardé varios minutos en llegar. Enseguida reconocí al coordinador, un joven rubio de unos 17 años, ojos azules y con un tic en la pierna que demostraba nerviosismo. Intenté evitar a los agentes que conocía para evitar que le comentaran a mi tía que había estado allí y me acerqué a él.
- Ei, hola. – Le saludé sentándome a su lado.
- ¿Hola? ¿Quién eres?
- Soy testigo del robo que hubo ayer en el centro pokémon. – El joven se sorprendió. – ¿Eres el dueño del pokémon robado?
- Sí. ¿Viniste a declarar?
- No, ya declaré anoche.
- ¿Entonces a que viniste?
- Vengo a hacerte un par de preguntas... Estoy estudiando para ser agente de policía y me gustaría investigar un poco el caso, pero mi tía dudo que me deje.
- ¿Tu tía?
- Sí, es la agente Mara al cargo del pueblo.
- ¡Vaya! A mí también gustaría salir ahí a fuera a recuperar a mi pequeño, pero no me dejan investigar por mí mismo, por eso no me muevo de la central... – Dijo decepcionado.
- Podrías ayudarme. Yo no pienso quedarme con los brazos cruzados, quiero llegar al fondo del asunto por mí mismo. – Dije entusiasmado.
- Pero... ¿no podrías meterte en líos?
- Sí, pero imagínate que lo conseguimos. Como mucho me caerá una bronca, pero tú habrás conseguido recuperar a tu pokémon.
- Supongo...
- Escucha, ¿sabes quién podría estar interesado en tu pokémon?
- Creo que sí. Desde hace un tiempo he notado como me vigilaban e incluso he recibido ataques de una organización llamada Team Rocket. Pero siempre me había librado de ellos fácilmente.
- Lo qué me suponía. Seguramente los delincuentes son del Team Rocket. Pero según la base de datos de la agencia de policías, solamente tienen bases donde se reúnen en Kanto y Jotho. Si han conseguido la manera de escapar de esta región lo tendremos más crudo.
- ¿Qué sugieres?
- Déjame pensar. ¿Phione tiene alguna necesidad?
- Phione no puede estar largos períodos de tiempo fuera del agua.
- Pues podemos empezar a buscar refugios temporales del Team Rocket cercanos a algún rio o lago, ya que el mar queda bastante lejos de aquí.
- Claro.
- Entonces, ¿te parece bien empezar a investigar mañana por la mañana? A las 7:00 am quedamos delante del centro pokémon.
- Me parece bien.
- Por cierto, soy Maro. – Dije cuando ya me iba.
- Yo soy Kevin.
Regresé a la residencia, vi que Mark tenía la puerta de la habitación abierta, así que entré a saludarlo. Su habitación estaba bastante desordenada y él estaba jugando a la consola a un juego de combates pokémon. Le encantaba pelear, y cuando no encontraba con quien retaba a la máquina. Él solía decir que no tenía nada que ver, pero en la máquina podía usar pokémon que nunca antes había visto y tenía su emoción.
- Ey tío. – Saludé.
- Anda, no me hables, no me hables. No sabes lo que he pasado con el entrenador. Hoy ha sido durísimo, te vas a cagar el próximo día, lo sabes. Tienes suerte que mañana es sábado y no tenemos clase.
- Vaya.
- ¡AARG! ¡Maldito Zapdos! ¿Cómo es posible que me saque un Zapdos? Si solamente estoy en el piso 86 – Mark con sus tonterías del juego. – Tendré que volver a empezar del piso 1, menudo rollo. – Entonces me miró con ojos desafiantes, entendí a la primera lo que quería. Quería desahogarse con un combate contra mí. Solíamos hacer combates el uno contra el otro a menudo. Por mala suerte, su vicio con la máquina le daba cierta capacidad para realizar estrategias que solían dejarme K.O. – ¡Te reto a un combate!
- Bueno, está bien, pero que sea solamente un uno contra uno, que luego me gustaría comprobar ciertas cosas.
- Está bien, que sea uno contra uno. Vas a morder el polvo.
Salimos de la residencia y fuimos a los campos de entrenamiento. Allí había otros residentes entrenando. La compenetración con el pokémon era indispensable para poder llegar a ser un buen agente de policía pokémon. Mark eligió el campo de entrenamiento que consistía en un bosque. Había muchos árboles y la hierba era alta. Los pokémon pequeños tenían facilidad para esconderse y los voladores también en lo más alto de los árboles. Como Mark estaba muy motivado estaba convencido que yo iba a perder, así que para hacer menos el ridículo no quise usar a mi mejor pokémon, a Houndour, así que saqué otro pokémon.
- Venga, sal Weepinbell. – elegí.
- Adelante Spinda, dale caña a este matamoscas. – eligió Mark.
- Weepinbell usa látigo cepa para agarrar a Spinda.
- Spinda, no te dejes agarrar, usa finta para escapar y golpear.
Weepinbell sacó 4 látigos que fueron dirigidos muy velozmente al pequeño Spinda. Este esquivo el primer látigo cepa haciendo un giro hacia la izquierda muy deprisa, el segundo lo esquivó agachándose, cosa que evitó que pudiera ver el tercero que le venía por la derecha, pero pudo reaccionar a tiempo haciendo una voltereta hacia delante, así que impidió ser agarrado, pero sí lo golpeó. Cuando el cuarto látigo estaba preparado para enroscarlo, Spinda pareció desaparecer y reaparecer justo delante de Weepinbell y le propinó un buen golpe que lo hico retroceder un poco.
- ¡¡Bien hecho Spinda, ahora usa psicorrayo!!
- ¡Weepinbell, si lo esquivas será imposible luego poder agarrarlo con látigo cepa, así que ignora el psicorrayo y agárralo por brazos y piernas con látigo cepa!
Dicho y hecho, Weepinbell recibió el impacto directo del psicorrayo de Spinda provocándose mucho daño debido a su debilidad al tipo, pero consiguió agarrar por todo el cuerpo al pequeño Spinda.
- ¡Vaya! Esto no me lo esperaba, Spinda, ¡deshazte del látigo cepa como puedas!
- ¡Weepinbell, usa tu paralizador y luego lánzalo lo más lejos que puedas!
Spinda no pudo deshacerse a tiempo del látigo cepa y empezó a notar que era más difícil controlar su cuerpo debido al paralizador. Luego, Weepinbell lanzó a lo lejos a Spinda provocándole serios daños.
- ¡¡Muy bien!! ¡Weepinbell, usa ácido!
- ¡Maldita sea! ¡Spinda, incorpórate y usa golpe bajo!
Spinda a pesar de estar paralizado, apareció enseguida antes que Weepinbell usara su ácido detrás de él y le propinó un buen golpe trasero. Weepinbell pudo reaccionar y le lanzó el ácido en toda la cara provocando un golpe crítico. Los dos pokémon estaban muy mal heridos. <Aún tengo posibilidades.> pensé.
- Maro, no me vas a derrotar, que lo sepas. ¡¡SPINDA, PSICORRAYO A TODA POTENCIA!! – Gritó Mark con toda la emoción puesta en ese ataque.
- Ya lo veremos Mark, ¡Weepinbell, usa el látigo cepa para hacer un escudo y luego atacar a Spinda!
- ¡No es posible! – Se sorprendió Mark.
Spinda lanzó su psicorrayo de colores a Weepinbell. Este sacó sus 4 látigos y los enroscó de tal forma que el psicorrayo no podía penetrar entre ellos. El impacto fue brutal. Pero el escudo parecía no poder resistirlo más. Entre látigo y látigo empezó a penetrar luz de colores.
- ¡¡Weepinbell, aparta, no podrás resistir este psicorrayo!! – Grité a la desesperada.
- Estás donde quería. ¡Spinda, acaba con finta!
Weepinbell se apartó para poder evitar el psicorrayo, giró hacia la derecha, pero allí delante se encontró a Spinda, quien lo golpeó haciéndolo rebotar contra un árbol. Weepinbell cayó debilitado.
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Espero que guste...
Capítulo 2:
- Lo entiendo, pero los agentes encontrarán los ladrones y les harán devolver el pokémon. Por cierto, ¿de qué pokémon se trataba y quien era su entrenador?
- Robaron un Phione de un coordinador pokémon. Ese coordinador es bastante bueno y conocido.
- ¡Vaya! Un pokémon descendiente de un legendario, el gran Manaphy... - < ¿Pero quién podría estar interesado en ese pokémon? ¿Mercado negro de pokémon? > pensé. – Joy, ¿dónde puedo encontrar al coordinador?
- Creo que está en la central de policía.
Después de agradecerle la información y despedirme debidamente me dirigí a la central para encontrar al coordinador. Tardé varios minutos en llegar. Enseguida reconocí al coordinador, un joven rubio de unos 17 años, ojos azules y con un tic en la pierna que demostraba nerviosismo. Intenté evitar a los agentes que conocía para evitar que le comentaran a mi tía que había estado allí y me acerqué a él.
- Ei, hola. – Le saludé sentándome a su lado.
- ¿Hola? ¿Quién eres?
- Soy testigo del robo que hubo ayer en el centro pokémon. – El joven se sorprendió. – ¿Eres el dueño del pokémon robado?
- Sí. ¿Viniste a declarar?
- No, ya declaré anoche.
- ¿Entonces a que viniste?
- Vengo a hacerte un par de preguntas... Estoy estudiando para ser agente de policía y me gustaría investigar un poco el caso, pero mi tía dudo que me deje.
- ¿Tu tía?
- Sí, es la agente Mara al cargo del pueblo.
- ¡Vaya! A mí también gustaría salir ahí a fuera a recuperar a mi pequeño, pero no me dejan investigar por mí mismo, por eso no me muevo de la central... – Dijo decepcionado.
- Podrías ayudarme. Yo no pienso quedarme con los brazos cruzados, quiero llegar al fondo del asunto por mí mismo. – Dije entusiasmado.
- Pero... ¿no podrías meterte en líos?
- Sí, pero imagínate que lo conseguimos. Como mucho me caerá una bronca, pero tú habrás conseguido recuperar a tu pokémon.
- Supongo...
- Escucha, ¿sabes quién podría estar interesado en tu pokémon?
- Creo que sí. Desde hace un tiempo he notado como me vigilaban e incluso he recibido ataques de una organización llamada Team Rocket. Pero siempre me había librado de ellos fácilmente.
- Lo qué me suponía. Seguramente los delincuentes son del Team Rocket. Pero según la base de datos de la agencia de policías, solamente tienen bases donde se reúnen en Kanto y Jotho. Si han conseguido la manera de escapar de esta región lo tendremos más crudo.
- ¿Qué sugieres?
- Déjame pensar. ¿Phione tiene alguna necesidad?
- Phione no puede estar largos períodos de tiempo fuera del agua.
- Pues podemos empezar a buscar refugios temporales del Team Rocket cercanos a algún rio o lago, ya que el mar queda bastante lejos de aquí.
- Claro.
- Entonces, ¿te parece bien empezar a investigar mañana por la mañana? A las 7:00 am quedamos delante del centro pokémon.
- Me parece bien.
- Por cierto, soy Maro. – Dije cuando ya me iba.
- Yo soy Kevin.
Regresé a la residencia, vi que Mark tenía la puerta de la habitación abierta, así que entré a saludarlo. Su habitación estaba bastante desordenada y él estaba jugando a la consola a un juego de combates pokémon. Le encantaba pelear, y cuando no encontraba con quien retaba a la máquina. Él solía decir que no tenía nada que ver, pero en la máquina podía usar pokémon que nunca antes había visto y tenía su emoción.
- Ey tío. – Saludé.
- Anda, no me hables, no me hables. No sabes lo que he pasado con el entrenador. Hoy ha sido durísimo, te vas a cagar el próximo día, lo sabes. Tienes suerte que mañana es sábado y no tenemos clase.
- Vaya.
- ¡AARG! ¡Maldito Zapdos! ¿Cómo es posible que me saque un Zapdos? Si solamente estoy en el piso 86 – Mark con sus tonterías del juego. – Tendré que volver a empezar del piso 1, menudo rollo. – Entonces me miró con ojos desafiantes, entendí a la primera lo que quería. Quería desahogarse con un combate contra mí. Solíamos hacer combates el uno contra el otro a menudo. Por mala suerte, su vicio con la máquina le daba cierta capacidad para realizar estrategias que solían dejarme K.O. – ¡Te reto a un combate!
- Bueno, está bien, pero que sea solamente un uno contra uno, que luego me gustaría comprobar ciertas cosas.
- Está bien, que sea uno contra uno. Vas a morder el polvo.
Salimos de la residencia y fuimos a los campos de entrenamiento. Allí había otros residentes entrenando. La compenetración con el pokémon era indispensable para poder llegar a ser un buen agente de policía pokémon. Mark eligió el campo de entrenamiento que consistía en un bosque. Había muchos árboles y la hierba era alta. Los pokémon pequeños tenían facilidad para esconderse y los voladores también en lo más alto de los árboles. Como Mark estaba muy motivado estaba convencido que yo iba a perder, así que para hacer menos el ridículo no quise usar a mi mejor pokémon, a Houndour, así que saqué otro pokémon.
- Venga, sal Weepinbell. – elegí.
- Adelante Spinda, dale caña a este matamoscas. – eligió Mark.
- Weepinbell usa látigo cepa para agarrar a Spinda.
- Spinda, no te dejes agarrar, usa finta para escapar y golpear.
Weepinbell sacó 4 látigos que fueron dirigidos muy velozmente al pequeño Spinda. Este esquivo el primer látigo cepa haciendo un giro hacia la izquierda muy deprisa, el segundo lo esquivó agachándose, cosa que evitó que pudiera ver el tercero que le venía por la derecha, pero pudo reaccionar a tiempo haciendo una voltereta hacia delante, así que impidió ser agarrado, pero sí lo golpeó. Cuando el cuarto látigo estaba preparado para enroscarlo, Spinda pareció desaparecer y reaparecer justo delante de Weepinbell y le propinó un buen golpe que lo hico retroceder un poco.
- ¡¡Bien hecho Spinda, ahora usa psicorrayo!!
- ¡Weepinbell, si lo esquivas será imposible luego poder agarrarlo con látigo cepa, así que ignora el psicorrayo y agárralo por brazos y piernas con látigo cepa!
Dicho y hecho, Weepinbell recibió el impacto directo del psicorrayo de Spinda provocándose mucho daño debido a su debilidad al tipo, pero consiguió agarrar por todo el cuerpo al pequeño Spinda.
- ¡Vaya! Esto no me lo esperaba, Spinda, ¡deshazte del látigo cepa como puedas!
- ¡Weepinbell, usa tu paralizador y luego lánzalo lo más lejos que puedas!
Spinda no pudo deshacerse a tiempo del látigo cepa y empezó a notar que era más difícil controlar su cuerpo debido al paralizador. Luego, Weepinbell lanzó a lo lejos a Spinda provocándole serios daños.
- ¡¡Muy bien!! ¡Weepinbell, usa ácido!
- ¡Maldita sea! ¡Spinda, incorpórate y usa golpe bajo!
Spinda a pesar de estar paralizado, apareció enseguida antes que Weepinbell usara su ácido detrás de él y le propinó un buen golpe trasero. Weepinbell pudo reaccionar y le lanzó el ácido en toda la cara provocando un golpe crítico. Los dos pokémon estaban muy mal heridos. <Aún tengo posibilidades.> pensé.
- Maro, no me vas a derrotar, que lo sepas. ¡¡SPINDA, PSICORRAYO A TODA POTENCIA!! – Gritó Mark con toda la emoción puesta en ese ataque.
- Ya lo veremos Mark, ¡Weepinbell, usa el látigo cepa para hacer un escudo y luego atacar a Spinda!
- ¡No es posible! – Se sorprendió Mark.
Spinda lanzó su psicorrayo de colores a Weepinbell. Este sacó sus 4 látigos y los enroscó de tal forma que el psicorrayo no podía penetrar entre ellos. El impacto fue brutal. Pero el escudo parecía no poder resistirlo más. Entre látigo y látigo empezó a penetrar luz de colores.
- ¡¡Weepinbell, aparta, no podrás resistir este psicorrayo!! – Grité a la desesperada.
- Estás donde quería. ¡Spinda, acaba con finta!
Weepinbell se apartó para poder evitar el psicorrayo, giró hacia la derecha, pero allí delante se encontró a Spinda, quien lo golpeó haciéndolo rebotar contra un árbol. Weepinbell cayó debilitado.
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Espero que guste...
- urii.1506
- Con entrenamiento en el lodo
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- Registrado: Dom Ago 01, 2010 4:06 am
Re: El caso del pokémon robado
Un Phione? vaya cosa mas rara... por cierto, el coordinador me ha caido bien, espero que salga bastantes veces. Sobretodo me ha gustado el momento lucha.
Tambien me gusta que salga el Team Rocket, me apasiona!
Tambien me gusta que salga el Team Rocket, me apasiona!
Si te gusta Pokemon y el manga Pokemon Special, no dejes de leer mi fic:
Pokemon: La Saga Orange
http://pokemon-stats.com/foros/viewtopic.php?f=18&t=27943
COLGADO EL CAPITULO 4!
Pokemon: La Saga Orange
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COLGADO EL CAPITULO 4!
- Danot Okino
- Reverenciad@ por L.T.Surge
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- Registrado: Sab Dic 19, 2009 6:35 pm
Re: El caso del pokémon robado
Bueno, leído ya o.o
Prólogo: Presentación que mostró claramente cuál sería la tónica de la historia, recordando a los clásicos relatos de detectives narrados en primera persona por quien debe resolver el crimen en cuestión; todo empezó cuando Maro se retiraba del Centro Pokémon local, y extrañándose por el apagón en ese lugar tardó en decidirse a ingresar, enterándose por Joy del robo de un Pokémon en particular en el momento en que ella intentó restablecer el flujo eléctrico; sabiendo que no había tiempo que perder, liberó a su fiel Houndour, que con su fino olfato detectó el rastro del o de los maleantes, dándole a su entrenador una idea general de cómo había ocurrido al ir relacionando lo que veía con lo que le decía su experiencia; sin embargo, tras revisar la caja de luz externa, fue sometido por alguien aún desconocido owo...
Capítulo 1: Siguiendo con lo establecido en el prólogo (que funcionalmente sería el primer episodio, pero en fin .w.), vimos que quien redujo a Maro era su tía Mara, quien estaba a cargo de la policía de la ciudad; tras preguntarle qué hacía ahí y recordarle que aún no terminaba su carrera formativa para policía, le mandó a ir un agente para que tomara su declaración de lo ocurrido, y aunque no lo quisiera, figurar como posible sospechoso; al llegar a su departamento, trató de buscar información relacionada, pero no halló nada y se olvidó de poner el despertador, con lo que se levantó tarde al día siguiente (sólo porque a su amigo Mark se le ocurrió ir a verlo); tras contarle lo ocurrido el día anterior y que ambos corrieran a clases, Maro se vio demasiado distraído por todo ese suceso, por lo que se escapó de clases para ir al Centro Pokémon y hablar con Joy, en particular para saber qué Pokémon había sido robado y quién era su dueño, información que sin duda le daría algo para empezar a buscar owo...
Capítulo 2: Tras obtener la información que necesitaba de Joy respecto del Pokémon robado y su entrenador, además de la posible localización de éste último, Maro se dirigió a las inmediaciones del cuartel de policía, donde halló a Kevin, con quien tuvo una charla sobre lo ocurrido y cómo a ninguno de ellos le era permitido tomar acción alguna; así, el aspirante a policía sugirió que investigaran juntos al sopesar el beneficio que le traería al otro, por lo que acordaron encontrarse al día siguiente para empezar con eso; luego, regresó al alojamiento para encontrarse con Mark, quien tras negar que le contara lo que quería porque ya lo suponía y perder contra el simulador de combate, retó a su amigo a una batalla; de esa manera, llegaron al campo de entrenamiento cercano, con lo que el protagonista liberó a su Weepinbell y el otro a su Spinda, que demostró agudos reflejos y buen manejo de sus ataques para esquivar los de su oponente y contraatacar de manera efectiva, aunque el Pokémon de hierba tampoco se quedó atrás; a pesar de emplear una defensa aparentemente infranqueable para un ataque muy dañino, el Pokémon de Maro cayó rendido, y con eso acabado, ya podrían pasar a lo que él realmente le importaba hacer en ese momento owo...
A nivel técnico, opino que en general la narración es agradable y las descripciones físicas de personajes y del ambiente la complementan bien (más la primera que la segunda, y puedo aceptar que falten las de los Pokémon), pero la narración sí se puede trabajar un poco más para que esté al mismo nivel; la caracterización de personajes la encuentro en un nivel regular, los personajes son coherentes pero de momento faltan esclarecer algunas motivaciones (la de Maro se vio recién en el segundo episodio, aunque se podía intuir); el ritmo narrativo va mayormente bien, quizá en algún momento se acelere un poco, pero está dentro de lo adecuado para cada escena de los capítulos, lo cual es bastante bueno considerando que son relativamente cortos; sin embargo, algo relacionado con esto es la cantidad de faltas de tildación o de ortografía halladas, que si bien no son muchas, son demasiadas para tan poco texto, pero en fin, dentro de todo no afean tanto la lectura (aunque una que otra distrae .w.)
En fin, esto es todo por ahora; nos veremos en otro fic, ya que éste se quedó ahí nomás owoU
Prólogo: Presentación que mostró claramente cuál sería la tónica de la historia, recordando a los clásicos relatos de detectives narrados en primera persona por quien debe resolver el crimen en cuestión; todo empezó cuando Maro se retiraba del Centro Pokémon local, y extrañándose por el apagón en ese lugar tardó en decidirse a ingresar, enterándose por Joy del robo de un Pokémon en particular en el momento en que ella intentó restablecer el flujo eléctrico; sabiendo que no había tiempo que perder, liberó a su fiel Houndour, que con su fino olfato detectó el rastro del o de los maleantes, dándole a su entrenador una idea general de cómo había ocurrido al ir relacionando lo que veía con lo que le decía su experiencia; sin embargo, tras revisar la caja de luz externa, fue sometido por alguien aún desconocido owo...
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Capítulo 1: Siguiendo con lo establecido en el prólogo (que funcionalmente sería el primer episodio, pero en fin .w.), vimos que quien redujo a Maro era su tía Mara, quien estaba a cargo de la policía de la ciudad; tras preguntarle qué hacía ahí y recordarle que aún no terminaba su carrera formativa para policía, le mandó a ir un agente para que tomara su declaración de lo ocurrido, y aunque no lo quisiera, figurar como posible sospechoso; al llegar a su departamento, trató de buscar información relacionada, pero no halló nada y se olvidó de poner el despertador, con lo que se levantó tarde al día siguiente (sólo porque a su amigo Mark se le ocurrió ir a verlo); tras contarle lo ocurrido el día anterior y que ambos corrieran a clases, Maro se vio demasiado distraído por todo ese suceso, por lo que se escapó de clases para ir al Centro Pokémon y hablar con Joy, en particular para saber qué Pokémon había sido robado y quién era su dueño, información que sin duda le daría algo para empezar a buscar owo...
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Capítulo 2: Tras obtener la información que necesitaba de Joy respecto del Pokémon robado y su entrenador, además de la posible localización de éste último, Maro se dirigió a las inmediaciones del cuartel de policía, donde halló a Kevin, con quien tuvo una charla sobre lo ocurrido y cómo a ninguno de ellos le era permitido tomar acción alguna; así, el aspirante a policía sugirió que investigaran juntos al sopesar el beneficio que le traería al otro, por lo que acordaron encontrarse al día siguiente para empezar con eso; luego, regresó al alojamiento para encontrarse con Mark, quien tras negar que le contara lo que quería porque ya lo suponía y perder contra el simulador de combate, retó a su amigo a una batalla; de esa manera, llegaron al campo de entrenamiento cercano, con lo que el protagonista liberó a su Weepinbell y el otro a su Spinda, que demostró agudos reflejos y buen manejo de sus ataques para esquivar los de su oponente y contraatacar de manera efectiva, aunque el Pokémon de hierba tampoco se quedó atrás; a pesar de emplear una defensa aparentemente infranqueable para un ataque muy dañino, el Pokémon de Maro cayó rendido, y con eso acabado, ya podrían pasar a lo que él realmente le importaba hacer en ese momento owo...
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A nivel técnico, opino que en general la narración es agradable y las descripciones físicas de personajes y del ambiente la complementan bien (más la primera que la segunda, y puedo aceptar que falten las de los Pokémon), pero la narración sí se puede trabajar un poco más para que esté al mismo nivel; la caracterización de personajes la encuentro en un nivel regular, los personajes son coherentes pero de momento faltan esclarecer algunas motivaciones (la de Maro se vio recién en el segundo episodio, aunque se podía intuir); el ritmo narrativo va mayormente bien, quizá en algún momento se acelere un poco, pero está dentro de lo adecuado para cada escena de los capítulos, lo cual es bastante bueno considerando que son relativamente cortos; sin embargo, algo relacionado con esto es la cantidad de faltas de tildación o de ortografía halladas, que si bien no son muchas, son demasiadas para tan poco texto, pero en fin, dentro de todo no afean tanto la lectura (aunque una que otra distrae .w.)
En fin, esto es todo por ahora; nos veremos en otro fic, ya que éste se quedó ahí nomás owoU
My other hammer crushes suns.