Titulo: Pecados en Rocavelo
Personajes: Paul, Reggie,Skorupi
Summary: Una vez nace una nueva vida, muchas cosas logran cambiar. Cuando Skorupi nace, muchas cosas dejaran de ser igual.
Clasificación: T
Advertencias: Ooc justificado. Sangrecita, x3 medio gore.
Tipo: Long-fic
Este es mi duelo contra Faustito, está vez quise volver a mis raíces. El horror, más bien miedo psicológico, además tengo que practicar para un concurso.
Pecados en Rocavelo
Capítulo I.- Gula
Está oscuro y abres tus ojos, tan negros que se confunden con la oscuridad. Te enredas entre la sabana evitando ver la puerta entre abierta que silenciosa te observa, tienes la tentación de cerrarla por completo pero te resistes, cerrando los ojos con fuerza.
¿Por qué tiemblas? Nadie está asustándote. Sólo deberías recordar, que a los diez años todavía eres un niño. Alguien manipulable que puede sentir miedo con facilidad.
Muchos podrían aprovecharse de ti…Paul.
Espera, estás temblando. ¿Qué sucede?, ¿acaso no puedes moverte? Te sientes entumido, como si algo estuviera haciendo presión en tu pecho. Intentas ser fuerte y tratas de moverte, que ingenuo eres.
La sábana blanca que te cubre hasta el cuello, lentamente es despojada de tu cuerpo. Cierras los ojos como si eso impidiera el acto siguiente. Inútilmente intentas mover tu mano, un quejido sordo resuena en tu garganta.
Sientes una extremidad recorrer tu pierna, es tan fría que produce que tu temblor aumente. ¿Por qué no abres los ojos? Dime… ¿De qué tienes miedo?
¿De que sea alguna persona quien hace eso?
Oh…
¿De que no haya nadie?
Sin embargo, la curiosidad es más fuerte. Sonrío burlonamente, es tan común en los infantes la curiosidad, el morbo de saber algo o ese infame cosquillo en el estomago cuando descubren algún objeto. Lentamente tus parpados se mueven, temes encontrarte a un monstruo de los que Reggie tanto habla al mirar la tele, quizás ese muñeco diabólico que vieron la noche anterior.
Pero no hay nada…
Más que tú y la inmensa oscuridad que te rodea. Las lagrimas que antes contenías, ahora fluyen con rapidez por tus mejillas, tan tibias en contraste con tu piel casi helada.
La opresión es mayor, pero no en tu pierna; es tu cuello siendo presionado con fuerza. ¿Qué harás ahora niño? ¿Ponerte a llorar? No sirve de nada llorar, tan solo es prolongada de agonía.
Intentas respirar con más profundidad, pero es imposible. El aire en tus pulmones amenaza con dejar de correr, las lágrimas no paran y tu angustia crece, provocando un dolor agudo en tu pecho.
¿Escuchas ese sonido?
Es una melodía rápida pero se está haciendo cada vez más lenta. ¿Sabes lo que es?... ¡Es tu corazón!
Quieres gritar tanto como puedas, pero ningún sonido sale de tus labios ya morados, sólo pequeños quejidos lastimeros que escuchas en tu propia mente. Abres tus ojos y volteas hacia la puerta. Si, esa maldita puerta entreabierta.
Ya casi no puedes respirar y el color moreno que tenía tu piel, ahora está blanco como la piel de las muñecas de porcelana. En un chirrido continuo la puerta se abre, en una lentitud maliciosa, mortificándote por dentro. Intentas gritar cuando ves a tu madre pasar el pasillo, pero ya no sale ni un gemido…
Estás solo.
Puedes ver con horror la sombra reflejada por la puerta, sabes que no es tu hermano, que no es tu madre, entonces; ¿Quién es?
Soy yo Paul, soy tu miedo, aquel que no te deja moverte, que no te deja respirar y aquel que pronto no te dejará vivir.
Estoy tan cerca, incluso puedo oler y entonces veo aquel brillo en tus ojos, tan blanco y puro…
¡Es la maldita luna llena!
La luz se filtra por tu habitación, como un ladrón en la escena del crimen. Se abre la puerta por completo, y tu hermano mayor aparece con su sonrisa de satisfacción.
Con pasos firmes se acerca y prende la luz, iluminando el lugar. Te alegras aunque no lo demuestras. Tu rostro se mantiene sereno y lleno de frialdad…Aunque lo desees no puedes ocultar esa agitación en tu cuerpo, tan constante que preocupa a Reggie.
Es hora de buscar un hogar, pero yo siempre estaré aquí Paul, tan cerca de ti.
—Paul, ¿qué tienes?—te pregunta con voz aparentemente preocupada. Tú solo lo miras con soberbia y le respondes tan firme como el dolor en tu pecho lo permite.
—Nada.
Eres tan mentiroso. Él recoge la sabana del suelo y la deja sobre tu cama, una ligera sonrisa te permites observar en el criador. Tú sabes que él está feliz por tenerte ahí, a su lado.
—Hace una semana, los bebes de mi Drapion nacieron—comentó—. Quizás mañana sea diferente—Prosiguió, usando aquel tono que te hacía sentir un grado de culpabilidad, tan triste y lejano como un murmullo.
— ¿Y yo que tengo que ver? —respondes cortado. Tu hermano se encoje de hombros y sale de tu habitación, sabe que todavía es muy rápido para tener una amena conversación. No lo haces notar pero no quieres estar solo en tu oscuridad, te levantas con rapidez y caminas en dirección al establo, sin importarte que esté fuera de la casa.
Necesitas aire fresco y olvidar la escena anterior.
—Patético—dices. Todavía está en tu mente lo que sucedió, albergas en cada parte de tu anatomía la sensación de miedo, repites muchas veces la misma palabra. No debiste ver películas de terror—Sólo es mi subconsciente—Titubeas.
Llegas a tu destino. La paja parece querer meterse entre tu pantalón azul, sacudes un pie y continuas.
Es una de las peores decisiones que has tenido Paul, debiste esperar. Vino a tu cerebro la primera indicación que te dio Reggie, No enciendas la luz te dijo; Te desvives por prenderla pero te auto índicas que es una estupidez. Agarras con más fuerza tu linterna. ¿A que le temes? Ya no estás en tu cuarto. Dejas de pensar en tus miedos y sentimientos que no valen la pena como tú los llamas.
—Drapion— pronuncias, buscando al pokémon escorpión y con cuidado aprietas el botón de encendido. Guías la luz hacia la izquierda, en la esquina. Es la parte más oscura, donde vive.
Nauseas.
Eso es lo que sientes, el asco que recorre tu garganta queriendo escapar por tu boca. El mareo que te distorsiona la realidad. Tiras el objeto al suelo, y regresas a tu casa ignorando la mirada extrañada de tu hermano, llegas al baño abriendo la llave para que el sonido del agua disminuya el otro y vomitas hasta dejar vacio tu estomago.
Esta vez, duermes toda la noche, un bufido molesto se escapa de tu boca al ser preso de un beso de tu mamá, te tapas completamente evitando mostrar el sonrojo en tus mejillas.
Más allá de tu cuarto, se sigue reproduciendo esa imagen. Son Skorupi, al menos diez de ellos. Entre el reflejo de la luna y la lámpara en el suelo, se divisa uno de especial color rojo, como el más caro vino. Todos con los ojos hambrientos y los blancos colmillos con rastro de sangre, tratando de manera obsesiva uno sobre otro devorar por completo lo que parece ser el dorso de su madre.
continuará.
Pecados en Rocavelo
- urii.1506
- Con entrenamiento en el lodo
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- Registrado: Dom Ago 01, 2010 4:06 am
Re: Pecados en Rocavelo
me gusta como escribes, y me parece muy original que escribas sobre un rival del anime
Si te gusta Pokemon y el manga Pokemon Special, no dejes de leer mi fic:
Pokemon: La Saga Orange
http://pokemon-stats.com/foros/viewtopic.php?f=18&t=27943
COLGADO EL CAPITULO 4!
Pokemon: La Saga Orange
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- Aki
- Pres@ de un encuentro fantasmal
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- Registrado: Jue Abr 13, 2006 7:27 am
Re: Pecados en Rocavelo
Creo que me lié un poco... usas demasiados puntos y aparte. Muchas veces con puntos y seguido se entendería mejor la historia, ya que si no se cambia de tema no tienes porqué separar en párrafos.
Bueno, el contenido del capítulo me parece fantástico. Es muy interesante, y el final me ha dejado perplejo xD siguelo!
Bueno, el contenido del capítulo me parece fantástico. Es muy interesante, y el final me ha dejado perplejo xD siguelo!
- Danot Okino
- Reverenciad@ por L.T.Surge
- Mensajes: 45
- Registrado: Sab Dic 19, 2009 6:35 pm
Re: Pecados en Rocavelo
Bueno, leído ya o.o
Pues bien, ciertamente ha sido un relato interesante, empezando por la forma poco usual pero efectiva de narrar la historia, algo intermedio entre lo íntimo de la primera persona y lo informativo de la tercera, que permite plasmar contundentemente los miedos que invaden a Paul, que por lo que tengo entendido, fue la vista de los pequeños Skorupi comiéndose a su madre (o parte de ella, no queda tan claro); este hecho ha dejado marcado al chico, al punto de que el miedo que siente por tal escena se manifiesta incluso a nivel físico, con los escalofríos, las sensaciones de opresión y el ahogo (y no ayuda que sea tan orgulloso de no aceptar la compañía o gestos de ayuda de su familia); ayuda mucho a estos efectos la caracterización de personajes, que en realidad no me ha parecido tan OoC como se advierte, pero en fin.
Ya nos veremos en otro comentario de esto, si te animas a publicar la continuación =P
Pues bien, ciertamente ha sido un relato interesante, empezando por la forma poco usual pero efectiva de narrar la historia, algo intermedio entre lo íntimo de la primera persona y lo informativo de la tercera, que permite plasmar contundentemente los miedos que invaden a Paul, que por lo que tengo entendido, fue la vista de los pequeños Skorupi comiéndose a su madre (o parte de ella, no queda tan claro); este hecho ha dejado marcado al chico, al punto de que el miedo que siente por tal escena se manifiesta incluso a nivel físico, con los escalofríos, las sensaciones de opresión y el ahogo (y no ayuda que sea tan orgulloso de no aceptar la compañía o gestos de ayuda de su familia); ayuda mucho a estos efectos la caracterización de personajes, que en realidad no me ha parecido tan OoC como se advierte, pero en fin.
Ya nos veremos en otro comentario de esto, si te animas a publicar la continuación =P
My other hammer crushes suns.