Clasificación: T
Advertencias: En algunos capítulos en fanfic puede contener lenguaje violento o puede haber situaciones violentas.
Género: Aventura/Romance/Superación.
Cantidad de palabras: 1,480
¡CHEF NANA!
Mamá, hoy he tenido un día muy feliz. Tío Yuuko y Tía Yuuka están muy felices, el restaurante tuvo muy buena clientela hoy, como nunca antes. Todavía puedo sentir esa calidez al ver las sonrisas de todas esas personas...
— ¡Es hora de cenar Nana!—. Escuchó la voz de su Tía desde el comedor, tan humilde y sencilla como siempre.
— ¡Ya voy!—. Respondió. Sonrió al oler la comida, su Tío había preparado Oscechi para celebrar el fin de año, sonrió con alegría ¡Hoy cenaría como los ricos!
Bajó corriendo de su habitación y tomó asiento en una de las sillas de la mesa. Sus negros ojos brillaron al ver los platillos, cada uno ordenado en su caja. No pudo evitar que una gran sonrisa apareciera en su rostro. Algún día ella también prepararía ricos platillos como ese y personas de todo el mundo viajarían sólo para comerla.
—Nanako, come que puede enfriarse— La voz calmada de su tío se escuchó como el agua del rio en la mañana, tranquila y refrescante. Lo miró, ella realmente sentía una profunda admiración por su pariente. Desde pequeña había tenido el privilegio de consumir su comida, el recuerdo de haberlo ayudado por primera vez, aun si mantenía latente en su cabeza.
—Tío, yo quería ayudarte con la cena—Lo observó con reproche inflando sus finas mejillas, aún sin probar del exquisito plato, se cruzó de brazos esperando respuesta.
—Nana— La susodicha se sorprendió al escuchar a su tío llamarla así —Es Año nuevo, además trabajaste muy duro en el restaurante—. Le acarició el negro cabello con su mano, en modo de agradecimiento. Estaba orgulloso de esa pequeña, de su tenacidad, y de que lograra aprender todas las técnicas de cocina que le enseñaba. Sin lugar a dudas seria una gran Chef, incluso podría ser mejor que el mismo. Rió mentalmente ante su suposición.
—Chansey ven a comer con nosotros—Pidió Yuuka a su pokémon. La enfermera se acercó a la mesa, algo cohibida por tal invitación, sin embargo mantuvo ese carácter tan alegre que contagió a los demás.
Mamá, esa noche celebramos todos juntos, Tío Yuuko contó sus chistes navideños y Tía Yuuka nos hizo cantar villancicos, lo más raro, fue que del huevo de Chansey salió un pokémon, un Larvitar. Es precioso y rápidamente me eh encariñado con él.
— ¡Hoy es el gran día! ¡Al fin podré presentar mi hermoso examen para ser chef!— Gritó con emoción, había soñado años con este momento. Había sufrido humillaciones, noches sin sueño, y toda clase de empleos de tiempo completo, sólo para reunir el suficiente dinero y poder mantener sus estudios por tres años.
Después de saltar en la cama, y agradecer infinitamente a todo su esfuerzo y dedicación, sacó la alcancía que su Tío le había regalado de niña. Era de un tamaño considerable, unos treinta centímetros y tenia forma de Larvitar. Se carcajeó un poco al acordarse de su nuevo amiguito, y observó detenidamente el letrero en la panza del pokémon “Ahorros de toda la vida” se leía. Abrazó su alcancía con lágrimas en los ojos.
— Diez años ahorrando para este momento, después de pasar mi examen, te usare para comprar mis útiles, y para trabajos que haré a lo largo de mis años de educación— Volvió a poner la alcancía en su lugar, y comenzó a preparse para ir a la Academia de Chef Pokémon.
—Mucha suerte Nana, aquí tienes tu almuerzo, concéntrate— Vio con algo de desconfianza el almuerzo de Tía Yuuka, pero no dijo nada, de todos modos estaba ese dicho “Lo que no te mata, te fortaleza” y definitivamente la comida de su Tia no la mataría, pero le dejaría un mal sabor de boca.
—Gracias tía — Cogió el almuerzo y salió de la casa. Lo comería, todos los días la mujer del Maestro, como ella llamaba a su tío, trataba que cocinar platillos simples, sin éxito. Olfateó la lonchera y pudo saber que era sushi, esperaba que al menos no tuviera demasiada sal.
Llegó a la Academia minutos después. Era inmensa digno de toda persona con la intención de dedicarse a las artes de la cocina. El edificio debía de tener más de 7 pisos, y había estudiantes vestidos de chefs, varios de ellos divididos en grupos.
Esos equipos estaban haciendo comidas de diversos países. Reconoció la famosa lasaña de Italia, con unas raras pasas encima de ella. Otro equipo de Francia, donde preparaban con gusto las frutas, a quienes bañaban de chocolate derretido.
El que más llamó su atención, fue un país único que no recordaba, preparando algo que nunca antes había tenido el gusto de hacer, Manzanas flameadas. Sus ojos de plata oscura estaban admirados completamente, el fuego se esparcía por el sartén y entre las llamas se podían ver las manzanas, el muchacho vertió canela dándole una vista de fuegos artificiales.
— ¿Señorita puedo ayudarle? —.Preguntó la empleada de recepción, desde hace un rato había notado a esa niña sin chiste estar embobada con los grupos de exposición, suspiró aburrida todos los años tenia que soportar lo mismo.
— ¿Eh? A si, estoy bien. Oye, ¿Todo eso enseñan aquí?—. Cuestionó sin siquiera mirarla, su mirada seguía fija en el fuego.
—Claro, eso y más. Bien, al parecer vienes a inscribirte para hacer hoy el examen. Debo decirte los requisitos de la escuela—.Comentó tecleado en la computadora, era impresionante que esa chica no tuviera conocimientos de lo que enseñaban ahí.
— ¿Requisitos? ¿Qué requisitos?—. La contempló sorprendida, estaba segura que había llenado todos los documentos, ¿Qué rayos le faltaba?
—Si, es fácil. Tienes que dar algunos anticipos, La inscripción tiene un costo de 5000 yens, las colegiaturas semestrales de 15000 yens, los exámenes...
Por cada costo que decía, la cara de Nana se volvía cada vez mas pálida, poco a poco sentía que su respiración se iba, “No puede ser, me quedaré sin dinero y solo podré pagar un semestre de escuela” De la nada en su mente apareció un abismo, tan hondo como los hoyos negros y entre toda esa oscuridad estaba la sonrisa burlona de Ryoko, repitiendo una y otra vez que era mejor que se quedara de mesera en el restaurante.
— ¡NO!— Copió perfectamente el rostro de la portada del libro un grito desesperado, se hincó en el suelo, sus ojos perdidos en los recuerdos, sin darse cuenta que su grito había desconcentrado a los chefs y estos habían tirado los sartenes con fuego, que a su vez habían incendiado los manteles. La gente comenzó a alejarse de las llamas, los alumnos sacaron a sus pokémon de agua y Nana, entre toda esa gente caminaba de regreso a casa.
—Nana, levántate—.Li Yuuko, mejor conocido como “El Tio Yuu” suspiró al ver las vibras deprimentes que emanaba su sobrina. Ciertamente fue un golpe bajo para ella el saber que no tenia los recursos suficientes para entrar a una escuela como esa, pero él tampoco podía hacer nada, era imposible pagar una colegiatura tan cara.
—No quiero...—. Lo volteó a ver con ojeras en los ojos, y una mirada matadora. Yuuko se estremeció, prefirió salir de la habitación, ya buscarían una solución.
Mamá lo siento, todavía no podre entrar a la Academia, no tengo el dinero suficiente para mantener mis estudios ahí
Cerró los ojos e intentó dormir.
—Tengo la solución—.Susurró Yuuka en su oído. Nana dio un respingón y se arrastró a una esquina de la cama mirándola con horror. La sonrisa malévola en Yuuka Li era impresionante, tal vez debería ponerle seguro a su habitación.
—Si pequeña, sólo tienes que ser, entrenadora Pokémon— La miró desorbitada, que chistes tan malos decía su tia últimamente.
Nunca pensé en ser Entrenadora Mamá, mucho menos en ir de viaje. Pero Tía Yuuka me convenció. ¡El premio era mucho dinero! Lo suficiente para mantener mis estudios en la Academia. Sólo tengo que ganar la Liga y podre cumplir mi sueño.
Te quiere tu hija, Nanako Li
—Señora, ha llegado una carta de Nana desde Kanto— La oscuridad del despacho era opacada por los rayos del sol, la dulce voz de la muchacha desentonaba en ese ambiente tan tenso.
—Te he dicho que no quiero esas tonterías— La mujer, de dorados cabellos siguió viendo la ventana, ignorando la mirada de decepción de la sirvienta. Era muy hermosa como las modelos de revista, sus ojos eran como la plata, fríos y delicados. Al parecer su corazón guardaba mucho rencor.
— ¡Sal de aquí! Sólo estorbas— Ordenó, lanzó la copa del vino contra la empleada, rozando su mejilla.
— ¡Si Señora!— Dijo con fuerza, dio un respingón al escuchar el sonido producido de la copa contra el suelo, salió del lugar evitando no ver a su ama.
— ¿Qué te hace pensar que tu vida me importa en lo más mínimo?
Se sentó en su mullido sillón, con una sonrisa cruel que desentonaba con la dulzura de su mirada.
NOTAS.
Espero, sinceramente que sea de su agrado.
Glosario.
Oscechi. Son regalos fundamentados en alimentos tradicionales japoneses que se hacen durante Año nuevo. La tradición empieza en la era Heian (794-1185). Los Oscechi son fácilmente reconocibles mediante sus envoltorios denominados jūbako, las cuales se asemejan a las cajas bentō. Similar a las cajas bentō, jūbako que son guardadas tras su uso. Cada alimento del Oscechi tiene su simbolismo. Así, se comen huevas de pescado para tener fertilidad o rencon para ver el futuro.
Link de la imagen: http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo...ese_Osechi.jpg