Oh, nuevo fic en la zona...
En fin, comenten, haber que les parece, espero les agrade...
Esto es la introducción:
Barrera Líquida
El mundo siempre se les hará poco a los humanos, cada humano es un mundo
La humanidad estalló con una nueva enfermedad, llamada: Síndrome Gene Agerasia (SGA). Ésta enfermedad atacaría sin aviso a los humanos, puesto que las continuas guerras y experimentaciones nucleares han vuelto a la Tierra un lugar menos habitable.
Pese a la enfermedad y las dificultades para vivir, los humanos no se han detenido para buscar una cura. La cura se pudo encontrar rápidamente, aunque aprobada, los científicos decidieron que no viera la luz ya que la enfermedad evoluciona distinto para cada persona. El efecto de SGA es detener el crecimiento de las personas. Aquella enfermedad detenía a la vejez conservando el estado de la persona desde el momento en que se infecta, sin envejecer su apariencia. Esto no quería decir que su edad no siguiera avanzando.
Mucho se ha dicho del origen de la enfermedad, pero la teoría más fuerte proviene de la experimentación de: La barrera líquida, nombre clave para el Conexión Pokémon Data (CPD).
La CPD, creación de una unificación de gobiernos, logró acabar con la amenaza de la mafia que estaba envuelta en los Pokémon, porque Pokémon ya no eran un estilo de vida para la humanidad, sino un comercio secreto que apostaba guerras mucho antes de que estas acabaran. Las quejas de los entrenadores y trabajadores Pokémon hicieron que el servicio CPD se hiciera realidad, ya que al prohibir el uso de Pokémon para fines bélicos hizo que muchos Pokémon, incluso los de miles de entrenadores fueran confiscados y encerrados en una realidad virtual: CPD.
Tras varias décadas de prometer el servicio y perfeccionarlo con pruebas peligrosas para el medio ambiente, se logró deshacerse de los 91 de la población Pokémon en la Tierra, dejando al resto como extintos.
Hoy en día, casi sesenta años después de la realización del proyecto CPD, pudo completarse la vida Pokémon en un mundo dentro de los humanos mismos, “Del otro lado” llamado por sus usuarios, pretende seguir con aquel mundo Pokémon, ofreciendo más seguridad a los humanos dentro de su realidad perfecta, dentro de su mente.
Aún no se encuentra una cura completa para SGA, enfermedad que se ha confirmado, aunque rechazado por muchos, infecta en su totalidad a los usuarios de aquel mundo fantástico.
Barrera Líquida
- Aki
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Re: Barrera Líquida
Uh! Una introducción muy potente, te deja con ganas de saber mucho más sobre esa enfermedad y sobre los misterios que aguarda ese mundo pokémon, "Del otro lado", que mencionas en la introducción. Tampoco entiendo el significado de "Barrera líquida", espero que expliques más adelante que tiene que ver el "CPD" con "barrera líquida", ya que no comprendo la relación que tiene una cosa con la otra xD
El escrito como introducción está perfecto. Dan ganas a leer el primer capitulo de una vez! xD Ya que deja con muchas dudas ^^ Supongo que es así de corta porque es solo la introducción, espero que los capitulos sean más extensos ^^
Espero que publiques el primer capitulo tan pronto como puedas ^^
Adiós
El escrito como introducción está perfecto. Dan ganas a leer el primer capitulo de una vez! xD Ya que deja con muchas dudas ^^ Supongo que es así de corta porque es solo la introducción, espero que los capitulos sean más extensos ^^
Espero que publiques el primer capitulo tan pronto como puedas ^^
Adiós
- Aram
- Batallando en el centro Prepa
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Re: Barrera Líquida
Llevo tiempo sin leer ningun fic... y este me llamó la atención "ni idea por qué".
Me parece una muy buena introducción. Espero que los capitulos tengan la misma o mejor calidad.
Por lo demás... la trama esta bastante llamativa... sigue asi.
Me parece una muy buena introducción. Espero que los capitulos tengan la misma o mejor calidad.
Por lo demás... la trama esta bastante llamativa... sigue asi.
- Isrra
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Re: Barrera Líquida
Uh! Una introducción muy potente, te deja con ganas de saber mucho más sobre esa enfermedad y sobre los misterios que aguarda ese mundo pokémon, "Del otro lado", que mencionas en la introducción. Tampoco entiendo el significado de "Barrera líquida", espero que expliques más adelante que tiene que ver el "CPD" con "barrera líquida", ya que no comprendo la relación que tiene una cosa con la otra xD
El escrito como introducción está perfecto. Dan ganas a leer el primer capitulo de una vez! xD Ya que deja con muchas dudas ^^ Supongo que es así de corta porque es solo la introducción, espero que los capitulos sean más extensos ^^
Espero que publiques el primer capitulo tan pronto como puedas ^^
Hola, pues es una historia bastante enredada, pero con el tiempo creo poder darles a entender.
Gracias por leerlo.
Llevo tiempo sin leer ningun fic... y este me llamó la atención "ni idea por qué".
Me parece una muy buena introducción. Espero que los capitulos tengan la misma o mejor calidad.
Por lo demás... la trama esta bastante llamativa... sigue asi.
Gracias, espero siga teniendo la calidad que esperas... y pues no sé lo de la trama, la verdad está muy extraña, jaja.
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Barrera Líquida
Uno: Blue Ray
Tenía una labor retrasada en el hospital. Una audiencia daría mil conclusiones, a diversas falsedades que el régimen del país, no pretende aprobar.
Durante el trayecto a la entrevista, mi mente se perturbaba con la esencia de un fantasma del pasado, algo que fortalecía mi coraje, por saber la verdad del sufrimiento que ataca a mi vida.
-SGA, ¿porqué existes?- me decía, mientras una tormenta de memorias mientras conducía hacia mi destino me invadieron, fue como si repasara mi vida en tan solo un abrir y cerrar de ojos.
Estaba a punto de dar el cruce a un puente para una gran avenida, pero aquel terror de ideas invadieron mi cabeza, haciendo que perdiera el control del auto, logrando que condujera justo en los bordes del puente, para salir disparado desde las alturas a un llano, completamente fuera de control.
Todo lo podía asimilar, es como si yo deseara el haberme estrellado contra esas vallas y lanzarme hacia el llano por mi propia cuenta, pero realmente no podía detenerme. Por un momento, o quizás por días estuve repitiendo la escena en mis sueños, mientras inconsciente después del impacto, podía respirar, sentir, inclusive escuchar voces que hablaban de mi.
-Estuviste cerca mi querido Aris, casi te nos reportas muerto- dijo una cálida voz a mis oídos, mi teléfono me comunicaba con alguien a quien estimo mucho, una amiga y compañera de trabajo: Dana, preocupada arduamente y siempre tratando de que de mi mayor esfuerzo, sabía que la primera persona que escucharía después de todo eso sería ella, ya que siempre estaba ahí.
-Dana, apunta, el niño de aquel orfanato está desaparecido, con él, son dieciséis los niños de la ciudad que desaparecen en esta semana, el diario debe estar informado, ¿qué opina el jefe de redacción sobre esto? – al mismo tiempo que decía esto, Dana al parecer se resistía a que siguiera hablando del tema, para que me preocupara de mi delicada salud.
Mi cuerpo estaba bien, pero mi brazo izquierdo lo sentía inmóvil, al parecer mi pierna también tenía yeso. Recostado en la camilla en la que me encontraba, seguía hablando del caso al que se me había otorgado, pero Dana, mi compañera de noticia parecía no importarle.
-Estoy hablándote para saber si estás bien, no para que me digas en que estás trabajando- con un furioso tono, Dana me obliga a explicar la situación de mi salud, pero no sin antes advertirle sobre el informe que había hecho.
Tras colgar el teléfono, después de varias suertes de varios compañeros de trabajo, tomé mi ordenador personal, que se rescató del auto, y varios objetos importantes.
Al encenderla empecé a escuchar las grabaciones de los niños que había entrevistado para mi noticia, varios de ellos no eran niños, ya que sus argumentos eran bastantes concretos y hasta complejos para que un niño de su edad las dijera, al menos eso aseguraba el hecho de que mucha gente se ha infectado con el virus SGA.
Pero si se supone que la enfermedad atacaba a las personas desde la edad en que se contagian, y detiene el crecimiento corporal, dejándolos como un aspecto más joven de lo que su edad aparenta, ¿Por qué personas que se infectaron desde los veinticuatros años, teniendo en la actualidad treinta y nueve, con esposa e hijos, Por qué tienen apariencia de doce años? , ¿Acaso la SGA ya no solo detiene el crecimiento sino, lo retrae?
Tras varias investigaciones que hice no logré nada, así que me quedé completamente impotente e mi habitación del hospital, estaba completamente seguro de que mi teoría era cierta, SGA retrocede el crecimiento humano, haciendo que estos mueran.
La enfermera de uniforme blanco, cabello rizado y castaño, piel blanca y con anteojos de pequeño tamaño que apenas ocultaban sus ojos miel, llegó a recibirme con un poco de comida, bastante atractiva, dejó la puerta entre-abierta, pude ver una conmoción en el pasillo de varios enfermeros llevando a niños en camillas. Le pregunté a la enfermera sobre aquello, pero ella simplemente respondió que no tenía derecho para informar sobre otros pacientes.
La intriga era poderosa, así que varios minutos después de que la enfermera saliera, me decidí a fugarme y dejar mi habitación por unos minutos. Me dejó impactado que varios de los pacientes que estaban en mi sala de hospitalización eran adultos, pero con cuerpo de jóvenes y hasta niños, provocándome el preguntar a varios de ellos su situación.
Mientras me acercaba a los pasillos solitarios, envueltos de blanco, la noche en el hospital me parecía algo tormentosa, era la primera vez que me hospitalizaban así que no me acostumbraba a la idea. Mi micrófono personal encendido decidí hacer una especie de narración en mi viaje por las habitaciones de los pacientes. Varios me cedieron mi entrevista, pero los pocos aceptaron y hablaron con franqueza, muchos estaban en el hospital para probar una cura al SGA, me sorprendió eso ya que aquella cura fue negada rotundamente por efectos que provocara, pero muchos de ellos estaban dispuestos a arriesgar sus vidas a causa de ello. Las voces de algunos eran desesperadas o algunos se negaban a explicar con exactitud cuál era el tratamiento que tomaban.
En mi viaje me topé con la salida de mi área de hospitalización, fuera de ella había una máquina CPD, misma que se utiliza para la conexión al dichoso mundo Pokémon. Al parecer un anciano estaba saliendo de ella en ese momento, mientras se me quedaba viendo. El anciano llevaba un suéter a rayas encima de una camisa a cuadros azul, con un pantalón beige de vestir y zapatos algo gastados marrones. Su rostro no se notaba agotado, al contrario, satisfecho, e inclusive soltaba una sonrisa, mientras sus ojos que no muy claramente se veían, ya que no los habría con totalidad.
Al irse me gritó desde lo lejos "Inténtalo, créeme que no te arrepentirás"
Viéndolo irse, abrí la puerta del pasillo oscurecido de mi área, así que caminé lentamente, realmente era algo visible ya que tenía una bata de color un calcetín en mi pie derecho y en el otro el yeso, todo el camino me había transportado en un pie tomándome de las paredes con mi brazo derecho de los tubos que sirvieran de barandales, pero muy cerca de ahí estaba una silla de ruedas desocupada, así que mientras cerraba la puerta de cristal, me agarraba de la pared para sentarme, y dirigirme a una sala muy iluminada, donde varias personas estaban dormidas, aparentemente esperando una respuesta de su familiar, o algún conocido hospitalizado, eso ayudo que nadie me viera, y más que en la recepción no se encontraba nadie. Cabe mencionar que ya era muy entrada la noche, y que casi estábamos en la madrugada, así que me dirigí hacia la máquina de Conexión Pokémon Data.
Al principio me sentía extraño, jamás había entrado a una, así que levantándome y con mi único brazo móvil me recargué, pero sin darme cuenta, la puerta de la máquina era eléctrica lo cual me hizo caer dentro de ella y golpearme el codo. Mi pierna enyesada saliendo de la máquina e impidiendo cerrar las puertas automáticas era un problema, pero con un fuerte impulso logré entrar.
Una pequeña luz roja empezó a invadir todo mi cuerpo, y otra azul bajaba y subía formando marcando mi silueta de un neón azuleado.
Toda la máquina dentro empezó a lanzar rayos azules, deslumbrando unos a mis ojos.
No paraban esas luces, hasta…
- Aki
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Re: Barrera Líquida
El fic está bien, pero he encontrado algún que otro fallo, tanto de ortografía como coordinación de las frases, ya que en ciertos puntos se hace dificil la lectura del texto.
La trama está bien. El protagonista ha tenido un accidente y su amiga lo ha ido a visitar. Luego fue a dar una vuelta por la planta del hospital y se encontró con muchos hospitalizados contagiados con la enfermedad. Finalmente se adentra al "mundo pokémon". Se ve interesante. Ahora falta saber como continúa y lo que le sucede en el mundo pokémon... Encima con el brazo y la pierna inmóviles... pero bueno, esto lo veremos en el próximo capítulo o.o
he visto algún que otro fallo, sobretodo de comas. Usas comas donde no son necesarias, y otras veces te olvidas de ponerlas... y creo que confundes algunas preposiciones y pronombres... Y también cambias las formas verbales... a veces pasado, otras presente...
por ejemplo:
Te recomiendo revisar los capítulos antes de postearlos.
Espero el siguiente ;)
La trama está bien. El protagonista ha tenido un accidente y su amiga lo ha ido a visitar. Luego fue a dar una vuelta por la planta del hospital y se encontró con muchos hospitalizados contagiados con la enfermedad. Finalmente se adentra al "mundo pokémon". Se ve interesante. Ahora falta saber como continúa y lo que le sucede en el mundo pokémon... Encima con el brazo y la pierna inmóviles... pero bueno, esto lo veremos en el próximo capítulo o.o
he visto algún que otro fallo, sobretodo de comas. Usas comas donde no son necesarias, y otras veces te olvidas de ponerlas... y creo que confundes algunas preposiciones y pronombres... Y también cambias las formas verbales... a veces pasado, otras presente...
por ejemplo:
No sería mejor poner: "Una audiencia daría mil conclusiones, algunas de ellas falsas, que el régimen del país no pretendería aprobar"Una audiencia daría mil conclusiones, a diversas falsedades que el régimen del país, no pretende aprobar.
Te recomiendo revisar los capítulos antes de postearlos.
Espero el siguiente ;)
- Isrra
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Re: Barrera Líquida
Aki escribió:El fic está bien, pero he encontrado algún que otro fallo, tanto de ortografía como coordinación de las frases, ya que en ciertos puntos se hace dificil la lectura del texto.
La trama está bien. El protagonista ha tenido un accidente y su amiga lo ha ido a visitar. Luego fue a dar una vuelta por la planta del hospital y se encontró con muchos hospitalizados contagiados con la enfermedad. Finalmente se adentra al "mundo pokémon". Se ve interesante. Ahora falta saber como continúa y lo que le sucede en el mundo pokémon... Encima con el brazo y la pierna inmóviles... pero bueno, esto lo veremos en el próximo capítulo o.o
he visto algún que otro fallo, sobretodo de comas. Usas comas donde no son necesarias, y otras veces te olvidas de ponerlas... y creo que confundes algunas preposiciones y pronombres... Y también cambias las formas verbales... a veces pasado, otras presente...
Te recomiendo revisar los capítulos antes de postearlos.
Espero el siguiente ;)
Hola, que bueno que lo sigas leyendo, bien pues si, hay uno que otro error, y gracias por verlos, me ayuda a mejorar.
Y pues, no ella no lo visita, de hecho se realiza una llamada, pero como sea.
Nuevamente gracias por leerlo, espero hacer algo para mejorar aquellas faltas del capítulo.
- Isrra
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Re: Barrera Líquida
Barrera Líquida
Dos: Amnesia
En medio de la muchedumbre y justo debajo del verano, escuchábamos como la audiencia estaba estremecida. Dentro del edificio, el aire condicionado sentaba muy bien después de varias horas de espera.
Mientras, varios colegas se encontraban charlando con varios patriotas, que habían entregado su vida para nuestro socorro.
-Es el mejor espectáculo que hemos creado mi querida Dana- le dije casi al oído cuando pase cerca de ella, ocupada en su labor, entrevistando a la autoridad de relaciones internacionales; Milos Re, uno de los líderes del plan que mi mente estaba buscando.
Una marcha más tarde de aquella conferencia, con un desfile, para los inocentes que habían participado en el fraude más grande para la sociedad. La idea era simple, olvidar el problema que había ocasionado la CPD, y obsequiarle al pueblo por medio de guerras intermedias, héroes que puedan alentar, haciendo legítimamente, una imagen más limpia a los políticos que regían. Una manera absurda, pero útil.
Aquella estafa corrió a cargo del periódico, “El Salvador”, quien también se había encargado de apoyar la propaganda para la elección presidencial, y darle así al candidato Freder Do, una victoria absoluta, para que el proyecto Barrera Líquida corriera sin apuros. ¿Quién estaba de por medio?; mi equipo y yo para hacer de aquellas obras políticas, hechos históricos que los libros atribuirían.
-Aris, ¿todavía sigues pensando en eso?- dijo Dana, quien días más tarde, junto a mí, empezaría la investigación de aquel tema que implicaba a los Pokémon. Si la investigación salía fructífera, podíamos arruinar la imagen de aquel traidor: Freder. Aquel que habíamos apoyado por parte de nuestro trabajo.
-Estoy seguro que el proyecto tiene algo dentro, no creo que los orígenes de la enfermedad vengan por parte del Otro lado, ya que los gobiernos exponen tanto silencio, no logro entender, si bien existen curas, ¿por qué son ilegales?, ¿por qué tanta guardia?- Dana estaba escribiendo fechas y datos ridículamente inútiles, pero ella seguía esperanzada a que encontrara mi respuesta en el aire.
-¿Estás ayudándome?, después de- me interrumpió antes de que terminara con una carpeta repleta de archivos políticos, dentro de ellos, varios informes de los trabajadores dentro del proyecto Otro lado me percataron.
-¿Te estás dando cuenta Aris?, ¿Qué es lo que notas en aquellos trabajadores?- mirándola fijamente a sus ojos azulados, me perdí por un momento, ese brillo de sus pupilas me habían dado su confianza, después de tantos problemas de por medio en nuestra amistad.
-Estoy dándome cuenta que tienes una mirada preciosa, además que todos son muy jóvenes para trabajar en un propósito tan malicioso.
-No, sólo es uno- Evitando mi mirada, Dana tomó los documentos que me había concedido y hojeando sin cesar, sacó otro escrito del cual exponía cientos de antecedentes descubiertos de una sola computadora.
-Encontré lo que estábamos buscando Scar- le mencioné a una mujer que se había ganado su nombre por tener cicatrices en su cuello, tres para ser exacto, su piel blanca era demasiado frágil al igual que su mirada despejada y rojiza, siempre se ocultaba con ropa de colores pasteles, pero eso no decía que su tenacidad en el trabajo decayera. Siguiendo su línea profesional, su suaves manos rozaron con las mías, fue divertido que no le importara, después de la noche anterior, pero no importaba, ella comenzó a copiar los datos de los papeles y en la computadora donde hacía su labor, se empezaron a decodificar códigos, que revelaban de donde nacían las señales, del contacto anónimo.
-¿Scar, esa señal es del creador del programa “Salida”?- Dana se acercó a Scar acomodándose su cabello largo y oscuro, ambas localizaban aquel error que lo dejamos pasar del plan.
-Eran principiantes, ¿cómo pudieron involucrarse tan rápidamente?, ni siquiera hicieron nada y obtuvieron lo que quisieron- Paradoja, así se hacía llamar en cada grupo que se involucraba en foros de internet y en centenar de propaganda ofrecida en las calles, su nombre se hacía más grande mientras se difundían secretamente, lo extraño es que toda esa organización solo venía de una persona, todos los movimientos los había hecho un ser humano, la intriga ahora era, ¿por qué deseaba que lo encontráramos?
-Antes no se podía localizar, ¿qué es lo que quiere?- decía Scar, mientras yo salía de aquel despacho poco espacioso, repleto de ideas que no solucionaban nada.
El día era lluvioso, nos dirigimos hacia el centro de la ciudad, para tratar varias cosas con Henrig, un hombre ajeno a todo lo informático, a menos que estuviésemos hablando de su cuerpo, que era completamente una obra biónica. Un soldado rescatado de una misión de infiltración, un clon en realidad, con características máquinas. No nos causaba nada raro el conversar con un humano creado por máquinas, que a su vez, vienen de la mano del hombre. En realidad, nuestro equipo y varias organizaciones de gran peso ya habían estaban involucradas con ese tipo de tecnología.
Jefes de gobierno, presidentes, tenían la nano tecnología dentro de sí, era una especie de copia de respaldo, para asegurar al original. Así es como funcionaba ya la realidad, por medio de seguros, otorgando a la persona más de una vida.
-¿Aris?, ¿tienes lista tu copia del sistema? – Henrig me decía con su grave voz, dentro del centro comercial donde nos encontramos. Ambos casi idénticos en vestimenta, con gabardina que llegaba casi a nuestras rodillas, de su parte de color negra y la mía un café pálido.
-En realidad, esta vez no los voy acompañar, tengo un asunto que hacer- Sus ojos me veían detenidamente, lograba ver que su ojo izquierdo tenía activado una señal de grabación, lo cual, me hizo preguntar.
-¿Por qué me estás grabando Henrig? – Sus manos de piel blanca me ofrecieron una especie de cartucho minimizado, de menos de tamaño de mi pulgar.
-En realidad estoy reproduciendo, es un video que pude grabar en el cuarto de experimentación, durante mi entrevista con el director de diseño de obras, de Ghaboni- Ghaboni era una compañía que apoyaba económicamente y en experimentaciones, a la organización de CPD.
Henrig me decía que ellos, estaban ofreciendo una medicina sobre la SGA en instituciones de salud, pero secretamente, muchos de los videos, fotografías y varias pláticas robadas por parte de Henrig en el trayecto, afirmaban los datos. Todo el grupo nos habíamos encargado de investigar a cerca de la enfermedad más a fondo, nos veríamos en el centro para reunir datos, aunque el rompecabezas era muy complicado de resolver. Antes de entregar la información al diario, nos encargaríamos de desaparecer nuestro nombre, muchas de las noticias que entregaríamos sería impensablemente peligrosa para nuestras vidas.
-La manera sin duda es esa- dijo Scar, quien empezó a mirar alrededor, mientras veía las diferentes marcas que cargaban varios negocios en cima. Podía ver cierta inseguridad de su parte, pero no entendía el porqué de su tristeza.
-Pareces no muy convencida del todo Scar- le decía Dana, mirándola interesada de su escaso ánimo.
-No es que no quiera, es que, tengo algo de miedo sobre todo esto.
-Creo que deberías quedarte Scar, por tu seguridad- una especie de lazo tenía hipnotizado a Henrig hacia Scar, no era nada de amor, ya que técnicamente, Henrig tenía sus sentimientos congelados, siendo accionado por una máquina, derrochó gran sensibilidad, dejando a un lado el sufrimiento, evitando la pérdida de aquel guerrero. Varios de grupo también éramos controlados gracias a una máquina, es por eso que nosotros no teníamos que preocuparnos por la SGA, ya que estábamos inmunes.
-No Henrig, gracias, pero tengo que superar esto yo misma, necesito ir, no por demostrarme algo, sino porque él desea que vaya- Scar tenía miedo a infectarse por aquella enfermedad destructiva, en realidad, Scar jamás quiso ser parte del programa, ya que temía a que olvidara a su difunto esposo durante el periodo. Ése era uno de los contras de ser controlado por nano-tecnología; la amnesia.
Scar cruzando sus brazos, y con una mirada de ángel, se levantó de la banca de madera gastada, en la que estábamos sentados, estaba vestida muy sencilla para ese entonces, pero no evitaba mostrar su gesto decisivo para seguir adelante.
-Muy bien Scar, entonces comienza nuestra misión en el Otro lado- Dana al igual se levantó, y acompañó a Scar con su valentía. Ambas sonreían, habíamos superado muchos desafíos y todos seguíamos juntos. Henrig se me quedó viendo por un instante.
-¿Qué es lo que quieres realmente de esa medicina?- me dijo Henrig, sentado a un lado de mí, frunció su ceja, y volteándome a ver seriamente, me tocó el hombro, y sonrió.
-Relájate, sé que la estás pasando mal- esas palabras me recordaron a aquel amigo, uno que perdí por una guerra absurda, es como si todos se hubieran olvidado de él, sólo por que dejó de ser él, teniendo el mismo cuerpo. Es cuando me ponía a pensar, ¿las guerras benefician al mundo?, y si no es así, ¿cuál es la razón de su existir?
Dos: Amnesia
En medio de la muchedumbre y justo debajo del verano, escuchábamos como la audiencia estaba estremecida. Dentro del edificio, el aire condicionado sentaba muy bien después de varias horas de espera.
Mientras, varios colegas se encontraban charlando con varios patriotas, que habían entregado su vida para nuestro socorro.
-Es el mejor espectáculo que hemos creado mi querida Dana- le dije casi al oído cuando pase cerca de ella, ocupada en su labor, entrevistando a la autoridad de relaciones internacionales; Milos Re, uno de los líderes del plan que mi mente estaba buscando.
Una marcha más tarde de aquella conferencia, con un desfile, para los inocentes que habían participado en el fraude más grande para la sociedad. La idea era simple, olvidar el problema que había ocasionado la CPD, y obsequiarle al pueblo por medio de guerras intermedias, héroes que puedan alentar, haciendo legítimamente, una imagen más limpia a los políticos que regían. Una manera absurda, pero útil.
Aquella estafa corrió a cargo del periódico, “El Salvador”, quien también se había encargado de apoyar la propaganda para la elección presidencial, y darle así al candidato Freder Do, una victoria absoluta, para que el proyecto Barrera Líquida corriera sin apuros. ¿Quién estaba de por medio?; mi equipo y yo para hacer de aquellas obras políticas, hechos históricos que los libros atribuirían.
-Aris, ¿todavía sigues pensando en eso?- dijo Dana, quien días más tarde, junto a mí, empezaría la investigación de aquel tema que implicaba a los Pokémon. Si la investigación salía fructífera, podíamos arruinar la imagen de aquel traidor: Freder. Aquel que habíamos apoyado por parte de nuestro trabajo.
-Estoy seguro que el proyecto tiene algo dentro, no creo que los orígenes de la enfermedad vengan por parte del Otro lado, ya que los gobiernos exponen tanto silencio, no logro entender, si bien existen curas, ¿por qué son ilegales?, ¿por qué tanta guardia?- Dana estaba escribiendo fechas y datos ridículamente inútiles, pero ella seguía esperanzada a que encontrara mi respuesta en el aire.
-¿Estás ayudándome?, después de- me interrumpió antes de que terminara con una carpeta repleta de archivos políticos, dentro de ellos, varios informes de los trabajadores dentro del proyecto Otro lado me percataron.
-¿Te estás dando cuenta Aris?, ¿Qué es lo que notas en aquellos trabajadores?- mirándola fijamente a sus ojos azulados, me perdí por un momento, ese brillo de sus pupilas me habían dado su confianza, después de tantos problemas de por medio en nuestra amistad.
-Estoy dándome cuenta que tienes una mirada preciosa, además que todos son muy jóvenes para trabajar en un propósito tan malicioso.
-No, sólo es uno- Evitando mi mirada, Dana tomó los documentos que me había concedido y hojeando sin cesar, sacó otro escrito del cual exponía cientos de antecedentes descubiertos de una sola computadora.
-Encontré lo que estábamos buscando Scar- le mencioné a una mujer que se había ganado su nombre por tener cicatrices en su cuello, tres para ser exacto, su piel blanca era demasiado frágil al igual que su mirada despejada y rojiza, siempre se ocultaba con ropa de colores pasteles, pero eso no decía que su tenacidad en el trabajo decayera. Siguiendo su línea profesional, su suaves manos rozaron con las mías, fue divertido que no le importara, después de la noche anterior, pero no importaba, ella comenzó a copiar los datos de los papeles y en la computadora donde hacía su labor, se empezaron a decodificar códigos, que revelaban de donde nacían las señales, del contacto anónimo.
-¿Scar, esa señal es del creador del programa “Salida”?- Dana se acercó a Scar acomodándose su cabello largo y oscuro, ambas localizaban aquel error que lo dejamos pasar del plan.
-Eran principiantes, ¿cómo pudieron involucrarse tan rápidamente?, ni siquiera hicieron nada y obtuvieron lo que quisieron- Paradoja, así se hacía llamar en cada grupo que se involucraba en foros de internet y en centenar de propaganda ofrecida en las calles, su nombre se hacía más grande mientras se difundían secretamente, lo extraño es que toda esa organización solo venía de una persona, todos los movimientos los había hecho un ser humano, la intriga ahora era, ¿por qué deseaba que lo encontráramos?
-Antes no se podía localizar, ¿qué es lo que quiere?- decía Scar, mientras yo salía de aquel despacho poco espacioso, repleto de ideas que no solucionaban nada.
El día era lluvioso, nos dirigimos hacia el centro de la ciudad, para tratar varias cosas con Henrig, un hombre ajeno a todo lo informático, a menos que estuviésemos hablando de su cuerpo, que era completamente una obra biónica. Un soldado rescatado de una misión de infiltración, un clon en realidad, con características máquinas. No nos causaba nada raro el conversar con un humano creado por máquinas, que a su vez, vienen de la mano del hombre. En realidad, nuestro equipo y varias organizaciones de gran peso ya habían estaban involucradas con ese tipo de tecnología.
Jefes de gobierno, presidentes, tenían la nano tecnología dentro de sí, era una especie de copia de respaldo, para asegurar al original. Así es como funcionaba ya la realidad, por medio de seguros, otorgando a la persona más de una vida.
-¿Aris?, ¿tienes lista tu copia del sistema? – Henrig me decía con su grave voz, dentro del centro comercial donde nos encontramos. Ambos casi idénticos en vestimenta, con gabardina que llegaba casi a nuestras rodillas, de su parte de color negra y la mía un café pálido.
-En realidad, esta vez no los voy acompañar, tengo un asunto que hacer- Sus ojos me veían detenidamente, lograba ver que su ojo izquierdo tenía activado una señal de grabación, lo cual, me hizo preguntar.
-¿Por qué me estás grabando Henrig? – Sus manos de piel blanca me ofrecieron una especie de cartucho minimizado, de menos de tamaño de mi pulgar.
-En realidad estoy reproduciendo, es un video que pude grabar en el cuarto de experimentación, durante mi entrevista con el director de diseño de obras, de Ghaboni- Ghaboni era una compañía que apoyaba económicamente y en experimentaciones, a la organización de CPD.
Henrig me decía que ellos, estaban ofreciendo una medicina sobre la SGA en instituciones de salud, pero secretamente, muchos de los videos, fotografías y varias pláticas robadas por parte de Henrig en el trayecto, afirmaban los datos. Todo el grupo nos habíamos encargado de investigar a cerca de la enfermedad más a fondo, nos veríamos en el centro para reunir datos, aunque el rompecabezas era muy complicado de resolver. Antes de entregar la información al diario, nos encargaríamos de desaparecer nuestro nombre, muchas de las noticias que entregaríamos sería impensablemente peligrosa para nuestras vidas.
-La manera sin duda es esa- dijo Scar, quien empezó a mirar alrededor, mientras veía las diferentes marcas que cargaban varios negocios en cima. Podía ver cierta inseguridad de su parte, pero no entendía el porqué de su tristeza.
-Pareces no muy convencida del todo Scar- le decía Dana, mirándola interesada de su escaso ánimo.
-No es que no quiera, es que, tengo algo de miedo sobre todo esto.
-Creo que deberías quedarte Scar, por tu seguridad- una especie de lazo tenía hipnotizado a Henrig hacia Scar, no era nada de amor, ya que técnicamente, Henrig tenía sus sentimientos congelados, siendo accionado por una máquina, derrochó gran sensibilidad, dejando a un lado el sufrimiento, evitando la pérdida de aquel guerrero. Varios de grupo también éramos controlados gracias a una máquina, es por eso que nosotros no teníamos que preocuparnos por la SGA, ya que estábamos inmunes.
-No Henrig, gracias, pero tengo que superar esto yo misma, necesito ir, no por demostrarme algo, sino porque él desea que vaya- Scar tenía miedo a infectarse por aquella enfermedad destructiva, en realidad, Scar jamás quiso ser parte del programa, ya que temía a que olvidara a su difunto esposo durante el periodo. Ése era uno de los contras de ser controlado por nano-tecnología; la amnesia.
Scar cruzando sus brazos, y con una mirada de ángel, se levantó de la banca de madera gastada, en la que estábamos sentados, estaba vestida muy sencilla para ese entonces, pero no evitaba mostrar su gesto decisivo para seguir adelante.
-Muy bien Scar, entonces comienza nuestra misión en el Otro lado- Dana al igual se levantó, y acompañó a Scar con su valentía. Ambas sonreían, habíamos superado muchos desafíos y todos seguíamos juntos. Henrig se me quedó viendo por un instante.
-¿Qué es lo que quieres realmente de esa medicina?- me dijo Henrig, sentado a un lado de mí, frunció su ceja, y volteándome a ver seriamente, me tocó el hombro, y sonrió.
-Relájate, sé que la estás pasando mal- esas palabras me recordaron a aquel amigo, uno que perdí por una guerra absurda, es como si todos se hubieran olvidado de él, sólo por que dejó de ser él, teniendo el mismo cuerpo. Es cuando me ponía a pensar, ¿las guerras benefician al mundo?, y si no es así, ¿cuál es la razón de su existir?
- -fernido-
- Hacia la Calle Victoria
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- Registrado: Sab Ene 05, 2008 9:38 pm
Re: Barrera Líquida
Tu fic es muy bueeno, la traama me gusto y lo de la enfermedad me parece muy interesante..
tambien me gustan las narraciones, es muy entretenido el fic, la verdad es un poco confuso.. me gusta
seguire pasando.. continualo pronto..
tambien me gustan las narraciones, es muy entretenido el fic, la verdad es un poco confuso.. me gusta
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- Isrra
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- Registrado: Dom Dic 07, 2008 8:46 pm
Re: Barrera Líquida
-fernido- escribió:Tu fic es muy bueeno, la traama me gusto y lo de la enfermedad me parece muy interesante..
tambien me gustan las narraciones, es muy entretenido el fic, la verdad es un poco confuso.. me gusta
seguire pasando.. continualo pronto..
Gracias, y entiendo que desde primera vista, el primero y segundo capítulo no tienen sentido el uno con el otro, pero el tercero los une, para quitar la confusión.
Como sea, que bueno que te haya gustado.
- Isrra
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- Registrado: Dom Dic 07, 2008 8:46 pm
Re: Barrera Líquida
Estábamos a punto de iniciar nuestra misión de infiltración, pero Aris prefirió irse solo y llegar por su parte, todos nos quedamos confundidos por su decisión, pero era comprensible, él estaba dispuesto a encontrar la cura desesperadamente.
-¿Estarás bien Aris?- le pregunté, mientras se me quedaba viendo pasmado por mi decisión, la verdad ni yo podía creer mi elección, aún tenía poca seguridad sobre aquel lugar cibernético, pero mis recuerdos lo pedían a gritos, quizás debía sacrificarme para que otras personas no sufran mis penurias.
Sentado a un lado de Henrig, pude ver como ambos charlaban, como cuando tenían su amistad tan afectuosa, lamentablemente el tiempo los hizo adaptarse, y Aris tuvo que perder a un compañero. Aris siempre me trataba de contar todos sus problemas, desahogándose con sus pláticas, me hacía pensar que hay personas que pasan peores momentos, por lo tanto decidí en aquel instante arriesgarme, para tener esa ideología; el ayudar a los demás resolviendo los enigmas de los propios.
Todo eso pensaba mientras veía como él cerraba sus párpados y con un gesto nos negaba que lo acompañáramos, al mismo tiempo, se levantó de la banca de madera en donde charlaba con Henrig, y se dirigió a la salida del centro comercial, sin decir más que iría a investigar más a fondo sobre los niños de la ciudad que estaban desapareciendo.
-He estado dudando de él, no es que crea que nos oculta algo, pero últimamente es muy reservado, supongo que ya no es el mismo Aris de la universidad- le dije a Henrig, quien fríamente se levantó y también admitió sus dudas sobre Aris, a pesar de que él no pudiera tener sentimientos de afecto, él se preocupaba por su amigo, aunque siempre me decía que no tenía idea del porque se preocupaba, los efectos de la nano tecnología en su cuerpo lo hicieron tener otra mente, haciendo que olvidara por completo a varias personas de su vida, pero por Aris tenía una preocupación que él mismo no lograba comprender.
Barrera Líquida
Tres: Familia
Saliendo del centro comercial, Dana y yo, decidimos prepararnos para la entrevista, que el vicepresidente del programa Conexión Pokémon Data, nos ofrecería.
Durante el trayecto, Henrig nos seguía con su siempre protectora presencia. Un hombre imponente, muy alto, de piel blanca y mirada esmeralda, un cuerpo tosco moldeado por las misiones a las que había sido entregado, razón por la que su corazón fue arrancado. Una razón muy fuerte para que me pusiera a dudar de él, Dana tenía la misma visión que antes, ya que ella trataba de no mencionar sobre eso frente a Henrig, aunque yo ya me había atrevido a comentarle sobre su vida pasada.
-Créeme Alain, yo sigo siendo el viejo Henrig- me decía mientras me levantaba el dedo pulgar anunciándome seguridad, pero yo seguía dudando.
En un automóvil bastante dañado, y con pintura en sus costados gastada nos dirigimos a la cita con Serran, quien nos prometió según él, una noticia bastante prohibida técnicamente, y amarillista por su contenido, todo tenía que ver con la dichosa CPD.
-¿No podemos comprar otro auto?, es decir, tenemos con él desde la universidad- decía Dana en tono de burla, y viendo que un resorte del asiento de atrás estaba descubriéndose de la vestidura grisácea.
-Bueno, nuestros ingresos son aceptables, pero recuerda que no debemos llamar la atención, sería muy inquietante para una ciudad con población media-baja el ver un auto de lujoso- le decía riendo a Dana, quien seguía quejándose del auto, esta vez viendo que los tapetes del auto se estaban despegando.
-A mí me gusta, es decir, es nostálgico- dijo el conductor Henrig, que se divertía y sonreía al subirse a la carcacha, me contaba que le recordaba a alguien de su pasado.
-Estoy de acuerdo, aunque, hay veces en las que debemos avanzar y dejar de ver hacia atrás, ¿no crees?- le dije a Henrig, quien mirándome calmadamente a punto de dar una vuelta con el coche me dijo detenidamente. –A mí me gustaría ver que hay detrás de mi presente- volviendo su vista al frente.
Después de unos momentos en el tránsito de la ciudad, una cálida presencia del mediodía nos recibió a un café famoso, generalmente coincidido por gente adinerada, al menos es lo que me decía Henrig.
-¿Este es el nuevo restaurante?, vaya, sí que es elegante, ¿por qué Serran quiso vernos aquí?- decía Dana, compartiendo su impresión sobre el inmenso edificio que tenía fila para entrar.
-Supongo por su alto rango, requiere de una alta atención, ¿se supone que pagaremos su comida?- dijo Henrig quien dudaba sobre los precios dentro del restaurante.
-En realidad lo pagará el periódico, es cortesía, por lo tanto, monetariamente no tenemos problemas Henrig- dijo Dana sonriendo sobre el acto gratuito, mientras Henrig compartía. –Que bueno, no tengo ni un centavo en la bolsa- mientras él dirigía el auto a la zona de estacionamiento, un empleado del restaurante; valet parking, nos pidió las llaves del auto, curiosamente vi un gesto de disgusto sobre la fachada del auto, pero saliendo de él nos sonrió casi obligatoriamente.
En la entrada, casi cinco personas nos daban la bienvenida, uno de ellos nos localizó y se percató de la presencia, rápidamente nos pasó al frente de la gran fila de consumidores.
-¡Me encanta este servicio, podría acostumbrarme!, primera fila, y estamos en “la lista”- Dana cantaba casi de gusto por el servicial trato, realmente era muy elegante el establecimiento, una especie de adornos barrocos, alfombrado, música en vivo, mesas adornadas con telas blancas y acabados dorados, y obligatoriamente las personas debían portar traje de gala, lo hacía lucir, acompañando el techo con pinturas de ángeles, como un encantador recinto para celebrar. La lista a la que se refería Dana, era un piso arriba, donde tenía los mismos beneficios que la planta baja, sólo que ésta tenía las mesas por habitaciones privadas, con televisión y diversos extras que hacían de un paraíso para el paladar.
-En fin, que bueno que llegaron- subiendo las escaleras, prácticamente escoltados, Serran nos recibió sentado en una mesa lujosa con diversos bocadillos servidos, incluso no tardó a que pidiéramos nuestros platillos. Nosotros tres pedimos algo demasiado cortes, aunque Henrig no tenía la misma cara al tener que ser obligado a comer tan poco. En cuanto a Serran, vestido con traje oscuro, y camisa negra, un pañuelo blanco en su bolsillo izquierdo, cabello blanco peinado hacia atrás, y lentes anti reflejantes de diminuto tamaño, que mostraban los ojos marrones, de su mirada senil.
-Bueno, les quería comentar mi situación, pero antes, cierren la puerta- haciendo lo que pedía, le di un sorbo a una bebida alcohólica de cortesía, pero esa paz, mientras le daba el trago a que dejara de saborearla, un susto de un golpe a la mesa, me hizo derramar la copa roja sobre mi blusa blanca, la cual se dañó e hizo notar la mancha impresionantemente.
-¡Rayos!, no sé como comentarles esto… perdón, antes que nada señorita, pero no sé cómo puedo expresar mi coraje ante la situación- dijo Serran, mientras yo no le daba preocupación ninguna, aunque por dentro estaba furiosa.
-Soy el único sobreviviente de las doce personas que trabajamos en el proyecto CPD, el verdadero CPD, no en la cosa involucrada en el gobierno llamada así, eso es simple robo de nuestras ideas, simple burla a cada uno de nosotros, ¡¿pero por qué?!- gritó Serran, nuevamente golpeando a la mesa -¿es acaso que el mismo gobierno quiere acabar con sus habitantes?- dijo mientras decaía su mirada.
-¿El gobierno está contra usted?- preguntó Dana interrumpiendo su bebida.
-¿Qué no lo saben?, bueno, es natural, todo mundo está engañado con este gobierno, me sorprende como los mismos que ayudaron al gobierno no tengan idea de sus secretos- dijo mientras nos miraba a todos. Mientras tanto, nos quedábamos atónitos de lo que había dicho, nadie a parte del diario, y el comité del gobierno sabía de nuestro secreto de ayuda a Freder Do, quien nos había traicionado como gratitud a nuestros servicios.
-¿Qué?, ¿sorprendidos?, no son los únicos que cayeron en las garras de Freder Do- dijo, mientras tomaba un vaso de mediano tamaño, un whisky, que hizo que sonara con más fuerza la voz de Serran.
-¿Cómo sabe lo de?- interrumpida Dana, el hombre Serran parecía darnos más sorpresas.-Mi organización estaba asociada con el comité del gobierno, aquel asqueroso comité que manchó el nombre de todos los científicos que nos encontrábamos.
-¿Pero qué no el plan era entregárselo a la gente?, era por los Pokémon- dijo Dana, tratando de dar a entender que CPD, era una solución para la comunidad de trabajadores, y entrenadores, para poder vivir finalmente en paz, después de varios altercados.
-No Dana, todo es por dinero, y por beneficio el gobierno, ¿y tú crees que ese dinero va a parar a los servicios que usamos?, para nada, su dinero es intocable, todo lo de ésta ciudad lo hemos pagado nosotros, mismos- decía Serran, mirando la estructura del edificio, completamente lleno de furia.
-¿Por qué nos cuenta todo esto?, ¿hay una razón?- dijo Henrig bastante dudoso de que se nos ofreciera tanta información. -¿Dos de ustedes son reporteros no?- dijo Serran, mencionando a Aris y a Dana. –Aquí falta alguien- estaba buscando a Aris, Serran preguntó por él, pero nosotros respondimos con una mentira bastante ingenua, lo cual hizo reaccionar inmediatamente a Serran.
-No, ustedes no me quieren contar donde está él, pero no importa- decía mirando su reloj de plata, que destellaba con el brillo de las lámparas. –nada más les recuerdo que dentro de las familias no hay secretos.
-¿Familia?- dijo Dana, claramente entendíamos el término “familia”
-Así es, yo ya les he compartido bastante, es tiempo que me devuelvan el favor, no como forma de pago, sino como ayuda a uno de sus hermanos- dijo, sin detenerse, y nuevamente preguntó por Aris.
-Estamos investigando el caso SGA, es por eso que él no se encuentra aquí- Henrig se adelantó.
-¿De verdad están dispuestos a detener semejante problema?- Serran un poco incrédulo. -¿y después que van a hacer?, creo que se están equivocando de enemigo- Serran terminó, dándole otro trago a su whisky.
-¿Cuál se supone que debe ser nuestro objetivo?- Henrig, bastante intrigado.
-El SGA es una enfermedad, es involuntaria, no podemos detenerla así de fácil- pausó para otro trago. –es mejor detener a quienes lo iniciaron.
-¿Habla de Milos Re?- dijo Dana rápidamente.
-Me parece que ese es una de las cabezas principales, pero- interrumpido por la entrada de un hombre de negro, lentes oscuros y de apariencia juvenil, Serran se levantó de la mesa, y nos pidió que igualmente lo hiciéramos.
-Debemos irnos, tenemos que escapar antes de que ésta reunión se convierta en la última, todavía necesito confiarles muchas cosas- levantando su portafolios plateado del suelo, y entregándoselo a Henrig, caminó unos pasos hacia la puerta y nos volteó a ver, que todavía no nos levantábamos de la mesa. -¡Por favor!, ¡es muy importante que no muera!- era claro que no debía morir, pero los tres estábamos impactados por la rapidez con la que actuó, así que igualmente nos levantamos de la mesa, y acompañamos por detrás a Serran, quien igualmente por delante tenía a tres hombre iguales a quien advirtió a Serran, de al parecer la aparición de una persona que custodiaba su vida.
Dirigiéndonos a la salida, varios clientes del lujoso restaurante se nos quedaron viendo, sin quitar la vista a su comida.
-Tengo hambre- dijo Henrig, con tono de furia, y con el portafolios en las manos.
A la salida, con una fila un poco más reducida, pero alarmante del restaurante, para su entrada, nos recibió una camioneta negra con apariencia blindada, era bastante espaciosa, y muy lujosa, pero al parecer serviría como protección para el vicepresidente de CPD.
Una vez dentro, Serran nos empezó a dar indicaciones sobre lo que la familia conllevaba, una de ellas, tener nombres claves, así, Henrig era: Memoryless. Dana: Heartless, y yo: Loveless.
Durante el arranque de la camioneta, se escucharon disparos fuera de ella, eran bastante potentes, algunas balas se dirigían hacia la camioneta, pero al parecer sólo llegaban a golpearlas, pero no atravesarla.
Una metralleta salió de nuestra camioneta, del lado derecho, aquel hombre vestido de traje negro, igual que los cuatro que nos acompañaban, disparaba hacia un vehículo detrás de nosotros. Del lado derecho también se encontraba el restaurante, donde las personas se encontraban dispersadas, corriendo asustadas.
El manejo de la camioneta era brusco, y rápidamente nos dirigimos hacia la avenida, y cortar en una calle hacia la izquierda, y perderlos por un momento, pero al parecer, ellos no se detuvieron, a pesar de que el tránsito los detenía, y pudieron avistaros.
El sonido de un cristal había sonado, aunque no fue más que un golpe, pero para el segundo disparo hacia ese cristal trasero, parte de él se despedazo, haciendo que Dana, Serran, dos hombres de negro y yo nos agachamos, aquellos hombres cuidaban que Serran no estuviera afectado.
La camioneta era rápida, y más para dar esas curvas derrapando de asalto. Henrig se encontraba delante de nosotras, en un asiento independiente, al parecer ya estaba soltando el portafolio, y sacó un arma de su gabardina, un arma de alto alcance con mira.
-¡Memory, tienes que proteger el portafolios, es tu misión!- al decir eso, Henrig se detuvo un instante. Mientras la velocidad del auto que tenían nuestros perseguidores amenzaba del lado izquierdo a la camioneta, todos nos fuimos un poco más a la izquierda de la camioneta, excepto el conductor y quien disparaba en la izquierda, que ya salía prácticamente de la puerta del auto para poder devolver los disparos.
-¡A ver si detienen esto!- se escuchó un grito, cuando dentro del auto se podía ver un cilindro de gran tamaño dirigido a la camioneta.
Un petardo fue lanzado al frente de la camioneta, destruyendo la puerta del conductor del frente, y dejando inconciente al conductor, justo cuando debíamos dar una vuelta.
-¡Apresúrate!- dijo uno de los hombres que nos acompañaban, a quien disparaba, para cambiar rápidamente de lugar, con la puerta al descubierto, con la mano derecha manejaba y con la izquierda intercambiaba balazos, lo cual, al poco rato no duraron mucho, ya que él, ya había recibido varios en sus brazos, pero esta vez lo acabarían con otro regreso de balas rápidas.
No había conductor, y la puerta del frente estaba descubierta, rápidamente Henrig tomó el lugar del conductor, lanzando el cuerpo del hombre de negro a las calles, nos habíamos dado cuenta que las balas no pretendían hacer sangrar al cuerpo, sino perforarlo, hasta la muerte.
-¡Henrig!, ¡por favor!- gritó Dana, pero uno de los hombres de negro le tapó la boca.
Henrig estaba completamente atareado con el hecho de disparar con su arma, y manejar, a la vez, tenía al portafolio ente sus piernas, haciendo difícil el manejo.
-¡¿Qué?!- se escucharon gritos de quienes nos perseguían, al parecer notaban que los disparos no le detenían a Henrig, también porque su auto estaba por incendiarse.
-¿Así que también eres parte de la nano-tecnología?, perfecto- dijo Serran, quien cerró los ojos y de repente los volvió a abrir, Henrig volteó con su señal, anunciando que todo estaría bien.
Bajando un puente, y diversas calles envueltas en ríos de interminables callejones, nos metimos a una propiedad bastante pequeña, con edificaciones de pequeña escala. Era una serie de departamentos, al parecer nos metimos al estacionamiento y salimos de la camioneta bombardeada, para luego tomar otro auto y esta vez, entrar por medio de otros callejones a otros edificios departamentales, esta vez, era para descansar. Ya eran las cuatro de la mañana, y en unas horas amanecería, a pesar de que se veía oscuro, el cansancio era pleno.
Entrando a un pequeño departamento, sin nada más que piso, paredes y techo, tuvimos que conformarnos a dormir en el suelo.
-Mañana debemos ir a visitar a Friendless, él en su biblioteca les dará más información.
Nos dijo, aunque Henrig ya no escuchaba, sin duda estábamos rendidos, los hombres de negro estuvieron rondando la habitación, lo supe porque diversas veces me despertaban sus pasos, pero caía nuevamente rendida.
-Alain, ¿de verdad me sigues viendo como un extraño?- escuché al oído.
Con la vista cansada, escuché con la luz del sol en mis ojos un reclamo de Dana, al parecer algo le había pasado a Aris, y estaba bastante nerviosa, como de costumbre tratándose de algo que tuviera que ver con él. Escuché a Henrig tratando de tranquilizarla, y también muchas llamadas de parte de Dana al periódico para pedir ayuda, Aris había tenido un accidente.
-No podemos salir de aquí, hasta en la tarde- escuché a Serran.
-Si algo le ha pasado a ese hombre, debemos esperar, nuestras vidas ahora peligran mucho- dijo Serran, quien al parecer salió de la habitación donde nos encontrábamos los tres.
-Henrig, necesito saber que pasó, al parecer sólo me dicen que fue un accidente automovilístico.
-Relájate Dana, estará bien.
Diversas llamadas, mientras teníamos que seguir encerrados, para no ser descubiertos, ¿ahora soy parte de la familia de Serran?
-¿Estarás bien Aris?- le pregunté, mientras se me quedaba viendo pasmado por mi decisión, la verdad ni yo podía creer mi elección, aún tenía poca seguridad sobre aquel lugar cibernético, pero mis recuerdos lo pedían a gritos, quizás debía sacrificarme para que otras personas no sufran mis penurias.
Sentado a un lado de Henrig, pude ver como ambos charlaban, como cuando tenían su amistad tan afectuosa, lamentablemente el tiempo los hizo adaptarse, y Aris tuvo que perder a un compañero. Aris siempre me trataba de contar todos sus problemas, desahogándose con sus pláticas, me hacía pensar que hay personas que pasan peores momentos, por lo tanto decidí en aquel instante arriesgarme, para tener esa ideología; el ayudar a los demás resolviendo los enigmas de los propios.
Todo eso pensaba mientras veía como él cerraba sus párpados y con un gesto nos negaba que lo acompañáramos, al mismo tiempo, se levantó de la banca de madera en donde charlaba con Henrig, y se dirigió a la salida del centro comercial, sin decir más que iría a investigar más a fondo sobre los niños de la ciudad que estaban desapareciendo.
-He estado dudando de él, no es que crea que nos oculta algo, pero últimamente es muy reservado, supongo que ya no es el mismo Aris de la universidad- le dije a Henrig, quien fríamente se levantó y también admitió sus dudas sobre Aris, a pesar de que él no pudiera tener sentimientos de afecto, él se preocupaba por su amigo, aunque siempre me decía que no tenía idea del porque se preocupaba, los efectos de la nano tecnología en su cuerpo lo hicieron tener otra mente, haciendo que olvidara por completo a varias personas de su vida, pero por Aris tenía una preocupación que él mismo no lograba comprender.
Barrera Líquida
Tres: Familia
Saliendo del centro comercial, Dana y yo, decidimos prepararnos para la entrevista, que el vicepresidente del programa Conexión Pokémon Data, nos ofrecería.
Durante el trayecto, Henrig nos seguía con su siempre protectora presencia. Un hombre imponente, muy alto, de piel blanca y mirada esmeralda, un cuerpo tosco moldeado por las misiones a las que había sido entregado, razón por la que su corazón fue arrancado. Una razón muy fuerte para que me pusiera a dudar de él, Dana tenía la misma visión que antes, ya que ella trataba de no mencionar sobre eso frente a Henrig, aunque yo ya me había atrevido a comentarle sobre su vida pasada.
-Créeme Alain, yo sigo siendo el viejo Henrig- me decía mientras me levantaba el dedo pulgar anunciándome seguridad, pero yo seguía dudando.
En un automóvil bastante dañado, y con pintura en sus costados gastada nos dirigimos a la cita con Serran, quien nos prometió según él, una noticia bastante prohibida técnicamente, y amarillista por su contenido, todo tenía que ver con la dichosa CPD.
-¿No podemos comprar otro auto?, es decir, tenemos con él desde la universidad- decía Dana en tono de burla, y viendo que un resorte del asiento de atrás estaba descubriéndose de la vestidura grisácea.
-Bueno, nuestros ingresos son aceptables, pero recuerda que no debemos llamar la atención, sería muy inquietante para una ciudad con población media-baja el ver un auto de lujoso- le decía riendo a Dana, quien seguía quejándose del auto, esta vez viendo que los tapetes del auto se estaban despegando.
-A mí me gusta, es decir, es nostálgico- dijo el conductor Henrig, que se divertía y sonreía al subirse a la carcacha, me contaba que le recordaba a alguien de su pasado.
-Estoy de acuerdo, aunque, hay veces en las que debemos avanzar y dejar de ver hacia atrás, ¿no crees?- le dije a Henrig, quien mirándome calmadamente a punto de dar una vuelta con el coche me dijo detenidamente. –A mí me gustaría ver que hay detrás de mi presente- volviendo su vista al frente.
Después de unos momentos en el tránsito de la ciudad, una cálida presencia del mediodía nos recibió a un café famoso, generalmente coincidido por gente adinerada, al menos es lo que me decía Henrig.
-¿Este es el nuevo restaurante?, vaya, sí que es elegante, ¿por qué Serran quiso vernos aquí?- decía Dana, compartiendo su impresión sobre el inmenso edificio que tenía fila para entrar.
-Supongo por su alto rango, requiere de una alta atención, ¿se supone que pagaremos su comida?- dijo Henrig quien dudaba sobre los precios dentro del restaurante.
-En realidad lo pagará el periódico, es cortesía, por lo tanto, monetariamente no tenemos problemas Henrig- dijo Dana sonriendo sobre el acto gratuito, mientras Henrig compartía. –Que bueno, no tengo ni un centavo en la bolsa- mientras él dirigía el auto a la zona de estacionamiento, un empleado del restaurante; valet parking, nos pidió las llaves del auto, curiosamente vi un gesto de disgusto sobre la fachada del auto, pero saliendo de él nos sonrió casi obligatoriamente.
En la entrada, casi cinco personas nos daban la bienvenida, uno de ellos nos localizó y se percató de la presencia, rápidamente nos pasó al frente de la gran fila de consumidores.
-¡Me encanta este servicio, podría acostumbrarme!, primera fila, y estamos en “la lista”- Dana cantaba casi de gusto por el servicial trato, realmente era muy elegante el establecimiento, una especie de adornos barrocos, alfombrado, música en vivo, mesas adornadas con telas blancas y acabados dorados, y obligatoriamente las personas debían portar traje de gala, lo hacía lucir, acompañando el techo con pinturas de ángeles, como un encantador recinto para celebrar. La lista a la que se refería Dana, era un piso arriba, donde tenía los mismos beneficios que la planta baja, sólo que ésta tenía las mesas por habitaciones privadas, con televisión y diversos extras que hacían de un paraíso para el paladar.
-En fin, que bueno que llegaron- subiendo las escaleras, prácticamente escoltados, Serran nos recibió sentado en una mesa lujosa con diversos bocadillos servidos, incluso no tardó a que pidiéramos nuestros platillos. Nosotros tres pedimos algo demasiado cortes, aunque Henrig no tenía la misma cara al tener que ser obligado a comer tan poco. En cuanto a Serran, vestido con traje oscuro, y camisa negra, un pañuelo blanco en su bolsillo izquierdo, cabello blanco peinado hacia atrás, y lentes anti reflejantes de diminuto tamaño, que mostraban los ojos marrones, de su mirada senil.
-Bueno, les quería comentar mi situación, pero antes, cierren la puerta- haciendo lo que pedía, le di un sorbo a una bebida alcohólica de cortesía, pero esa paz, mientras le daba el trago a que dejara de saborearla, un susto de un golpe a la mesa, me hizo derramar la copa roja sobre mi blusa blanca, la cual se dañó e hizo notar la mancha impresionantemente.
-¡Rayos!, no sé como comentarles esto… perdón, antes que nada señorita, pero no sé cómo puedo expresar mi coraje ante la situación- dijo Serran, mientras yo no le daba preocupación ninguna, aunque por dentro estaba furiosa.
-Soy el único sobreviviente de las doce personas que trabajamos en el proyecto CPD, el verdadero CPD, no en la cosa involucrada en el gobierno llamada así, eso es simple robo de nuestras ideas, simple burla a cada uno de nosotros, ¡¿pero por qué?!- gritó Serran, nuevamente golpeando a la mesa -¿es acaso que el mismo gobierno quiere acabar con sus habitantes?- dijo mientras decaía su mirada.
-¿El gobierno está contra usted?- preguntó Dana interrumpiendo su bebida.
-¿Qué no lo saben?, bueno, es natural, todo mundo está engañado con este gobierno, me sorprende como los mismos que ayudaron al gobierno no tengan idea de sus secretos- dijo mientras nos miraba a todos. Mientras tanto, nos quedábamos atónitos de lo que había dicho, nadie a parte del diario, y el comité del gobierno sabía de nuestro secreto de ayuda a Freder Do, quien nos había traicionado como gratitud a nuestros servicios.
-¿Qué?, ¿sorprendidos?, no son los únicos que cayeron en las garras de Freder Do- dijo, mientras tomaba un vaso de mediano tamaño, un whisky, que hizo que sonara con más fuerza la voz de Serran.
-¿Cómo sabe lo de?- interrumpida Dana, el hombre Serran parecía darnos más sorpresas.-Mi organización estaba asociada con el comité del gobierno, aquel asqueroso comité que manchó el nombre de todos los científicos que nos encontrábamos.
-¿Pero qué no el plan era entregárselo a la gente?, era por los Pokémon- dijo Dana, tratando de dar a entender que CPD, era una solución para la comunidad de trabajadores, y entrenadores, para poder vivir finalmente en paz, después de varios altercados.
-No Dana, todo es por dinero, y por beneficio el gobierno, ¿y tú crees que ese dinero va a parar a los servicios que usamos?, para nada, su dinero es intocable, todo lo de ésta ciudad lo hemos pagado nosotros, mismos- decía Serran, mirando la estructura del edificio, completamente lleno de furia.
-¿Por qué nos cuenta todo esto?, ¿hay una razón?- dijo Henrig bastante dudoso de que se nos ofreciera tanta información. -¿Dos de ustedes son reporteros no?- dijo Serran, mencionando a Aris y a Dana. –Aquí falta alguien- estaba buscando a Aris, Serran preguntó por él, pero nosotros respondimos con una mentira bastante ingenua, lo cual hizo reaccionar inmediatamente a Serran.
-No, ustedes no me quieren contar donde está él, pero no importa- decía mirando su reloj de plata, que destellaba con el brillo de las lámparas. –nada más les recuerdo que dentro de las familias no hay secretos.
-¿Familia?- dijo Dana, claramente entendíamos el término “familia”
-Así es, yo ya les he compartido bastante, es tiempo que me devuelvan el favor, no como forma de pago, sino como ayuda a uno de sus hermanos- dijo, sin detenerse, y nuevamente preguntó por Aris.
-Estamos investigando el caso SGA, es por eso que él no se encuentra aquí- Henrig se adelantó.
-¿De verdad están dispuestos a detener semejante problema?- Serran un poco incrédulo. -¿y después que van a hacer?, creo que se están equivocando de enemigo- Serran terminó, dándole otro trago a su whisky.
-¿Cuál se supone que debe ser nuestro objetivo?- Henrig, bastante intrigado.
-El SGA es una enfermedad, es involuntaria, no podemos detenerla así de fácil- pausó para otro trago. –es mejor detener a quienes lo iniciaron.
-¿Habla de Milos Re?- dijo Dana rápidamente.
-Me parece que ese es una de las cabezas principales, pero- interrumpido por la entrada de un hombre de negro, lentes oscuros y de apariencia juvenil, Serran se levantó de la mesa, y nos pidió que igualmente lo hiciéramos.
-Debemos irnos, tenemos que escapar antes de que ésta reunión se convierta en la última, todavía necesito confiarles muchas cosas- levantando su portafolios plateado del suelo, y entregándoselo a Henrig, caminó unos pasos hacia la puerta y nos volteó a ver, que todavía no nos levantábamos de la mesa. -¡Por favor!, ¡es muy importante que no muera!- era claro que no debía morir, pero los tres estábamos impactados por la rapidez con la que actuó, así que igualmente nos levantamos de la mesa, y acompañamos por detrás a Serran, quien igualmente por delante tenía a tres hombre iguales a quien advirtió a Serran, de al parecer la aparición de una persona que custodiaba su vida.
Dirigiéndonos a la salida, varios clientes del lujoso restaurante se nos quedaron viendo, sin quitar la vista a su comida.
-Tengo hambre- dijo Henrig, con tono de furia, y con el portafolios en las manos.
A la salida, con una fila un poco más reducida, pero alarmante del restaurante, para su entrada, nos recibió una camioneta negra con apariencia blindada, era bastante espaciosa, y muy lujosa, pero al parecer serviría como protección para el vicepresidente de CPD.
Una vez dentro, Serran nos empezó a dar indicaciones sobre lo que la familia conllevaba, una de ellas, tener nombres claves, así, Henrig era: Memoryless. Dana: Heartless, y yo: Loveless.
Durante el arranque de la camioneta, se escucharon disparos fuera de ella, eran bastante potentes, algunas balas se dirigían hacia la camioneta, pero al parecer sólo llegaban a golpearlas, pero no atravesarla.
Una metralleta salió de nuestra camioneta, del lado derecho, aquel hombre vestido de traje negro, igual que los cuatro que nos acompañaban, disparaba hacia un vehículo detrás de nosotros. Del lado derecho también se encontraba el restaurante, donde las personas se encontraban dispersadas, corriendo asustadas.
El manejo de la camioneta era brusco, y rápidamente nos dirigimos hacia la avenida, y cortar en una calle hacia la izquierda, y perderlos por un momento, pero al parecer, ellos no se detuvieron, a pesar de que el tránsito los detenía, y pudieron avistaros.
El sonido de un cristal había sonado, aunque no fue más que un golpe, pero para el segundo disparo hacia ese cristal trasero, parte de él se despedazo, haciendo que Dana, Serran, dos hombres de negro y yo nos agachamos, aquellos hombres cuidaban que Serran no estuviera afectado.
La camioneta era rápida, y más para dar esas curvas derrapando de asalto. Henrig se encontraba delante de nosotras, en un asiento independiente, al parecer ya estaba soltando el portafolio, y sacó un arma de su gabardina, un arma de alto alcance con mira.
-¡Memory, tienes que proteger el portafolios, es tu misión!- al decir eso, Henrig se detuvo un instante. Mientras la velocidad del auto que tenían nuestros perseguidores amenzaba del lado izquierdo a la camioneta, todos nos fuimos un poco más a la izquierda de la camioneta, excepto el conductor y quien disparaba en la izquierda, que ya salía prácticamente de la puerta del auto para poder devolver los disparos.
-¡A ver si detienen esto!- se escuchó un grito, cuando dentro del auto se podía ver un cilindro de gran tamaño dirigido a la camioneta.
Un petardo fue lanzado al frente de la camioneta, destruyendo la puerta del conductor del frente, y dejando inconciente al conductor, justo cuando debíamos dar una vuelta.
-¡Apresúrate!- dijo uno de los hombres que nos acompañaban, a quien disparaba, para cambiar rápidamente de lugar, con la puerta al descubierto, con la mano derecha manejaba y con la izquierda intercambiaba balazos, lo cual, al poco rato no duraron mucho, ya que él, ya había recibido varios en sus brazos, pero esta vez lo acabarían con otro regreso de balas rápidas.
No había conductor, y la puerta del frente estaba descubierta, rápidamente Henrig tomó el lugar del conductor, lanzando el cuerpo del hombre de negro a las calles, nos habíamos dado cuenta que las balas no pretendían hacer sangrar al cuerpo, sino perforarlo, hasta la muerte.
-¡Henrig!, ¡por favor!- gritó Dana, pero uno de los hombres de negro le tapó la boca.
Henrig estaba completamente atareado con el hecho de disparar con su arma, y manejar, a la vez, tenía al portafolio ente sus piernas, haciendo difícil el manejo.
-¡¿Qué?!- se escucharon gritos de quienes nos perseguían, al parecer notaban que los disparos no le detenían a Henrig, también porque su auto estaba por incendiarse.
-¿Así que también eres parte de la nano-tecnología?, perfecto- dijo Serran, quien cerró los ojos y de repente los volvió a abrir, Henrig volteó con su señal, anunciando que todo estaría bien.
Bajando un puente, y diversas calles envueltas en ríos de interminables callejones, nos metimos a una propiedad bastante pequeña, con edificaciones de pequeña escala. Era una serie de departamentos, al parecer nos metimos al estacionamiento y salimos de la camioneta bombardeada, para luego tomar otro auto y esta vez, entrar por medio de otros callejones a otros edificios departamentales, esta vez, era para descansar. Ya eran las cuatro de la mañana, y en unas horas amanecería, a pesar de que se veía oscuro, el cansancio era pleno.
Entrando a un pequeño departamento, sin nada más que piso, paredes y techo, tuvimos que conformarnos a dormir en el suelo.
-Mañana debemos ir a visitar a Friendless, él en su biblioteca les dará más información.
Nos dijo, aunque Henrig ya no escuchaba, sin duda estábamos rendidos, los hombres de negro estuvieron rondando la habitación, lo supe porque diversas veces me despertaban sus pasos, pero caía nuevamente rendida.
-Alain, ¿de verdad me sigues viendo como un extraño?- escuché al oído.
Con la vista cansada, escuché con la luz del sol en mis ojos un reclamo de Dana, al parecer algo le había pasado a Aris, y estaba bastante nerviosa, como de costumbre tratándose de algo que tuviera que ver con él. Escuché a Henrig tratando de tranquilizarla, y también muchas llamadas de parte de Dana al periódico para pedir ayuda, Aris había tenido un accidente.
-No podemos salir de aquí, hasta en la tarde- escuché a Serran.
-Si algo le ha pasado a ese hombre, debemos esperar, nuestras vidas ahora peligran mucho- dijo Serran, quien al parecer salió de la habitación donde nos encontrábamos los tres.
-Henrig, necesito saber que pasó, al parecer sólo me dicen que fue un accidente automovilístico.
-Relájate Dana, estará bien.
Diversas llamadas, mientras teníamos que seguir encerrados, para no ser descubiertos, ¿ahora soy parte de la familia de Serran?
- Isrra
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- Registrado: Dom Dic 07, 2008 8:46 pm
Re: Barrera Líquida
-¿Me estás diciendo que no podremos salvar a esta gente Lenron?- le dije desesperada. Él bajó la mirada al ver que yo corría lágrimas de desesperación, al mismo tiempo, pude ver como su larga cabellera oscura se balanceaba junto con el viento del atardecer.
-Haian, hemos hecho lo posible, aquí ya no es útil nuestra presencia- Lenron con su grave voz, y perdiendo lo último que decía, me dio la espalda y se quedó de frente al sol que desaparecía en el horizonte. El océano, nos daba muestras de una gama de colores rojizos, reflejando el destello final del sol, mientras las nubes, jugaban con matices púrpuras. ¿Cómo es que un paraíso repleto de arena, palmeras jugando con las brisas trópicas, y un sereno oleaje, fueran a ser una catástrofe al día siguiente?
-Es hora de recoger nuestra campaña, debemos avisar que hemos fallado- Lenron me decía, quien ya estaba con las fuerzas rendidas. Habíamos luchado demasiado, contra los soldados de La orden de la rosa, pero su poderío venció nuestras esperanzas, tanto, que llevó a quien levantó el ánimo del grupo, desde un principio, dándose por vencido.
-¡Basta de eso Lenron!, ¡tú fuiste quien dijo que creyéramos en nosotros, que siempre hay una solución!, pienso que la hay, ¡y tú también, pero no la escuchas!- le dije sosteniendo su mano áspera de piel morena, con cicatrices plasmadas en toda su palma. Un calor que siempre me rodeaba al tocarlo desaparecía, volteó a verme con la mirada caída, pero yo seguí insistiendo.
Dentro de la campaña se encontraba Lennet, una persona, que a pesar de ser muy atractiva, adentraba su corazón en lo táctico de la batalla. Siempre atenta a cada situación, y muy minimalista en cada aspecto, dispuesta a perfeccionar cada movimiento de guerra fríamente.
-La orden se acerca Haian, pero supongo que podríamos hacer algo poniendo barreras en las entradas del pueblo. No creo que resista mucho la pared de torres, pero es lo menos que podemos hacer mientras emigramos a otra tierra fértil. Aquí ya no hay recursos que explotar- decía seriamente mientras veía el mapa de la zona donde nos encontrábamos. Rodeados de mar, el islote donde estábamos era la madre de los ojos rojos.
-¿Tendremos que entregar a los ojos rojos?- me dijo Yazhar, un hombre de piel negra, ojos azules, que enfatizaban su mirada. Teniendo sólo como cabello, una cola de caballo que llegaba hasta su espalda. Su pecho era marcado por varias cicatrices de la batalla. En ese momento, él estaba cerrando una de sus heridas en su brazo izquierdo.
-No Yaz, pero Leonor quiere abandonar todo- decía mientras veía como cerraba con varias puntadas el gran corte de su brazo.
-¿Y cómo no se va rendir?, es ridícula nuestra causa, no podremos hacer nada por ¬proteger a ésta gente por más tiempo- Me parecía imposible que estuviese diciendo eso, un hombre que presumía su fortaleza corporal por sus historias en las batallas, y ahora huyera de eso. Quizás Lenron y Yazhar tenían razón, por la falta de recursos, pero Lente y yo estábamos dispuestas a levantar el ánimo.
Estaba furiosa por la respuesta de ambos, pero yo quería continuar con la lucha. Lennet salió conmigo con su mapa de operaciones estratégicas.
Lennet siempre llevaba como ropa, unas pequeñas muñequeras metálicas de acero, que siempre le protegían de ataques rápidos de enemigos, jamás se las quitaba, por más peligroso que resultase el dormir con ellas. El usar faldas de diminuto tamaño no era por vanidad, simplemente seguía una tradición de su pueblo; las mujeres utilizaban faldas de pequeño tamaño, descubriendo sólo la pierna izquierda, y la pierna derecha era ocultada por una tela de un color blanco, que llegaba hasta sus tobillos, además, la insignia de su familia era dibujada en la tela. Según contaba ella; en su pueblo, todas las familias tenían una insignia, como identificación, ya que eso serviría para encontrar los cuerpos de los familiares muertos. Ella nació en una época difícil.
-Estoy harta de esto, no soportaré más Haian, debemos evitar que la orden se apodere de más pueblos, no puedo permitirme que sigan- La orden de la rosa terminó con su pueblo, es una de las grandes razones por la que Lennet apoyó con sus conocimientos técnicos. Jamás lo consideró como venganza, ella quería que nadie sufriera la pérdida de sus familias, a causa de una guerra.
-Lennet, todos pierden a sus familiares, todos debemos morir- Lenron se acercaba fríamente con sus palabras, Lennet simplemente lo ignoró y dio un golpe hacia un árbol, a un lado de ella.
-Lenron, no muchos tenemos la fortuna de nacer en un lugar con todas las comodidades. Tampoco se tiene la fortuna de crecer a lado de tus padres- Lennet se alejaba y se adentraba al bosque que empezaba con los límites finales del pueblo, siendo un peligro.
-¡Lennet!, detente, los- interrumpiéndome, Lennet siguió caminando, diciendo saber lo que hacía, claramente dudaba de eso, por la rabia que contenía dentro de ella.
-¿Por qué tenías que decirle eso Lenron?, sabes lo que ella ha sufrido- volteé frustrada, alejándome lo más posible de él. Me dirigí junto a la tropa de muchachos que entregaban su cuerpo y alma en batalla. Muchos de ellos eran los propios ojos rojos, quienes querían preservar su hermoso ecosistema.
-Señorita Haian, estamos agradecidos por sus servicios, es por- antes de que ofrecieran un tributo de sus últimos alimentos de su tierra fértil. Lennet llegó apresurada, con la voz agitada y con el cuerpo cansado, doblando las rodillas de cansancio.
-¡Haian, he encontrado huéspedes!- era una noticia inesperada, inclusive los propios ojos rojos se levantaron impactados, hace tiempo que la palabra “huéspedes” había sido olvidada, por el hecho de que aquellas personas que nombrábamos con esa palabra, habían desaparecido, por lo menos, es lo que pensábamos.
La conmoción llegó hasta la tienda de planeación de ataque, Yazhar se levantó con cara de susto, y a la vez con escalofríos. Lenron pensaba que todo era un juego de Lennet para dar esperanzas.
Lennet comenzó a explicarnos el encuentro con los huéspedes, al parecer eran dos chicas, con una apariencia del otro lado, era completamente impactante, pensábamos que ya era imposible la entrada y la salida de personas. Por primera vez, empezamos a preocuparnos de nuestro tiempo fuera de La barrera líquida.
-Eran dos jóvenes, teniendo quizás entre dieciséis, diecisiete años de edad, mujeres, caminaban juntas con júbilo, ellas aparecieron dentro del bosque, pero tiempo después, desaparecieron de la nada, o quizás no haya puesto atención, pero es cierto- un relato bastante corto y poco convincente, mucho tiempo se había escuchado de gente que aparecía de la nada y luego desaparecía, pero eso se había explicado; muchas partículas de usuarios quedaron ahí, empezando a ocasionar errores visuales, pero no reales. Muchos tenían la respuesta en su mente, pero Lennet negó la idea, y decidió volver a buscar el paradero de las chicas del bosque.
-Te ayudaré- le dije, no quería abandonar a mi amiga en una búsqueda.
-Tenemos un día para encontrarlas Haian- decía decidida, tomando de su cinturón, una carta gris y que lanzó al suelo, invocando a una criatura rojiza completamente del cuerpo, y con armadura metálica que cubría su cuerpo. Venida como hermana de los insectos, una mantis religiosa con pinzas filosas amenazantes, y unas alas en su espalda.
-Scizor ayudará, él también logró verlas. ¡Vamos, debemos encontrarlas!- al momento que dijo eso, el insecto sobrevoló en el suelo disparándose dentro del bosque con un zumbido, desapareciendo de la vista de nosotras.
-¿Cómo eran?, es decir, su ropa, para poderlas identificar- le dije mientras sacaba de mi bolsillo una carta de igual color grisáceo, pero antes de que pudiera invocar, un par de personas se vieron entre los árboles caminando, me pareció muy curioso, para cuando volví la mirada hacia Lennet, ella ya había iniciado su búsqueda.
Barrera Líquida
Cuatro: Cable-link
-¿Dónde se supone que encontraremos un Pokémon Marlee?- escuché mientras me acercaba lentamente a una corteza del árbol, donde podía verlas claramente.
-No lo sé, en la guía no decía nada sobre esto, es decir, ¿dónde está la ciudad?- dijo otra chica. Eran realmente como había dicho Lennet. Una tenía el cabello rubio, alaciado, con ropa ajustada, muy urbana, con botas marrones, y chaleco rosa, haciendo conjunto con la falda del mismo color.
Llevaba demasiados accesorios, como collar, cadenas, además de boina que combinaba con sus botas. Se veía que era chica bien, por comportaba demasiado infantil. De piel blanca con una figura bien cuidada. Lo más destacable son sus ojos esmeralda.
-Sólo a ti se te ocurre venir a estos lugares, bien podríamos estar con los chicos en el café, y decides encerrarnos en un juego- seguía alegando sobre su vida social, me impactaba la manera de cómo hablaban sobre el mundo Pokémon; La barrera líquida. Era inquietante, ellas se dirigían al planeta donde había vivido, como un simple juego.
-Están súper lindos – decía una chica con cabello corto oscuro, con piel igual de deslumbrante que su acompañante, ojos marrones, de blusa blanca mostrando el ombligo. Pantalón azul vaquero, y unos tenis bajos. Ella era la más entusiasmada al adentrarse al bosque, lo cual me impactaba por el hecho que significaba el bosque.
Al mismo tiempo que observaba a los huéspedes, me dediqué a liberar a mi guardián: Noctowl. Una criatura voladora, que expandía sus alas café claro a las copas de los árboles. Los ojos del ave eran un remedio para la búsqueda de guardianes de La orden de la rosa, ya que Noctowl tenía la capacidad de además de tener una percepción psíquica de movimiento, presumía de una vista envidiable entre todos los Pokémon.
-¿Qué es eso?- la chica rubia había mirado hacia mi dirección, lo cual hice que reaccionara rápido y me agachara para ocultarme detrás del tronco del árbol.
-¿Qué cosa Rucci?- poco a poco escuchaba sus voces acercándose a mi posición, por lo tanto decidí arrastrarme, usando el pasto alto como camuflaje.
-Juro que vi algo Marlee, estaba entre los dos árboles.
-Estás loca, se me hace que tú también quieres un Pokémon.
-¿De qué hablas?, acabo de ver algo que no era un Pokémon. Además ya te dije que no estoy interesada con esas cosas, sólo me gustan como se ven.
-Sí claro, estás tan atenta a todo.
-Como quieras, yo digo que nos vayamos, no hay nadie. Tan maleducada ésta gentuza, ni siquiera nos han dado la bienvenida o algo parecido.
Ambas seguían charlando. Yo decidí escabullirme y escuchar su plática, tratando de obtener información sobre El otro lado.
-Es cierto, para éste paso ya nos tuvieron que haber dado un Pokémon como inicio.
-Pues que mal juego Rucci, te juro que en Digimon no sucede nada de esto.
-Marlee, Digimon es un videojuego; Pokémon no es un juego, es realidad virtual, completamente nada que ver.
-Es la misma cosa, nada más que revuelta.
-¡Claro que no!, ¿En Digimon puedes convivir con tus monstruos?, no lo creo. Es por eso que apesta, y no vende- Estaba algo exhausta de ellas, al parecer estaban discutiendo sobre juegos, pero seguía impactada que trataran el mundo donde había crecido como juego. –Además Marlee, los Pokémon si existieron.
-Bueno, basta de eso, ¿quieres?, primero hay que tratar de salir de aquí, después leemos el manual para entenderle a esto- dijo la chica rubia, que tocó un aparato que tenía atado a su muñeca. Después pude ver que su amiga hacía lo mismo para luego perderlas de vista en un rayo azul.
-¡¿Qué?!- grité desesperada, no podía creer que hubieran desaparecido de mis ojos en tan sólo unos segundos. Los casos de visiones de huéspedes jamás habían relatado el caso de conversaciones, por lo tanto era real. Me levanté inmediatamente, para dirigirme al lugar donde se encontraban.
-¿Qué es lo que pasa?, ¿por qué seguimos aquí?- escuché la voz de aquella joven Rucci, al parecer seguían en el bosque, pero en otra dirección. Me puse a su búsqueda. Agradecí que Noctowl regresara de la búsqueda para saber malas noticias, por lo tanto le pedí una última ventura, aunque no fue por mucho, ya que yo misma las encontraría a cercanías de un árbol torcido, justo a unos metros de mí. Rápidamente agachándome al caminar, me detuve para evitar ser vista nuevamente, pero mi Noctowl había sido descubierto unos segundos después.
-¡Mira Marlee, es uno!- dijo Rucci con el ánimo al borde. Su compañera no parecía muy satisfecha, seguía presionando su aparato de la muñeca, pero al parecer no respondía como ella deseaba, por lo tanto empezó su desesperación.
-¡Sácame de aquí Rucci!, ¿Por qué el Blue-Ray no funciona?- me impactó el nombre de su artefacto. Así se llamaba el poder que alimentaba a los Pokémon.
-No lo sé Marlee, pero que hermosa ave, debo tenerla.
-¡Olvídate de eso Rucci!, ¿qué no sabes que no podríamos regresar?- dijo acercándosele a Rucci, tomándola por el cuello de su blusa, para luego gritarle con más fuerza sobre su preocupación, sobre el hecho de permanecer más tiempo dentro de La barrera líquida.
-De acuerdo Marlee, déjame mostrarte que si funciona- dijo Rucci, mientras lentamente, mostrando el Blue-Ray. Poco a poco aquella joven Rucci mostró inquietud al ver que su pequeña máquina no respondía a su llamado, por lo tanto comenzó a aumentar su violencia contra el aparato, que no parecía dar resultados. Yo decidí estar cautiva, pero tenía deseos de preguntar infinidad de cosas sobre El otro lado, si es que esas muchachas habían llegado de ahí.
La tierra seca del bosque se agitaba con una delicadeza que los huéspedes no lo percibían, pero yo tenía la seguridad que eran las tropas de La orden de la rosa. Tenía que actuar, así que me descubrí para levantarme sin apuro, y caminar sin llegar a sorprender a las adolescentes.
-Disculpen, ¿ustedes acaban de llegar?- me acerqué con una pregunta inocente, engañando para mostrar que era una de ellas, pero ambas no entendían como me había presentado y llegado de la nada, por lo tanto se me quedaron viendo quietas con la mirada perdida. Al parecer mi apariencia de invocadora especial las perturbaba.
-¿Tú de dónde vienes?- se dirigió a mí la rubia melodramática Marlee, contesté con algo vano, para disimular, pero ellas seguían bombardeando con preguntas.
-¿A ti también te pasó lo mismo amiga?, es decir, ¿se te trabó tu Blue-Ray?- dijo la inocente Rucci, quien me buscaba aquel aparato que cargaban ambas.
-La verdad, acabo de llegar, por eso les pregunto si ustedes también. Es que estoy sola y me da miedo caminar por éstos sin alguna compañía- les dije tratando de convencer.
-De acuerdo, puedes estar con nosotras. La verdad estamos algo alteradas porque no encontramos el modo de salir de aquí. Se nos descompuso el Blue-Ray, ¿nos podrías ayudar?- dijo Rucci, quien me recibía alegremente, aunque de parte de Marlee no podía decir lo mismo.
- Olvídalo Rucci- decía entre dientes Marlee, quien se alejaba de mí intimidada.
-Por favor Marlee, entre más seamos, podemos contar una situación más rápido- siempre tan optimista Rucci, quien se acercó a mí, preguntando mi nombre, lo cual accedí para amenizar y conocer su historia.
-¡Hey Haian, que bueno que!- se acercaba Lennet con entusiasmo junto a su Scizor. Interrumpió su grito para ver a los huéspedes. Quedó perpleja al verlas y lentamente caminó hacia nosotras.
-¿Eh?, ¿y usted quién es?- preguntaba Marlee a Lennet.
-¡Oh, por Dios, un Scizor!, esto es genial- Rucci entusiasmada, se acercó como un rayo al Scizor de Lennet y rodearlo con su persona, observando su cuerpo.
-¡Pudiste encontrarlas!, bueno, es tiempo para comenzar nuestro plan Haian- me decía mientras me tomaba del hombro. Susurraba lo último para evitar ser escuchada por los huéspedes.
-De acuerdo Lennet, pero antes- al decir eso, no pude terminar ya que Marlee comenzó a debatir.
-¡¿Qué es lo que está pasando?!- gritó a todo pulmón. -¿Quiénes son ustedes?, habías dicho que venías sola, ¿no es así?- dirigiéndose a mí. - ¡Y tú!, ¿crees que no te escuché?, ¿qué planean?
Lennet y yo nos impactamos, pero después reímos un poco para calmar la situación.
-¿Qué es lo que pasa?- decía Marlee. Al parecer Rucci seguía alabando al Scizor, así que ignoraba la plática.
-Es que ya había bastante tiempo que estas tierras no reciben visitas, y más por la situación que se vive ahora- le decía para que entendiera nuestras reacciones.
-Lo entiendo, un juego tan malo.
-¡Qué no es un juego!- se escuchó a Rucci alegando.
-Como sea. ¿Dónde se supone que estamos?- seguía pidiendo respuestas, rápidamente las resolvimos con una simple invitación al cuartel, y al pueblo de los ojos rojos.
La primera reacción que tuvieron, fue sorpresa, el hecho que una cascada les recibiera, para despedir a los frondosos árboles, y volverlos en palmeras adornando el paisaje. La tierra seca con hojas secas adornándole, había sido reemplazada por arena que asombraba por el brillo. Con tono blanco; la arena jugaba con la marea que entraba por la orilla delicadamente.
Al final, el océano eclipsaba con el rayo final del sol. Justo a tiempo para prepararnos y entrar al templo junto con los huéspedes.
-¿Al templo?- decía Rucci, quien no soltaba al guardián de Lennet.
Nos encaminamos dentro del pueblo, donde los ojos rojos dejaron sus acciones para apreciar a los huéspedes. Quedaron atónitos, ya que el modo de vestir de ellas era completamente nuevo para ellos.
-¿Ellas son?- se acercaba Yazhar, quien trataba de evitar de verlas, pero aún él, quien era una persona difícil de sorprender, no dejaba de prestarles atención.
-Así es Yazhar, ¿pero porqué tan tímido?- se burlaba Lennet de él, al probar que tenía razón.
-¿Estás segura que son huéspedes?- dijo Yazhar, siguiendo con su desconfianza, y acercándose con precaución.
-Tu tampoco estás muy seguro- le dije, empujándolo para que saludara a ambas.
-Hola, me llamo- la joven Rucci se intimidaba por el tamaño de Yazhar, su altura y complexión física les asustaba, aunque no tanto como él hacia ella. –Rucci, me llamo Rucci.
-Ehm- tragaba saliva, y volteaba a ver a Lennet constantemente, mientras sus manos le temblaban y daba un paso hacia atrás.
-Oh, eres un chico muy alto y fuerte, ¿cómo te llamas guapo?, me llamo Marlee- ella se acercó sin pausas, quien cautivada por Yazhar. No le quitaba el ojo a su cuerpo. Lennet y yo no parábamos de reír por la actitud seductora de aquella joven.
-No te ilusiones, eres muy joven para él- interrumpía Lennet a Marlee, alejando su mirada, interponiéndose entre ambos.
-De acuerdo, ¿por qué nos trajeron aquí?- Rucci miraba a todos lados del pueblo de los ojos rojos, completamente confundida, se acercó a Yazhar y preguntó sobre la situación. Yazhar le miró frunciendo la ceja, mientras volteaba a ver nuevamente a Lennet, quien simplemente decidió guardar silencio.
-Están aquí porque deben de estar aquí, simplemente, son la razón- Lenron llegó para revelar el plan de Lennet.
Los huéspedes son prácticamente llaves para la paz, La orden de la rosa llevaba tiempo buscando huéspedes, y terminan asesinando pueblos para analizar, la esencia de los huéspedes, ya que todos, según su teoría, tenemos raíces de huéspedes. El hecho de que contáramos con existencia de huéspedes, podía darnos el final con la guerra contra los ojos rojos.
-¿Es lo que has estado viendo durante las semanas pasadas?- dijo Lenron, que no dejaba de observar a los huéspedes. Ellas sentían un aire frío, y cada paso que se acercaba Lenron, les causaba pavor, haciendo que retrocedieran, y se ocultaran tras Yazhar.
-Parece ser que encontraron a su guardián- se burlaba de Yazhar.
-¿Y a dónde debemos llevarlas?- Yazhar seguía intimidado por las chicas, haciendo que se alejara de ellas.
-Estábamos a punto de llevarlas al templo de los ojos rojos, tenemos que pasar la prueba de purificación con ellas, así sabremos si son las personas que estamos buscando- le dije a ambos. Lenron no tenía muy claro lo que le había dicho.
-¿Estás diciendo que no saben si son?- Lenron refiriéndose a su raza: huéspedes.
-Muchos de sus rasgos son similares a los nuestros, pero tienen información peculiar- seguía explicándole, pero él no veía caso.
-Sólo molestaremos a la sacerdotisa. Recuerden que ella es nuestra prioridad- Lenron tuvo que detenerse, ya que la sacerdotisa se acercaría a nosotros, con su belleza radiante.
-Hola Iudia, ¿dormiste bien?- le dije a una más que sacerdotisa; era una amiga.
-Lo siento mucho, perdón- siempre su dulzura cautivaba, era la más joven del grupo, es por eso que decíamos que era nuestra hermana pequeña. Su motivo era el más importante, y nosotros debíamos proteger su existencia, ya que muchos dependíamos de ella. Una hermosa joven de piel morena. Sus ojos eran distintos, el ojo izquierdo era azul marino, y el derecho un violeta intenso. Su cabello era corto, pero con rayos entre castaño y dorados. Por su ofrecimiento a los dioses, debía cubrir desde su torso a sus caderas con vendas blancas, pero mostrando sus brazos. El derecho llevaba un tatuaje con el símbolo de invocación de su familia.
Un chaleco que cerraba con nudos de hilo de oro. La tela de dicho chaleco llevaba símbolos en motivo a los dioses de la invocación.
Una falda violeta con acabados y bordados con flores plasmadas, y un calzado especial de madera, y con talón alto. Siempre cargaba una especie de báculo que llegaba de sus pies a su cabeza. En la punta del báculo tenía un prisma de cristal, el cual catalizaba todas sus invocaciones.
Así, se acercó con una sonrisa, pidiendo disculpas por descansar más de lo debido, pero lo debíamos entender, el día anterior había llevado un problema muy grande sobre sus hombros.
-No te preocupes Iudia, todo está bien- le dije para tranquilizar, pero se había dado cuenta que el día estaba terminando, y el anochecer estaba comenzando.
-Es normal que tus fuerzas hayan requerido dormir más de lo normal, tu cuerpo ayer terminó muy agotado- Lenron era quien le cuidaba con gran atención a Iudia, temía de su vida, ya que cualquier sacerdotisa en esa época tenía fama de homicidio.
-Lo siento mucho, sé que no pudimos avanzar mucho con el entrenamiento- Iudia siempre se sentía culpable de varias cosas, e inclusive la situación que se vivía, por lo tanto, cargaba mucho en sus hombros, llevaba miles de problemas en su mente, pero ella seguía sonriendo.
-Bueno, ya que despertaste, tenemos que presentarte a Rucci y a… Marlee- decía Yazhar, quien no dejaba de sentir miedo por Marlee.
-Mucho gusto, soy Iudia, como habrán escuchado ya. ¿Qué es lo que las ha traído aquí?- decía haciendo una reverencia, muy típica de ella al presentarse.
-En realidad, no lo sabemos- Rucci bastante extrañada.
-Sólo nos trajeron y dijeron que nos llevarían a un templo- terminó Marlee refriéndose a Lennet y a mí.
-Así que es verdad, parece ser que Lenron deberá creer más en las personas- reía Iudia. –Como sea, al parecer tienen un papel muy importante en el grupo, y me siento orgullosa de estar presente para verlas- Iudia parecía confundir más a las chicas, es por eso que Lenron empezó a explicarles un poco sobre su participación en el plan contra La orden de la rosa.
-¿Quiénes son la orden de la rosa?, ¿y porqué nosotras?- decía Marlee, quien no le agradaba la idea de ser parte de una conspiración, para detener a una organización que asesinaba personas por una razón vana.
-¿Cuál razón vana?- Rucci era quien tenía más energía, tenía un espíritu por correr riesgos, y contaba que ella era una amante de la aventura.
-Una cosa es querer, y otra cosa es poder- dijo Lenron, con un pesimismo que en las últimas semanas nos tensaba.
-La manera de saberlo es que actúen- Lennet defendiendo el plan que había diseñado. Justamente en ese momento, uno de los ojos rojos había llegado a nosotros, gritando que había un ataque en la costa, causando un gran alboroto entre todos los habitantes.
-Y ese momento ha llegado- Lennet volteando a ver a sus dos esperanzas, Rucci y Marlee. ¿De verdad eran las personas que necesitábamos?
-Haian, hemos hecho lo posible, aquí ya no es útil nuestra presencia- Lenron con su grave voz, y perdiendo lo último que decía, me dio la espalda y se quedó de frente al sol que desaparecía en el horizonte. El océano, nos daba muestras de una gama de colores rojizos, reflejando el destello final del sol, mientras las nubes, jugaban con matices púrpuras. ¿Cómo es que un paraíso repleto de arena, palmeras jugando con las brisas trópicas, y un sereno oleaje, fueran a ser una catástrofe al día siguiente?
-Es hora de recoger nuestra campaña, debemos avisar que hemos fallado- Lenron me decía, quien ya estaba con las fuerzas rendidas. Habíamos luchado demasiado, contra los soldados de La orden de la rosa, pero su poderío venció nuestras esperanzas, tanto, que llevó a quien levantó el ánimo del grupo, desde un principio, dándose por vencido.
-¡Basta de eso Lenron!, ¡tú fuiste quien dijo que creyéramos en nosotros, que siempre hay una solución!, pienso que la hay, ¡y tú también, pero no la escuchas!- le dije sosteniendo su mano áspera de piel morena, con cicatrices plasmadas en toda su palma. Un calor que siempre me rodeaba al tocarlo desaparecía, volteó a verme con la mirada caída, pero yo seguí insistiendo.
Dentro de la campaña se encontraba Lennet, una persona, que a pesar de ser muy atractiva, adentraba su corazón en lo táctico de la batalla. Siempre atenta a cada situación, y muy minimalista en cada aspecto, dispuesta a perfeccionar cada movimiento de guerra fríamente.
-La orden se acerca Haian, pero supongo que podríamos hacer algo poniendo barreras en las entradas del pueblo. No creo que resista mucho la pared de torres, pero es lo menos que podemos hacer mientras emigramos a otra tierra fértil. Aquí ya no hay recursos que explotar- decía seriamente mientras veía el mapa de la zona donde nos encontrábamos. Rodeados de mar, el islote donde estábamos era la madre de los ojos rojos.
-¿Tendremos que entregar a los ojos rojos?- me dijo Yazhar, un hombre de piel negra, ojos azules, que enfatizaban su mirada. Teniendo sólo como cabello, una cola de caballo que llegaba hasta su espalda. Su pecho era marcado por varias cicatrices de la batalla. En ese momento, él estaba cerrando una de sus heridas en su brazo izquierdo.
-No Yaz, pero Leonor quiere abandonar todo- decía mientras veía como cerraba con varias puntadas el gran corte de su brazo.
-¿Y cómo no se va rendir?, es ridícula nuestra causa, no podremos hacer nada por ¬proteger a ésta gente por más tiempo- Me parecía imposible que estuviese diciendo eso, un hombre que presumía su fortaleza corporal por sus historias en las batallas, y ahora huyera de eso. Quizás Lenron y Yazhar tenían razón, por la falta de recursos, pero Lente y yo estábamos dispuestas a levantar el ánimo.
Estaba furiosa por la respuesta de ambos, pero yo quería continuar con la lucha. Lennet salió conmigo con su mapa de operaciones estratégicas.
Lennet siempre llevaba como ropa, unas pequeñas muñequeras metálicas de acero, que siempre le protegían de ataques rápidos de enemigos, jamás se las quitaba, por más peligroso que resultase el dormir con ellas. El usar faldas de diminuto tamaño no era por vanidad, simplemente seguía una tradición de su pueblo; las mujeres utilizaban faldas de pequeño tamaño, descubriendo sólo la pierna izquierda, y la pierna derecha era ocultada por una tela de un color blanco, que llegaba hasta sus tobillos, además, la insignia de su familia era dibujada en la tela. Según contaba ella; en su pueblo, todas las familias tenían una insignia, como identificación, ya que eso serviría para encontrar los cuerpos de los familiares muertos. Ella nació en una época difícil.
-Estoy harta de esto, no soportaré más Haian, debemos evitar que la orden se apodere de más pueblos, no puedo permitirme que sigan- La orden de la rosa terminó con su pueblo, es una de las grandes razones por la que Lennet apoyó con sus conocimientos técnicos. Jamás lo consideró como venganza, ella quería que nadie sufriera la pérdida de sus familias, a causa de una guerra.
-Lennet, todos pierden a sus familiares, todos debemos morir- Lenron se acercaba fríamente con sus palabras, Lennet simplemente lo ignoró y dio un golpe hacia un árbol, a un lado de ella.
-Lenron, no muchos tenemos la fortuna de nacer en un lugar con todas las comodidades. Tampoco se tiene la fortuna de crecer a lado de tus padres- Lennet se alejaba y se adentraba al bosque que empezaba con los límites finales del pueblo, siendo un peligro.
-¡Lennet!, detente, los- interrumpiéndome, Lennet siguió caminando, diciendo saber lo que hacía, claramente dudaba de eso, por la rabia que contenía dentro de ella.
-¿Por qué tenías que decirle eso Lenron?, sabes lo que ella ha sufrido- volteé frustrada, alejándome lo más posible de él. Me dirigí junto a la tropa de muchachos que entregaban su cuerpo y alma en batalla. Muchos de ellos eran los propios ojos rojos, quienes querían preservar su hermoso ecosistema.
-Señorita Haian, estamos agradecidos por sus servicios, es por- antes de que ofrecieran un tributo de sus últimos alimentos de su tierra fértil. Lennet llegó apresurada, con la voz agitada y con el cuerpo cansado, doblando las rodillas de cansancio.
-¡Haian, he encontrado huéspedes!- era una noticia inesperada, inclusive los propios ojos rojos se levantaron impactados, hace tiempo que la palabra “huéspedes” había sido olvidada, por el hecho de que aquellas personas que nombrábamos con esa palabra, habían desaparecido, por lo menos, es lo que pensábamos.
La conmoción llegó hasta la tienda de planeación de ataque, Yazhar se levantó con cara de susto, y a la vez con escalofríos. Lenron pensaba que todo era un juego de Lennet para dar esperanzas.
Lennet comenzó a explicarnos el encuentro con los huéspedes, al parecer eran dos chicas, con una apariencia del otro lado, era completamente impactante, pensábamos que ya era imposible la entrada y la salida de personas. Por primera vez, empezamos a preocuparnos de nuestro tiempo fuera de La barrera líquida.
-Eran dos jóvenes, teniendo quizás entre dieciséis, diecisiete años de edad, mujeres, caminaban juntas con júbilo, ellas aparecieron dentro del bosque, pero tiempo después, desaparecieron de la nada, o quizás no haya puesto atención, pero es cierto- un relato bastante corto y poco convincente, mucho tiempo se había escuchado de gente que aparecía de la nada y luego desaparecía, pero eso se había explicado; muchas partículas de usuarios quedaron ahí, empezando a ocasionar errores visuales, pero no reales. Muchos tenían la respuesta en su mente, pero Lennet negó la idea, y decidió volver a buscar el paradero de las chicas del bosque.
-Te ayudaré- le dije, no quería abandonar a mi amiga en una búsqueda.
-Tenemos un día para encontrarlas Haian- decía decidida, tomando de su cinturón, una carta gris y que lanzó al suelo, invocando a una criatura rojiza completamente del cuerpo, y con armadura metálica que cubría su cuerpo. Venida como hermana de los insectos, una mantis religiosa con pinzas filosas amenazantes, y unas alas en su espalda.
-Scizor ayudará, él también logró verlas. ¡Vamos, debemos encontrarlas!- al momento que dijo eso, el insecto sobrevoló en el suelo disparándose dentro del bosque con un zumbido, desapareciendo de la vista de nosotras.
-¿Cómo eran?, es decir, su ropa, para poderlas identificar- le dije mientras sacaba de mi bolsillo una carta de igual color grisáceo, pero antes de que pudiera invocar, un par de personas se vieron entre los árboles caminando, me pareció muy curioso, para cuando volví la mirada hacia Lennet, ella ya había iniciado su búsqueda.
Barrera Líquida
Cuatro: Cable-link
-¿Dónde se supone que encontraremos un Pokémon Marlee?- escuché mientras me acercaba lentamente a una corteza del árbol, donde podía verlas claramente.
-No lo sé, en la guía no decía nada sobre esto, es decir, ¿dónde está la ciudad?- dijo otra chica. Eran realmente como había dicho Lennet. Una tenía el cabello rubio, alaciado, con ropa ajustada, muy urbana, con botas marrones, y chaleco rosa, haciendo conjunto con la falda del mismo color.
Llevaba demasiados accesorios, como collar, cadenas, además de boina que combinaba con sus botas. Se veía que era chica bien, por comportaba demasiado infantil. De piel blanca con una figura bien cuidada. Lo más destacable son sus ojos esmeralda.
-Sólo a ti se te ocurre venir a estos lugares, bien podríamos estar con los chicos en el café, y decides encerrarnos en un juego- seguía alegando sobre su vida social, me impactaba la manera de cómo hablaban sobre el mundo Pokémon; La barrera líquida. Era inquietante, ellas se dirigían al planeta donde había vivido, como un simple juego.
-Están súper lindos – decía una chica con cabello corto oscuro, con piel igual de deslumbrante que su acompañante, ojos marrones, de blusa blanca mostrando el ombligo. Pantalón azul vaquero, y unos tenis bajos. Ella era la más entusiasmada al adentrarse al bosque, lo cual me impactaba por el hecho que significaba el bosque.
Al mismo tiempo que observaba a los huéspedes, me dediqué a liberar a mi guardián: Noctowl. Una criatura voladora, que expandía sus alas café claro a las copas de los árboles. Los ojos del ave eran un remedio para la búsqueda de guardianes de La orden de la rosa, ya que Noctowl tenía la capacidad de además de tener una percepción psíquica de movimiento, presumía de una vista envidiable entre todos los Pokémon.
-¿Qué es eso?- la chica rubia había mirado hacia mi dirección, lo cual hice que reaccionara rápido y me agachara para ocultarme detrás del tronco del árbol.
-¿Qué cosa Rucci?- poco a poco escuchaba sus voces acercándose a mi posición, por lo tanto decidí arrastrarme, usando el pasto alto como camuflaje.
-Juro que vi algo Marlee, estaba entre los dos árboles.
-Estás loca, se me hace que tú también quieres un Pokémon.
-¿De qué hablas?, acabo de ver algo que no era un Pokémon. Además ya te dije que no estoy interesada con esas cosas, sólo me gustan como se ven.
-Sí claro, estás tan atenta a todo.
-Como quieras, yo digo que nos vayamos, no hay nadie. Tan maleducada ésta gentuza, ni siquiera nos han dado la bienvenida o algo parecido.
Ambas seguían charlando. Yo decidí escabullirme y escuchar su plática, tratando de obtener información sobre El otro lado.
-Es cierto, para éste paso ya nos tuvieron que haber dado un Pokémon como inicio.
-Pues que mal juego Rucci, te juro que en Digimon no sucede nada de esto.
-Marlee, Digimon es un videojuego; Pokémon no es un juego, es realidad virtual, completamente nada que ver.
-Es la misma cosa, nada más que revuelta.
-¡Claro que no!, ¿En Digimon puedes convivir con tus monstruos?, no lo creo. Es por eso que apesta, y no vende- Estaba algo exhausta de ellas, al parecer estaban discutiendo sobre juegos, pero seguía impactada que trataran el mundo donde había crecido como juego. –Además Marlee, los Pokémon si existieron.
-Bueno, basta de eso, ¿quieres?, primero hay que tratar de salir de aquí, después leemos el manual para entenderle a esto- dijo la chica rubia, que tocó un aparato que tenía atado a su muñeca. Después pude ver que su amiga hacía lo mismo para luego perderlas de vista en un rayo azul.
-¡¿Qué?!- grité desesperada, no podía creer que hubieran desaparecido de mis ojos en tan sólo unos segundos. Los casos de visiones de huéspedes jamás habían relatado el caso de conversaciones, por lo tanto era real. Me levanté inmediatamente, para dirigirme al lugar donde se encontraban.
-¿Qué es lo que pasa?, ¿por qué seguimos aquí?- escuché la voz de aquella joven Rucci, al parecer seguían en el bosque, pero en otra dirección. Me puse a su búsqueda. Agradecí que Noctowl regresara de la búsqueda para saber malas noticias, por lo tanto le pedí una última ventura, aunque no fue por mucho, ya que yo misma las encontraría a cercanías de un árbol torcido, justo a unos metros de mí. Rápidamente agachándome al caminar, me detuve para evitar ser vista nuevamente, pero mi Noctowl había sido descubierto unos segundos después.
-¡Mira Marlee, es uno!- dijo Rucci con el ánimo al borde. Su compañera no parecía muy satisfecha, seguía presionando su aparato de la muñeca, pero al parecer no respondía como ella deseaba, por lo tanto empezó su desesperación.
-¡Sácame de aquí Rucci!, ¿Por qué el Blue-Ray no funciona?- me impactó el nombre de su artefacto. Así se llamaba el poder que alimentaba a los Pokémon.
-No lo sé Marlee, pero que hermosa ave, debo tenerla.
-¡Olvídate de eso Rucci!, ¿qué no sabes que no podríamos regresar?- dijo acercándosele a Rucci, tomándola por el cuello de su blusa, para luego gritarle con más fuerza sobre su preocupación, sobre el hecho de permanecer más tiempo dentro de La barrera líquida.
-De acuerdo Marlee, déjame mostrarte que si funciona- dijo Rucci, mientras lentamente, mostrando el Blue-Ray. Poco a poco aquella joven Rucci mostró inquietud al ver que su pequeña máquina no respondía a su llamado, por lo tanto comenzó a aumentar su violencia contra el aparato, que no parecía dar resultados. Yo decidí estar cautiva, pero tenía deseos de preguntar infinidad de cosas sobre El otro lado, si es que esas muchachas habían llegado de ahí.
La tierra seca del bosque se agitaba con una delicadeza que los huéspedes no lo percibían, pero yo tenía la seguridad que eran las tropas de La orden de la rosa. Tenía que actuar, así que me descubrí para levantarme sin apuro, y caminar sin llegar a sorprender a las adolescentes.
-Disculpen, ¿ustedes acaban de llegar?- me acerqué con una pregunta inocente, engañando para mostrar que era una de ellas, pero ambas no entendían como me había presentado y llegado de la nada, por lo tanto se me quedaron viendo quietas con la mirada perdida. Al parecer mi apariencia de invocadora especial las perturbaba.
-¿Tú de dónde vienes?- se dirigió a mí la rubia melodramática Marlee, contesté con algo vano, para disimular, pero ellas seguían bombardeando con preguntas.
-¿A ti también te pasó lo mismo amiga?, es decir, ¿se te trabó tu Blue-Ray?- dijo la inocente Rucci, quien me buscaba aquel aparato que cargaban ambas.
-La verdad, acabo de llegar, por eso les pregunto si ustedes también. Es que estoy sola y me da miedo caminar por éstos sin alguna compañía- les dije tratando de convencer.
-De acuerdo, puedes estar con nosotras. La verdad estamos algo alteradas porque no encontramos el modo de salir de aquí. Se nos descompuso el Blue-Ray, ¿nos podrías ayudar?- dijo Rucci, quien me recibía alegremente, aunque de parte de Marlee no podía decir lo mismo.
- Olvídalo Rucci- decía entre dientes Marlee, quien se alejaba de mí intimidada.
-Por favor Marlee, entre más seamos, podemos contar una situación más rápido- siempre tan optimista Rucci, quien se acercó a mí, preguntando mi nombre, lo cual accedí para amenizar y conocer su historia.
-¡Hey Haian, que bueno que!- se acercaba Lennet con entusiasmo junto a su Scizor. Interrumpió su grito para ver a los huéspedes. Quedó perpleja al verlas y lentamente caminó hacia nosotras.
-¿Eh?, ¿y usted quién es?- preguntaba Marlee a Lennet.
-¡Oh, por Dios, un Scizor!, esto es genial- Rucci entusiasmada, se acercó como un rayo al Scizor de Lennet y rodearlo con su persona, observando su cuerpo.
-¡Pudiste encontrarlas!, bueno, es tiempo para comenzar nuestro plan Haian- me decía mientras me tomaba del hombro. Susurraba lo último para evitar ser escuchada por los huéspedes.
-De acuerdo Lennet, pero antes- al decir eso, no pude terminar ya que Marlee comenzó a debatir.
-¡¿Qué es lo que está pasando?!- gritó a todo pulmón. -¿Quiénes son ustedes?, habías dicho que venías sola, ¿no es así?- dirigiéndose a mí. - ¡Y tú!, ¿crees que no te escuché?, ¿qué planean?
Lennet y yo nos impactamos, pero después reímos un poco para calmar la situación.
-¿Qué es lo que pasa?- decía Marlee. Al parecer Rucci seguía alabando al Scizor, así que ignoraba la plática.
-Es que ya había bastante tiempo que estas tierras no reciben visitas, y más por la situación que se vive ahora- le decía para que entendiera nuestras reacciones.
-Lo entiendo, un juego tan malo.
-¡Qué no es un juego!- se escuchó a Rucci alegando.
-Como sea. ¿Dónde se supone que estamos?- seguía pidiendo respuestas, rápidamente las resolvimos con una simple invitación al cuartel, y al pueblo de los ojos rojos.
La primera reacción que tuvieron, fue sorpresa, el hecho que una cascada les recibiera, para despedir a los frondosos árboles, y volverlos en palmeras adornando el paisaje. La tierra seca con hojas secas adornándole, había sido reemplazada por arena que asombraba por el brillo. Con tono blanco; la arena jugaba con la marea que entraba por la orilla delicadamente.
Al final, el océano eclipsaba con el rayo final del sol. Justo a tiempo para prepararnos y entrar al templo junto con los huéspedes.
-¿Al templo?- decía Rucci, quien no soltaba al guardián de Lennet.
Nos encaminamos dentro del pueblo, donde los ojos rojos dejaron sus acciones para apreciar a los huéspedes. Quedaron atónitos, ya que el modo de vestir de ellas era completamente nuevo para ellos.
-¿Ellas son?- se acercaba Yazhar, quien trataba de evitar de verlas, pero aún él, quien era una persona difícil de sorprender, no dejaba de prestarles atención.
-Así es Yazhar, ¿pero porqué tan tímido?- se burlaba Lennet de él, al probar que tenía razón.
-¿Estás segura que son huéspedes?- dijo Yazhar, siguiendo con su desconfianza, y acercándose con precaución.
-Tu tampoco estás muy seguro- le dije, empujándolo para que saludara a ambas.
-Hola, me llamo- la joven Rucci se intimidaba por el tamaño de Yazhar, su altura y complexión física les asustaba, aunque no tanto como él hacia ella. –Rucci, me llamo Rucci.
-Ehm- tragaba saliva, y volteaba a ver a Lennet constantemente, mientras sus manos le temblaban y daba un paso hacia atrás.
-Oh, eres un chico muy alto y fuerte, ¿cómo te llamas guapo?, me llamo Marlee- ella se acercó sin pausas, quien cautivada por Yazhar. No le quitaba el ojo a su cuerpo. Lennet y yo no parábamos de reír por la actitud seductora de aquella joven.
-No te ilusiones, eres muy joven para él- interrumpía Lennet a Marlee, alejando su mirada, interponiéndose entre ambos.
-De acuerdo, ¿por qué nos trajeron aquí?- Rucci miraba a todos lados del pueblo de los ojos rojos, completamente confundida, se acercó a Yazhar y preguntó sobre la situación. Yazhar le miró frunciendo la ceja, mientras volteaba a ver nuevamente a Lennet, quien simplemente decidió guardar silencio.
-Están aquí porque deben de estar aquí, simplemente, son la razón- Lenron llegó para revelar el plan de Lennet.
Los huéspedes son prácticamente llaves para la paz, La orden de la rosa llevaba tiempo buscando huéspedes, y terminan asesinando pueblos para analizar, la esencia de los huéspedes, ya que todos, según su teoría, tenemos raíces de huéspedes. El hecho de que contáramos con existencia de huéspedes, podía darnos el final con la guerra contra los ojos rojos.
-¿Es lo que has estado viendo durante las semanas pasadas?- dijo Lenron, que no dejaba de observar a los huéspedes. Ellas sentían un aire frío, y cada paso que se acercaba Lenron, les causaba pavor, haciendo que retrocedieran, y se ocultaran tras Yazhar.
-Parece ser que encontraron a su guardián- se burlaba de Yazhar.
-¿Y a dónde debemos llevarlas?- Yazhar seguía intimidado por las chicas, haciendo que se alejara de ellas.
-Estábamos a punto de llevarlas al templo de los ojos rojos, tenemos que pasar la prueba de purificación con ellas, así sabremos si son las personas que estamos buscando- le dije a ambos. Lenron no tenía muy claro lo que le había dicho.
-¿Estás diciendo que no saben si son?- Lenron refiriéndose a su raza: huéspedes.
-Muchos de sus rasgos son similares a los nuestros, pero tienen información peculiar- seguía explicándole, pero él no veía caso.
-Sólo molestaremos a la sacerdotisa. Recuerden que ella es nuestra prioridad- Lenron tuvo que detenerse, ya que la sacerdotisa se acercaría a nosotros, con su belleza radiante.
-Hola Iudia, ¿dormiste bien?- le dije a una más que sacerdotisa; era una amiga.
-Lo siento mucho, perdón- siempre su dulzura cautivaba, era la más joven del grupo, es por eso que decíamos que era nuestra hermana pequeña. Su motivo era el más importante, y nosotros debíamos proteger su existencia, ya que muchos dependíamos de ella. Una hermosa joven de piel morena. Sus ojos eran distintos, el ojo izquierdo era azul marino, y el derecho un violeta intenso. Su cabello era corto, pero con rayos entre castaño y dorados. Por su ofrecimiento a los dioses, debía cubrir desde su torso a sus caderas con vendas blancas, pero mostrando sus brazos. El derecho llevaba un tatuaje con el símbolo de invocación de su familia.
Un chaleco que cerraba con nudos de hilo de oro. La tela de dicho chaleco llevaba símbolos en motivo a los dioses de la invocación.
Una falda violeta con acabados y bordados con flores plasmadas, y un calzado especial de madera, y con talón alto. Siempre cargaba una especie de báculo que llegaba de sus pies a su cabeza. En la punta del báculo tenía un prisma de cristal, el cual catalizaba todas sus invocaciones.
Así, se acercó con una sonrisa, pidiendo disculpas por descansar más de lo debido, pero lo debíamos entender, el día anterior había llevado un problema muy grande sobre sus hombros.
-No te preocupes Iudia, todo está bien- le dije para tranquilizar, pero se había dado cuenta que el día estaba terminando, y el anochecer estaba comenzando.
-Es normal que tus fuerzas hayan requerido dormir más de lo normal, tu cuerpo ayer terminó muy agotado- Lenron era quien le cuidaba con gran atención a Iudia, temía de su vida, ya que cualquier sacerdotisa en esa época tenía fama de homicidio.
-Lo siento mucho, sé que no pudimos avanzar mucho con el entrenamiento- Iudia siempre se sentía culpable de varias cosas, e inclusive la situación que se vivía, por lo tanto, cargaba mucho en sus hombros, llevaba miles de problemas en su mente, pero ella seguía sonriendo.
-Bueno, ya que despertaste, tenemos que presentarte a Rucci y a… Marlee- decía Yazhar, quien no dejaba de sentir miedo por Marlee.
-Mucho gusto, soy Iudia, como habrán escuchado ya. ¿Qué es lo que las ha traído aquí?- decía haciendo una reverencia, muy típica de ella al presentarse.
-En realidad, no lo sabemos- Rucci bastante extrañada.
-Sólo nos trajeron y dijeron que nos llevarían a un templo- terminó Marlee refriéndose a Lennet y a mí.
-Así que es verdad, parece ser que Lenron deberá creer más en las personas- reía Iudia. –Como sea, al parecer tienen un papel muy importante en el grupo, y me siento orgullosa de estar presente para verlas- Iudia parecía confundir más a las chicas, es por eso que Lenron empezó a explicarles un poco sobre su participación en el plan contra La orden de la rosa.
-¿Quiénes son la orden de la rosa?, ¿y porqué nosotras?- decía Marlee, quien no le agradaba la idea de ser parte de una conspiración, para detener a una organización que asesinaba personas por una razón vana.
-¿Cuál razón vana?- Rucci era quien tenía más energía, tenía un espíritu por correr riesgos, y contaba que ella era una amante de la aventura.
-Una cosa es querer, y otra cosa es poder- dijo Lenron, con un pesimismo que en las últimas semanas nos tensaba.
-La manera de saberlo es que actúen- Lennet defendiendo el plan que había diseñado. Justamente en ese momento, uno de los ojos rojos había llegado a nosotros, gritando que había un ataque en la costa, causando un gran alboroto entre todos los habitantes.
-Y ese momento ha llegado- Lennet volteando a ver a sus dos esperanzas, Rucci y Marlee. ¿De verdad eran las personas que necesitábamos?
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Re: Barrera Líquida
Barrera Líquida
Cinco: Fe (Primera Parte)
-La orden de la rosa es una horda que juzgan a las personas por la raza, odio como se atreven a asesinar a cualquiera que se les atraviese, sólo por no pertenecer a su prestigiado número de huéspedes- mi amigo Johac demostraba su poca información al respecto de la tiranía de La orden, era el típico que criticaba tanto al poder de la ley, como al de injusticia. ¿Por qué no hacen algo para detener a los criminales?; así eran los reclamos de él, como de muchos otros que querían respuestas sobre la inseguridad que cargaban.
Estábamos siendo refugiados contra los ataques de La orden de la rosa, quienes estaban muy cerca de nuestra población. Las tierras de los ojos rojos sólo nos separaba un extenso bosque y dos montañas a su lado, curiosamente llamadas: la esperanza y la libertad.
En realidad, La orden de la rosa no era racista, al contrario, le tenía mucho respeto a la cultura de los ojos rojos, he inclusive muchas de sus técnicas de invocación las aprendieron de ellos. Ellos querían hacernos creer que era un conflicto racial, para ocultarnos la verdad sobre los huéspedes.
Mi familia siempre le ha interesado el asunto de La orden de la rosa; es cierto que la orden tiene cierto lado de prejuicios, levantando su ego por ser huéspedes, ¿pero qué involucra ser huésped a una persona normal?, en realidad esa era la búsqueda de intelectuales. Algunas teorías afirmaban el hecho de que los huéspedes tienen contacto con El otro lado. Un tema muy delicado, ya que aquel otro lado, afirman ser la realidad absoluta, y una vez muertos, la conoceremos.
La idea es que los huéspedes nunca mueren, ellos mismos controlan su destino dentro de La barrera líquida, en la que ellos afirman, es sólo un juego.
Un tanto absurdo, es por eso que nadie tomó en serio a La orden de la rosa desde un principio, y ellos para hacer llegar su mensaje, empezaron a atemorizar a cada individuo, incluyendo cada pueblo de invocadores de cada tierra; los ojos rojos son unos de ellos.
Esto sin duda fue un golpe fuerte, ya que cada tierra de invocadores tiene un templo, demostrando su creencia a la doctrina que comparten. La orden de la rosa había golpeado a las religiones de cada una de la Tierra de barrera líquida, pero ni los mismos invocadores podían detener a La orden, algo les impedía contraatacar.
-¿Por qué no hacen nada los padres de la invocación?, ¿qué no ven que estamos en crisis?- seguía reclamando Johac, mientras el grupo de personas que iban frente de nosotros, se nos quedaron viendo con odio en sus ojos.
-No lo hacen porque ellos cuidan de nuestra seguridad, pero sin usar la violencia, recuerda que para los padres, la palabra es el arma más fuerte- al responderle eso a Johac, las personas dejaron de intimidarnos con la mirada.
-¿Quieres que te maten?, todos los que están aquí son creyentes-* le dije a susurros, y golpeándole con el codo.
-¿Oye?, ¿que no se supone que debemos alentar a las personas a actuar?- me decía Johac, quien era uno de los miembros del movimiento que apoyaba; La rosa roja.
-Pero no debes atacar de esa manera, estamos rodeados de ellos, en estos momentos hay que bajar la guardia, además ellos te están salvando la vida- le hacía entender sobre la situación tan precaria. Estábamos caminando con guardias del reino para meternos en protección en la isla que le avecinaba a la tierra de los ojos rojos.
Teníamos que escalar la montaña Esperanza, para luego tomar a los Charizard como transporte.
-¿Aquellas criaturas nos llevaran a La isla?- Johac no le agradaba la idea de montar un Charizard, ya que éstos le atemorizaban, e inclusive, detuvo el paso al escuchar sobre los Charizard.
-No te preocupes, no montarás al Charizard, estarás seguro en la cabina de viaje- le decía mientras le indicaba que siguiera caminando, ya que la fila de personas que teníamos atrás era bastante considerable.
-¿Entonces son Charizard gigantes y salvajes?
-No Johac, son Charizard Ex, son entrenados por el reino, por lo tanto estaremos bien- Aquellos Charizard Ex que le explicaba a Johac no eran sólo enormes, sino que eran bastante mansos con los humanos, ya que cualquiera sabe que un Charizard es un Pokémon agresivo, que puede llegar a asesinar a personas, si es que se sienten ofendidos. Es por eso que ellos viven en las montañas altas. Lo que era preocupante, porque nosotros estábamos* subiendo una.
-¿Eso es la cueva de un Charizard?- decía temblando y tartamudeando Johac, su experiencia con los Charizard explicaba su reacción, pero aquello ya tenía cinco años de sucedido, por lo tanto era un trauma total para el joven Johac.
-No te preocupes Johac, aquí ningún Charizard te quemará el trasero- le decía, burlándome de su desgracia.
-Oye, en verdad no te gustaría que te quemen ahí.
-Yo no ando molestándolos, es obvio que te iba a atacar- le decía mientras pasábamos a un lado de aquel agujero en la corteza de la montaña. Aquella entrada parecía no tener fin, ya que sólo se apreciaba el color negro en totalidad. Muchos afirman que Charizard quema el lugar, dejando que se carbonice la tierra y esté completamente oscura, pero también lo hace para calentar su hogar.
-Están locos- decía mientras no le quitaba la vista al hogar de aquella criatura.
-Como sea- al decir eso, de la cueva salió una llamarada disparada, afortunadamente, las personas pudieron escapar antes del ataque, pero era claro que el Charizard estaba molesto por caminar por su hogar.
-¡Johac, es hora de actuar!- le dije mientras la criatura de color naranja oscurecido, alas que llegaban hasta el suelo, una figura reptil que superaba el tamaño de su cueva. Un color amarillo bastante débil llegaba desde su pecho a su cola. Y una flama ondeante que ardía con fervor, mirando a los hombres y mujeres del pueblo, dispuesto a atacar.
-¿Estás loca?, él es un dragón, ¡mira sus colmillos!, y sus ojos, dan miedo- realmente era intimidante el dragón, pero debíamos hacer algo. Al ver que la participación de Johac no me acompañaría, simplemente saqué dentro de mi manga, una carta blanca que lancé hacia el suelo, liberando una serie de destellos que saltaron de forma aleatoria, y luego formaron una silueta, que después, empezó a mostrar a una criatura de aspecto coral, masa rocosa, mirada de ternura, que al mismo tiempo arrojaba una sonrisa. Sus microalgas, le representaban de color rosado, y manchas blanquecinas.* Sus ramas que le rodeaban, reflejaban brillos del sol escaso, ya que en las montañas, la neblina absorbe la vista, por lo tanto me guiaba de aquellas ramas, para ver los movimientos de Corsola.
Al mirar de frente, se colocó en posición de ataque, plantando bien sus cuatro patas, y arrojando un sonido así imprescindible, que parecía eco de conchas de mar.
-¡Corsola, Poder de la gema!- grité observando cualquier movimiento brusco que realizase el Charizard, pero él seguía muy brusco con la gente, que hice que grité nuevamente para apresurar y evitar desgracias.
Corsola daba saltos para evitar numerosos Lanzallamas, para después enfocarse a Charizard y lanzarle con rayos que salían de las puntas de sus ramas. Aquellos rayos se solidificaron en gemas, que después se dispararon en el cuerpo de Charizard, el cual inmediatamente se tiró al suelo, para ser rodeado de cientos de gemas, para aplastar su cuerpo y detener su reacción violenta.
-¡Perfecto Corsola, ahora, por favor señores, avancen antes de que logre escapar!- avisé a la multitud que se encontraba tras el Charizard sepultado de rocas. A pesar de que les hubiera salvado la vida, muchos de ellos, mientras pasaban a mi lado y se ubicaban con el grupo, empezaron con pestes, y miradas frías. Sabía que no estaban agradecidos, pero tampoco enfadados, sino ofendidos.
-Lo sentimos mucho, pero era una acción de vida o muerte, ¡vayan con los demás que se les han adelantado!- decía Johac, tratando de evitar los murmullos de la gente que avanzaba con rapidez. La cima de la montaña estaba cerca, para detenerse en el pueblo Dorado, el cual sería el punto de encuentro con los Charizard Ex, quienes nos alejarían de la situación de los ojos rojos.
-Que imprudente muchachita, ¿qué piensas que haces?- se acercó un caballero del reino, quien al igual que todos, vestían de armadura de un metálico brillo, que ocupaba tanto su torso, como sus hombros, muñequeras, desde las rodillas hasta sus pies envueltos en metal.
Lo demás, era oculto de una tela negra, que igualmente, encima de ella era envuelta de una cascada de cadenas. Su rostro estaba oculto por un casco guerrero de igual metal, exceptuando sus ojos y su boca. Encima de aquel caso, justo desde la frente hasta la nuca le rodeaba una fina hoja metálica muy delgada.
Aquel hombre acercándose y volteándome violentamente para darme una cachetada, lo cual, gracias a su estado envuelto de metal, me hizo caer. Inmediatamente Johac se acercó al caballero para preguntar sobre su acción, pero al caballero no le intimidaba la apariencia campesina de Johac.
Johac con una camisa de tela amarilla con detalles realizados con paja. Su pantalón blanco y su calzado estaban desgastados, descubría sus pies al igual que todos los de su pueblo, junto al pantalón rasgado desde la cintura y amarrado con un simple listón rojo.
A pesar de la situación que presentaba* Johac, que con su cara sin lavar no ocultaba sus ojos azules claros.* Su modo humilde no convenció al caballero y nos tomó de las manos para dirigirnos con el grupo, que ya se estaban acercando a las entradas del pueblo.
-¿Pero por qué lo hace?, ¡les acabamos de salvar la vida!- le reclamé al caballero, quien sostenía mi muñeca más fuerte una vez que le empezaba a gritar.
-Lo que hiciste está prohibido, las invocaciones son sólo para los hermanos de las sacerdotisas, y sin el consentimiento de una, no puedes utilizarlas.
-¿Está usted loco?, ¿qué hubiera pasado si mi amiga no salvara su pellejo?- dijo Johac. Corsola nos seguía con la mirada baja, lo cual parecía sentir algo de culpa por lo ocurrido.
-No te preocupes Corsola, no es tu culpa- le dije, pero el caballero notó a Corsola. Rápidamente me ordenó desaparecer a Corsola, lo cual accedí, sin antes calmar un poco a Corsola por su tristeza.
Una vez llegando con la multitud de personas del pueblo de Johac, nos recibieron con pestes hacia nosotros, e inclusive nos empezaron a arrojar rocas del suelo, la cual una logró darme en la cabeza, pero sin ningún peligro.
Johac se interpuso entre la gente* para evitar más insultos. Curiosamente los caballeros del reino, quienes dirigirían los Charizard Ex no hacían nada por la agresión. Yo simplemente quedé en silencio, realmente tenía muchas esperanzas de reunirme con los del grupo La rosa roja, donde nos llegaríamos a ver en aquella isla.
-Ustedes violaron a la sagrada inquisición, merecen ser castigados- se acercó un anciano, señalándonos, miró a la gente pidiendo respuesta de su propuesta. Inmediatamente una ola de gritos y malos entendidos se dejaron oír, pero todos querían juzgarnos.
-Tenías razón, ellos sí que son creyentes, ¿qué hacemos ahora?- se acercaba a mí Johac, quien esperaba una solución, pero la respuesta concebía volver a violar y ofender a los pueblerinos, pero no importó ya que nosotros no teníamos ninguna fe asegurada a sus creencias, así que nuevamente saqué de mi manga una carta blanca, ésta vez utilizaría a mi nuevo guardián.
-¡Vamos Charizard!, ¡aléjalos!- una vez liberado el monstruo dragonario, la gente empezó a retroceder, lo cual hizo que los caballeros del reino respondieran y nos sacaran de la entrada del pueblo Dorado a punta de lanzas.
-¿Cómo fue que?- sorprendido estaba Johac por tener a un Charizard de nuestro lado. -¿Cuándo lo hiciste?- seguía impactado mientras hacíamos una elegante retirada, con nuestro Charizard, montándolo, mientras tanto, nos empezábamos a elevar, la gente comenzó a cambiar su actitud a una más agresiva, y continuó lanzando lo que tenía a la mano, pero un rugido del dragón hizo callar a la muchedumbre, y los caballeros comenzaron a soltar a los Charizard Ex, para nuestra captura.
-¡Oh, no puede ser esto!- decía mientras veía a esas criaturas que eran el triple del tamaño del Charizard que estábamos montando.
-¿Qué comen esas cosas para estar así?- mencionó Johac, quien temblaba de miedo al ver la altura que estábamos alcanzando.
El viento se hacía presuroso, y los temporales comenzaban a atacar antes que los Charizard gigantes lo hicieran. Empezamos a volar en círculos para perdernos entre la niebla a los Charizard, pero el aire venturoso nos hacía bajar ya que aquellos vendavales* forzaban a la llama del Charizard, lo cual arriesgaría su vida.
-Son tres, ¿crees que podamos?- se agarraba fuertemente de mi chaleco Johac, mientras yo estaba sintiendo los siniestros vértigos del subir y bajar de la gravedad. Me tomé fuertemente de la piel escamosa del Charizard ya que tendríamos que hacer un corte y bajar sin detenernos.
Los escalofríos se hacían venir, empecé a cerrar los ojos ya que la caída era muy fugaz, en cierto momento sentí que la respiración se iba, pero al ver todo el bosque de los ojos rojos desde arriba, me alentaron para seguir adelante, y pedirle a Charizard que se introdujera en aquel bosque.
Las figuras de los Charizard Ex se habían perdido, pero me sorprendía el hecho de que semejantes criaturas pudieran perdernos de vista, así que son un giro vertiginoso logramos adentrarnos al bosque, llegando a ser rozados* con algunas ramas y hojas de árboles. Un golpe del tronco haría impactarse a nuestro Charizard y frenar el viaje para caer, tirar un árbol saliendo Charizard el herido.
-Me dijiste que no montaría ningún Charizard- me dijo Johac, quien se levantaba con un tronco que le atravesaba el lado izquierdo de su abdomen, inmediatamente él tomó con valentía el pedazo de tronco y lo sacó de su cuerpo con un grito ensordecedor. Rápidamente toqué su herida y empecé a invocar un hechizo para cerrar su herida. Al poco rato y con un resplandor oscuro, le dejó una corta cicatriz, pero cerró su abertura y detuvo la hemorragia.
-¿Cómo hiciste eso?-* preguntaba Johac, quien estaba sorprendido de una de las habilidades que mi madre me había heredado.
-Es una práctica que mi madre hacía, era curandera, tiempo después ella se volvió sacerdotisa, te lo había contado, ¿lo olvidaste?
-No es eso, es que jamás te había visto hacerlo, pero sí recuerdo que lo habías mencionado- me decía Johac, mientras parecía buscando algo, mirando a todos lados.
-El Charizard está en libertad ahora, así que ya habrá alzado el vuelo- le dije respondiendo su búsqueda.
-Ah, vaya que capturaste rápido a Charizard para hacerlo tu guardián.
-Sí, pero ahora no tenemos guardines, excepto Corsola, que dudo que tenga energía para más altercados.
-¿A qué te refieres con altercados?, ¿crees que nos seguirán después de todo eso?- seguía mirando al cielo Johac, quien buscaba las figuras de los dragones de gran tamaño, pero las copas de los árboles ocultaban el cielo.
-Yo creo que siguen buscándonos, pero por el hecho de la gente de tu pueblo, seguro sólo nos ahuyentaron, pero tenlo por seguro, nos tienen en la mira, ahora deberemos tener precaución al llegar a la isla, por ser prófugos- mientras le decía eso, unos sonidos de pasos entre el paso se escucharon alrededor de nosotros, lo cual, inmediatamente nos preparamos para cualquier problema.
-Son ellos, al parecer sí nos siguieron- decía Johac que estaba petrificado por que los pasos se hacían más evidentes.
-No son ellos. Tenemos que correr Johac, creo que son- le decía a Johac en voz baja, pero inmediatamente que dije eso, empezaron a salir pequeñas espinas que se quedaron clavadas en el tronco del árbol que teníamos detrás.
-Ya nos vieron Johac, afortunadamente fallaron, esto es el ataque de un guardián, querían envenenarnos- le dije mientras le tomé de la mano y corríamos para escapar del ataque.
El ataque de aquellas espinas se hacía con más frecuencia, y los golpes con los tronco avisaban que el enemigo estaba en diversas direcciones, y su número era extenso.
Era difícil correr con el denso pasto, ya que en ciertos momentos, se hundía, o en otros había lodo, lo cual nos detenía.
Tropezando con varias raíces de los árboles, logramos evadir los ataques de espinas, pero sabíamos que estábamos en tierra peligrosa, ya que el bosque terminaba y daba el inicio a aquel pueblo de los ojos rojos, curiosamente sólo podíamos apreciar el oleaje de las olas. La tranquilidad se presentaba, pero era muy extraño que hasta el viento entre las palmeras se puedan escuchar.
-Está muy silencioso- le dije a Johac, quien estaba exhausto y se sentó en la arena, bajo una palmera.
-Deberíamos descansar, ¿no crees?, hemos estado subiendo y bajando, en el cielo, corriendo en el bosque, ¿qué nos falta ya?- se quejaba Johac, mientras yo trataba de buscar alguno de los ojos rojos, pero pensaba que ya habían sido capturados por La orden de la rosa, por la bienvenida que habíamos recibido nosotros.
-¿Estás loco?, estamos justamente en la zona donde hay disuta, si nos quedamos, seguramente nos capturarán los de La orden, y si es así, podrían obtener una de las semillas. Olvídalo, necesitamos ir con La rosa roja a entregar la semilla tercera.
-De acuerdo, pero… ¿escuchaste eso?
-¿Qué cosa Johac?
-Están gritando, ¿no los oyes?, son ellos, los ojos locos.
-Son los ojos rojos, no locos… ¿y dónde los escuchas?
-Sígueme- Ahora yo era quien estaba detrás de Johac, pasamos toda la costa del lugar, empezando a llegar a unas viviendas hechas de madera húmeda, con ciertas algas que le rodeaban. Muchas tenían como palmeras estructura principal. Teniendo escaleras rodeando a las palmeras, en la cima había en forma cuadrada,* casas que estaban impresionantemente hechas de arena, con adornos de corales, igualmente con algas colocadas al azar, en medio de aquellas casas colgadas, estaban estatuas a Pokémon marítimos, hechos completamente de barro. Había vasijas decorativas en todos lados, como mi padre me contaba, era un centro turístico, con toques de cultura, todo tenía un diseño arquitectónico tan perfecto, que hacían creer que era una fantasía.
Cinco: Fe (Primera Parte)
-La orden de la rosa es una horda que juzgan a las personas por la raza, odio como se atreven a asesinar a cualquiera que se les atraviese, sólo por no pertenecer a su prestigiado número de huéspedes- mi amigo Johac demostraba su poca información al respecto de la tiranía de La orden, era el típico que criticaba tanto al poder de la ley, como al de injusticia. ¿Por qué no hacen algo para detener a los criminales?; así eran los reclamos de él, como de muchos otros que querían respuestas sobre la inseguridad que cargaban.
Estábamos siendo refugiados contra los ataques de La orden de la rosa, quienes estaban muy cerca de nuestra población. Las tierras de los ojos rojos sólo nos separaba un extenso bosque y dos montañas a su lado, curiosamente llamadas: la esperanza y la libertad.
En realidad, La orden de la rosa no era racista, al contrario, le tenía mucho respeto a la cultura de los ojos rojos, he inclusive muchas de sus técnicas de invocación las aprendieron de ellos. Ellos querían hacernos creer que era un conflicto racial, para ocultarnos la verdad sobre los huéspedes.
Mi familia siempre le ha interesado el asunto de La orden de la rosa; es cierto que la orden tiene cierto lado de prejuicios, levantando su ego por ser huéspedes, ¿pero qué involucra ser huésped a una persona normal?, en realidad esa era la búsqueda de intelectuales. Algunas teorías afirmaban el hecho de que los huéspedes tienen contacto con El otro lado. Un tema muy delicado, ya que aquel otro lado, afirman ser la realidad absoluta, y una vez muertos, la conoceremos.
La idea es que los huéspedes nunca mueren, ellos mismos controlan su destino dentro de La barrera líquida, en la que ellos afirman, es sólo un juego.
Un tanto absurdo, es por eso que nadie tomó en serio a La orden de la rosa desde un principio, y ellos para hacer llegar su mensaje, empezaron a atemorizar a cada individuo, incluyendo cada pueblo de invocadores de cada tierra; los ojos rojos son unos de ellos.
Esto sin duda fue un golpe fuerte, ya que cada tierra de invocadores tiene un templo, demostrando su creencia a la doctrina que comparten. La orden de la rosa había golpeado a las religiones de cada una de la Tierra de barrera líquida, pero ni los mismos invocadores podían detener a La orden, algo les impedía contraatacar.
-¿Por qué no hacen nada los padres de la invocación?, ¿qué no ven que estamos en crisis?- seguía reclamando Johac, mientras el grupo de personas que iban frente de nosotros, se nos quedaron viendo con odio en sus ojos.
-No lo hacen porque ellos cuidan de nuestra seguridad, pero sin usar la violencia, recuerda que para los padres, la palabra es el arma más fuerte- al responderle eso a Johac, las personas dejaron de intimidarnos con la mirada.
-¿Quieres que te maten?, todos los que están aquí son creyentes-* le dije a susurros, y golpeándole con el codo.
-¿Oye?, ¿que no se supone que debemos alentar a las personas a actuar?- me decía Johac, quien era uno de los miembros del movimiento que apoyaba; La rosa roja.
-Pero no debes atacar de esa manera, estamos rodeados de ellos, en estos momentos hay que bajar la guardia, además ellos te están salvando la vida- le hacía entender sobre la situación tan precaria. Estábamos caminando con guardias del reino para meternos en protección en la isla que le avecinaba a la tierra de los ojos rojos.
Teníamos que escalar la montaña Esperanza, para luego tomar a los Charizard como transporte.
-¿Aquellas criaturas nos llevaran a La isla?- Johac no le agradaba la idea de montar un Charizard, ya que éstos le atemorizaban, e inclusive, detuvo el paso al escuchar sobre los Charizard.
-No te preocupes, no montarás al Charizard, estarás seguro en la cabina de viaje- le decía mientras le indicaba que siguiera caminando, ya que la fila de personas que teníamos atrás era bastante considerable.
-¿Entonces son Charizard gigantes y salvajes?
-No Johac, son Charizard Ex, son entrenados por el reino, por lo tanto estaremos bien- Aquellos Charizard Ex que le explicaba a Johac no eran sólo enormes, sino que eran bastante mansos con los humanos, ya que cualquiera sabe que un Charizard es un Pokémon agresivo, que puede llegar a asesinar a personas, si es que se sienten ofendidos. Es por eso que ellos viven en las montañas altas. Lo que era preocupante, porque nosotros estábamos* subiendo una.
-¿Eso es la cueva de un Charizard?- decía temblando y tartamudeando Johac, su experiencia con los Charizard explicaba su reacción, pero aquello ya tenía cinco años de sucedido, por lo tanto era un trauma total para el joven Johac.
-No te preocupes Johac, aquí ningún Charizard te quemará el trasero- le decía, burlándome de su desgracia.
-Oye, en verdad no te gustaría que te quemen ahí.
-Yo no ando molestándolos, es obvio que te iba a atacar- le decía mientras pasábamos a un lado de aquel agujero en la corteza de la montaña. Aquella entrada parecía no tener fin, ya que sólo se apreciaba el color negro en totalidad. Muchos afirman que Charizard quema el lugar, dejando que se carbonice la tierra y esté completamente oscura, pero también lo hace para calentar su hogar.
-Están locos- decía mientras no le quitaba la vista al hogar de aquella criatura.
-Como sea- al decir eso, de la cueva salió una llamarada disparada, afortunadamente, las personas pudieron escapar antes del ataque, pero era claro que el Charizard estaba molesto por caminar por su hogar.
-¡Johac, es hora de actuar!- le dije mientras la criatura de color naranja oscurecido, alas que llegaban hasta el suelo, una figura reptil que superaba el tamaño de su cueva. Un color amarillo bastante débil llegaba desde su pecho a su cola. Y una flama ondeante que ardía con fervor, mirando a los hombres y mujeres del pueblo, dispuesto a atacar.
-¿Estás loca?, él es un dragón, ¡mira sus colmillos!, y sus ojos, dan miedo- realmente era intimidante el dragón, pero debíamos hacer algo. Al ver que la participación de Johac no me acompañaría, simplemente saqué dentro de mi manga, una carta blanca que lancé hacia el suelo, liberando una serie de destellos que saltaron de forma aleatoria, y luego formaron una silueta, que después, empezó a mostrar a una criatura de aspecto coral, masa rocosa, mirada de ternura, que al mismo tiempo arrojaba una sonrisa. Sus microalgas, le representaban de color rosado, y manchas blanquecinas.* Sus ramas que le rodeaban, reflejaban brillos del sol escaso, ya que en las montañas, la neblina absorbe la vista, por lo tanto me guiaba de aquellas ramas, para ver los movimientos de Corsola.
Al mirar de frente, se colocó en posición de ataque, plantando bien sus cuatro patas, y arrojando un sonido así imprescindible, que parecía eco de conchas de mar.
-¡Corsola, Poder de la gema!- grité observando cualquier movimiento brusco que realizase el Charizard, pero él seguía muy brusco con la gente, que hice que grité nuevamente para apresurar y evitar desgracias.
Corsola daba saltos para evitar numerosos Lanzallamas, para después enfocarse a Charizard y lanzarle con rayos que salían de las puntas de sus ramas. Aquellos rayos se solidificaron en gemas, que después se dispararon en el cuerpo de Charizard, el cual inmediatamente se tiró al suelo, para ser rodeado de cientos de gemas, para aplastar su cuerpo y detener su reacción violenta.
-¡Perfecto Corsola, ahora, por favor señores, avancen antes de que logre escapar!- avisé a la multitud que se encontraba tras el Charizard sepultado de rocas. A pesar de que les hubiera salvado la vida, muchos de ellos, mientras pasaban a mi lado y se ubicaban con el grupo, empezaron con pestes, y miradas frías. Sabía que no estaban agradecidos, pero tampoco enfadados, sino ofendidos.
-Lo sentimos mucho, pero era una acción de vida o muerte, ¡vayan con los demás que se les han adelantado!- decía Johac, tratando de evitar los murmullos de la gente que avanzaba con rapidez. La cima de la montaña estaba cerca, para detenerse en el pueblo Dorado, el cual sería el punto de encuentro con los Charizard Ex, quienes nos alejarían de la situación de los ojos rojos.
-Que imprudente muchachita, ¿qué piensas que haces?- se acercó un caballero del reino, quien al igual que todos, vestían de armadura de un metálico brillo, que ocupaba tanto su torso, como sus hombros, muñequeras, desde las rodillas hasta sus pies envueltos en metal.
Lo demás, era oculto de una tela negra, que igualmente, encima de ella era envuelta de una cascada de cadenas. Su rostro estaba oculto por un casco guerrero de igual metal, exceptuando sus ojos y su boca. Encima de aquel caso, justo desde la frente hasta la nuca le rodeaba una fina hoja metálica muy delgada.
Aquel hombre acercándose y volteándome violentamente para darme una cachetada, lo cual, gracias a su estado envuelto de metal, me hizo caer. Inmediatamente Johac se acercó al caballero para preguntar sobre su acción, pero al caballero no le intimidaba la apariencia campesina de Johac.
Johac con una camisa de tela amarilla con detalles realizados con paja. Su pantalón blanco y su calzado estaban desgastados, descubría sus pies al igual que todos los de su pueblo, junto al pantalón rasgado desde la cintura y amarrado con un simple listón rojo.
A pesar de la situación que presentaba* Johac, que con su cara sin lavar no ocultaba sus ojos azules claros.* Su modo humilde no convenció al caballero y nos tomó de las manos para dirigirnos con el grupo, que ya se estaban acercando a las entradas del pueblo.
-¿Pero por qué lo hace?, ¡les acabamos de salvar la vida!- le reclamé al caballero, quien sostenía mi muñeca más fuerte una vez que le empezaba a gritar.
-Lo que hiciste está prohibido, las invocaciones son sólo para los hermanos de las sacerdotisas, y sin el consentimiento de una, no puedes utilizarlas.
-¿Está usted loco?, ¿qué hubiera pasado si mi amiga no salvara su pellejo?- dijo Johac. Corsola nos seguía con la mirada baja, lo cual parecía sentir algo de culpa por lo ocurrido.
-No te preocupes Corsola, no es tu culpa- le dije, pero el caballero notó a Corsola. Rápidamente me ordenó desaparecer a Corsola, lo cual accedí, sin antes calmar un poco a Corsola por su tristeza.
Una vez llegando con la multitud de personas del pueblo de Johac, nos recibieron con pestes hacia nosotros, e inclusive nos empezaron a arrojar rocas del suelo, la cual una logró darme en la cabeza, pero sin ningún peligro.
Johac se interpuso entre la gente* para evitar más insultos. Curiosamente los caballeros del reino, quienes dirigirían los Charizard Ex no hacían nada por la agresión. Yo simplemente quedé en silencio, realmente tenía muchas esperanzas de reunirme con los del grupo La rosa roja, donde nos llegaríamos a ver en aquella isla.
-Ustedes violaron a la sagrada inquisición, merecen ser castigados- se acercó un anciano, señalándonos, miró a la gente pidiendo respuesta de su propuesta. Inmediatamente una ola de gritos y malos entendidos se dejaron oír, pero todos querían juzgarnos.
-Tenías razón, ellos sí que son creyentes, ¿qué hacemos ahora?- se acercaba a mí Johac, quien esperaba una solución, pero la respuesta concebía volver a violar y ofender a los pueblerinos, pero no importó ya que nosotros no teníamos ninguna fe asegurada a sus creencias, así que nuevamente saqué de mi manga una carta blanca, ésta vez utilizaría a mi nuevo guardián.
-¡Vamos Charizard!, ¡aléjalos!- una vez liberado el monstruo dragonario, la gente empezó a retroceder, lo cual hizo que los caballeros del reino respondieran y nos sacaran de la entrada del pueblo Dorado a punta de lanzas.
-¿Cómo fue que?- sorprendido estaba Johac por tener a un Charizard de nuestro lado. -¿Cuándo lo hiciste?- seguía impactado mientras hacíamos una elegante retirada, con nuestro Charizard, montándolo, mientras tanto, nos empezábamos a elevar, la gente comenzó a cambiar su actitud a una más agresiva, y continuó lanzando lo que tenía a la mano, pero un rugido del dragón hizo callar a la muchedumbre, y los caballeros comenzaron a soltar a los Charizard Ex, para nuestra captura.
-¡Oh, no puede ser esto!- decía mientras veía a esas criaturas que eran el triple del tamaño del Charizard que estábamos montando.
-¿Qué comen esas cosas para estar así?- mencionó Johac, quien temblaba de miedo al ver la altura que estábamos alcanzando.
El viento se hacía presuroso, y los temporales comenzaban a atacar antes que los Charizard gigantes lo hicieran. Empezamos a volar en círculos para perdernos entre la niebla a los Charizard, pero el aire venturoso nos hacía bajar ya que aquellos vendavales* forzaban a la llama del Charizard, lo cual arriesgaría su vida.
-Son tres, ¿crees que podamos?- se agarraba fuertemente de mi chaleco Johac, mientras yo estaba sintiendo los siniestros vértigos del subir y bajar de la gravedad. Me tomé fuertemente de la piel escamosa del Charizard ya que tendríamos que hacer un corte y bajar sin detenernos.
Los escalofríos se hacían venir, empecé a cerrar los ojos ya que la caída era muy fugaz, en cierto momento sentí que la respiración se iba, pero al ver todo el bosque de los ojos rojos desde arriba, me alentaron para seguir adelante, y pedirle a Charizard que se introdujera en aquel bosque.
Las figuras de los Charizard Ex se habían perdido, pero me sorprendía el hecho de que semejantes criaturas pudieran perdernos de vista, así que son un giro vertiginoso logramos adentrarnos al bosque, llegando a ser rozados* con algunas ramas y hojas de árboles. Un golpe del tronco haría impactarse a nuestro Charizard y frenar el viaje para caer, tirar un árbol saliendo Charizard el herido.
-Me dijiste que no montaría ningún Charizard- me dijo Johac, quien se levantaba con un tronco que le atravesaba el lado izquierdo de su abdomen, inmediatamente él tomó con valentía el pedazo de tronco y lo sacó de su cuerpo con un grito ensordecedor. Rápidamente toqué su herida y empecé a invocar un hechizo para cerrar su herida. Al poco rato y con un resplandor oscuro, le dejó una corta cicatriz, pero cerró su abertura y detuvo la hemorragia.
-¿Cómo hiciste eso?-* preguntaba Johac, quien estaba sorprendido de una de las habilidades que mi madre me había heredado.
-Es una práctica que mi madre hacía, era curandera, tiempo después ella se volvió sacerdotisa, te lo había contado, ¿lo olvidaste?
-No es eso, es que jamás te había visto hacerlo, pero sí recuerdo que lo habías mencionado- me decía Johac, mientras parecía buscando algo, mirando a todos lados.
-El Charizard está en libertad ahora, así que ya habrá alzado el vuelo- le dije respondiendo su búsqueda.
-Ah, vaya que capturaste rápido a Charizard para hacerlo tu guardián.
-Sí, pero ahora no tenemos guardines, excepto Corsola, que dudo que tenga energía para más altercados.
-¿A qué te refieres con altercados?, ¿crees que nos seguirán después de todo eso?- seguía mirando al cielo Johac, quien buscaba las figuras de los dragones de gran tamaño, pero las copas de los árboles ocultaban el cielo.
-Yo creo que siguen buscándonos, pero por el hecho de la gente de tu pueblo, seguro sólo nos ahuyentaron, pero tenlo por seguro, nos tienen en la mira, ahora deberemos tener precaución al llegar a la isla, por ser prófugos- mientras le decía eso, unos sonidos de pasos entre el paso se escucharon alrededor de nosotros, lo cual, inmediatamente nos preparamos para cualquier problema.
-Son ellos, al parecer sí nos siguieron- decía Johac que estaba petrificado por que los pasos se hacían más evidentes.
-No son ellos. Tenemos que correr Johac, creo que son- le decía a Johac en voz baja, pero inmediatamente que dije eso, empezaron a salir pequeñas espinas que se quedaron clavadas en el tronco del árbol que teníamos detrás.
-Ya nos vieron Johac, afortunadamente fallaron, esto es el ataque de un guardián, querían envenenarnos- le dije mientras le tomé de la mano y corríamos para escapar del ataque.
El ataque de aquellas espinas se hacía con más frecuencia, y los golpes con los tronco avisaban que el enemigo estaba en diversas direcciones, y su número era extenso.
Era difícil correr con el denso pasto, ya que en ciertos momentos, se hundía, o en otros había lodo, lo cual nos detenía.
Tropezando con varias raíces de los árboles, logramos evadir los ataques de espinas, pero sabíamos que estábamos en tierra peligrosa, ya que el bosque terminaba y daba el inicio a aquel pueblo de los ojos rojos, curiosamente sólo podíamos apreciar el oleaje de las olas. La tranquilidad se presentaba, pero era muy extraño que hasta el viento entre las palmeras se puedan escuchar.
-Está muy silencioso- le dije a Johac, quien estaba exhausto y se sentó en la arena, bajo una palmera.
-Deberíamos descansar, ¿no crees?, hemos estado subiendo y bajando, en el cielo, corriendo en el bosque, ¿qué nos falta ya?- se quejaba Johac, mientras yo trataba de buscar alguno de los ojos rojos, pero pensaba que ya habían sido capturados por La orden de la rosa, por la bienvenida que habíamos recibido nosotros.
-¿Estás loco?, estamos justamente en la zona donde hay disuta, si nos quedamos, seguramente nos capturarán los de La orden, y si es así, podrían obtener una de las semillas. Olvídalo, necesitamos ir con La rosa roja a entregar la semilla tercera.
-De acuerdo, pero… ¿escuchaste eso?
-¿Qué cosa Johac?
-Están gritando, ¿no los oyes?, son ellos, los ojos locos.
-Son los ojos rojos, no locos… ¿y dónde los escuchas?
-Sígueme- Ahora yo era quien estaba detrás de Johac, pasamos toda la costa del lugar, empezando a llegar a unas viviendas hechas de madera húmeda, con ciertas algas que le rodeaban. Muchas tenían como palmeras estructura principal. Teniendo escaleras rodeando a las palmeras, en la cima había en forma cuadrada,* casas que estaban impresionantemente hechas de arena, con adornos de corales, igualmente con algas colocadas al azar, en medio de aquellas casas colgadas, estaban estatuas a Pokémon marítimos, hechos completamente de barro. Había vasijas decorativas en todos lados, como mi padre me contaba, era un centro turístico, con toques de cultura, todo tenía un diseño arquitectónico tan perfecto, que hacían creer que era una fantasía.