Misión #01: Presentación y una nueva amiga
"Un hermano puede no ser un amigo, pero un amigo será siempre un hermano" Benjamin Franklin (1706-1790) Estadista y científico estadounidense.
Era una noche particularmente hermosa, con una luna llena que se alzaba lejana en el cielo teñido de negro, de luto como todas las noches por esas muertes de inocentes en manos de los detestables seres que mi familia siempre se encarga de exterminar y que tantas pérdidas nos han causado. Un hecho que siempre me llamó la atención era el amanecer, que marcaba el fin de la cacería de los malditos nosferatus, con el sol que inundaba del color rojo todo el cielo, recordando la sangre que seguramente se había perdido esa noche. Noche, precisamente la palabra que más asusta en este maldita ciudad, por que la oscuridad traía consigo a los vampiros, licántropos y todos los demonios que el antiguo folklore se encargaba de recopilar, para asustar a los niños y ahora quitarle el sueño a más de un adulto. Pero no a los del maldito Vaticano, donde las personas duermen tranquilamente, pero me encantaría decir lo mismo de acá, esta maldita ciudad-campo de batalla que recordaba a esa Stanlingrado de las viejas guerras que narran los libros de historia. Todos sus habitantes condenados a vivir este tormento solo por nacer aquí, en medio de la frontera entre el Vaticano y el lado oscuro, como si los de la Iglesia fueran unos santos. No sé quién fue el idiota que se le ocurrió ese nombre, pero creo que sería mejor denominarlo el infierno, territorio donde habitan licántropos, vampiros y todos los demonios de tus pesadillas, aunque la frontera entre estas y la realidad es cada vez más confusa. Debo admitir que creo en Dios, pero también creo que se emborracho después de jugar a las cartas con Alá, Buda y Bogo y se olvidó de este pequeño planeta. Y le tengo más bronca a ese maldito Vaticano, dominado por un Papa joven que no puede tomar una maldita decisión y que sólo es un títere dirigido por un par de arzobispos corruptos que la última vez que mandaron un cruzado/paladín por estos lugares fue hace cinco años, sólo para obligarnos a permanecer aquí a unos cuantos para no perder esta ciudad, a pesar que cada vez somos cazados como simples liebres. ¿Dónde estuvo Dios cuando todas esas malditas personas murieron? ¿Dónde estuvo cuando vi morir a mi madre, mientras un vampiro bebía toda la sangre de su cuerpo y violaban su cadáver? ¿Lo peor, dónde estuvo mi padre esa noche?
Pero después de ese traumático hecho, puedo decir que de verdad encontré a mi verdadera familia. Como era natural, después de la masacre huí de mi casa, más bien huí del último familiar que me quedaba vivo, mí querido padre. Debo decir que desde ese día a mis 8 años nunca más lo volví a ver, pero tampoco él me busco…Pero tuve la suerte de encontrar al Padre Daniel, si no hubiera sido por su oportuna intervención seguramente habría muerto esa misma noche. Me acogió en su orfanato, me crió y me educo como a todos (y junto a otros, nos educo en cosas muy útiles como asesinar demonios) y es lo más cercano a un padre que alguna vez tuve, de hecho creo que el mutuo cariño que nos tenemos es lo más cercano al amor fraternal que pude experimentar. Tengo que reconocer que él es un verdadero ejemplo de vida en este caos, ya que es el único párroco de esta ciudad y él único que se dedica a exterminarlos por motus propia, ya que el Vaticano se olvido de él desde que abrió su orfanato hace ya casi 25 años...Junto a él y a otros chicos nos dedicamos a lo normal, como rescatar niños huérfanos (cuyo número esta creciendo alarmadamente), ampliar el orfanato, cultivar nuestros alimentos y cazar demonios, lo normal. La verdad es que sus habilidades como pistolero son excepcionales, cuando se dedica a cazar es muy diferente a ese cura amable y bondadoso que canta salmos con los niños el domingo a la mañana.
Toc Toc, alguien llama a mi puerta.
-Levántate hermano, es hora de cazar.-dijo Alex, un joven de 19 años, huérfano como todos y con el pelo un poco largo, además de algo de barba. Tenemos la costumbre de llamarnos hermanos entre todos nosotros, ya que nuestras respectivas famitas fueron asesinadas por diversos monstruos y crecimos todos juntos.
-Allí voy, hazme el favor de prepararme las cosas, por favor.-le dije mientras me cambiaba el pijama que tuve toda la tarde.- ¿Están todos ahí abajo?-le pregunte.
-Si, y hazme el favor de prepararte TÚ una vez TUS ARMAS, sabías que hoy íbamos a salir.-contestó malhumorado mientras bajaba por las escaleras.
No voy a negar que sea el primero en ir a matar en las noches, pero es muy tedioso preparar las armas en ese tiempo valioso donde puedo dormir, ya que a diferencia de los monstruos o de mis demás compañeros, yo no tengo una gran resistencia al insomnio. Al salir de lo que la gente normal llamaría habitación (o en palabras de la hermosa de Ana “una boca de lobo”), bajo por las escaleras y observo en la mesa mis dos fieles Mauser C69 modificadas con el cañon alargado y mi fiel cuchillo de combate (bah, todos tenemos uno pero soy el que lo tuve que usar más veces por quedarme sin balas y él mío es el más bonito) de plata bendecida, como las balas ya que las de plomo no daña a los hombres lobo o vampiros. La verdad me pregunto cómo hace Al para conseguir tantas armas o las municiones, pero es la ventaja de tener un joven que conoce el bajo mundo.
-Buen día bella durmiente, espero que estés despabilado, no me gustaría ir a buscar tu cadáver.-dijo Max, un chico de 18 alto, rubio y flaco, pero increíblemente fuerte.
-¡No bromees con eso!-chilló Mary, una chica de 16 años que me consideraba como un hermano mayor, era muy tierna excepto en batalla donde da miedo, aunque resulte un poco molesta a veces.
-Deja de llorar sobre su futuro cadáver que todavía no murió, aunque todavía hay esperanzas-.dijo Ana, hermana biológica de Mary de unos 17 años (justo mi misma edad, lo que me recomendó el médico), una chica pelirroja que me arrancaba más de un suspiro desde que llegué al orfanato.
-Bueno, observo que están todos presentes, ya que Al y Elizabeth los están esperando en el auto-.comentó el recién llegado Padre Daniel que se sentó en una silla de la mesa.-Me alegra saber que están todos bien aquí, me preocupe mucho de todos ustedes en mi viaje.-sentenció.
-¿Y, lograste convencer a los del Vaticano que dejen evacuar a los restantes sobrevivientes?-pregunto Alex.
-No, aún no lo he logrado, pero creo que hay algunos arzobispos que están recapacitando, sino fuera por Francisco ya habría logrando evacuar a todos a Roma-2.-comentó entre indignado y esperanzado.-La reunión de hoy consiste en ver quien ira a ajusticiar a un grupo de vampiros, ubicados en el distrito 3, Al sabe donde es, la única que está asignada hasta ahora es Elizabeth, que aunque recién llego conmigo insistió en ir-comentó el padre.
-Yo me ofrezco-dijimos al unísono Alex, y yo. Me agrada ir a las misiones con él, ya que generalmente son nuestras peleas y comentarios lo que me divierten.
-Perfecto, creo que con ustedes 3 y Al por las dudas bastará. El mismo Al le dará los detalles, mientras los demás discutimos los demás asuntos, como repartir los quehaceres domésticos.-concluyo el párroco.-Suerte chicos y que Dios esté con ustedes.
-¡Cuídense, y no olvídense de agarrar sus cruces!-dijo mientras nos repartía unas cruces. La verdad que hay veces que el ingenio de Al me sorprende, ya que además de llevar a Jesús a todos lados esas cruces tenían un practico GPS, para saber a todo momento donde ubicarnos si nos pasaba lo peor, algo peor que morir en batalla, ser capturado...
Al salir nos encontramos con Elizabeth, una chica rubia de pelo corto no tan corto que siempre usaba unos pequeños anteojos negros de decoración y con dos Desert Eagle negras con silenciador, dos razones (cuatro si cuentas lo generosa que fue la naturaleza con ella) para prestarle atención.
-Si ya terminaron podríamos ir subiendo al auto, una larga noche nos espera…
Al subir al auto (de procedencia dudosa, merece remarcarse) nos esperaba Al, un chico eternamente bronceado y con un pelo castaño largo que lo peinaba como cola de caballo que le llagaba hasta la cintura.
-Bueno, si las chicas están listas, la misión es así: en el distrito 3, cerca del muelle hay un depósito abandonado. Según mis fuentes, ahí hay una banda de nosferatus jóvenes, seguramente fueron convertidos por uno débil y no hace mucho…
-Dios, pensé que íbamos a enfrentarnos a algo fuerte hoy.-comenté.
-Si quieres te quedas y te aburrís toda la noche, o la pasas con Ana…
-¡Will y Ana, un solo corazón, se dan un piquito y dicen…!-empezaba a “cantar” Alex, aunque para mi criterio era ladrar, pero creo que yo también entro en la misma categoría, sino fuera porque le pegué en el brazo y le dejé un lindo recuerdo morado.
-Ya déjense de pegar que ya están grandes-dijo un poco irritada Elizabeth.-Bah, crecieron físicamente, no cambian desde que tenían 6 años…
-Shhh, cállense.-dijo cautelosamente Al.-Es aquí, el depósito número 423/F, deben de haber unos veinte, se multiplican como las ratas que son. Bajen y cuídense, estaré aquí esperándolos y si veo que hay problemas bajaré yo.-sentenció el joven.
Después de salir sigilosamente del auto, nos acercamos por una de las puertas laterales, viendo como esos veinte malditos estaban ahí comentando sus crímenes menores
-¿Se acuerdan de la joven que asesinamos ayer? Rezándole a su patético Dios, rogando clemencia…fue muy reconfortable mandarla al otro mundo…
-Te convienen rezarle a algún Dios o a Lucifer porque te mandaremos al Infierno.-le grito Elizabeth mientras derribaba la puerta de una patada y le disparaba, dándole directamente en el corazón y muriendo casi al instante.
Los demás vampiros se dieron cuenta de nuestra presencia y trataron de huir o de matarnos, pero los disparos de la M1 Gerand de Alex, los asesinaban uno por uno, y el puñado que trataba de luchar era muy débil y con simples disparos de mis Mauser C69 los mandaba con Lucifer, Belcebú y compañía. Solo un bastardo sobrevivió, y tomo por rehén a una chica que tenían seguramente para beber su sangre sino hubiéramos llegado.
-¡Quédense quietos o la mato!-gritó el vampiro mientras la chica lloraba.
-La recalcada con…-empezaba a decir Alex, pero se vio interrumpido por un disparo de un rifle desde el otro extremo del lugar que le dio en la cabeza del nosferatu matándolo al instante.
-Una gran entrada, justo a tiempo como siempre-le dije mientras Elizabeth iba en busca de la chica.
-La verdad, podrías haberle disparado antes y no ser tan fanfarrón con tu rifle AW.-le recrimino Alex.
-¿Cuál es tu nombre amiga?-le pregunté.
-Me llamo Elena-me contestó.
-Bueno, si las chicas estás listas podríamos llevar a esta chica a su casa, podemos hacer que huya con su familia Roma-2, ahí estarán seguros.-sentenció Elizabeth.
-No tengo familia, la mataron estos vampiros-dijo la chica y rompió a llorar
-Nosotros también, somos todos huérfanos-le comento Alex.-Puedes venir a vivir en nuestro orfanato, el Padre Daniel no le negaría una cama a nadie.-le sugirió.
-¿En serio?-le contestaba incrédula.- ¡Muchísimas gracias!-le decía mientras iba a abrazarlo
-Sabes, hoy la noche esta hermosa…-le comenté a mis compañeros mientras regresábamos a nuestro hogar, con una nueva compañera y otra noche de caza exitosa.
Gracias a Azu/Runt por la corregir mis horrores de ortografía, por lo de la frase y por soportarme con lo del fic xD.
P.D: Edite un poquitin el fic y cambie los nombres o.O
Pandemonio y Edén
- Blaz
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Pandemonio y Edén
Última edición por Blaz el Lun Jul 28, 2008 12:01 am, editado 2 veces en total.
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Re: Una sinfonia de horror y un poco de amor
Sigue sin convencerme el título ô.o
Nicolás soy yo y te pego 8D ? xDDD
Seguilo po ô.o
Nicolás soy yo y te pego 8D ? xDDD
Seguilo po ô.o
Quién compartirá mi desconsuelo,
y mi destierro de civilización?
Quizá muera odiándote y entendiéndote a la vez,
que de tanto que pude haber hecho por vos,
entregues mi alma al mejor postor...
Grax Dream ^^
AR-GEN-TINA!!
AR-GEN-TINA!!
Regalos ^^: Jose // Tomá' // Belu // Dream
EN LAS MALAS SIEMPRE, QUE LAS BUENAS YA VAN A VENIR!!!
y mi destierro de civilización?
Quizá muera odiándote y entendiéndote a la vez,
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- Aki
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Re: Una sinfonia de horror y un poco de amor
Bueno, pues el fic está muy bien escrito la verdad, es muy entretenido y su argumento me gusta mucho. Lo de ser exterminadores de vampiros pues es genial, y con esas armas... que por cierto, ¿Esos nombres son reales de erdad? es que yo nunca he escuchado tantos... y los que he escuchado no me acuerdo de ellos xD
Bueno, echo en falta la descripción del propio protagonista, que supongo que es Will, que lo deduzco por la canción que canta Álex xDDD Pero supongo que en otro capitulo la pondrás.
Pues nada más, espero que lo sigas pronto.
Bueno, echo en falta la descripción del propio protagonista, que supongo que es Will, que lo deduzco por la canción que canta Álex xDDD Pero supongo que en otro capitulo la pondrás.
Pues nada más, espero que lo sigas pronto.
- Blaz
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Re: Una sinfonia de horror y un poco de amor
Sigue sin convencerme el título ô.o
A mi tampoco, pero no se me ocurria nada más xD. Lo que me olvide de contarte (creo) es que hay una pelicula muuuy vieja que se llama "Nosferatu, una sinfonia de horror" y como me copo un poco lo puse de titulo, además del agregado para que no me acusen de plagio (?)
¿Esos nombres son reales de erdad? es que yo nunca he escuchado tantos... y los que he escuchado no me acuerdo de ellos xD
Se, un poco de Wiki pero basicamente las que me acordaba (y gustaban) de juegos como el Call of Duty o el Max Payne xD
Bueno, echo en falta la descripción del propio protagonista, que supongo que es Will, que lo deduzco por la canción que canta Álex xDDD Pero supongo que en otro capitulo la pondrás.
Se, me di cuenta cuando lo dijiste y la verdad tratare de poner su descripción cuando la situación lo amerite (o yo me acuerde xD).
Bueh, hoy no estare en mi casa hasta la noche y ahi me dedicare un poco a escribir el otro cap, gracias a toda la multitud que leyo y opino del fic (?) y si en el improbable caso que alguien postie en este tema lo hare en otro grito sino editare este x3
- Kaiser Von Payer
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Re: Una sinfonia de horror y un poco de amor
Bueno, bastante bueno, supera la media y como no es de pokémon todavía es más genial
Apenas es el primer capítulo, muchas cosas no se pueden decir, pero escribís bien.
Va bien, eh, que no lo abandones x3.
Apenas es el primer capítulo, muchas cosas no se pueden decir, pero escribís bien.
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- Blaz
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Re: Pandemonio y Edén
Misión #02: El show de los horrores
"La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano" Agatha Christie (1891-1976) Novelista inglesa.
Después de salvar a Elena de las garras de esos vampiros (o mejor dicho, colmillos), nos dirigimos hacia el orfanato donde nos esperaba el Padre y todos los demás. Debo admitir que esos cinco segundos (me agradaría observarlo más pero dudo que lo pudiese hacer debido a los demonios) que observo el edificio me encanta, ya que puedo verlo tan imponente, bañado por la luz de la luna o del sol en el día, está más seguro para nosotros los diurnos. Se ve tan majestuoso, con sus ventanales y sus numerosas habitaciones, que se elevaban unos pisos sobre el suelo, ofreciendo refugio a quien lo necesite. Ver este edificio me trae tantos agradables recuerdos…
-Ahhhh, finalmente llegamos a casa, sanos y salvos y con una nueva compañera.-comentó Liz mientras se recostaba en un sillón.
-Bueno, me alegro muchos por ustedes.-dijo el Padre Daniel.-Tú debes de ser Elena, como me dijo Al, ¿verdad?-le decía mientras le revolvía un poco el cabello a la chica.
-Si, muchísimas gracias por acogerme aquí y por rescatarme, espero no causarles muchos problemas.-contestó ruborizada.
-No hay problema, tendremos lista una habitación enseguida, Mary te guiará hasta allí.-le comentó el Padre.-Bueno ¿Cómo les fue en la misión?
-Bien, exceptuando lo de Elena, que tomando en cuenta que haya estado viva tanto tiempo, nada extraordinario.-le contesto Alex mientras se sentaba y me dejaba parado en medio de la sala tras una agotadora noche.
-Si, y pero hay algo alarmante, algunos de esos vampiros no eran vírgenes.-dijo Al, cosa que parecía sorprender al párroco.-Como sabrán, pequeños ignorantes, un vampiro solo puede crear otro bebiendo sangre virgen del sexo opuesto, y les aseguro que uno de esos chicos no era para nada virgen.
-Mmmm, este hecho es bastante raro.-dijo pensativo el Padre.- ¿Te molestaría ir a investigar un poco, Al?
-No, nunca es una molestia.-le contesto Al.-Le pediría que me acompañen esta noche Max y Will, nunca somos pocos si de salir se trata.
-No hay problema, pero me iré a dormir a mi cueva, si no muero cazando lo haré de sueño-le conteste.
-Esperen un segundo-nos interrumpió Ana, que hasta ese momento había permanecido callada, un verdadero milagro.-Esa chica, Elena…siento algo raro.-nos contó. Ana siempre había podido sentir cosas extrañas que otros no podíamos…
-Te aseguro que esa chica no es ninguna amenaza y que es segura.-sentenció Daniel.
-Pero Padre, Ana siempre sintió este tipo de cosas especiales-le pregunto Alex.
-Les aseguro que esta chica tiene ahora algo especial, nos tiene a nosotros.-nos dijo con una sonrisa.-Ahora vayan y descansen, hoy le toca cocinar a Will.
-¿QUÉ?-pregunté indignado, aunque sabía la respuesta: se había sorteado las tareas domesticas mientras yo salía a matar y mi siesta se vería interrumpida por el oficio de cocinero.-Está bien, lo haré yo.-les dije, sabía que era inútil insistirles.
Después de un delicioso almuerzo (porque no voy a negar que cocino medianamente bien), los que esta noche salíamos nos fuimos a dormir, o a tratar de hacerlo. Porque mi cabeza era un desorden, ya que los presentimientos de Ana nunca terminaban bien, como aquella vez que sintió a un vampiro y casi nos costaba la vida ¿Era acaso Elena un ser sobrenatural? ¿Aquella chica que nos conmovió en el muelle traía malas intenciones? Encima los ruidos procedentes de la habitación de Mary, que estaba jugando con Elena alegremente, era natural que se entendieran ya que tenían la misma edad y habían pasado traumas similares, o eso creía ¿Tal vez había dejado entrar a un demonio a nuestro hogar, haciendo caso omiso a la advertencia de Ana y habiendo engañado al Padre Daniel? No, era imposible que lo engañaran a él, justamente a Él, pero la duda siempre estaba presente en una pequeña esquina de mi mente, impidiéndome descansar, y esta noche íbamos a una cacería difícil, a explorar posiblemente los barrios bajos donde el peligro acecha constantemente…definitivamente no era una tarde para descansar.
Cuando me levanté de mi cama eran casi las cinco de la tarde y faltaba mucho para anochecer, pero como sabía que no lograría dormirme, me levanté. Agarré mi campera marrón que le tocó planchar a Alex (¿o a Max? No recuerdo), mis armas y salí de mi habitación para encontrarme con todo el grupo reunido en la mesa, aunque se podía observar a Ana a cierta distancia de Elena y vigilándola un poco.
-Puedo ver que te has despertado, les estaba comentando a los chicos que pueden llevar a Elena a la feria de unas calles de aquí.-nos comentó el Padre Daniel.
-Esta bien, la llevaré con Max, Al no llegará hasta las siete y media, cuando empiece a anochecer, pero seguramente podremos ir a ver esa obra de títeres que siempre veíamos cuando éramos más chicos.-le conteste.
Luego de comer una sabrosa merienda, sabrosa porque no fue preparada por mí, nos dirigimos a la calle del viejo Giepetto, que era un señor titiritero que iba de ciudad en ciudad y cada tanto venía a este lúgubre lugar. Pero en este día en particular había más chicos de lo habitual, más de lo normal para cualquier espectáculo callejero y estaban casi todos sentados tranquilos.
-Me alegro mucho que hayan venido tantos amiguitos hoy para compartir mis historias-les decía suavemente.-Hoy hablaremos de un lugar especial, más allá de la oscuridad, de los bosques del norte y de toda muralla construida por el hombre, el otro lado. Allí donde habitan los 7.405.926 demonios, donde el gran Vlad gobierna una nación digna, de seres inmortales cuyo único problema son sus presas, los humanos y sus sirvientes escurridizos y salvajes, los licántropos.-decía suavemente, guiándonos con su voz a una historia escalofriante, que aunque sabía que debía detenerlo por algún motivo pero me impedía como a todos los presentes de dejar de escuchar.-En ese hermoso lugar, hay un maravilloso bosque, donde están cien mil personas, todas sufriendo por las enormes estacas que los atravesaban.-continuaba su espectral relato mientras me veía en ese asqueroso lugar, pesadilla de las pesadillas; el Bosque de los Empalamientos. Ese lugar existía, y no solo en mi mente, pero me veía en él a pesar de saber que no estaba ahí. Me invadía el olor a carne putrefacta, me llegaban a los odios la cruel sinfonía del dolor y podía ver a cada uno de ellos, a los cien mil hombres, mujeres, niños y ancianos sufriendo. Creía que todo era falso, tenía esa vaga sensación de mentira que experimentaba en las pesadillas, aunque no reconocía a mi cuerpo, no podía despertarme y luchar…
-¡Bastaaaa!-grito Elena, la única que rompió la demoníaca ilusión por su propia cuenta, para ver como el viejo Giepetto tenía una niña entre sus brazos, acariciando su virgen cuello a punto de morder.
Lo siguiente a esa horrible escena fue muy rápido, un disparo de mi arma y la de Max que le volaron los brazos al viejo, que arrojo a la chica al instante y se recluyo a su tienda.
-¡Damas y caballeros, prepárense para el show; el telón se levanta y consigo comienza el Show de los Horrores!-dijo con una voz demoníaca, nada propia del viejo que era antes.
-¡Corran imbéciles, nosotros nos encargaremos! ¡Oh Dios!-les gritaba Max mientras veía salir de la tienda del titiritero un grupo de combatientes que nos dejo perplejo.
Uno a uno, iban saliendo adolescentes, o las sobras de ellos. Todos iban saliendo corriendo torpemente, manipulados por un titiritero inexperto en muñecos malditos de carne y hueso. Todos se veían con la mirada ausente, observando un lugar inexistente y con dos agujeros en el cuello.
-¡Maten, maten pequeños muñecos!-repetía Giepetto sin cesar con una vos maniaca y chillona mientras se sentaba.
¡Maldita sea, que hacemos!-le grite a Max. Se veían niños, fueron niños y aún conservaban su aspecto aunque en el fondo sabía que no lo eran. Fue un hecho extraño, que yo, un asesino de asesinos inhumanos no podía apretar simplemente el gatillo, aunque fuera por mi vida y la de mis camaradas.
-¡Dios, dispara!-me gritaba Max mientras vaciaba su cargados.-No son niños, son títeres de ese desgraciado, extermínalo.
Si hay algo que desprecio profundamente es que además de apagar la vida de estos jóvenes los usen como su arma, un shock psicológico para destruir aun más vida con lo que alguna vez lo fue, sin ensuciarse sus manos…Lo odio.
Sentí un escalofrió y simplemente dejé que mis amigas Mauser hablaran por mí. Tras acabar con su pequeño ejercitó fácilmente, tratando de no mirarlos y convencerme que sólo son las sombras de los humanos que fueron, nos dirigimos con él maldito asesino, pero no paraba de reír.
-¡Jajajajaja, veo que pasaron mi pequeña prueba, les resultó tan fácil destruirlos a ellos como fue para mi conseguirlos! Veo que en nuestras venas corren la misma fría sangre de monstruo…
-¡Nunca, nosotros no tenemos nada que ver con monstruos como tú!-le contestamos casi al unísono.
-¿Qué es un monstruo y que es un humano?-nos replicó tranquilamente.-Yo sólo como humano dejé florecer mi oscuridad, dejé que la sed de sangre que reposa en mí (y en ustedes también, no lo olviden) me fuera guiando, junto a mi maestro…
-Ya tuve suficiente de tu filosofía barata, te mandaré al Infierno…-le empezó a decir Max mientras apretaba su gatillo.
-¡Oh, no, no lo creo joven!-le dijo el verdugo de jóvenes-Mátalos…
-¿Pero que cara…?-dije, mientras aparecía de la nada un hombre, musculoso y alto mientras atrapaba con su mano la bala que iba dirigida a Giepetto, quemándolo.
-Él no es humano…él es un licántropo.-decía entrecortada Elena, que se había escondido.-Debe de tener doscientos años y es de los que pueden transformarse a su antojo, un verdadero licántropo.-dijo temblorosa.
Dicho esto, y como si recibiera esa orden de Elena, iba retorciéndose de dolor mientras le crecía velozmente un pelaje castaño y se le agudizaban los rasgos del rostro hasta dejarlo como un lobo, además de crecerle unas uñas largas y afiladas.
-Max, ve a buscar al viejo loco, yo me encargare de este perrito-le grité a mi compañero-Bueno, a luchar perro vagabundo, o ¿quieres que te hable bien? Wof wof.-lo burlaba, aunque la verdad no estaba en una situación para hacerlo ya que nunca me había enfrentado a un licántropo de verdad, sólo a humanos que sufrían esta maldición cada luna llena.
Este (al ver que entendía el lenguaje humano) se abalanzó sobre mí de manera feroz. Yo apenas tuve tiempo de reaccionar esquivándolo mientras apretaba el gatillo sin cesar, aunque el maldito era muy resistente, ya que sólo ganaba minutos de ventaja entre sus heridas y lo que tardaba en regenerarlas. Esta secuencia se repitió durante unos minutos hasta que pasó lo peor; me quedé sin balas. Desesperado, saco mi chuchillo y me enfrento a una pelea física muy desigual. Se abalanza en contra mío y me rasguña con sus garras en el hombro, dejándome en carne viva. El olor a mi propia carne, la desagradable sensación de su saliva demoníaca cayendo sobre mi herida y la conmoción de lo inevitable, la muerte. ¿Este era mi fin?
Pero Dios no quiso que me muriera, o mejor dicho Max. Con un disparo certero mató a Giepetto, que se desvanecía como polvo, y junto a eso se iba la obediencia de su hombre lobo, que se retiraba hacía el exterior de la ciudad, hacía el otro lado sin la obligación de matar bajo las ordenes de su amo.
-Will, ¿Te encuentras bien?-me preguntó Elena.-Vamos Max, llevémoslo al orfanato.
Y así, a cuestas de Max y de Elena llegué hasta mi hogar, donde me esperaban todo el grupo, encabezado por el seguramente recién llegado Al y por Ana.
-Ya llegaron, podemos ir entrando, por el lisiado en una hora partiremos.-sentenció Al con su peculiar sentido del humor.
-¿Están bien, qué les pasó?-me preguntó Ana procurada.
-Ya se los contaremos, entremos.-sugirió Max
Y ahí adentro, en medio del comedor contamos nuestra pequeña aventura a todos los presentes, ante las caras horrorizados de estos.
-Pero hay algo que me resultó extraño-dijo el Padre Daniel.-Al morder a tantos niños vírgenes, estos fueron sus títeres y no se transformaron en nosferatus.
-Exacto, y el titiritero dijo que fue guiado por su maestro y su sed de sangre-nos recordó Elena.- ¿Qué monstruo haría algo semejante?
-No lo sé, pero podríamos ir a investigar, ya es la hora.-les recordé.
-Tú te quedas aquí.-me gritó Ana, un tanto ruborizada.-Estás malherido, fuiste atacado por un hombre lobo, y uno peligroso.-sentenció.
-Déjame que te ayude hermano.-me dijo Mary, que cuando me iba a vendar, gritó, ya que había pasado algo imposible; mis heridas estaban sanas y cicatrizadas, incluso como sino hubiera pasado nada.
-Esto es extraño, las heridas de un hombre lobo son malditas, te hubieran dejado cicatrices de por vida.-dijo Al.
-No importa, heridas o no hay que ir a investigar.-les volví a recordar.-La noche es joven y nos prepara una larga velada…
Bueno, espero que les guste este capitulo un poco freak (xD), gracias a Runtor por ayudar en temas ortograficos y tmb a Kaiser que ayudo en la madrugada y que me dijo este nuevo titulo. Espero que les guste y esto fue todo para nivel X (?)
"La maldad no es algo sobrehumano, es algo menos que humano" Agatha Christie (1891-1976) Novelista inglesa.
Después de salvar a Elena de las garras de esos vampiros (o mejor dicho, colmillos), nos dirigimos hacia el orfanato donde nos esperaba el Padre y todos los demás. Debo admitir que esos cinco segundos (me agradaría observarlo más pero dudo que lo pudiese hacer debido a los demonios) que observo el edificio me encanta, ya que puedo verlo tan imponente, bañado por la luz de la luna o del sol en el día, está más seguro para nosotros los diurnos. Se ve tan majestuoso, con sus ventanales y sus numerosas habitaciones, que se elevaban unos pisos sobre el suelo, ofreciendo refugio a quien lo necesite. Ver este edificio me trae tantos agradables recuerdos…
-Ahhhh, finalmente llegamos a casa, sanos y salvos y con una nueva compañera.-comentó Liz mientras se recostaba en un sillón.
-Bueno, me alegro muchos por ustedes.-dijo el Padre Daniel.-Tú debes de ser Elena, como me dijo Al, ¿verdad?-le decía mientras le revolvía un poco el cabello a la chica.
-Si, muchísimas gracias por acogerme aquí y por rescatarme, espero no causarles muchos problemas.-contestó ruborizada.
-No hay problema, tendremos lista una habitación enseguida, Mary te guiará hasta allí.-le comentó el Padre.-Bueno ¿Cómo les fue en la misión?
-Bien, exceptuando lo de Elena, que tomando en cuenta que haya estado viva tanto tiempo, nada extraordinario.-le contesto Alex mientras se sentaba y me dejaba parado en medio de la sala tras una agotadora noche.
-Si, y pero hay algo alarmante, algunos de esos vampiros no eran vírgenes.-dijo Al, cosa que parecía sorprender al párroco.-Como sabrán, pequeños ignorantes, un vampiro solo puede crear otro bebiendo sangre virgen del sexo opuesto, y les aseguro que uno de esos chicos no era para nada virgen.
-Mmmm, este hecho es bastante raro.-dijo pensativo el Padre.- ¿Te molestaría ir a investigar un poco, Al?
-No, nunca es una molestia.-le contesto Al.-Le pediría que me acompañen esta noche Max y Will, nunca somos pocos si de salir se trata.
-No hay problema, pero me iré a dormir a mi cueva, si no muero cazando lo haré de sueño-le conteste.
-Esperen un segundo-nos interrumpió Ana, que hasta ese momento había permanecido callada, un verdadero milagro.-Esa chica, Elena…siento algo raro.-nos contó. Ana siempre había podido sentir cosas extrañas que otros no podíamos…
-Te aseguro que esa chica no es ninguna amenaza y que es segura.-sentenció Daniel.
-Pero Padre, Ana siempre sintió este tipo de cosas especiales-le pregunto Alex.
-Les aseguro que esta chica tiene ahora algo especial, nos tiene a nosotros.-nos dijo con una sonrisa.-Ahora vayan y descansen, hoy le toca cocinar a Will.
-¿QUÉ?-pregunté indignado, aunque sabía la respuesta: se había sorteado las tareas domesticas mientras yo salía a matar y mi siesta se vería interrumpida por el oficio de cocinero.-Está bien, lo haré yo.-les dije, sabía que era inútil insistirles.
Después de un delicioso almuerzo (porque no voy a negar que cocino medianamente bien), los que esta noche salíamos nos fuimos a dormir, o a tratar de hacerlo. Porque mi cabeza era un desorden, ya que los presentimientos de Ana nunca terminaban bien, como aquella vez que sintió a un vampiro y casi nos costaba la vida ¿Era acaso Elena un ser sobrenatural? ¿Aquella chica que nos conmovió en el muelle traía malas intenciones? Encima los ruidos procedentes de la habitación de Mary, que estaba jugando con Elena alegremente, era natural que se entendieran ya que tenían la misma edad y habían pasado traumas similares, o eso creía ¿Tal vez había dejado entrar a un demonio a nuestro hogar, haciendo caso omiso a la advertencia de Ana y habiendo engañado al Padre Daniel? No, era imposible que lo engañaran a él, justamente a Él, pero la duda siempre estaba presente en una pequeña esquina de mi mente, impidiéndome descansar, y esta noche íbamos a una cacería difícil, a explorar posiblemente los barrios bajos donde el peligro acecha constantemente…definitivamente no era una tarde para descansar.
Cuando me levanté de mi cama eran casi las cinco de la tarde y faltaba mucho para anochecer, pero como sabía que no lograría dormirme, me levanté. Agarré mi campera marrón que le tocó planchar a Alex (¿o a Max? No recuerdo), mis armas y salí de mi habitación para encontrarme con todo el grupo reunido en la mesa, aunque se podía observar a Ana a cierta distancia de Elena y vigilándola un poco.
-Puedo ver que te has despertado, les estaba comentando a los chicos que pueden llevar a Elena a la feria de unas calles de aquí.-nos comentó el Padre Daniel.
-Esta bien, la llevaré con Max, Al no llegará hasta las siete y media, cuando empiece a anochecer, pero seguramente podremos ir a ver esa obra de títeres que siempre veíamos cuando éramos más chicos.-le conteste.
Luego de comer una sabrosa merienda, sabrosa porque no fue preparada por mí, nos dirigimos a la calle del viejo Giepetto, que era un señor titiritero que iba de ciudad en ciudad y cada tanto venía a este lúgubre lugar. Pero en este día en particular había más chicos de lo habitual, más de lo normal para cualquier espectáculo callejero y estaban casi todos sentados tranquilos.
-Me alegro mucho que hayan venido tantos amiguitos hoy para compartir mis historias-les decía suavemente.-Hoy hablaremos de un lugar especial, más allá de la oscuridad, de los bosques del norte y de toda muralla construida por el hombre, el otro lado. Allí donde habitan los 7.405.926 demonios, donde el gran Vlad gobierna una nación digna, de seres inmortales cuyo único problema son sus presas, los humanos y sus sirvientes escurridizos y salvajes, los licántropos.-decía suavemente, guiándonos con su voz a una historia escalofriante, que aunque sabía que debía detenerlo por algún motivo pero me impedía como a todos los presentes de dejar de escuchar.-En ese hermoso lugar, hay un maravilloso bosque, donde están cien mil personas, todas sufriendo por las enormes estacas que los atravesaban.-continuaba su espectral relato mientras me veía en ese asqueroso lugar, pesadilla de las pesadillas; el Bosque de los Empalamientos. Ese lugar existía, y no solo en mi mente, pero me veía en él a pesar de saber que no estaba ahí. Me invadía el olor a carne putrefacta, me llegaban a los odios la cruel sinfonía del dolor y podía ver a cada uno de ellos, a los cien mil hombres, mujeres, niños y ancianos sufriendo. Creía que todo era falso, tenía esa vaga sensación de mentira que experimentaba en las pesadillas, aunque no reconocía a mi cuerpo, no podía despertarme y luchar…
-¡Bastaaaa!-grito Elena, la única que rompió la demoníaca ilusión por su propia cuenta, para ver como el viejo Giepetto tenía una niña entre sus brazos, acariciando su virgen cuello a punto de morder.
Lo siguiente a esa horrible escena fue muy rápido, un disparo de mi arma y la de Max que le volaron los brazos al viejo, que arrojo a la chica al instante y se recluyo a su tienda.
-¡Damas y caballeros, prepárense para el show; el telón se levanta y consigo comienza el Show de los Horrores!-dijo con una voz demoníaca, nada propia del viejo que era antes.
-¡Corran imbéciles, nosotros nos encargaremos! ¡Oh Dios!-les gritaba Max mientras veía salir de la tienda del titiritero un grupo de combatientes que nos dejo perplejo.
Uno a uno, iban saliendo adolescentes, o las sobras de ellos. Todos iban saliendo corriendo torpemente, manipulados por un titiritero inexperto en muñecos malditos de carne y hueso. Todos se veían con la mirada ausente, observando un lugar inexistente y con dos agujeros en el cuello.
-¡Maten, maten pequeños muñecos!-repetía Giepetto sin cesar con una vos maniaca y chillona mientras se sentaba.
¡Maldita sea, que hacemos!-le grite a Max. Se veían niños, fueron niños y aún conservaban su aspecto aunque en el fondo sabía que no lo eran. Fue un hecho extraño, que yo, un asesino de asesinos inhumanos no podía apretar simplemente el gatillo, aunque fuera por mi vida y la de mis camaradas.
-¡Dios, dispara!-me gritaba Max mientras vaciaba su cargados.-No son niños, son títeres de ese desgraciado, extermínalo.
Si hay algo que desprecio profundamente es que además de apagar la vida de estos jóvenes los usen como su arma, un shock psicológico para destruir aun más vida con lo que alguna vez lo fue, sin ensuciarse sus manos…Lo odio.
Sentí un escalofrió y simplemente dejé que mis amigas Mauser hablaran por mí. Tras acabar con su pequeño ejercitó fácilmente, tratando de no mirarlos y convencerme que sólo son las sombras de los humanos que fueron, nos dirigimos con él maldito asesino, pero no paraba de reír.
-¡Jajajajaja, veo que pasaron mi pequeña prueba, les resultó tan fácil destruirlos a ellos como fue para mi conseguirlos! Veo que en nuestras venas corren la misma fría sangre de monstruo…
-¡Nunca, nosotros no tenemos nada que ver con monstruos como tú!-le contestamos casi al unísono.
-¿Qué es un monstruo y que es un humano?-nos replicó tranquilamente.-Yo sólo como humano dejé florecer mi oscuridad, dejé que la sed de sangre que reposa en mí (y en ustedes también, no lo olviden) me fuera guiando, junto a mi maestro…
-Ya tuve suficiente de tu filosofía barata, te mandaré al Infierno…-le empezó a decir Max mientras apretaba su gatillo.
-¡Oh, no, no lo creo joven!-le dijo el verdugo de jóvenes-Mátalos…
-¿Pero que cara…?-dije, mientras aparecía de la nada un hombre, musculoso y alto mientras atrapaba con su mano la bala que iba dirigida a Giepetto, quemándolo.
-Él no es humano…él es un licántropo.-decía entrecortada Elena, que se había escondido.-Debe de tener doscientos años y es de los que pueden transformarse a su antojo, un verdadero licántropo.-dijo temblorosa.
Dicho esto, y como si recibiera esa orden de Elena, iba retorciéndose de dolor mientras le crecía velozmente un pelaje castaño y se le agudizaban los rasgos del rostro hasta dejarlo como un lobo, además de crecerle unas uñas largas y afiladas.
-Max, ve a buscar al viejo loco, yo me encargare de este perrito-le grité a mi compañero-Bueno, a luchar perro vagabundo, o ¿quieres que te hable bien? Wof wof.-lo burlaba, aunque la verdad no estaba en una situación para hacerlo ya que nunca me había enfrentado a un licántropo de verdad, sólo a humanos que sufrían esta maldición cada luna llena.
Este (al ver que entendía el lenguaje humano) se abalanzó sobre mí de manera feroz. Yo apenas tuve tiempo de reaccionar esquivándolo mientras apretaba el gatillo sin cesar, aunque el maldito era muy resistente, ya que sólo ganaba minutos de ventaja entre sus heridas y lo que tardaba en regenerarlas. Esta secuencia se repitió durante unos minutos hasta que pasó lo peor; me quedé sin balas. Desesperado, saco mi chuchillo y me enfrento a una pelea física muy desigual. Se abalanza en contra mío y me rasguña con sus garras en el hombro, dejándome en carne viva. El olor a mi propia carne, la desagradable sensación de su saliva demoníaca cayendo sobre mi herida y la conmoción de lo inevitable, la muerte. ¿Este era mi fin?
Pero Dios no quiso que me muriera, o mejor dicho Max. Con un disparo certero mató a Giepetto, que se desvanecía como polvo, y junto a eso se iba la obediencia de su hombre lobo, que se retiraba hacía el exterior de la ciudad, hacía el otro lado sin la obligación de matar bajo las ordenes de su amo.
-Will, ¿Te encuentras bien?-me preguntó Elena.-Vamos Max, llevémoslo al orfanato.
Y así, a cuestas de Max y de Elena llegué hasta mi hogar, donde me esperaban todo el grupo, encabezado por el seguramente recién llegado Al y por Ana.
-Ya llegaron, podemos ir entrando, por el lisiado en una hora partiremos.-sentenció Al con su peculiar sentido del humor.
-¿Están bien, qué les pasó?-me preguntó Ana procurada.
-Ya se los contaremos, entremos.-sugirió Max
Y ahí adentro, en medio del comedor contamos nuestra pequeña aventura a todos los presentes, ante las caras horrorizados de estos.
-Pero hay algo que me resultó extraño-dijo el Padre Daniel.-Al morder a tantos niños vírgenes, estos fueron sus títeres y no se transformaron en nosferatus.
-Exacto, y el titiritero dijo que fue guiado por su maestro y su sed de sangre-nos recordó Elena.- ¿Qué monstruo haría algo semejante?
-No lo sé, pero podríamos ir a investigar, ya es la hora.-les recordé.
-Tú te quedas aquí.-me gritó Ana, un tanto ruborizada.-Estás malherido, fuiste atacado por un hombre lobo, y uno peligroso.-sentenció.
-Déjame que te ayude hermano.-me dijo Mary, que cuando me iba a vendar, gritó, ya que había pasado algo imposible; mis heridas estaban sanas y cicatrizadas, incluso como sino hubiera pasado nada.
-Esto es extraño, las heridas de un hombre lobo son malditas, te hubieran dejado cicatrices de por vida.-dijo Al.
-No importa, heridas o no hay que ir a investigar.-les volví a recordar.-La noche es joven y nos prepara una larga velada…
Bueno, espero que les guste este capitulo un poco freak (xD), gracias a Runtor por ayudar en temas ortograficos y tmb a Kaiser que ayudo en la madrugada y que me dijo este nuevo titulo. Espero que les guste y esto fue todo para nivel X (?)
- Aki
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Re: Pandemonio y Edén
O.O
Muy buen capitulo, la verdad, me impresiona el argumento, es muy interesante.
Aun no hay descripción de Will, pero bueno, ya llegará xD
lo que dijo Ana me dejó intrigado, Elena no será un demonio o algo, no? o.o
y sobre las heridas... Will no seráotro mounstruo, no? xD
Bueno, siguelo
Muy buen capitulo, la verdad, me impresiona el argumento, es muy interesante.
Aun no hay descripción de Will, pero bueno, ya llegará xD
lo que dijo Ana me dejó intrigado, Elena no será un demonio o algo, no? o.o
y sobre las heridas... Will no seráotro mounstruo, no? xD
Bueno, siguelo
- Lightbrad
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Re: Pandemonio y Edén
Me gusto mucho tu fic,la historia es muy interesante,me parecio raro eso de que will se curara tan facil y lo de que ana obsevaba a elena;bueno es excelente ya espero el siguiente capitulo.
- Zeven
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Re: Pandemonio y Edén
Grande Blazcito (?)
Me gusto el fic, siguelo, y que corra aun mas sangre.
P.D. Haz que aparezca Kaiser y matalo o.o
Me gusto el fic, siguelo, y que corra aun mas sangre.
P.D. Haz que aparezca Kaiser y matalo o.o
- RuNToR
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Re: Pandemonio y Edén
Nivel X, qué recuerdos (?)
Lindo capi, y Elena es muy tímida o la flasheo ô.o ?
Lindo capi, y Elena es muy tímida o la flasheo ô.o ?
Quién compartirá mi desconsuelo,
y mi destierro de civilización?
Quizá muera odiándote y entendiéndote a la vez,
que de tanto que pude haber hecho por vos,
entregues mi alma al mejor postor...
Grax Dream ^^
AR-GEN-TINA!!
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Regalos ^^: Jose // Tomá' // Belu // Dream
EN LAS MALAS SIEMPRE, QUE LAS BUENAS YA VAN A VENIR!!!
y mi destierro de civilización?
Quizá muera odiándote y entendiéndote a la vez,
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- Kaiser Von Payer
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Re: Pandemonio y Edén
Muy bueno, aunque deberías poner más puntos y aparte para poder leer mejor, sino se junta todo, cuando termina secuencia larga de descripción y empieza un diálogo, punto y aparte.
Sobre el fic, ya te dije por MSN.
Sobre el fic, ya te dije por MSN.
- Blaz
- En lucha de gimnasio ante Marcial
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Re: Pandemonio y Edén
Misión #03: Mademoiselle Juliette y los brazos de Dios.
“La peor prisión es un corazón cerrado” Juan Pablo II (1920-2005) Papa de la iglesia católica.
Luego de unos pequeños eternos momentos de discutir y ver todos los motivos por los cuales me debía quedar (los cuales obviamente ignore), decidimos partir junto a Max y Al. No me importan mis heridas, ni el porqué sanaron tan rápido, pero tenía el presentimiento que esa noche iba a suceder algo especial, no solo la presencia de la luna llena iba a ser inusual, sino sentía que algo iba a suceder.
-Vos, deja de mirar la ventana.-dijo Max perturbando mis pensamientos.-La luna no va a investigar, ni a matar, solo se limita a observarnos.
Ay, mi hermano dio en el clavo. Tan absorto mirando un satélite natural de nuestro condenado planeta que no le prestaba atención a la cacería de esta noche. Es que mirar a esa luminaria nocturna me da tranquilidad, una vaga sensación de que todo saldrá bien, e incluso hoy más de lo usual. Pero no me debía dejar engañar con falsas esperanzas y de dormirme en inexistentes laureles, habría que averiguar quien demonios estaba detrás de esto y quizás las respuestas se encuentren en los barrios bajos, o vajos como se autodenominan.
-Chicas, hemos llegado a nuestro destino.-dijo Al imitando a un piloto dirigiéndose a sus pasajeros.
Este lugar era la Babilonia dentro de Babilonia, un sector al sur de la ciudad a donde no me atrevía entrar solo y sin Al o el Padre Daniel. Era un lugar poco iluminado, con muchas tiendas, tanto en locales como callejeras lleno de diversos personajes de todos los grupos étnicos humanos y algunos monstruos que te puedas imaginar, donde había muchedumbre constantemente pero sin hacer ruidos, lo que le daba un aire atemorizante y de misterio. -Oye Al, después debes de pagarme lo del ultimo embarque que me pediste.-le comentó un hombre viejo y pequeño a nuestro guía.
-Cuidado con lo que andas pidiendo Al, eh.-le comente en tono de chiste, cosa que él pareció no captar, o ignoro.
-Ese embarque, pequeño idiota, traía las ultimas Mauser que estas usando, y espero que esta vez las conserves, tus gustos no son baratos.-me respondió un tanto irritado.
Después de caminar un rato noté que este sector de la ciudad (que cada vez se me parecía más eterno) había cosas que me llamaban la atención, que era la diversidad de tiendas, o mejor dicho, su cometido. Era intrigante saber como una tienda donde vendían cabezas reducidas y diversos artefactos malditos podía coexistir al lado de una donde vendían balas de plata y estacas bendecidas. De hecho, incluso todos los dueños parecían conocerse y llevarse aparentemente bien, por lo que no parecía ser un lugar tan malo (sobretodo con un guía que evita que te roben o te ataquen), sino más bien como un distrito comercial alternativo. Así seguimos hasta toparnos con una parte donde quizás fuera más alternativo de lo normal, o quizás más humano de lo normal.
Para que se den una idea de cómo era esta parte del distrito diría que se encarga del viejo arte del acompañiamento. Había filas y filas interminables de mujeres (y cada tanto hombres) bañadas con la tenue luz de la luna mostrando cuando generosa fue la naturaleza con cada una (aunque debo decir con orgullo que nuestras Ana, Liz y seguramente Mary y Elena en un futuro inmediato no tienen nada que envidiarles).
Tengo que decir este oficio no me escandaliza tanto como a otros, debido a que encuentro cosas más degradantes de nuestra zoocidedad (abogados que defiende monstruos humanos y sobrenaturales, un Estado ausente y una larga lista) que deberían preocuparnos más, además del hecho que casi siempre se culpa a la mujer del acto, y les recuerdo que la mayoría de clientes son hombres; sino hubiera demanda no habría oferta…pero bueno, la indignación social no fue el objetivo de mi viaje.
En el quizás séptimo u octavo local de esta índole, llamado Juliette, Al se detuvo y toco la puerta, y una persona del otro lado le preguntó algo en francés que no puedo recordar ni entender, mi amigo le contesto algo en el mismo idioma que tampoco pude comprender (momentos como este me hacen preguntar porque no me dedique a idiomas) y nos abrieron la puerta una señora de aproximadamente unos cuarenta años secundada por unas cuantas muchachas muy alegres que se abalanzaron sobre nosotros. Tenía unos ojos grandes y celestes muy lindos y en su cara conservaba rastros de una antigua belleza que fue madurando con los años, seguramente era la Madame del lugar.
-Bienvenido Al, ¿en que podemos ayudarlo?-le pregunto la señora.- ¿Quiere que mis chicas entretengan a sus amigos?-dijo, mientras casi al instante aparecían una muchacha para mi y para Max, pero lo extraño que no para Al, quien parecía un conocido de este lugar.
-No, gracias Madame Juliette, venimos por temas de negocios.-dijo un tanto sonrojado (creo que es la primera vez que lo veo así desde que se le rompió su pantalón a los once años).
Luego de este pequeño rechazo a un rato de pecar con lujuria (que igual iba a rechazar, si Ana se enterara me mataría, en cuanto a Max no sabría decir cual sería su respuesta) nos dirigimos hacía una habitación en el piso del lugar, no sin antes encontrarnos con algo que nos sorprendió bastante a Max y a mi, además de un suceso no esperado por parte de nuestro guía.
-¡Al!-grito una chica de pelo castaño con unos grandes ojos azules muy hermosos que fue corriendo hasta donde estaba mi amigo, enroscando sus suaves brazos en el cuello de nuestro guía besándolo ante la sorpresa de este, quien se sonrojo a tal punto que parecía una prolongación del vestido rojo de la chica.
-Hola, soy Juliette, la hija de la Madame del lugar.-nos dijo alegremente a Max y a mí.
-Y es mi novia.-continuo Al.
Eso último me descoloco, dejo en offside a mi cerebro y a juzgar por la mirada de Max, a él también. Reconozco que por muy evidente que puedo de resultar eso con el beso que se acababan de dar, a mi mente le costaba relacionar las palabras “Al” y “novia” en una misma cadena de pensamiento. ¿Al, el frío Al, el fuerte y distante, el arrogante de novio? Debo admitir que me causa mucha gracia, pero también me alegra que en tiempos como estos uno de los nuestros este enamorado. E inevitablemente me puse a pensar en Ana… ¿Cuántos años llevo enamorado de ella, nueve, diez años? Y nunca le pude confesar mi obvio amor. Seguramente ella lo debería saber… ¿pero como descubrirlo? La respuesta era tan obvia, sin embargo, mis labios nunca pronunciaron esas palabras, nunca la besaron, nunca nada, ¿tan cobarde soy? Digo, puede parecer que para una persona que se dedica a exterminar las pesadillas de los humanos puede resultar ridículo pero me daba más miedo confesárselo a ella, más bien confrontar su respuesta que hacerle frente a los 7.405.926 demonios del Infierno…
-¿Torre de control a Mayor Will, hay alguien ahí?-me dijo Max, que parecía extrañado ante mi rostro, verme pensar silenciosamente debió de preocuparlo.
-Ah, si; estoy bien.-le miento casi al instante.- ¿En que estábamos?-dije, para cambiar de tema rápidamente.
-Tratábamos de averiguar quien estaba tras de toda esta porquería, y la Virgen nos dio una revelación; Al tiene novia.-me contestó Max, aunque seguramente ninguna chica en este edificio es virgen.
-¿Qué, no les contaste que soy tu novia?-dijo velozmente Juliette, a punto de empezar una discusión.
-Ehhhh, espera mi amor, estamos en una misión; después hablaremos.-le dijo tartamudeando.-Es por aquí, si quieres puedes acompañarnos Ju.-nos señalo Al, mientras se podía escuchar un “Esto te va a costar” que le saco una leve carcajada a Max y una mirada asesina de Al hacía él.
Al entrar a la habitación nos encontramos en una habitación oscura, donde había una mesa larga donde al final había una persona, o su sombra ya que ni se podría decir si era hombre o mujer, pero sea lo que fuera estaba fumando.
-Buenas noches, Al.-dijo esta misteriosa persona, revelando que era hombre (o tenía voz de tal).-Primero, antes de nada, mis honorarios.-dijo el extraño.
-Ten, toma.-le contestó Al tirando una faja de dinares al otro extremo de la mesa.-Cuéntalos, es lo que habíamos acordado, y empieza a hablar.-dijo impaciente.
-Bueno, esta todo.-dijo tras contar el fajo, para luego apagar su cigarrillo.-Según lo que me comentaste por teléfono, ese hecho de los vampiros es lamentable, cada vez parecen más crueles y no crean a otros a base de vírgenes es alarmante e inusual…
-Dinos algo que no sepamos, tu tiempo es muy caro como para andar haciendo resúmenes.-interrumpió mordazmente Al, o a juzgar la cara de sorpresa de Juliette esta faceta que tan bien conocíamos le era desconocida a ella.
-A base de lo que les dijo el viejo Giepetto a ustedes se pueden deducir un par de cosas.-siguió contando el extraño haciendo caso omiso a Al.-Primero, obviamente ese maestro que el titiritero menciono es un vampiro, pero su particularidad es convertir a gente no virgen, un poder un tanto inusual. Segundos, todos esos humanos se dejaron corromper por sus propios demonios, convirtiéndose en nosferatus. Segundo el motivo de conversión de su maestro es aún más extraño y es una incógnita. Como sabrán, el mítico Drácula se transformo en un vampiro para poder defender a su tierra y alcanzar la vida eterna a costa de renunciar a su religión, así como Erzsébet Barthory lo hizo para alcanzar la juventud eterna a base de incontables asesinatos de jóvenes doncellas. Por ende, para que este “maestro” alcanzara estos poderes esta muy ligado a su motivo de conversión y a lo que renunció. Lo mismo se puede aplicar con los humanos a los que convirtió, ya que su poder es según su motivo, sus demonios internos y si bebió o no la sangre de su maestro. No es lo mismo un joven que ansia la vida eterna sin haber matado a nadie que se esconde en un muelle que un titiritero maldito…
-Espera un segundo.-interrumpió Max.-Yo estuve cuando Al te llamo y nunca te menciono de la misión del muelle…
Un tanto sorprendido, se adelanto un poco revelando que era una mujer, un tanto alta, pálida y tenía el cabello largo y negro, además de un flequillo que le tapaba los ojos.
-Muy bien, mortal estupido, descubriste que algo olía mal y que no eran ustedes.-le dijo a Max con una voz más aguda y malvada que la anterior.-Mmmm, no importaba, mi Maestro me autoriza hablar hasta ahí. También me dice que tú y el otro tienen algo que le llama la atención…-nos dijo a Max y a mí.
-¿Cómo que te DICE, no estará acá?-dijimos los tres casi al unísono. La idea que un vampiro de ese calibre este acá con la ayuda de su sierva era un tanto muy escalofriante.
-No queridos, no está acá.-nos contestó.-Soy una extensión de él, soy su representante a donde quiera que vaya hasta que beba su sangre; soy su Sierva.-concluyó con una reverencia un tanto ridícula.
Después fueron unos segundos de confusión donde se escucho un portazo y los gritos de una chica, pero no se oyeron disparos ni el olor inconfundible a muerte, y a juzgar por la cara de la vampiresa, seguramente no era su caballería la que venía.
-¡No!-gritó Al, ya que aprovechando la confusión de la escena la nosferatu logro apresar a Juliette, y seguramente habría logrado escapar sino fuera porque de repente se abrió la puerta y aparecieron tres hombres, todos ellos altos y vestidos como sacerdotes.
Uno de ellos rondaría la misma edad que el Padre Daniel, era musculoso y tenía el pelo rubio y corto e iba encabezando la comitiva. A su derecha estaba otro hombre, de la misma edad que el anterior, pero con pelo marrón y algo más largo. Por último, a la izquierda se encontraba un chico de la misma edad que nosotros, con el pelo largo, lacio y tenía unos ojos azules parecidos a los de Juliette.
-Hereje, hemos venido a ajusticiarte en nombre de Dios y su Santidad.-dijo el del medio con solemnidad.-No trates de escapar, esta habitación ya fue bendecida.
-No se atrevan a dispararme, ¡tengo a esta chica de rehén!-chillo la nosferatu con miedo.
-No debemos temerle a una basura como tú.-le contestó tranquilamente, mientras sacaba rápidamente un revolver y le disparaba a la cabeza, sin siquiera tocarle un pelo a Juliette que fue corriendo a los brazos de Al. Acto seguido, se dirigió hacía nosotros.
-No se entrometan en nuestros asuntos, esto es jurisdicción del Vaticano.-nos dijo tranquilamente mientras se iba.
-¡Cállate, perro de la Iglesia!-le grité para su sorpresa.-No se entrometan ustedes, que se olvidaron de esta ciudad hace mucho tiempo…
-Nadie nos habla así…-me replicó mientras iba sacando su revolver y yo iba sacando mis Mauser…
-No valen la pena Miguel…-dijo el sacerdote más joven.
-¿Cómo que no valemos la pena?-le dijo tranquilamente Max.-Ven y demuéstralo, mascota del Vaticano…
-Tranquilícense todos-dijo el cura restante.-No nos interesa empezar una pelea, así que relájense todos y ustedes niños vuelvan a su casa, y ustedes niños del Vaticano demuestren más cordura.-concluyó, aunque seguramente Max iba a decir algo más sino fuera porqué Al se lo impidió.
Después de esta pequeña discusión con los sabuesos de su Santidad nos dirigimos hacía el Orfanato. Como era seguro que ese monstruo sintiera la muerte de su sierva y cabía la posibilidad de que pasara por ahí decidimos desalojar el edificio. Para eso Al tuvo que llamar a unos conocidos de aspecto extraño, pero con camionetas para llevarnos a todos de regreso a casa, y cuando regresábamos no pude contener la risa al hecho de lo que estábamos llevando a la Iglesia y la cara de Alex y los demás al entrar rodeados de un sequito de chicas con ropas ligeras.
-Bueno, creo que lo más prudente sería que se queden aquí esta noche, mañana a la mañana las podremos llevar a Nueva Roma.-dijo el párroco.
-Yo me quedo.-dijo firmemente Juliette, cosa que pareció no sorprender a su madre.
-Está bien, te entiendo perfectamente.-dijo con lagrimas en los ojos.-Pero cuídate, ¿Ok?
-Si mamá.-le respondió su hija, que rompió a llorar mientras abrazaba a su hija.
-Despreocúpense, es un hasta luego, no un adiós.-comentó el Padre Daniel.-Cuidáremos bien a su hija. Ahora, váyanse a dormir.
-Si, hay lugar, mientras Juliette duerma con Al y Will con Ana.-dijo Alex en medio de la risas de todos y dos regalos morados de mi parte y de la de Al.
-¿Te pasa algo Will?-me pregunto el padre luego de que todos se fueran a dormir.
-Si Padre, estoy muy preocupado.-le contesté. Había tantos pensamientos dentro de mi cerebro que parecía que iba a explotar.-Ese monstruo al que llaman “maestro”… ¿Cómo puede saber tanto de nosotros?-no me atrevía a insinuar que había un traidor entre nuestras filas…
-Despreocúpate, te aseguro que no hay un Judas entre nosotros.-me tranquilizó en padre Daniel.-Pero si ten cuidado y los ojos abiertos. Por lo que se, ese demonio fue quien eligió ese lugar para hablar y darse a conocer, pero te aseguro que no fue coincidencia que eligiera el local donde la dueña es la madre de la novia de Al, y sino hubieran llegado los del Vaticano, esta hubiera muerto.-sentenció el cura.
-Hablando de eso, ¿Sabía que Al tenía una novia?
-Se, y no porqué el me lo dijo, pero igual después tomo valor y me lo contó.-me contaba el párroco.- La familia de Juliette se mantuve en su oficio de generación a generación, siempre la primera mujer que nace en su familia se encarga de eso, pero el “primero cliente” de ella fue un vampiro, el cual casi la mata, pero fue gracias a Al que ella se salvo. Desde ese día empezaron a salir, no me equivoco al decir que fue la primera persona a la cual nuestro amigo se mostró tal cual es.
-Pero… ¿Por qué? Con él y los demás nos conocemos hace tiempo, y…
-Dime Will, ¿Sabes como termino Al aquí?-me interrumpió el sacerdote.
-Si, una banda de vampiros fueron a su casa, su padre murió para darle tiempo que huyeran y días después esa misma banda los encontró y asesino a su madre.
-Exacto, desde ese día teme relacionarse con las personas; el miedo a perderlas es su mayor temor y a morir, pero no le teme a la muerte como tal, sino a el hecho de que su muerte podría provocar dolor a las personas que lo quieran.-me contó el padre.-No digo que no nos quiera, pero estos temores lo invaden y le impide relacionarse plenamente, él tiene que luchar con sus propios demonios para seguir adelante, y creo que consiguió su primera victoria importante con Juliette.-concluyo el párroco.
Luego de esta charla con el Padre Daniel me retire a mi cueva a dormir, pero antes me encontré con Al en el pasillo y me quede mirándolo unos segundos.
-¿Qué pasa, te gusto o tengo algo raro?-me burlo.
Yo no le contesté, me limite a reírme un poco y él, extrañado, se metió en su habitación sin decir nada, y yo luego de unos segundos también me metí a mi habitación a acostarme. Y me puse a pensar en todo lo que había pasado entre que me levanté y este momento, pensando en cuál complejo es todo y extrañando lo fácil que es todo cuando se es niño…
Notas de Autor: “Nueva Roma” es lo mismo que Roma-2, de hecho pienso cambiarle el nombre al primero. Y los “7.405.926 demonios del Infierno” no es un número al azar, según una fuente de “nomeacuerdocual” (xD), esa era la cantidad de demonios en el infierno o.o Después, los asesinos del vaticano se llaman así por los arcángeles de la tradición cristiana. Y lo de "Torre de control a mayor Will" es una alución a una canción de David Bowie, espero con ansias ver quien sabe cual es (?). Nah, es fácil adivinar cual es xD.
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Pongo esas notas para la gente que no entiende ciertas cosas o no tiene un poquitin de cultura general (?) xD. Perdón por las faltas de ortografía o incoherencias, no conté con ayuda hoy xdd, excepto un consejo de Kaiser que espero que les facilite la lectura (XD)
“La peor prisión es un corazón cerrado” Juan Pablo II (1920-2005) Papa de la iglesia católica.
Luego de unos pequeños eternos momentos de discutir y ver todos los motivos por los cuales me debía quedar (los cuales obviamente ignore), decidimos partir junto a Max y Al. No me importan mis heridas, ni el porqué sanaron tan rápido, pero tenía el presentimiento que esa noche iba a suceder algo especial, no solo la presencia de la luna llena iba a ser inusual, sino sentía que algo iba a suceder.
-Vos, deja de mirar la ventana.-dijo Max perturbando mis pensamientos.-La luna no va a investigar, ni a matar, solo se limita a observarnos.
Ay, mi hermano dio en el clavo. Tan absorto mirando un satélite natural de nuestro condenado planeta que no le prestaba atención a la cacería de esta noche. Es que mirar a esa luminaria nocturna me da tranquilidad, una vaga sensación de que todo saldrá bien, e incluso hoy más de lo usual. Pero no me debía dejar engañar con falsas esperanzas y de dormirme en inexistentes laureles, habría que averiguar quien demonios estaba detrás de esto y quizás las respuestas se encuentren en los barrios bajos, o vajos como se autodenominan.
-Chicas, hemos llegado a nuestro destino.-dijo Al imitando a un piloto dirigiéndose a sus pasajeros.
Este lugar era la Babilonia dentro de Babilonia, un sector al sur de la ciudad a donde no me atrevía entrar solo y sin Al o el Padre Daniel. Era un lugar poco iluminado, con muchas tiendas, tanto en locales como callejeras lleno de diversos personajes de todos los grupos étnicos humanos y algunos monstruos que te puedas imaginar, donde había muchedumbre constantemente pero sin hacer ruidos, lo que le daba un aire atemorizante y de misterio. -Oye Al, después debes de pagarme lo del ultimo embarque que me pediste.-le comentó un hombre viejo y pequeño a nuestro guía.
-Cuidado con lo que andas pidiendo Al, eh.-le comente en tono de chiste, cosa que él pareció no captar, o ignoro.
-Ese embarque, pequeño idiota, traía las ultimas Mauser que estas usando, y espero que esta vez las conserves, tus gustos no son baratos.-me respondió un tanto irritado.
Después de caminar un rato noté que este sector de la ciudad (que cada vez se me parecía más eterno) había cosas que me llamaban la atención, que era la diversidad de tiendas, o mejor dicho, su cometido. Era intrigante saber como una tienda donde vendían cabezas reducidas y diversos artefactos malditos podía coexistir al lado de una donde vendían balas de plata y estacas bendecidas. De hecho, incluso todos los dueños parecían conocerse y llevarse aparentemente bien, por lo que no parecía ser un lugar tan malo (sobretodo con un guía que evita que te roben o te ataquen), sino más bien como un distrito comercial alternativo. Así seguimos hasta toparnos con una parte donde quizás fuera más alternativo de lo normal, o quizás más humano de lo normal.
Para que se den una idea de cómo era esta parte del distrito diría que se encarga del viejo arte del acompañiamento. Había filas y filas interminables de mujeres (y cada tanto hombres) bañadas con la tenue luz de la luna mostrando cuando generosa fue la naturaleza con cada una (aunque debo decir con orgullo que nuestras Ana, Liz y seguramente Mary y Elena en un futuro inmediato no tienen nada que envidiarles).
Tengo que decir este oficio no me escandaliza tanto como a otros, debido a que encuentro cosas más degradantes de nuestra zoocidedad (abogados que defiende monstruos humanos y sobrenaturales, un Estado ausente y una larga lista) que deberían preocuparnos más, además del hecho que casi siempre se culpa a la mujer del acto, y les recuerdo que la mayoría de clientes son hombres; sino hubiera demanda no habría oferta…pero bueno, la indignación social no fue el objetivo de mi viaje.
En el quizás séptimo u octavo local de esta índole, llamado Juliette, Al se detuvo y toco la puerta, y una persona del otro lado le preguntó algo en francés que no puedo recordar ni entender, mi amigo le contesto algo en el mismo idioma que tampoco pude comprender (momentos como este me hacen preguntar porque no me dedique a idiomas) y nos abrieron la puerta una señora de aproximadamente unos cuarenta años secundada por unas cuantas muchachas muy alegres que se abalanzaron sobre nosotros. Tenía unos ojos grandes y celestes muy lindos y en su cara conservaba rastros de una antigua belleza que fue madurando con los años, seguramente era la Madame del lugar.
-Bienvenido Al, ¿en que podemos ayudarlo?-le pregunto la señora.- ¿Quiere que mis chicas entretengan a sus amigos?-dijo, mientras casi al instante aparecían una muchacha para mi y para Max, pero lo extraño que no para Al, quien parecía un conocido de este lugar.
-No, gracias Madame Juliette, venimos por temas de negocios.-dijo un tanto sonrojado (creo que es la primera vez que lo veo así desde que se le rompió su pantalón a los once años).
Luego de este pequeño rechazo a un rato de pecar con lujuria (que igual iba a rechazar, si Ana se enterara me mataría, en cuanto a Max no sabría decir cual sería su respuesta) nos dirigimos hacía una habitación en el piso del lugar, no sin antes encontrarnos con algo que nos sorprendió bastante a Max y a mi, además de un suceso no esperado por parte de nuestro guía.
-¡Al!-grito una chica de pelo castaño con unos grandes ojos azules muy hermosos que fue corriendo hasta donde estaba mi amigo, enroscando sus suaves brazos en el cuello de nuestro guía besándolo ante la sorpresa de este, quien se sonrojo a tal punto que parecía una prolongación del vestido rojo de la chica.
-Hola, soy Juliette, la hija de la Madame del lugar.-nos dijo alegremente a Max y a mí.
-Y es mi novia.-continuo Al.
Eso último me descoloco, dejo en offside a mi cerebro y a juzgar por la mirada de Max, a él también. Reconozco que por muy evidente que puedo de resultar eso con el beso que se acababan de dar, a mi mente le costaba relacionar las palabras “Al” y “novia” en una misma cadena de pensamiento. ¿Al, el frío Al, el fuerte y distante, el arrogante de novio? Debo admitir que me causa mucha gracia, pero también me alegra que en tiempos como estos uno de los nuestros este enamorado. E inevitablemente me puse a pensar en Ana… ¿Cuántos años llevo enamorado de ella, nueve, diez años? Y nunca le pude confesar mi obvio amor. Seguramente ella lo debería saber… ¿pero como descubrirlo? La respuesta era tan obvia, sin embargo, mis labios nunca pronunciaron esas palabras, nunca la besaron, nunca nada, ¿tan cobarde soy? Digo, puede parecer que para una persona que se dedica a exterminar las pesadillas de los humanos puede resultar ridículo pero me daba más miedo confesárselo a ella, más bien confrontar su respuesta que hacerle frente a los 7.405.926 demonios del Infierno…
-¿Torre de control a Mayor Will, hay alguien ahí?-me dijo Max, que parecía extrañado ante mi rostro, verme pensar silenciosamente debió de preocuparlo.
-Ah, si; estoy bien.-le miento casi al instante.- ¿En que estábamos?-dije, para cambiar de tema rápidamente.
-Tratábamos de averiguar quien estaba tras de toda esta porquería, y la Virgen nos dio una revelación; Al tiene novia.-me contestó Max, aunque seguramente ninguna chica en este edificio es virgen.
-¿Qué, no les contaste que soy tu novia?-dijo velozmente Juliette, a punto de empezar una discusión.
-Ehhhh, espera mi amor, estamos en una misión; después hablaremos.-le dijo tartamudeando.-Es por aquí, si quieres puedes acompañarnos Ju.-nos señalo Al, mientras se podía escuchar un “Esto te va a costar” que le saco una leve carcajada a Max y una mirada asesina de Al hacía él.
Al entrar a la habitación nos encontramos en una habitación oscura, donde había una mesa larga donde al final había una persona, o su sombra ya que ni se podría decir si era hombre o mujer, pero sea lo que fuera estaba fumando.
-Buenas noches, Al.-dijo esta misteriosa persona, revelando que era hombre (o tenía voz de tal).-Primero, antes de nada, mis honorarios.-dijo el extraño.
-Ten, toma.-le contestó Al tirando una faja de dinares al otro extremo de la mesa.-Cuéntalos, es lo que habíamos acordado, y empieza a hablar.-dijo impaciente.
-Bueno, esta todo.-dijo tras contar el fajo, para luego apagar su cigarrillo.-Según lo que me comentaste por teléfono, ese hecho de los vampiros es lamentable, cada vez parecen más crueles y no crean a otros a base de vírgenes es alarmante e inusual…
-Dinos algo que no sepamos, tu tiempo es muy caro como para andar haciendo resúmenes.-interrumpió mordazmente Al, o a juzgar la cara de sorpresa de Juliette esta faceta que tan bien conocíamos le era desconocida a ella.
-A base de lo que les dijo el viejo Giepetto a ustedes se pueden deducir un par de cosas.-siguió contando el extraño haciendo caso omiso a Al.-Primero, obviamente ese maestro que el titiritero menciono es un vampiro, pero su particularidad es convertir a gente no virgen, un poder un tanto inusual. Segundos, todos esos humanos se dejaron corromper por sus propios demonios, convirtiéndose en nosferatus. Segundo el motivo de conversión de su maestro es aún más extraño y es una incógnita. Como sabrán, el mítico Drácula se transformo en un vampiro para poder defender a su tierra y alcanzar la vida eterna a costa de renunciar a su religión, así como Erzsébet Barthory lo hizo para alcanzar la juventud eterna a base de incontables asesinatos de jóvenes doncellas. Por ende, para que este “maestro” alcanzara estos poderes esta muy ligado a su motivo de conversión y a lo que renunció. Lo mismo se puede aplicar con los humanos a los que convirtió, ya que su poder es según su motivo, sus demonios internos y si bebió o no la sangre de su maestro. No es lo mismo un joven que ansia la vida eterna sin haber matado a nadie que se esconde en un muelle que un titiritero maldito…
-Espera un segundo.-interrumpió Max.-Yo estuve cuando Al te llamo y nunca te menciono de la misión del muelle…
Un tanto sorprendido, se adelanto un poco revelando que era una mujer, un tanto alta, pálida y tenía el cabello largo y negro, además de un flequillo que le tapaba los ojos.
-Muy bien, mortal estupido, descubriste que algo olía mal y que no eran ustedes.-le dijo a Max con una voz más aguda y malvada que la anterior.-Mmmm, no importaba, mi Maestro me autoriza hablar hasta ahí. También me dice que tú y el otro tienen algo que le llama la atención…-nos dijo a Max y a mí.
-¿Cómo que te DICE, no estará acá?-dijimos los tres casi al unísono. La idea que un vampiro de ese calibre este acá con la ayuda de su sierva era un tanto muy escalofriante.
-No queridos, no está acá.-nos contestó.-Soy una extensión de él, soy su representante a donde quiera que vaya hasta que beba su sangre; soy su Sierva.-concluyó con una reverencia un tanto ridícula.
Después fueron unos segundos de confusión donde se escucho un portazo y los gritos de una chica, pero no se oyeron disparos ni el olor inconfundible a muerte, y a juzgar por la cara de la vampiresa, seguramente no era su caballería la que venía.
-¡No!-gritó Al, ya que aprovechando la confusión de la escena la nosferatu logro apresar a Juliette, y seguramente habría logrado escapar sino fuera porque de repente se abrió la puerta y aparecieron tres hombres, todos ellos altos y vestidos como sacerdotes.
Uno de ellos rondaría la misma edad que el Padre Daniel, era musculoso y tenía el pelo rubio y corto e iba encabezando la comitiva. A su derecha estaba otro hombre, de la misma edad que el anterior, pero con pelo marrón y algo más largo. Por último, a la izquierda se encontraba un chico de la misma edad que nosotros, con el pelo largo, lacio y tenía unos ojos azules parecidos a los de Juliette.
-Hereje, hemos venido a ajusticiarte en nombre de Dios y su Santidad.-dijo el del medio con solemnidad.-No trates de escapar, esta habitación ya fue bendecida.
-No se atrevan a dispararme, ¡tengo a esta chica de rehén!-chillo la nosferatu con miedo.
-No debemos temerle a una basura como tú.-le contestó tranquilamente, mientras sacaba rápidamente un revolver y le disparaba a la cabeza, sin siquiera tocarle un pelo a Juliette que fue corriendo a los brazos de Al. Acto seguido, se dirigió hacía nosotros.
-No se entrometan en nuestros asuntos, esto es jurisdicción del Vaticano.-nos dijo tranquilamente mientras se iba.
-¡Cállate, perro de la Iglesia!-le grité para su sorpresa.-No se entrometan ustedes, que se olvidaron de esta ciudad hace mucho tiempo…
-Nadie nos habla así…-me replicó mientras iba sacando su revolver y yo iba sacando mis Mauser…
-No valen la pena Miguel…-dijo el sacerdote más joven.
-¿Cómo que no valemos la pena?-le dijo tranquilamente Max.-Ven y demuéstralo, mascota del Vaticano…
-Tranquilícense todos-dijo el cura restante.-No nos interesa empezar una pelea, así que relájense todos y ustedes niños vuelvan a su casa, y ustedes niños del Vaticano demuestren más cordura.-concluyó, aunque seguramente Max iba a decir algo más sino fuera porqué Al se lo impidió.
Después de esta pequeña discusión con los sabuesos de su Santidad nos dirigimos hacía el Orfanato. Como era seguro que ese monstruo sintiera la muerte de su sierva y cabía la posibilidad de que pasara por ahí decidimos desalojar el edificio. Para eso Al tuvo que llamar a unos conocidos de aspecto extraño, pero con camionetas para llevarnos a todos de regreso a casa, y cuando regresábamos no pude contener la risa al hecho de lo que estábamos llevando a la Iglesia y la cara de Alex y los demás al entrar rodeados de un sequito de chicas con ropas ligeras.
-Bueno, creo que lo más prudente sería que se queden aquí esta noche, mañana a la mañana las podremos llevar a Nueva Roma.-dijo el párroco.
-Yo me quedo.-dijo firmemente Juliette, cosa que pareció no sorprender a su madre.
-Está bien, te entiendo perfectamente.-dijo con lagrimas en los ojos.-Pero cuídate, ¿Ok?
-Si mamá.-le respondió su hija, que rompió a llorar mientras abrazaba a su hija.
-Despreocúpense, es un hasta luego, no un adiós.-comentó el Padre Daniel.-Cuidáremos bien a su hija. Ahora, váyanse a dormir.
-Si, hay lugar, mientras Juliette duerma con Al y Will con Ana.-dijo Alex en medio de la risas de todos y dos regalos morados de mi parte y de la de Al.
-¿Te pasa algo Will?-me pregunto el padre luego de que todos se fueran a dormir.
-Si Padre, estoy muy preocupado.-le contesté. Había tantos pensamientos dentro de mi cerebro que parecía que iba a explotar.-Ese monstruo al que llaman “maestro”… ¿Cómo puede saber tanto de nosotros?-no me atrevía a insinuar que había un traidor entre nuestras filas…
-Despreocúpate, te aseguro que no hay un Judas entre nosotros.-me tranquilizó en padre Daniel.-Pero si ten cuidado y los ojos abiertos. Por lo que se, ese demonio fue quien eligió ese lugar para hablar y darse a conocer, pero te aseguro que no fue coincidencia que eligiera el local donde la dueña es la madre de la novia de Al, y sino hubieran llegado los del Vaticano, esta hubiera muerto.-sentenció el cura.
-Hablando de eso, ¿Sabía que Al tenía una novia?
-Se, y no porqué el me lo dijo, pero igual después tomo valor y me lo contó.-me contaba el párroco.- La familia de Juliette se mantuve en su oficio de generación a generación, siempre la primera mujer que nace en su familia se encarga de eso, pero el “primero cliente” de ella fue un vampiro, el cual casi la mata, pero fue gracias a Al que ella se salvo. Desde ese día empezaron a salir, no me equivoco al decir que fue la primera persona a la cual nuestro amigo se mostró tal cual es.
-Pero… ¿Por qué? Con él y los demás nos conocemos hace tiempo, y…
-Dime Will, ¿Sabes como termino Al aquí?-me interrumpió el sacerdote.
-Si, una banda de vampiros fueron a su casa, su padre murió para darle tiempo que huyeran y días después esa misma banda los encontró y asesino a su madre.
-Exacto, desde ese día teme relacionarse con las personas; el miedo a perderlas es su mayor temor y a morir, pero no le teme a la muerte como tal, sino a el hecho de que su muerte podría provocar dolor a las personas que lo quieran.-me contó el padre.-No digo que no nos quiera, pero estos temores lo invaden y le impide relacionarse plenamente, él tiene que luchar con sus propios demonios para seguir adelante, y creo que consiguió su primera victoria importante con Juliette.-concluyo el párroco.
Luego de esta charla con el Padre Daniel me retire a mi cueva a dormir, pero antes me encontré con Al en el pasillo y me quede mirándolo unos segundos.
-¿Qué pasa, te gusto o tengo algo raro?-me burlo.
Yo no le contesté, me limite a reírme un poco y él, extrañado, se metió en su habitación sin decir nada, y yo luego de unos segundos también me metí a mi habitación a acostarme. Y me puse a pensar en todo lo que había pasado entre que me levanté y este momento, pensando en cuál complejo es todo y extrañando lo fácil que es todo cuando se es niño…
Notas de Autor: “Nueva Roma” es lo mismo que Roma-2, de hecho pienso cambiarle el nombre al primero. Y los “7.405.926 demonios del Infierno” no es un número al azar, según una fuente de “nomeacuerdocual” (xD), esa era la cantidad de demonios en el infierno o.o Después, los asesinos del vaticano se llaman así por los arcángeles de la tradición cristiana. Y lo de "Torre de control a mayor Will" es una alución a una canción de David Bowie, espero con ansias ver quien sabe cual es (?). Nah, es fácil adivinar cual es xD.
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Pongo esas notas para la gente que no entiende ciertas cosas o no tiene un poquitin de cultura general (?) xD. Perdón por las faltas de ortografía o incoherencias, no conté con ayuda hoy xdd, excepto un consejo de Kaiser que espero que les facilite la lectura (XD)
- Lightbrad
- Aclimatándose al nuevo hábitat
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- Registrado: Mié May 21, 2008 8:11 pm
Re: Pandemonio y Edén
Esta muy bueno,siguelo,me gusta las descripciones a detalle que haces,te felicito,espero el siguiente capitulo.
P.D:Te hago publicidad.
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- RuNToR
- Miembr@ del Pilar Celeste
- Mensajes: 1349
- Registrado: Lun Ene 02, 2006 2:03 pm
Re: Pandemonio y Edén
Luego de este pequeño rechazo a un rato de pecar con lujuria (que igual iba a rechazar, si Ana se enterara me mataría, en cuanto a Max no sabría decir cual sería su respuesta)
Excusas ò.ó xDD
Lindo capi, espero ansiosamente la pelea Belial vs Will (?)
Quién compartirá mi desconsuelo,
y mi destierro de civilización?
Quizá muera odiándote y entendiéndote a la vez,
que de tanto que pude haber hecho por vos,
entregues mi alma al mejor postor...
Grax Dream ^^
AR-GEN-TINA!!
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Regalos ^^: Jose // Tomá' // Belu // Dream
EN LAS MALAS SIEMPRE, QUE LAS BUENAS YA VAN A VENIR!!!
y mi destierro de civilización?
Quizá muera odiándote y entendiéndote a la vez,
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- Kaiser Von Payer
- Héroe/heroína de la región de Aura
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- Registrado: Mié Feb 01, 2006 8:36 pm
Re: Pandemonio y Edén
Belial e' marik, aguante Belcebú...
Hace mucho leí este capítulo, simplemente me olvidé de opinar, aunque ya te di mi opinión en el MSN
Hace mucho leí este capítulo, simplemente me olvidé de opinar, aunque ya te di mi opinión en el MSN