La Leyenda de los Cinco Dragones

Punto de encuentro para la exposición de creaciones personales derivadas O NO del mundo POKéMONesco.
Sapphire
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La Leyenda de los Cinco Dragones

Mensajepor Sapphire »

En este fic no saldra nadie.

Prólogo
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Traducción:
'' Cinco poderes...
Cinco espadas...
Cinco chicos...
Un mundo...
Donde todo es posible...
Y los sueños se hacen realidad...
¿Te atreves a...
...adentrarte en Altrisk? ''

Pronto pondré el primer capítulo.

Pd: El fic de ''Hielo y Cristal'' no lo dejaré ^^
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**Koke**
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Mensajepor **Koke** »

valla Sapphire se ve... intrigante voy a tener q comensar a leer de neuvo hielo y cristal por q me perdi de donde estaba xD pone luego el primer capitulo

Bye!

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D-idara
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Mensajepor D-idara »

guau sapphire muy buena la intro,yo en mi caso esperare a terminar el angel del caos para empezar el otro fic ^^,la intro esta bastante descriptiva aunque parezca de cine(so te lo dije por msn xD)

lo unico que no me gusto es que no va a aprecer nadie pero esta weno igual ^^
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yoyoyo
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Mensajepor yoyoyo »

...no entendia mucho el pergamino ~~! por lo menos lo traduciste...

(nose pq he escuchado [altrisk] eso antes)

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j0s3135
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Mensajepor j0s3135 »

Wow otro fic Sapp, por eso no escribías tanto en el Hielo y Cristal, porq estabas inspirado en este, seguiré cada paso que des y... ¿Altrisk?

Para mi es un nombre original, pero según leí, parece que lo conocen, no sé, wenu, eso nu ma, original, 5 guerreros y creo qyue vas a tener un gran futuro
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Dexim
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Mensajepor Dexim »

Me gusta =D. Es intrigante y no entendi el pergamino xD no se porque, pero pienso que los cinco chicos seran las reencarnaciones de los dragones :roll:

Continualo, me gusta mucho =D

Saludos
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             ¿quieres estrenar una buena firma?

Sapphire
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Mensajepor Sapphire »

Capítulo 1

Un mundo… Un mundo donde todo es verde y habitan extrañas y peligrosas criaturas. Cinco templos, cinco espadas, cinco sombras. Un hombre albino se miraba las manos, unas manos rebosantes de poder…
- Te estoy esperando…


Leticia se levantó sobresaltada y se toco la cabeza mientras jadeaba, su corazón iba a cien por hora. Se encontraba en su pequeña habitación situada en el desván de la pequeña casa donde convivía con su madre y su Pastor alemán, Jack. Leticia empezaba a encontrarse bastante mal mientras intentaba recordar el sueño del que acababa de despertar. Ese sueño se repetía una y otra vez, siempre era el mismo y eso la inquietaba, pero por otra parte, solo era un sueño. Se levantó de la cama y se calzó las zapatillas que estaban al lado de su cama, nada más ponerse las zapatillas se oyó un ladrido en el piso de abajo, Jack ya se había despertado y seguramente estaba hambriento. Bajó por las escaleras y pudo escuchar como su madre reñía a Jack, que al parecer estaba haciendo demasiado ruido. Cuando entró en la cocina vio unos trozos de porcelana en el suelo, Jack saltaba por la cocina y corría de un lado a otro, mientras que su madre buscaba con nerviosismo la escoba. Al ver a Leticia sonrió y le entregó una nota, Leticia leyó la nota con curiosidad y reconoció la letra de su amigo Ramón.
<< Te estaré esperando a las once en la entrada del Bosque

Ramón

PD: No traigas a Jack >>
Leticia sonrió feliz y miró su reloj, tenía cuatro minutos para desayunar y vestirse. Arrugo la nota y la guardo en el bolsillo de su pijama mientras corría escaleras arriba. Antes de salir de la cocina su madre le recordó que debía ir a clase para practicar con la Flauta Travesera. Cuando llegó a su habitación cogió lo primero que pilló y mientras con la boca sujetaba una goma empezó a cepillarse el pelo para ponerse una cómoda coleta. Bajo de nuevo y cogió una tostada de la mesa, acarició a Jack y le dio un beso a su madre. Cuando salio de casa le recibió una fuerte ráfaga de viento y se tapo la cara con el brazo mientras que con la mano del otro brazo se sujetaba el vestido. Salió corriendo hacía el Bosque que estaba cercano a su casa, había muchas leyendas sobre ese Bosque, por esa razón a Leticia y sus amigos les gustaba tanto ir por allí. Cuando llegó por fin vio a cuatro figuras que la esperaban en la entrada del Bosque.
- Llegas tarde, es imperdonable – bromeó una de las chicas. Tenía el pelo largo, de un castaño oscuro y con ondulaciones. Leticia sonrió mientras recuperaba el aliento
- Venga Nicole, no seas así – dijo otro de los chicos. Tenía el pelo castaño claro y llevaba unas gafas negras – Supongo que te acabas de despertar, ¿no, dormilona?
- Me conoces demasiado, Ramón – sonrió Leticia ya recuperada.
Los otros dos integrantes del grupo eran Leonor y Samuel, ambos muy alegres. Samuel y Ramón se llevaban genial, pero les encantaba picarse el uno al otro. Leonor se llevaba bien con Leticia, y Nicole quería a esta como a una hermana mayor, ya que Nicole tenía solo diez años. Los cinco se adentraron al claro y tranquilo bosque, a pesar de su hermosura decían que era bastante peligroso, pero aún así los cinco jóvenes lo investigaban. Pero ese día, Ramón había encontrado algo muy interesante, por eso los había reunido a los cinco un domingo, cuando deberían quedarse en casa con sus familiares y cada uno iba a una clase extraescolar diferente. Ramón iba a natación, era el mejor de su equipo pero a pesar de eso siempre intentaba superarse, Leonor ayudaba en el periódico escolar haciendo artículos que tenían enganchados a casi todo el pueblo, Nicole ayudaba a sus padres en la floristería que llevaban, Samuel por otra parte, cada Domingo hacía algo diferente, finalmente Leticia iba a clases de Flauta Travesera. El Sol brillaba intensamente ese domingo, y el Bosque no parecía nada peligroso, si no todo lo contrario, un lugar agradable donde pasar una tarde con los amigos. Ramón los guió por un pequeño pero seguro sendero embarrado, cada vez olía más intensamente a flores. Pronto llegaron a la entrada de una cueva, estaba cubierta de suave musgo y alrededor había algunas plantas que tapaban un poco la entrada de manera que desde lejos no se podría diferenciar. Ramón entro y los demás le siguieron, Leonor encendió un mechero que había cogido por petición de Ramón. La cueva era lo suficientemente grande para que entraran ellos cinco sin tener que agacharse. Leonor alumbró una pared y los cinco pudieron observar cinco signos que les llamaron poderosamente la atención.
El primer signo era una hoja, el segundo una ala, a continuación venía una llama, seguido de tres extraños copos en triángulo y finalmente una gota de agua.
- Son los cuatro elementos, y… - Leonor se acercó más a la pared - ¿Qué signo es el cuarto? No me suena de nada
- Claro, ese signo fue eliminado hace tiempo de los elementos. Es el signo del Hielo, según un libro que encontré decía que los antiguos eliminaron a ese elemento por su gran parecido con el Agua – explicó Ramón
- ¿Y para que nos has traído? – preguntó Leticia mientras se cruzaba de brazos
- Pues… No estoy seguro, solo quería que los vierais
Nicole salió fuera dejando a los otros cuatro mirando con curiosidad los cinco signos: Tierra, Aire, Fuego, Hielo y Agua ¿Tenían algún significado en especial? Seguro que solo era un simple grabado de adorno. Leticia también salió fuera y miró su reloj, casi era la hora de su clase de Flauta Travesera. Se despidió de sus amigos y salió corriendo. Solo se escuchaban sus pasos y el crujido de las hojas caídas al ser pisadas por la joven. De golpe sintió un frío que le hizo detenerse de golpe, miró detrás de ella y sintió como la observaban, le recorrió un escalofrío y se acaricio un brazo inconscientemente. Sacudió la cabeza confusa y volvió a emprender la carrera para salir del Bosque. Pero no se dio cuenta de que en el sitio donde se había parado, unas hojas que había en el suelo habían quedado congeladas.

...
- ¿Estas bien, Leti?
- ¿Eh? – Leticia despertó de su trance y miró asombrada a su profesora
- Digo que si estas bien. Es raro que no estés practicando – dijo mientras señalaba la flauta que Leticia tenía en la mano.
- Estoy bien, solo pensaba en cosas.
Su profesora asintió y se acercó a dos chicas que discutían acaloradamente. Leticia suspiró y se puso la flauta en los labios, miro una vez más la partitura y tomo aire. Comenzó a tocar, pero los dedos se le estaban helando y cada vez le costaba más. Finalmente, guardo el instrumento y se acercó de nuevo a su profesora. Le explico que no se encontraba bien y salio corriendo del aula. Cuando se encontró por fin en el exterior suspiró y dejo de correr. Camino sin rumbo fijo, con la mente en otro sitio, estuvo a punto de chocar dos veces. Sin darse cuenta, entró en el Parque y se sentó en un banco cercano a la gran fuente de los Pétalos. Miró su reloj, no podía ir a casa hasta que fuera la hora, ¿Cómo diantre iba a explicarle a su madre que por culpa de un insignificante grabado se encontraba así de rara? Estaba claro que no la creería, y se llevaría un buen castigo por haber entrado en el Bosque. Cuando estaba apunto de levantarse, vio a lo lejos un pequeño destello azul. Instintivamente corrió hacía él aun cargando con la flauta, cuando llego, busco nerviosamente de done provenía el brillo. Por un instante pensó que se lo había imaginado, pero, posado en la verde hierba, había una pequeña esfera azul, un azul tan frío como el hielo y que producía un efecto de tranquilidad a Leticia. Esta se acercó y cogió con delicadeza la pequeña esfera, parecía normal si no fuera por el signo que había dentro de la esfera. Eran, los mismos signos de la cueva, los extraños copos que formaban un triángulo. Un suave pero potente brillo pillo desprevenida a Leticia, quien cayó hacía atrás mientras la esfera cambiaba de forma con lentitud.

...
- ¿Nicole? ¿Nicole donde estas?
- Aquí, mama – dijo la niña con suavidad
Nicole estaba acostada en la hamaca que colgaba en dos robustos robles que había al lado de su casa. Miraba al cielo seriamente mientras pensaba en... ¿otros mundos? Su madre se detuvo ante ella y se cruzo de brazos. La niña miro de reojo sin moverse ni un centímetro, su madre suspiró al ver la tranquilidad de Nicole y por fin hablo.
- ¿No deberías estar limpiando tu cuarto?
Su hija no respondió, siguió mirando el cielo hasta que por fin dijo algo que dejo sin palabras a su madre.
- ¿Crees en otros mundos?
- ¿O...otros mundos? – balbuceó su madre
- Si, otros mundos
- ¿En Marte y Saturno, por ejemplo?
- Puede... Simples mundos que los humanos no alcanzamos a ver ni conocemos
- Si solo tienes diez años, ¿Cómo piensas tú en eso? – su madre suspiró de nuevo y dejo a su hija en la soledad del mediodía. Nicole se levanto, desde que había vuelto de la cueva se sentía extraña. Pensaba con detenimiento antes de hablar o actuar, cosa que antes jamás había hecho. Se estiró y cerro los ojos, disfrutando del viento que comenzaba a soplar, meciendo con suavidad la pequeña hamaca. Se acercó a la puerta, pero antes de entrar observó un rayo rojizo a un costado de la casa, se detuvo un momento y se frotó los ojos. El brillo volvió a cegarla por un instante, finalmente se acercó al brillo con sumo cuidado por si había algo peligroso. Pero, allí, solo había una inofensiva esfera roja. Nicole rió para si misma por haberse asustado, se agacho y recogió a la esfera. Comenzó a girarla sobre sus manos y observarla con detenimiento. Dentro de la esfera, había un signo, uno de los signos de la cueva, el signo del fuego. Todo parecía sacado de una película de fantasía, reflexionó Nicole. Cuando estaba a punto de posarla, la esfera comenzó a cambiar lentamente de forma, sobresaltando a la niña de ojos marrones.

...
El agua estaba en calma, no se escuchaba nada molesto. Ramón nadaba tranquilamente en la piscina cubierta en las afueras del Pueblo. Casi todos los presentes lo miraban con bastante envidia, Ramón era ágil, rápido y silencioso. Casi no se notaba que nadaba, debido a que no hacía ruido, mientras que otras personas te podían hundir completamente con sus torpes movimientos. Ramón salio de la piscina, se acercó al trampolín y se preparo para saltar, por quinta vez en un día. Contó hasta cinco y se tiro, fue un salto perfecto e impecable, ningún fallo. Comenzó a nadar a brazada con gran rapidez, pronto llego a la otra orilla, antes de chocar dio una voltereta bajo agua y volvió a la otra orilla de donde había salido. Cuando llego, salió de la piscina y cogió la toalla que le ofrecía un hombre de mediana edad. Iba vestido de rojo y blanco y llevaba un silbato en el cuello, Ramón sonrió al verle y se secó la cabeza con la toalla. El entrenador también sonrió y se cruzo de brazos en actitud apacible.
- ¿Vienes a entrenar todos los días, verdad?
- Si – afirmó el joven mientras se secaba los brazos
- Creo que sería el mejor nadador para el campeonato, ¿no crees?
A Ramón se le iluminaron los ojos y en su cara se dibujo una sonrisa radiante. El entrenador entendió eso como un sí y se dio la vuelta, consultando un papel que traía. Ramón se puso la toalla en los hombros y camino distraídamente hasta el vestuario de hombres. Nada más entrar, otra toalla le golpeo en la cara, Ramón la recogió y vio a Samuel riéndose de él. Ramón suspiro y poso ambas toallas en el banco cercano a su taquilla. Samuel se sentó en el banco y observó como Ramón abría la taquilla.
- Que pececito, ¿te eligió tu entrenador?
- ¿Te importa mucho torrija? – rió Ramón
- Claro, tengo que ver como te ahogas – se burló Samuel amigablemente
Ambos chicos siguieron bromeando hasta que Ramón acabó de prepararse y salieron juntos del edificio. Justo en frente, estaba la estación de autobuses por lo que sol obtuvieron que cruzar. Samuel comentó que era una lata tener que coger el autobús para poder ir al Polideportivo y a la piscina cubierta, Ramón asintió sin escucharlo, simplemente por hacer algo. Cuando los dos estaban esperando, vieron dos brillos, uno verde y otro azul oscuro. Samuel fue el primero en levantarse del banco para acercarse al extraño pero atrayente brillo, Ramón lo siguió por puro instinto. Buscaron por entre los matorrales de donde provenían los brillos, hasta que Ramón llamó a Samuel. Este se acercó al joven y miró donde Ramón indicaba. Había dos pequeñas esferas, una verde y otra de un color azul intenso. Ramón cogió la azul y la observó con delicadeza, temiendo romperla, sin embargo Samuel cogió la otra esfera sin delicadeza alguna, ya que a pesar de su frágil aspecto no debería romper fácilmente. En el interior de la esfera verde brillaba una hoja, mientras que en la azul brillaba una gota de agua, exactamente como los grabados de la roca. Como les había pasado a las otras chicas, las esferas comenzaron a transformarse lentamente, pero ninguno de los dos se asusto.

...
- ¿Y que tal de la contaminación del planeta? – Sugirió Leonor mientras mordía un bolígrafo distraídamente
- Pues estaría bien, teniendo en cuenta que escribes genial – dijo la Reportera Jefa
Leonor sonrió, se levantó y bostezo agotada. La Reportera Jefa también se levantó y se acercó al ordenador central, seguida de dos chicas que se ocupaban de imprimir el periódico escolar. Leonor abrió la pequeña nevera que tenían situada al lado de un armario y sacó una pequeña chocolatina envuelta en papel plata. Se sentó en el sofá y simplemente dejo de estar en esa sala. Todo el mundo sabía que la joven Leonor era una chica muy fantasiosa, siempre estaba en las nubes y casi nunca prestaba atención a lo que ocurría a su alrededor, unas cualidades extrañas para una reportera, pensaban algunos. Pero aún así, Leonor era increíblemente buena en su ‘’trabajo’’ de reportera. Sus trabajos siempre eran los más completos y los más limpios, además de su forma de escribir, que atraía a muchos lectores, tanto jóvenes como ancianos. Sonó el timbre y todas las personas presentes cogieron su mochila y se despidieron. Leonor se levantó y tiró el papel de la chocolatina, cogió su mochila, se despidió de la Reportera Jefa y salió de la pequeña pero acogedora habitación donde normalmente trabajaba en sus artículos después de buscar información, claro. Cuando salió llovía y Leonor suspiró indignada, cuando traía paraguas nunca llovía, en cambio que hoy no lo había traído se ponía a llover a cantaros, se quito la mochila y se la puso en la cabeza. Cuando salió suspiró por segunda vez y giró a la derecha, camino a su casa. De pronto se detuvo, giró sobre si misma y fijo sus ojos marrones en un arbusto de flores blancas. Había notado algo brillar, ese algo volvió a brillar, un brillo violeta y muy llamativo. La muchacha se acercó con cautela y separo un poco las ramas del arbusto. Al fondo, había una diminuta esfera violeta que emitía un débil brillo muy atrayente. Leonor la sacó con dificultad y una vez que estuvo en sus manos comenzó a investigarla. Era muy bonita, suave y en el interioro brillaba una ala violeta, como el grabado de la cueva, ¿qué sería? Miles de ideas fantasiosas pasaron por su mente y sonrió para si misma. Dejó caer la mochila y lanzó un grito de sorpresa, la esfera comenzaba a transformarse lentamente, tal y como habían hecho las otras cuatro esferas.

- - - - - - - - - - -
Bueno, hasta aquí el primer capítulo ^_^ Espero que os haya gustado, me he esforzado al máximo (bueno, no exagerare xDDD) El principio parece un poco ‘’común’’ pero no os dejéis engañar. Pronto más misterios y acción, además del nuevo mundo, por supuesto. Estos capítulos no tienen nombre, así que no puedo decíroslo x’D aunque sería algo así como ‘’El nuevo mundo’’
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yoyoyo
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Mensajepor yoyoyo »

floristería

es lo mismo que ... florería???
cuando llego

falto un tílde XD
Ramón salio de la piscina, se acercó al trampolín y se preparo para saltar, por quinta vez en un día.

esa oración, como que no la entiendo... acaso es mucho un 5 clavado al día O.o?
-----
pues bien.... bien largo X_x!
pero esta bien... y como dijiste... es como común _-_!

siguelo...

Sapphire
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Mensajepor Sapphire »

yoyoyo escribió:
floristería

es lo mismo que ... florería???
cuando llego

falto un tílde XD
Ramón salio de la piscina, se acercó al trampolín y se preparo para saltar, por quinta vez en un día.

esa oración, como que no la entiendo... acaso es mucho un 5 clavado al día O.o?


1º Si xD Aquí en españa es Floristería
2º Ups x'D siempre me pillas los fallos x3
3º hombre, yo considero que salir de la piscina cinco veces para tirarse del Trampolin es demasiado xD Yo solo hago largos x3
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D-idara
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Mensajepor D-idara »

muy bueno el cap sapphire, a todos les paos exactamente lo mismo, es obvio, e un capitulo de introduccion,pero con tu genio creatvio estoy seguro de que lo lograras, este fic parece tener futuro ^^

por cierto que es una tilde??xD

PD: si puedes oasate por mi nuevo fic:los ocho simbolos ancestrales
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j0s3135
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Mensajepor j0s3135 »

Ufff, Lei completo el episodio, fue larguisisisisimo, me demore toda la tarde en leerlo (debido a q tuve q tomar 11 xD) Wenuh, 5 esferas, lo d emorado no entiendo, supongoq es Aire?

Wenuh, ezhu nu mah. Nu tengo naa mas q decir, seguiré leyendo Shau
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Sapphire
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Mensajepor Sapphire »

Bueno, hoy a ver si puedo acabar el Capítulo 2 xD Como estuve de limpieza todo el día pues.. No pude esccribir mucho x3 Además intento hacerlos más largos y mejores que los de Hielo y Cristal x3
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The Black Knight
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Mensajepor The Black Knight »

buen fic, me gusta, y yo no lo encontre muy comun, solo lo de las esferas jejejeje bueno, Xau

Sapphire
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Mensajepor Sapphire »

Capítulo 2

La esfera comenzaba a cambiar de forma lentamente. Se convirtió en un objeto alargado y acabado en punta, Leticia pestañeo incrédula mientras sostenía una Espada azul-blanca tan fría como el hielo y que emitía un brillo del mismo color que la espada. La levantó con delicadeza y la miró con curiosidad, se levanto del suelo y apoyó la espada en el suelo. ¿Y ahora que? ¿Iba a casa y le decía a su madre que una esfera se había transformado repentinamente en una espada helada? ¿Dónde la guardaría? Leticia sacó de su mochila una chaqueta y envolvió la larga espada, recogió la funda en la que estaba su Flauta Travesera y salió corriendo del parque. La casa de Nicole estaba de camino a su casa, así que se paro a mostrarle la increíble espada que tenía en su poder. Pico en el timbre de la gran casa y una mujer de cabello y ojos marrones le abrió la puerta, era la madre de Nicole, miró a Leticia con curiosidad y seguidamente sonrió.
- Nicole esta en su cuarto, cielo
- Muchas gracias
Leticia se despidió con la mano de la mujer y corrió escaleras arriba, pico en la puerta de la habitación de Nicole y cuando entró se quedo de piedra. Nicole tenía una espada roja en las manos, la niña al escuchar la puerta miró hacía ella y también se quedo de piedra al ver a su amiga Leticia con otra espada. Leticia solo acertó a cerrar la puerta de golpe para que no las vieran, Nicole posó su espada y cogió la de Leticia quien se había sentado en el suelo al lado de su amiga. Nicole abrió mucho los ojos debido a que cuando cogió la espada helada se había congelado la mano, Leticia le quito la espada de la mano bruscamente y seguidamente observó la helada mano de Nicole. La niña cogió su espada y seguidamente su mano se descongelo, ambas posaron la espada en la cama y comenzaron a hablar emocionadas de las misteriosas espadas y todo lo que había sucedido. Después de unos minutos, escucharon que alguien picaba a la puerta y en el umbral aparecieron Ramón y Samuel ambos con un objeto alargado en las manos y tapados con chaquetas. Leticia y Nicole se pusieron bruscamente en pie y los dos chicos destaparon los objetos, eran otras dos espadas. La espada de Ramón era azul oscuro y tenía un aspecto parecido al agua, mientras que la de Samuel era verde y en el mango tenía varios adornos con forma de hojas. Los dos chicos posaron las espadas al lado de las de las chicas, Ramón observó las dos espadas y se acarició la barbilla pensativo.
- Vale, Samuel y yo tenemos las espadas que si no me equivoco son de Agua y Tierra – Ramón señalo la espada de Nicole – Esa si no me equivoco es la de fuego, ya que tiene cierto aspecto además del brillo y el color – señalo la espada de Leticia – Esa... Creo que es Hielo, ¿no?
- Entonces, falta Aire – razonó Leticia - ¡Claro, la tiene Leonor!
- Debemos llamarla y preguntárselo – dijo Nicole sacando un móvil de un cajón de la mesita
Los cuatro se sentaron en la cama al lado de las espadas y se acercaron a Nicole para escuchar lo que decía Leonor, pero no hizo falta, ya que la niña puso manos libres. Al otro lado del teléfono sonó la soñadora voz de Leonor, Nicole le contó cada detalle y la muchacha prometió que estaría allí en tres minutos, y tal como había dicho, en poco tiempo apareció en casa de Nicole. Leonor traía una espada morada con un suave brillo violeta. La joven abrió mucho los ojos y se acercó a sus amigos, miró las espadas que reposaban encima de la cama y poso su espada al lado de las demás mientras las examinaba con curiosidad. Leonor se sentó en el suelo junto a Nicole y enfrente de los otros tres. Ramón suspiró y echo otro vistazo a las espadas.
- Vale, ¿y por que diantre tenemos una espada cada uno? – preguntó el joven a nadie en particular
- No lo sé, pero por algo será. ¿No? – Respondió Leticia – Yo creo… que fueron esos grabados de los cinco elementos, cada espada tiene un poder, o al menos eso parece. Y son los cinco elementos, ¿verdad?
- Ya, ¿y para que necesitamos una espada? ¿Para cortar carne? – preguntó sarcásticamente Samuel
Leticia suspiró y se estiró mientras miraba su espada que emitía un brillo blanco-azulado, al igual que la de sus amigos que emitían otros brillos igual de llamativos. Estuvieron hablando toda la tarde de las misteriosas espadas, incluso la madre de Nicole les subió comida para que se quedaran. Con gran rapidez llegó la noche y los jóvenes tuvieron que despedirse de Nicole, cada uno envolvió su espada en una chaqueta de manera que no se viera mucho para no levantar sospechas. Cada uno salio de la casa de la niña y fue hacía un lado, Leticia cogió fuertemente su espada y la funda donde se encontraba su adorada Flauta Travesera. Cuando llegó a su casa abrió la puerta con suavidad por si su madre ya dormía, entró y escucho el televisor del salón, se acercó lentamente y vio en el sofá a su madre y a Jack durmiendo placidamente, Leticia sonrió y subió a su habitación. Poso su espada en el escritorio y se puso el pijama, estaba muy agotada, a pesar de que el día había pasado volando había sido agotador. Pronto se durmió, pero no se dio cuenta de que su espada brillaba mucho más de lo normal, el brillo inundó toda la habitación y al instante… Leticia ya no se encontraba allí, ni su espada tampoco.

Soplaba el viento, un sonido muy agradable despertó a Leticia de su leve sueño. Abrió los ojos y se los frotó mientras bostezaba, se sentó en el suelo y miró a su alrededor. Se encontraba en un frondoso bosque donde los árboles se mecían con la suave brisa y el sol se colaba entre las ramas de los grandes árboles. La chica se levantó muy sobresaltada, ¿Qué hacía ella en un Bosque? Empezó a ponerse realmente nerviosa, a su lado vio su espada y por instinto la recogió del suelo. Cuando estaba apunto de irse de aquel pequeño claro, notó una presencia detrás de ella, se giró bruscamente y vio algo que la dejo un poco confusa. Una mujer de tez blanca, cabello rubio que vestía una túnica blanca con varios adornos dorados se acercaba a ella lentamente, lo que más sorprendió a Leticia fue sin duda, sus orejas, unas orejas acabadas en pico y ligeramente alargadas. La elfa miró con cierta cautela a la joven y se acercó más a ella, Leticia retrocedió intimidada, pero la elfa no dio muestras de haberse ofendido. Torció su pequeña boca formando una media sonrisa que desconcertó aun más a Leticia, la elfa por fin habló:
- ¿Qué se supone que hace una humana en el hogar de los Elfos? – inquirió la elfa con suavidad y con un perfecto acento español, cosa que sorprendió aún más a Leticia dado que los elfos hablan élfico.
- Yo... pues... no… - tartamudeo la joven
La elfa asintió levemente y se dio la vuelta, le hizo una seña a la chica para que la siguiera y esta obedeció sin cuestionar nada. Caminaron unos instantes por el hermoso Bosque, Leticia miraba a su alrededor con sorpresa, era un Bosque más hermoso y brillante que todos los que había visto. Pronto llegaron a un lugar por donde no se podía continuar, ante ellas había un pequeño acantilado, la elfa se acercó con lentitud a la orilla y Leticia la siguió, debajo de ellas se alzaba una hermosa ciudad de blancos edificios. Leticia ahogo un grito de sorpresa mientras agarraba con fuerza su azulada espada. La elfa volvió a sonreír y señaló la ciudad con su alargado y blanco dedo.
- Humana, esa es la Ciudad de Narlet, y yo soy su princesa, Nessa Serindë – Explicó la elfa con su suave voz – Estas invitada a ir a la Ciudad hasta que los Reyes decidan que hacer contigo.
Leticia asintió con suavidad, y siguió a la elfa que descendía por una cuesta situada a su izquierda. Cuando llegaron a la ciudad, pasaron por delante de una hermosa fuente que expulsaba un agua cristalina y que incitaba a beberla, todo el mundo se giraba para observar a la princesa y a su extraña compañera humana. Algunos murmuraban y señalaban a Leticia que se sonrojaba mientras aferraba con fuerza su espada, llegaron a un edificio mucho más grande que los demás, tenía altas torres y una larga escalera, era el gran Palacio de la Ciudad, o al menos eso se imaginó la joven. La elfa subió las escaleras con lentitud y cuando llegó a la gran puerta, se detuvo esperando a Leticia. Dos soldados también elfos hicieron una leve reverencia a la princesa y miraron incrédulos a Leticia quién miró al suelo sonrojada otra vez, sintiendo que miles de ojos se clavaban en ella, a pesar de ser solo dos personas quien la miraban. Atravesaron el umbral de la puerta y se encontraron en una gran sala de baldosas marrones y paredes blancas, la elfa no se detuvo y siguió caminando, subieron más escaleras y se detuvieron ante otra gran puerta. Nessa hizo una seña a Leticia para que esperara y pico en la puerta, esta se abrió sola y Nessa cruzó el umbral. Leticia se quedo mirando la puerta con cierta confusión y se apoyó en una pared, a su lado había varios cuadros que parecían plasmar a antiguos reyes y reinas que gobernaron en Narlet. Un elfo de expresión seria miraba de mala manera a Leticia, a esta le recorrió un escalofrío y bajo la mirada al suelo. La puerta se abrió ante ella y una grave voz le pidió que entrara, Leticia dudo un instante pero entró en la sala. En el centro había dos tronos, el trono de la izquierda era dorado y tenía ciertos adornos de hojas de acebo plateadas, mientras que el trono de la derecha era un poco más pequeño de color plateado con adornos dorados. En el trono de la izquierda había un elfo de pelo gris sujetado en una coleta y de ojos verdes llenos de sabiduría, mientras que en el trono de la derecha había una elfa muy parecida a Nessa, excepto que parecía un poco más anciana a pesar de su aspecto sin arrugas, la elfa sonreía cariñosamente y con afecto. Nessa miraba seriamente a Leticia desde una esquina de la gran y redonda sala. El elfo que lucía una corona de rubíes se levantó del trono y habló con una grave voz que reconoció de antes.
- Bienvenida humana. La princesa Nessa me ha explicado que te ha encontrado en el Bosque sagrado, donde solo pueden entrar las personas de sangre real – el elfo recalcó notablemente la palabra ‘’solo’’
- Yo… No… Pero yo dormía y…
Nessa se acercó a su padre y le susurró algo que Leticia no pudo escuchar, la cara del rey cambió notablemente a una sonrisa de oreja a oreja, mientras que la reina miraba sorprendida a la princesa. El rey asintió levemente de manera que casi no se podía percibir. La reina se levantó y se acercó a Leticia sin dejar de sonreírle, cogió las manos de una sorprendida Leticia y le acarició el pelo con cariño. Leticia se empezó a poner un poco más nerviosa, pero no se movió por miedo a enfadar a aquellos reyes. La Reina se dio cuenta de que la joven estaba un poco incómoda y le soltó las manos con delicadeza y sin dejar de sonreír.
- Pareces una humana muy joven – comentó la Reina con la misma suave voz de Nessa – Supongo que estarás agotada del viaje, ¿me equivoco? – Leticia negó con la cabeza – Bien, en ese caso llamare a Hiril, ella te llevará a tus aposentos donde podrás descansar y darte un baño con tranquilidad.
- Gracias... – susurró Leticia
La reina asintió con la cabeza y la joven pudo observar que su corona era de hermosos Zafiros que llamaron mucho la atención de Leticia. El rey aplaudió y por una pequeña puerta escondida en una esquina apareció una elfa de melena y ojos marrones, la elfa se acercó a Leticia y esta supuso que esa era Hiril. Hiril hizo una leve reverencia y le hizo una seña a Leticia para que la siguiera, salieron de la sala y caminaron por el largo y oscuro pasillo, pasaron antes varias puertas de pequeña estatura comparadas con la puerta del salón de los Reyes. Llegaron a una pequeña puerta de una madera suave al tacto y marrón claro, Hiril abrió la puerta y Leticia entró lentamente y aún aferrando su espada como si su vida dependiese de ello. Estaba en una hermosa habitación circular, de baldosas blancas y paredes azul pálido, cerca de un gran ventanal había un hermosa y grande cama azul con dosel, a los lados había pequeñas mesitas con flores, a la izquierda de la cama había un tocador al lado de un armario. Sin duda era una hermosa habitación, y lo mejor de todo, es que sentadas en un sofá cercano a la cama, estaban Nicole y Leonor hablando animadamente. Leticia corrió hacía sus amigas y estas al verla se levantaron con una gran rapidez y se abrazaron cariñosamente. Leticia posó su espada junto a las de sus amigas y se sentó con ellas, Hiril tosió y se acercó a las tres jóvenes.
- Eh... Disculpad señoras... digo señoritas... – dijo tímidamente la elfa – Había dos humanos que querían verlas a ustedes dos – Hiril hablo mirando a Nicole y a Leonor
- ¡Samuel y Ramón! – Exclamó Leonor más animada que antes - ¡Por favor vete a buscarlos!
- Eh... si señorita – Hiril se acercó a la puerta pero antes de cerrar se giró a las tres chicas – Disculpen, si quieren vestuario más cómodo tienen tres túnicas en el armario y zapatos en el arcón que hay debajo del sofá
Hiril salió de la sala y cerró tras ella la pequeña puerta de la habitación. Las tres amigas corrieron al armario y lo abrieron de golpe, había tres túnicas largas y muy bonitas, una era blanca, las mangas eran anchas, en la cintura se apretaba un poco para luego dejar lo de abajo completamente libre, lo más bonito sin duda eran los adornos celestes que había en el pecho de la prenda, una de las otras túnicas era muy parecía a la anterior excepto que era muy floja, daba mucha libertad y tenía varios adornos plateados, la tercera túnica era un poco más pequeña que las anteriores, del mismo estilo que la primera pero con adornos y puntitos dorados. Nicole cogió la que mejor le quedaba, que sin duda alguna era la tercera, Leonor cogió la segunda y Leticia la primera, las tres chicas esperaron impacientes a sus amigos, el tiempo pasaba y no llegaban. Nicole empezaba a ponerse un poco nerviosa y se levantó del sofá para investigar un poco la habitación. A los minutos de que Nicole se levantara alguien picó con suavidad en la puerta y las tres chicas a la vez dijeron << Adelante >> Hiril entró acompañada de Ramón y Samuel, que ya vestían unos ropajes nobles de los elfos de la corte. La elfa hizo otra leve reverencia y salió de la habitación dejando al grupo completamente solo para poder hablar de todo lo ocurrido. Ramón, Leticia y Nicole se sentaron en la gran cama mientras que Leonor y Samuel se sentaron en el cómoda sofá.
- Y bueno, ¿Qué se supone que hacemos en el hogar de los elfos? – saltó bruscamente Leonor
- Parece que algo nos transportó aquí – dijo Ramón con suavidad – Yo me inclino por las espadas, dado que las encontramos el mimos día que nos teletransportamos aquí. ¿No?
Todos asintieron y siguieron intercambiando idea, pronto la noche llegó e Hiril les subió la cena para que estuvieran cómodos en la habitación. En otro gran salón llamado la Habitación de los Reyes, la reina dormía placidamente, pero el rey se había asomado a la terraza, el suave viento mecía su largo pelo. Enfrente de su terraza estaba la habitación donde la sirvienta había levado a las extrañas humanas, al lado de los humanos estaban las cinco espadas que con curiosidad el rey miraba. Su rostro se volvió sombrío por un instante.
- Lass, Nar, Nen, Heleg y Sûl* – murmuró en élfico con cierta malicia – Pronto serán mías...
- - - - - - - - -
Y hasta aquí llego el capítulo 2. Pronto más criaturas, nuevos personajes, acción y misterio. ¿Qué pretende el rey exactamente? ¿Tendrá malas intenciones? ¡No te pierdas el Capítulo 3!

* Tierra, Fuego, Agua, Hielo y Aire
Última edición por Sapphire el Lun Feb 25, 2008 2:50 pm, editado 1 vez en total.
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yoyoyo
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Mensajepor yoyoyo »

que sin duda alguna era la tercera, Leonor cogió la segunda y Leticia la tercera

como eso???
---------
O.o! el rey malvado esperando su momento (tipico) XD

siguelo...

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D-idara
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Mensajepor D-idara »

guau sapph muy bueno el capitulo, me encanto la forma en la que redatctaste pero lo que no me gusto es que estan muy largos, pero giual son muy interesantes
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j0s3135
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Mensajepor j0s3135 »

Sii, tan muy largos, pero iwal tan wenisimos, ciudad de los Elfos, me esta enamorando tu fic, y me estoy imaginando El Señor De Los Anillos, con eso, jaja, Elfos, faltan Trolls, jaja, Ogros, pero lo más provable es que aparezcan xD.

No tengo más q decir, lo de ñlas sillas, una con forma de hoja, me atrae, no se que pienso de ella, la ropa, parece que son los elegidos.

Weno, eso ps, no tengo más ideas q postear,

Xao y sigue así
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~*KeZePi*~
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Mensajepor ~*KeZePi*~ »

hola Sapphire!

Solo me alcanze a leer el prologo, y me fascino, si que te deseo lo mejor y continure leyendo =P!
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The Black Knight
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Mensajepor The Black Knight »

Hola ! aun no termino de leer el 2º capitulo por que alguien (no quiero decir que es mi hermana) me esta hechando del computador, de nuevo, pero posteo para que sepas que si lo leo y lo poco que e leido me a gustado y por MSN te voy a hacer una oferta, Xau

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**Koke**
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Mensajepor **Koke** »

Muy bueno el segundo capitulo Sapphire espero que lo contiues pronto
Bye!

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The Black Knight
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Mensajepor The Black Knight »

Ya terminé de leer el captulo y creo saber a que se refiere el Rey con Less, Nar, Nen, Heleg y Sûl*, lo que no recuerdo era que significaba cada palabra, pero tambien creo creer lo que significan Xau

Sapphire
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Mensajepor Sapphire »

Scizor la traducción esta abajo del todo xD A ver si pronto hago el cápitulo de Hielo y Cristal, y cuando publique ese me pondré con el siguiente capítulo de este fic ^^
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~*KeZePi*~
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Mensajepor ~*KeZePi*~ »

Ya me lei el Primer Cpitulo!

Estuvo muy deslumbrante, unque admito que uhna parte de mi queria que terminase cada parte estaba buena nose ms que decir


Leyendo el 2 Cap.... =P
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-[Quilava Omega]-
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Mensajepor -[Quilava Omega]- »

llege a leer solo el capi numero uno, me recuerda un poco al mio (el primero), pero no digo que sea copia, bueno cuando tenga tiempo, leeere el siguiente capi,
continua pronto!



Qui-lavaa!
<·····>SS/<·····>Scarlett Style<····>\SS<·····>
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<····><····>Yellow/Blue Sky/Red/Violet<····><····>
<···>/\<····>Look at you saving the world on your own<····>/\<···>
<···>/\<····>Are you gonna love someone more than yourself?<····>/\<···>

Sapphire
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Mensajepor Sapphire »

Mensaje Importante
¡Hola!

Bueno, aún no esta confirmado del todo. Pero debido a mis bajas notas, puede que me castiguen sin ordenador una temporada, pero ¡no preocupación! ¿vale? Cuando tenga ese posible castigo, aprovecharé mi tiempo para escribir mis dos fics. Así que cuando me levanten el posible (si, lo repito xD) castigo publicaré capítulos a monton *o*
Bueno pues eso, saludos ^^
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°Zequ°
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Mensajepor °Zequ° »

estan muy buenos los capitulos y el fic!!

Para mi eres la mejor escritora de Fics(Bueno,la 1° de mi lista)
Última edición por °Zequ° el Jue Mar 20, 2008 1:13 pm, editado 1 vez en total.
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Sapphire
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Mensajepor Sapphire »

Capítulo 3

- ¿Señorita?
Alguien zarandeó con delicadeza a Leticia, abrió un ojo y bostezo, Hiril la miraba seriamente y tenía algo entre las manos. Leticia se levantó de la cómoda cama y miró a la joven elfa esperando que hablara. Esta comenzó a explicar a Leticia que debía ir a desayunar con los reyes, ya que querían hablarle a ella y a sus compañeros de algo importante, pero que solicitaban las cinco espadas. Leticia asintió con suavidad y vio a su lado una túnica que parecía de gala, la cogió y acarició la suave seda blanca, parecía frágil y fresco, cosa que le encantaba a Leticia. Hiril se despidió de la joven con una leve reverencia, pero antes posó una pequeña diadema en la cama y salió de la sala cerrando la puerta tras ella, Leticia comenzó a vestirse hasta que escucho la puerta, dio permiso para entrar y por el umbral de la pequeña puerta apareció Leonor con cara soñolienta y bostezó mientras se frotaba los ojos, seguidamente cerró la puerta y se tiró al sofá que había al lado de la cama. Leticia miró a su amiga, pero no dijo nada, parecía muy cansada. Acabó de vestirse y fue a cepillarse el pelo, unos instantes después aparecieron Ramón, Samuel y Nicole, también con cara de sueño. Cuando todos estuvieron listos, salieron de la sala e Hiril, que esperaba fuera, los guió por los largos pasillos hasta llegar ante una gran puerta parecida a la de la sala del Trono. Entraron y ante ellos vieron una larga mesa con un delicado mantel blanco, adornando la mesa había flores, y deliciosos olores llenaban la sala, Hiril les indicó que tomaran asiento y enseguida llegaron varios elfos y elfas más, dispuestos a atender a los invitados reales. Fueron posando extraños platos delante de los jóvenes, que a pesar de oler bien tenían un aspecto bastante extraño. Un pedazo de carne (o algo parecido) con encima una salsa amarilla brillaba extrañamente delante de Nicole, quien puso cara de asco y lo apartó un poco con delicadeza para que no la vieran hacerlo. Seguidamente aparecieron más elfos con bandejas doradas cargadas de un extraño pan marrón suave, tenía forma de hoja y parecía muy apetecible. Cuando el desayuno estuvo servido, aparecieron los reyes acompañados de Nessa, y al lado de la princesa iba una niña elfa, de ojos azul oscuro muy intenso y de cabellos rubios. Los reyes tomaron asiento, y seguidamente la pequeña elfa y Nessa, todos los presentes miraron al rey, quien bebía un trago de un líquido humeante de una copa dorada con rubíes. El Rey se puso de nuevo en pie y alzo los brazos en señal de saludo, todos esperaron al que rey hablara con su grave voz.
- Queridos invitados – comenzó el Rey – Agradezco mucho que hayáis bajado a desayunar con nosotros, es un placer. Y antes de hablar seriamente, me gustaría presentaros a mi pequeña nieta.
El Rey miró a la pequeña elfa de los ojos azules, la pequeña se levantó con solemnidad, miró a los chicos y volvió a sentarse., el Rey asintió complacido y continuó hablando, esta vez sentado.
- Bien, ¿conocéis alguno de vosotros la leyenda de Altrisk? – Los chicos negaron con la cabeza – Bien, en ese caso os la contaré, con todos los detalles que mi ya anciano cerebro recuerda.
El Rey bebió otro sorbo del líquido humeante y comenzó a hablar:
- Se dice, que hace años, un elfo llamado Guerth Füin, gobernó sobre Altrisk con mano dura. Casi todos sus súbditos morían de hambre o maltratados por este, pero a Guerth no le importaba nadie, excepto si mismo. Cuentan que cuatro dragones fueron a los aposentos del poderoso elfo a suplicarle alimento y bebida para los débiles pobladores de Altrisk. El elfo, extrañamente acepto y pidió a los Dragones que se quedaran en su hogar hasta la mañana siguiente, cuando podrían partir con los alimentos y la bebida para los Altriskianos, los Dragones también aceptaron y pasaron la noche allí, pero el más inteligente de los Dragones sospechaba, le dijo a sus compañeros sus sospechas, pero solo un Dragón le prestó atención, el resto disfrutaron de una lujosa cena sin hacer caso de sus dos compañeros.
>> A la mañana siguiente, los sirvientes del elfo fueron a por los Dragones, que aún dormitaban en su provisional cuarto, uno de los sirvientes sacó una daga negra, como el carbón y se lo clavó a uno de los Dragones, este al instante murió, pero los otros seguían durmiendo tranquilamente. Los sirvientes siguieron matando uno a uno a los Dragones hasta que por fin quedo uno, uno que estaba rodeado de una extraña aura de protección, los sirvientes intentaron acabar con su vida, como la de los demás Dragones, pero ninguno de los sirvientes pudieron con el Dragón y se fueron de la sala, encerrando al Dragón.
>> Cuando el Dragón despertó y vio a sus compañeros muertos, no montó en cólera, sino que se sentó a sollozar. Las lágrimas del Dragón cayeron en cima de sus compañeros, y de repente, los otros tres comenzaron a brillar. El Dragón que sobrevivió murió de pena, o al menos eso dicen. Al final, el cuarto Dragón se unió a sus amigos muertos y los cuatro comenzaron a brillar de nuevo, lentamente fueron desapareciendo de la sala hasta quedar desintegrados – El Rey calló esperando la reacción de los presentes.
Los cinco jóvenes miraban a sus platos pensativos, mientras que la familia real comía tranquilamente. Por fin, Ramón levantó la cabeza y habló con voz alta y clara, pero conteniendo cierta tristeza.
- ¿Por qué nos cuenta esa historia?
El Rey sonrió misteriosamente y se levantó de su gran asiento, les hizo un gesto a los chicos y lo siguieron por una puerta escondida en una esquina. El Rey cruzó el umbral, seguido de los cinco jóvenes, la sala donde se encontraban ahora era pequeña, redonda y estaba un poco oscura. El Rey tomó asiento y miró con seriedad a los jóvenes.
- Quiero.... – Dudó un instante pero por fin hablo – Quiero que encontréis los espíritus de los cuatro Dragones. Los necesito para reunirlos y poder devolver la paz a Altrisk – explicó el elfo.
- ¿Y porque tenemos que buscarlos nosotros? – inquirió Nicole cruzándose de brazos
- Por que si. Necesito que vayáis vosotros, a los elfos no nos gusta mucho viajar.
- Es la primera vez que lo escucho – susurró Samuel a Leonor, quien se rió por lo bajo
El Rey no hizo caso de la risita de Leonor y volvió a levantarse, los chicos se quedaron donde estaban, cuando el elfo llegó a la puerta hablo de nuevo, mientras la abría.
- Tenéis para pensarlo cinco minutos. Si optáis por no ir, tendréis treinta segundos para abandonar de este reino y llegar a la frontera antes de que mis súbditos os cojan... Para mataros. En cambio si elegís ir, se os proporcionara alimentos, y ropa cómoda – El Rey sonrió con cierta malicia y salió, dejando a los jóvenes un poco desconcertados.
Solo disponían de cinco minutos para decidir si jugarse la vida en buscar unos supuestos ‘’espíritus’’ de cuatro... ¿Dragones? Todos estaban bastantes confusos, pero quería salir de aquel palacio, el Rey no parecía muy amable. Leticia se dejó caer en el sillón en el que se había sentado el Rey y suspiró, ella no iba a decidir que hacer, se sentía un poco perdida en aquel extraño mundo en el que habían aparecido de un día para otro. Ramón se cruzo de brazos, como normalmente hacía cuando meditaba profundamente, Nicole, Leonor y Samuel lo miraron esperando que hablara. Hubo un largo silencio hasta que por fin hablo para todos.
- Esta claro que es peligroso, ya que no conocemos nada de lo que hay ahí fuera – dijo Ramón, aún pensativo – Pero no nos queda otra opción, me parece que ese elfo habla muy en serio cuando dice que nos dará treinta segundos para salir de aquí, si no nos matará.
- Pero... ¿Y si no lo dice en serio? – susurró Leonor esperanzada
- Dudo mucho que no vaya en serio. Según he leído en libros los elfos no van por ahí mintiendo a todo el mundo, les cuesta bastante – explicó pacientemente Ramón
- Bien – Leticia se puso de pie en un ágil movimiento – Pues vayamos, no tenemos nada que perder.
- Estoy de acuerdo – saltó de golpe Samuel – Ya estamos aquí, ¿Por qué no vamos?
Ramón asintió levemente con la cabeza y salio de la pequeña sala, sus amigos en seguida lo siguieron, fuera estaba el rey, solo sentado en la gran mesa y bebiendo de nuevo ese líquido humeante. El Rey se giró al notar la presencia de los chicos y esbozó una media sonrisa.
- ¿Y bien?
- Iremos – dijo Ramón
- Genial, en ese caso os entregaré todo lo necesario – el Rey sonrió de nuevo y se levantó con majestuosidad de la gran silla y salió de la sala.
Cuando volvió lo seguían seis elfos más, cada uno llevaba una prenda diferente y el séptimo varios rollos de papel y otros objetos de los que no estaban seguros para que servían. El Rey hizo una seña a los sirvientes y todos posaron lo que llevaban en la larga mesa, ya limpia y vacía. Los chicos cogieron los trajes y los miraron asombrados, había cinco camisetas blancas, como la nieve y brillantes, además de unos cómodos pantalones y botas de viaje. Cerca de toda la ropa, había unos mapas, Nicole cogió uno y lo miró con curiosidad. El mapa ilustraba un gran terreno verde y marrón que se dividía en varios trozos, el Rey le quitó el mapa a Nicole y se lo enseñó a los demás. Apunto a un pequeño punto en el mapa donde se podía leer: ‘’Templo del Aire’’
- Ahí es donde deberíais ir primero – explicó el Rey mientras tomaba asiento
Los jóvenes asintieron y cogieron la ropa que los sirvientes les ofrecían, volvieron a sus aposentos y allí se vistieron con los extraños pero cómodos trajes. Leticia cogió su alargada espada y la guardo en la vaina que llevaba a su espalda, parecía muy ligero y no notó el peso de la espada una vez la hubo guardado. Salió y se encontró con sus compañeros, Ramón, Samuel y Leonor llevaban sus espadas ceñidas al cinto, mientras que Nicole la llevaba como Leticia, en la espalda. Bajaron y el Rey los esperaba en la puerta, parecía estar pensando en algo, ya que tenía la cabeza gacha y el ceño fruncido, pero cuando llegaron los humanos cambió con gran rapidez y esbozó una sonrisa muy seca.
- Bueno, en vuestro viaje mucho intentaran deteneros, apresaros e incluso mataros. Debéis acabar con ellos para encontrar los cuatro espíritus de los Dragones. ¿De acuerdo? – Los chicos asintieron – Bien, pues espero volver a veros, con los cuatro espíritus – susurró el Rey, mientras abría las grandes puertas.
Salieron y la gente que paseaba se giró para obsérvalos bien. Algunos susurraban entre ellos y otros los señalaban con la boca abierta. El Rey acompañó a los humanos fuera y se despidió de ellos haciendo un leve gesto con la cabeza, los chicos hicieron una leve reverencia y se alejaron del castillo, aún con todos los elfos observándolos y susurrando a sus espaldas. Leticia suspiró y junto las manos, hizo como si observaba sus preciosos guantes blancos, levantó la cabeza con decisión y miró a sus compañeros, que iban delante de ella. Nicole parecía pensar en otra cosa, e iba mirando los hermosos árboles cubiertos de pequeñas y llamativas flores de todos los colores. Ramón iba mirando el mapa y Leticia pensó que era un milagro que no chocara con nada, ya que iba realmente absorto, mientras Leonor y Samuel hablaban animadamente, como si no tuvieran preocupación alguna. Ramón se detuvo en seco haciendo que todos se pararan también en seco al ver la reacción del chico. Samuel se acercó a su compañero preocupado.
- ¿Qué pasa?
- Mira esto – dijo Ramón mientras palidecía
- ¿Qué tiene de malo?
- Los cuatro templos están esparcidos por los cuatro puntos cardinales
- ¿Y qu...? – Samuel abrió la boca, dándose cuenta por fin de lo que quería decir el joven - ¡¿Tendremos que separarnos?!
- Eso parece – murmuró Ramón aún más pálido – En un sitio que no conocemos...
- Pero... ¿No podemos ir juntos primero a uno y luego a otro?
- Si, pero tardaremos mas y no podremos volver a nuestra casa si tardamos mucho. Al menos eso me dijo el Rey...
- Pues no nos queda otra – Nicole bostezó y miró a sus amigos con ojos soñolientos – Hagamos parejas, más bien una pareja y un trío.
- Bien, ¿Qué os parece un chico en cada grupo de investigación? – Preguntó Samuel – Puedo ir con Leo y Nicki, o si no con Leti.
- Iré con Leti – respondió Ramón – Nosotros empezaremos por el Templo del Agua y vosotros por el Templo del Viento
Los demás asintieron, las chicas se despidieron con grandes y cálidos abrazos, podía ser la última vez que se vieran, pero eso ya era un pensamiento negro, muy negro, que no podían permitirse imaginar. Partieron a distintos puntos, Ramón y Leticia fueron hacía delante, mientras que Samuel, Nicole y Leonor fueron hacía la derecha.

Lejos, muy lejos de donde ellos se encontraban. Una criatura de afilados dientes olisqueaba el húmedo suelo en busca de sus presas. Por fin encontró el rastro y gruñó, mostrando otra vez sus amarillentos dientes, de la extraña criatura salió un grito de alegría y corrió, siguiendo el rastro que tanto ansiaba.

En Palacio, la nieta del Rey, miraba al cielo, desde su gran balcón. Sonrió para si misma, mientras sus ojos brillaban con un intenso color grisáceo, oyó algo a su espalada y rápidamente volvieron a su estado normal.

- - - - - - - - - - -
¿Que oculta la nieta del Rey? ¿Y esa criatura? ¿De quien es el rastro que sigue? Y sobre todo, ¡¿que es?!

Puf xD Me ha costado este capítulo, pero por fin esta acabado ^o^ Espero que os haya gustado y opinad mucho. A todos los que leen Hielo y Cristal, hoy mismo comenzaré el siguiente capítulo.
Última edición por Sapphire el Jue Mar 20, 2008 12:48 pm, editado 1 vez en total.
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Mensajepor °Zequ° »

cierto,que aculta la nieta del rey????el capitulo esta muy bueno!!!siguelo
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D-idara
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Mensajepor D-idara »

muy bueno el capitulo sapphire, el rey parece algo interesado y su nieta parece que tiene alguna relacion con la criatura
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yoyoyo
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Mensajepor yoyoyo »

porfin lo leí _-_!

eee... como q ya es muy repetido eso de separarse ~~!

pero en fin... no se pq me recuerda a Shining Tears -_-!

siguelo...

Sapphire
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Mensajepor Sapphire »

1º Cuando van por separado es mucho más fácil seguir la historia =3
2º ¿Qué es Shining Tears? O.o Suena bien xD
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The Black Knight
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Mensajepor The Black Knight »

Bueno, recien pude leer el capitulo, y como tu sabes soy bueno deduciendo, as´ñi que por Messenger te diré lo que pude deduccir, pero este capítulo estubo muy bueno...

~*KeZePi*~
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Mensajepor ~*KeZePi*~ »

=O!!

Ya lei el segundo capitulo! Esutvo Fantastico 8)
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Sapphire
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Re: La Leyenda de los Cinco Dragones

Mensajepor Sapphire »

Capítulo 4
<< Templo…>> <<Blanca…>><<Ayuda…>>
Leticia se despertó sobresaltada, se toco la frente y noto como le caían grandes gotas de sudor., el sueño había sido algo caótico, imágenes desconocidas pasaban por delante de ella, un gran templo blanco como la nieve era atacado por unas criaturas negras, varios seres salían corriendo y pidiendo ayuda. Leticia se encogió sobre si misma y exhaló una húmeda bocanada de aire, se sintió desfallecer y buscó con la mirada a Ramón. Este dormía al lado del pequeño fuego que habían encendido, estaba encogido sobre si mismo y dormía tranquilamente, a su lado reposaban las dos espadas, hielo y agua. Parpadeó varias veces, aún agotada y miró enfrente de ella. Algo se movió entre los arbustos y la joven se quedo petrificada del miedo. Unos ojos ambarinos brillaban en medio de la oscuridad, Leticia ahogó un grito de miedo y sorpresa, parpadeó varias veces, pero entonces los ojos desaparecieron. Comenzó a temblar un poco asustada y se echo de nuevo al lado del fuego, dejándose llevar por el sueño…
Despertó varías horas más tarde, el Sol ya estaba brillando en el cielo, escucho un suave ruido a su lado, y temerosa de que volvieran a ser los ojos miró de reojos, Ramón hurgaba en una pequeña bolsa de piel marrón que les habían entregado en Palacio, parecía buscar algo con cierta urgencia, Leticia se levantó y bostezo, sobresaltando al joven, quien la miró, sonrió y siguió buscando en la bolsa. La joven esperó un rato para saber que era lo que buscaba, de repente sacó unas hojas verdes y las abrió con cuidado. Leticia se acercó y vio, envuelto en las hojas, un panecillo casi blanco, que parecía muy blando. Ramón volvió a meter la mano y buscó con más nerviosismo que antes, hasta que por fin sacó tres hojas más, que contenían más panecillos. Ambos se sentaron al lado de la ya extinguida hoguera y comieron dos panecillos cada uno, sabían dulces con un toque amargo, era una mezcla extraña, pero no se podía negar que eran deliciosos. Una vez acabaron de desayunar, Ramón se levantó y recogió su espada del suelo, ya que no podía coger la de su amiga por que se le congelaría la mano. La chica recogió su espada. Una vez estuvieron listos, sacaron el mapa y lo miraron detenidamente, para saber por donde debían ir. Se suponía que debían ir al Norte, se dirigieron hacía donde creían que estaba el Norte, y comenzaron a caminar sin rumbo fijo, pero siempre al Norte.
Ya llevaban unas horas caminando, hasta que Leticia, agotada, se dejó caer en una pequeña roca musgosa, Ramón se sentó a su lado, en el suelo y bostezó, parecía increíble que alguien pudiera abrir la boca así, Leticia se rió por lo bajo y miró con cariño a su compañero de viaje. Llevaban un rato sentados cuando escucharon un ruido cercano, justo delante de ellos. Los arbustos comenzaron a moverse, y la chica se tapó los ojos, pensando en que iba a volver a ver aquellos ojos ambarinos, fríos y que carecían de sentimiento alguno, era como mirar al vacío. Ramón desenvaino su espada y se levantó con gran agilidad, entre los arbustos surgió una pequeña bola de pelo, que cayó ante los dos sorprendidos jóvenes.
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- ¿Qué es eso? – preguntó Leticia aguantando una risa nerviosa
- Parece… una bola de pelo.
La supuesta bola de pelo se movió torpemente, y entre la pelambrera surgieron dos pequeños ojitos brillantes y tiernos. A Leticia se le escapó un grito de admiración, lo que pensaban que era una bola de pelo, en realidad era una pequeña criatura de pequeños y tiernos ojitos negros, sin pupila. La pequeña criatura comenzó a saltar alegremente, y corrió hacía la izquierda, con sus torpes movimientos. Leticia siguió a la criatura, con la esperanza de que los sacara de allí, y Ramón corrió detrás de la chica. Caminaron durante un buen rato, hasta que escucharon un grito, miraron a su derecha y entre los arbusto surgió una niña de cabello negro y ojos grises, la desconocida corrió hacía la pequeña criatura y la cogió con cariños, la niña parecía humana.
- ¡Oh! Me habías asustado mucho, Bob – La pequeña achucho con cariño a la criatura, y al reparar en la presencia de los dos jóvenes, clavó en ellos sus profundos ojos – Habéis traído de vuelta a Bob, muchas gracias.
- Eh… - Leticia balbuceó unas palabras que nadie pudo entender, se aclaró la garganta y habló – Oye, ¿qué es esa cosa?
- ¿Bob? – La niña miró asombrada a los forasteros, sin creer lo que escuchaba - ¿No sabéis que raza es Bob? ¡Vaya! ¡Debéis de ser los únicos! Bob es un Supel.
- ¿Y que es un Supel?
- Son pequeñas criaturas de pelo y pequeños pero brillantes ojos negros sin pupila. Los que se enfadan siempre provocan terremotos, ¡son tan monos! Dicen que son las criaturas de la Diosa del elemento Tierra, Tharin.
La niña cogió a la criatura y miró con curiosidad a ambos jóvenes.
- Parecéis extranjeros… Lleváis ropa élfica – observo la chica
- Venimos de la Tierra – murmuró Leticia
- ¿Latierra? ¿Qué es eso? ¿Un nuevo continente? – La niña rió - ¡Altrisk es tan grande! Por cierto, mi nombre es Lourine.
- Yo soy Ramón, y ella Leti
Lourine volvió a sonreír y se adentró entre los arbustos, les hizo unas señas y ambos jóvenes fueron tras ella. Atravesaron varios arbustos y frondosos árboles, poco a poco iban escuchando ruidos, parecía haber un pueblo cerca, se oían gritos de niños, gritos de comerciantes, sonidos de carros y muchos más sonidos que no se identificaban tan fácilmente. Lourine se detuvo y espero a que ambos extranjeros se acercaran a ella, entonces, fue cuando pudieron observar el pequeño pueblo. Las casas eran pequeñas y de madera, cerca de las casas amontonadas había un pozo de piedras llenas de musgo, varios niños jugaban cerca del pozo, bajo la atenta mirada de las madres, que hablaban animadamente. Lourine corrió hacía una mujer muy parecida a ella que sostenía con cariño un bebe de unos tres meses, más o menos. Lourine comenzó a hablar animadamente a su madre, a ratos señalaba a Leticia y Ramón, cosa que les ponía nerviosos, después de un rato de charla entre ambas, la madre se acercó a los chicos, aún sosteniendo al pequeño.
- Bienvenidos chicos, me temo que debéis ir a la Cabaña del gran Brujo Negro. Debido a los recientes problemas nadie puede entrar o salir del pueblo sin su consentimiento.
La mujer no espero respuesta de los jóvenes, les echo una larga mirada de reojo y se dio la vuelta, adentrándose al Pueblo. Los guió hacía una cabaña muy llamativa, donde las paredes tenían extraños signos y encima había un cartel con un dibujo de humo de color negro, destacaba bastante en la limpia madera. La mujer picó con suavidad en la puerta, se abrió sola dejando ver la oscuridad que habitaba dentro de la sala. Los jóvenes entraron y la puerta los sobresalto, debido a que se había cerrado sin previo aviso. Al fondo, vieron una tenue luz naranja. Temerosos pero con curiosidad se acercaron, sentado en el suelo, había un anciano. Parecía meditar ya que tenía los ojos cerrados y en su cara se dibujaba una expresión de esfuerzo, pero a la vez de relajación, algo muy extraño. De pronto el hombre abrió con rapidez sus ojos y Leticia retrocedió intimidada. El anciano tenía unos ojos blancos, como la misma nieve, sin pupila, vacíos, secos, sin sentimiento alguno. Cerró los ojos de nuevo y se levantó torpemente, volvió a abrirlos, pero esta vez sus ojos tenían un color gris oscuro, nada parecido al color que antes habían observado. Miró largamente a ambos, y por fin sonrío, mostrando unos dientes poco cuidados, ya amarillentos.
- Tú tienes cierta magia blanca – dijo señalando a Leticia – Algo no muy útil, pero que se le va a hacer – se burló - En cambio tú – miró a Ramón con seriedad – no tienes nada especial, únicamente unas grandes ganas de encontrar el Templo Agua, ¿me equivoco?
- No – negó con rotundidad – Pero también quiero controlar mi espada.
- Los sabios han hablado, debemos enseñar a aquellos que busquen la habilidad de la magia, en cambio tu... – el anciano calló bruscamente – Bueno, supongo que queréis descansar, sois bienvenidos.
Ramón y Leti se miraron y se dieron la vuelta para dejar solo al mago negro. Cuando Leticia estaba saliendo, escucho la voz del mago, llamándola, lo miro y la joven se acercó a él, con mucha curiosidad por saber que quería ahora de ella.
Ramón no noto que la chica no estaba con él hasta que comenzó a caminar sin rumbo fijo. Un poco perdido, se dejo guiar por los gritos de los niños y llegó al parque, se apoyó en la pared de una casa y se cruzo de brazos, el rostro se le ensombreció por un instante, y frunció el ceño. Escuchó suaves pasos y algo le dijo que mirara a su izquierda, quizás su intuición, el mago negro lo miraba seriamente.
- ¿Podemos hablar? – Ramón asintió levemente y el mago dio la vuelta
Lo llevo al corazón del bosque, la luz de la tarde se filtraba entre los robustos y frondosos árboles, había un pequeño templo, donde había una diminuta Figuera de una mujer de largo cabello, con túnica y unos pequeños ojos que la hacían más hermosa si era posible. Eran un lugar mágico... El mago hizo una leve reverencia y susurró algo, miró al joven con cierta fiereza. Instintivamente, Ramón retrocedió un paso atrás y se puso tenso.
- No puedes estar aquí – dijo el mago bruscamente – Tu solo posees una espada, que debería estar custodiada por las criaturas del agua, no por un joven humano, no tienes poder alguno, y por eso, te pido que abandones Altrisk, por tu propio bien,
- No me iré, quiero ver el templo del agua con mi propios ojos, y debó cumplir la misión que nos encargó el rey
- Es muchacha no saldrá de aquí, tenlo en cuenta. Ha ce años que no veo a alguien con ese poder blanco, los magos blancos ya no existen, tu amiga es, posiblemente la última, y debe aprovechar su talento – Los ojos del anciano brillaron con cierta malicia – Ahora, entrégame esas espada y vete de Altrisk, nada te retiene aquí.
- No te entregaré la espada, sin antes despedirme de mi amiga.
- Está en mi casa, practicando.
Ramón se dio la vuelta, seguro de sí mismo y volvió al pueblo, para despedirse de su amiga. Llego a la fría cabaña y entro con brusquedad, Leticia tenía las manos unidas y los ojos cerrados, poco a poco fue separando las manos y una diminuta esfera brillo intermitentemente, hasta que por fin se apagó. La chica dejo caer los hombros y suspiro, pero enseguida levantó la cabeza y miró al joven, sonrió y se acercó a él, ya animada.
- ¡Ramón! ¿Has visto eso? ¡Era un hechizo de curación! Estaba intentándolo pe...
- Escucha Leti – la cortó su amigo – Me voy a ir de aquí, voy a ir al templo del Agua yo solo, y no quiero que vengas conmigo, ¿de acuerdo?
- Ey ey ey, ¡no tan rápido! ¡¿Cómo que te vas?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué no cuentas conmigo?! – le regañó la chica
- Mira, tu quedate aquí, ¿vale? Prefiero ir yo solo, y que tú te quedes con el viejales a practicar con la magia, que para algo la tienes.
Leticia se cruzó de brazos enfadada y dejó escapar un suspiro de enfado. Finalmente dejó caer los hombros nuevamente, y abrazo a Ramón con cariño, el chico le devolvió el abrazo y por primera vez desde que estaban en ese extraño mundo, sonrío, aunque fue una sonrisa un poco triste. Leticia acompaño a Ramón hasta la salida del pueblo, donde el bosque se hacía mucho más espeso y oscuro. Ramón se volvió a despedir de la chica y le prometió que iba a volver, con el espíritu de un dragón y con su espada ya controlada, Leticia no dijo nada, permanecía en silencio, su amigo no aun no la había dejado sola y ya se sentía perdida, en un mundo que no conocía, con seres increíbles, y leyendas misteriosas. Permaneció allí hasta que la figura de Ramón desapareció entre la espesura. Suspiró, pero pronto se puso tensa al notar a alguien que la miraba, de entre los arbustos salió el mago negro, sonrió a la chica y se adentró al pueblo.

La criatura gruñó enseñando sus afilados colmillos. Olfateó el aire con avidez y pronto encontró el rastro mágico que había perdido hace un momento, pero esta vez se dividía en dos caminos, le fue difícil elegir, pero finalmente eligió el rastro mágico que lo llevaba al Oeste.

Lejos de Ramón, lejos de Leticia, y lejos de la bestia, la marea comenzaba a subir, en la lejanía se formaban grandes olas que rompían contra el alto acantilado donde estaba situado el Templo del Agua. Unos suaves ojos grises surgieron de entre las olas, dejando tras de sí un rastro de pequeñas burbujas...
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¿Qué busca la bestia exactamente? ¿Los suaves ojos grises a que criatura pertenecían? ¿Qué pretende realmente el mago oscuro?

Capítulo 4 hecho 8) Perdonad que tardara tanto, este ha salido una página más corto que los anteriores xD Solo tiene cuatro, pero quería publicar ya así que lo acabe como me pareció mejor x333 Ademas jujuju ya tengo pensados los demás capítulos *O* Solo os digo, que habra cambios, problemas, enemigos, traicion y muchas cositas más *O*
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The Black Knight
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Re: La Leyenda de los Cinco Dragones

Mensajepor The Black Knight »

Ummmm, es obvio que la bestia va en busca de las espadas o eso creo, bueno, lo demas no lo se, pero lo que si se es que el capítulo te quedo genial, espero que publiques pronto.

Adios :D:

Sapphire
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Re: La Leyenda de los Cinco Dragones

Mensajepor Sapphire »

Bueno, ahora quiero ocuparme sobre todo de FI y Hielo y Cristal, por lo que un tiempo Ceni cerrara La Leyenda De Los Cinco Dragones.
No es un ''lo dejo'' es simplemente que de momento no puedo seguirlo, además de que casi nadie lo lee. Si tengo tiempo, algún día lo seguire, posiblemente cuando acabe H y C o más tarde ^^!!
Siento las molestias n_nU
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