¡Las Grandes Aventuras de Dani!

Punto de encuentro para la exposición de creaciones personales derivadas O NO del mundo POKéMONesco.
pokefan garcia
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¡Las Grandes Aventuras de Dani!

Mensajepor pokefan garcia »

Saludos. He decidido volver a escribir un nuevo fic que tenía empezado en otra web. Este va de pokémon, no como el anterior, y espero que tenga más éxito. De momento os dejo el prólogo, más corto que los capítulos que vendrán a continuación, de tres folios, más o menos.

¡Las Grandes Aventuras de Dani!

Prólogo

Arceus abrió los ojos lentamente y se incorporó. Percibió elpoder de Palkia mucho antes de que apareciese ante él, claro que, en Arces, el micro mundo de los dioses pokemon, detectar el poder de cualquier criatura viva, por insignificante que fuera, era muy fácil. Arces era un planeta minúsculo y muerto, iluminado por dos estrellas muy lejanas, una a cada lado del planeta, de modo que nunca era de noche en aquel mundo. Aun así, la oscuridad era inmensa, ya que ambos soles se encontraban a una gran distancia del micro mundo. Apenas había claridad allí, y las temperaturas eran extremadamente frías. No había ningún tipo de vida sobre el suelo de piedra de aquel planeta. Solo los dioses pokemon estaban capacitados para habitarlo.
Arceus dirigió su mirada hacia la estrella que iluminaba en aquel momento aquella parte del planeta mientras esperaba a que llegase Palkia. Le intrigaba que le viniese a visitar, pues normalmente solían mantenerse alejados los unos de los otros. No es que no se llevasen bien, simplemente preferían estar solos. Tenía que haber una buena razón para que fuese a verlo, alguna noticia importante que le quisiese contar.
Finalmente, uno de los portales interdimensionales de Palkia comenzaró a abrirse ante él. Primero apareció un pequeño agujero negro que fue haciendose más grande rápidamente hasta alcanzar un tamaño considerable. A continuación, el otro dios pokemon, Palkia, empezó a atravesarlo. Primero apareció la cabeza, luego los brazos y, para terminar, el resto del cuerpo. El portal interdimensional se cerró detrás de él tan rápido como se había abierto.
__Arceus __saludó inclinando la cabeza.
__Palkia __respondió Arceus, imitándolo__. Me alegra verte. Hace milenios que no nos veíamos.
__Yo también me alegro, hermano, pero no hay tiempo para reencuentros. He venido para comunicarte algo importante. Lo que más temíamos está sucediendo.
__¿De qué se trata? __preguntó Arceus, cada vez más intrigado.
__Dialga ha estado observando nuestro mundo através de sus poderes. Nuestras criaturas ya no son libres en él. Ahora son las de Darkrai las que dominan sobre la mayor parte de ellas.
__¡¿Qué?! ¡No puede ser! ¿No estaban en otro mundo?
__Sí. Al parecer Darkrai ha encontrado la manera de trasladarlos a nuestro mundo usando sus poderes. Ahora su especie está conquistando la nuestra poco a poco
Palkia agachó la cabeza y guardó silencio. Arceus tampoco dijo nada. Se quedó meditando sobre lo que le había dicho su hermano, tratando de encontrar una solución.
__Quizás si... Fuesemos nosotros allí podríamos detenerlos. Sería fácil. Su poder no se puede comparar al nues...
__No __le cortó Arceus__. Sabes tan bien como yo que somos demasiado poderosos como para poder estar allí. Nuestra simple presencia causaría grandes catástrofes en nuestro mundo. Todo quedaría destruído, yermo como este planeta.
__Pero entonces, ¿Qué podemos hacer?
Hubo un nuevo silencio entre los dos, que Arceus rompió al cabo de unos instantes.
__Solo queda una posibilidad __dijo, y Palkia lo miró con curiosidad, tratando de averiguar qué podía ser. Iba a preguntar, pero entonces su hermano cerró los ojos y todo su cuerpo comenzó a brillar suavemente mientras murmuraba unas palabras ininteligibles. Palkia permaneció en silencio, sabiendo que su hermano estaba utilizando su poder y necesitaba concentración. Pasaron un par de minutos más hasta que, de repente, el brillo que desprendía el cuerpo de Arceus se hizo mucho mucho más intenso. El dios controlador del espacio cerró los ojos y giró la cabeza a un lado, cegado por el intenso resplandor. Al cabo de unos segundos la luz cesó y Palkia pudo volver a abrir los ojos, y lo que vio lo dejó sorprendido.
Ante Arceus se hallaba una especie de pantalla, nítida como el cristal, que mostraba la imagen de una especie de guarida. En ella se encontraban dos Swamperts, una hembra y un macho, y enfrente de ellos había un huevo, blanco y con multitud de lunares azules.
__¿Qué es... eso? __preguntó Palkia, intrigado. Arceus sonrió
__"Eso" es nuestro nuestro mundo. Concretamente la guarida de una pareja de Swamperts __el dios pokemon hizo una pequeña pausa antes de continuar__. Y ahí, justo enfrente de ellos, está nuestra única esperanza.
Palkia observó la pantalla atentamente durante un rato más, incrédulo, antes de decir:
__¿Un huevo? ¿Estás seguro, Arceus? Sé que tus profecías son las más poderosas, pero es una magia muy inexacta y no siempre se cumplen.
__Lo sé __respondió su hermano con un suspiro__. Pero estoy casi seguro de que funcionara. Y si no... Si no funciona, ya podemos despidirnos de nuestra creación.

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Esto es todo. Opinad, porfa, para ver si está bien. Se aceptan sugerencias.

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{-Dialga-}
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Mensajepor {-Dialga-} »

Soy el primero en opinar por lo que veo ^^ Bien,el comienzo es muy interesante...me quedo corto.¡Alucinante! Arceus,Palkia y Dialga...¿Hermanos xD? El hermano de Arceus es Giratina xD Bueno,igualmente está estupendo.Darkrai otra vez haciendo de las suyas ¬¬ Tengo una pequeña pregunta...¿Para hacer este fik te inspiraste (aunque sea un 1%) en Las Batallas Misteriosas? Se le parece un poco la trama.Quizá por eso me gusta n_n Bueno,mi consejo siempre es que tu fik es para tu gusto y las opiniones son secundarias.Sigue así,si te esmeras como con Memorias de un Entrenador te podrían dar el Premio Stats al mejor fik ^^ Por cierto,creo que es la primera vez que opino en uno de tus fiks,¿no? Cuando yo pude entrar ya habías acabado tu primer fik...Bueno,sorpréndenos ;-)

PD:Si queréis visitar mi fik,se llama Los Cristales Elemento y el Maestro Oscuro ^^

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POKéCUBO

Mensajepor POKéCUBO »

Tengo una pequeña pregunta...¿Para hacer este fik te inspiraste (aunque sea un 1%) en Las Batallas Misteriosas? Se le parece un poco la trama


Mmmm, no em gusto es por lo que dijo Dialga quizas debrias ser un poco mas original :D aunque quizas estas eindo clasico :D lo clasico es bueno

pokefan garcia
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Mensajepor pokefan garcia »

El comienzo era solo el prólogo. El fic no tiene una trama parecida al de Las Batallas Misteriosas, aunque me animó a hacer un fic en el que los personajes principales fuesen pokemon. Los siguientes capítulos son más originales.
Respecto a lo de que Arceus, Dialga y Palkia son hermanos, fue algo que se me ocurrió y decidí ponerlo. Me parece que en el fic de Las Batallas Misteriosas el hermano de Arceus es Giratina, pero creo que cada fic puede tener su versión y sus lazos familiares entre legendarios.
Bueno, ahora dejo el primer capítulo después del prólogo. Espero que este os guste más :aww:

Capítulo 1: El comienzo de una nueva vida

Abrí los ojos lentamente. "¿Dónde estoy?". Eso fue lo primero que pensé. No veía nada. Me encontraba encogido dentro de algo muy pequeño y oscuro. Tenía las patas agarrotadas y lo único que tenía en la cabeza en esos momentos era la necesidad de estirarme. Para eso tenía que salir de mi diminuta prisión. Empujé con todas mis fuerzas hacia arriba durante unos segundos tras los cuales sentí como el recipiente que me contenía se estiraba hasta que, finalmente, se oyó un crujido.
Una cáscara de huevo cayó frente a mí. Parpadeé dos veces y luego miré a mi alrededor con curiosidad. Me encontraba en una especie de madriguera, un poco oscura, pero no tanto como el huevo. Por último, miré hacia delante. Dos Swamperts, uno un poco más grande que el otro, me miraron sonrientes.
__¡Hola,chiquitín! __me saludó el Swampert más pequeño, una hembra.
__Ma... má __tartamudeé. Intenté salir de la cáscara de huevo en la que aún estaba dentro, pero era demasiado alta para mí. Acabé volcándola y cayendo a cuatro patas sobre el suelo.
__Es sano y fuerte como su padre __dijo mi madre mirando al otro Swampert, que me observaba fijamente.
__Sí, y también tiene la inteligencia de su madre __la voz de mi padre era más grave y representaba un gran poder. Los dos pokemon se miraron y juntaron sus mejillas cariñosamente.
__¡Papá... mamá! __volví decir. De repente me sentía muy feliz. Feliz de haber nacido y de estar con mis padres. Intenté ir a su lado corriendo, pero tropecé y caí hacia delante dando una voltereta. Por aquel entonces aún no sabía muy bien como caminar. Mi madre me ayudó a levantarme empujándome con su cabeza.
En cuanto me incorporé, la sensación de júbilo fue disminuyendo rápidamente, pero no por la caída, si no porque me rugían las tripas. Mi padre lo debió de notar, porque dijo girándose hacia mi madre:
__Voy a buscar comida. Quédate aquí con él, vuelvo enseguida.
Mi padre salió por una pequeña rampa que había dentro de la madriguera que daba al exterior. Me quedé mirando la pendiente preguntándome que maravillas habría en el exterior hasta que mi madre dijo:
__Duérmete. Tu padre volverá dentro de poco, pero hasta entonces tienes que descansar.
Aunque miles de preguntas me rondaban por mi cabeza, estaba demasiado cansado. Además, aún no sabía hablar correctamente, de modo que me eché en el suelo de tierra y me dormí al instante.

Al cabo de un rato, no sabría decir cuanto tiempo, mi madre me despertó con un ligero empujoncito de su cabeza. Abrí los ojos y bostecé. Mis padres estaban sentados delante mía. Enseguida la sensación de hambre volvió, esta vez más intensa. Sin saber por qué, abrí la boca y gemí pidiendo comida. Mi padre abrió también la suya y me vomitó en la boca.
Bueno, no era vómito exactamente. Yo lo llamaría "comida predigerida". Sé que a vosotros os resultaría una asquerosidad, pero a mi me pareció un manjar exquisito. Aún no tenía dientes para comer cosas sólidas, de modo que en aquellos momentos dependía totalmente de mis padres.
Durante los siguientes días solo hacía lo que haría cualquier bebé: engordar y crecer. Me pasaba todo el tiempo comiendo y durmiendo. Mi s padres me despertaban cuando volvían después de cazar (los dos se turnaban para ir en busca de alimento) y regurgitaban parte de la comida que habían tragado previamente para alimentarme a mí. Después me entraba tanto sueño que, por mucho que me esforzase, no podía evitar caer dormido.
Según pasaba el tiempo me iba haciendo cada vez más grande. Crecía a toda prisa, pero mis padres me dijeron que eso era normal, que los pokemon crecen mucho más rápido cuando son pequeños. Al mismo tiempo, también hubo varios cambios en mi vida. Para empezar, ahora mis padres me traían la comida mordisqueada ligeramente, pues ya me habían salido unos pequeños dientes. Poco después, cuando ya tenía la dentadura prácticamente formada, mis padres acabaron por traerme la comida entera, que eran pequeños pescados de todo tipo.
También dormía menos, solo por la noche, y raramente echaba pequeñas siestas por el día. Durante el tiempo que pasaba despierto le preguntaba todo tipo de cosas a mis padres. Ellos me explicaron que me encontraba en un mundo muy grande llamado Tierra, que estaba habitado por pokemon y humanos en su mayor parte. Me describieron y me nombraron muchas especies de pokemon que habitaban por esas zonas: Beautiflys, Pidgeys, Sunkers y muchas otras más.
__Entonces, ¿qué somos nosotros? __pregunté con enorme curiosidad.
__Tu padre y yo somos Swamperts, pero tú aún eres un Mudkip __explicó mi madre__. Cuando crezcas lo suficiente evolucionarás y te convertirás en uno de nosotros.
__Pero ese solo es el nombre de la especie a la que pertenecemos __intervino mi padre__. Cada pokemon tiene dos nombres: el de la especie a la que pertenece y el nombre por el que le llaman los demás pokemon. Recuerda esto, llamar a un pokemon por el nombre de su especie es de mala educación.
__¿Los humanos también tienen nombres? ¿Cómo son?
Según pregunté esto mis padres se pusieron muy serios.
__Escúchame bien, Dani __dijo mi padre. Al final habían decidido llamarme así__. Los humanos son muy peligrosos. Si te ven te capturarán dentro de una esfera muy pequeña y te obligarán a combatir con otros pokemon, así que si ves a uno, huye. ¿Me has entendido?
__Sí... __contesté.
__Bien __mi padre sonrió__. Ahora será mejor que te duermas. Puede que mañana te lleves una sorpresa.
__¡¿Una sorpresa?! ¿De verdad? __pregunté emocionado.
__Sí, pero solo si te duermes __dijo mi madre__. Vamos, que ya es tarde.
Me dirigí hacia el rincón de la madriguera donde siempre me tumbaba a dormir. Aún tenía preguntas que hacer sobre los humanos, sobre la evolución y otras cosas, pero también tenía muchas ganas de ver la sorpresa que me tenían preparada mis padres, de modo que cerré los ojos y, casi al instante, me quedé dormido.

__Venga, Dani, despierta.
Abrí los ojos. Era otra mañana soleada, a juzgar por la claridad que se colaba por el agujero que daba al exterior de la guarida. Durante un rato pensé en tumbarme a dormir otro poco, pero entonces recordé algo muy importante.
__¡La sorpresa! __grité levantándome de golpe__. ¿Dónde está?
__Fuera __respondió mi padre.
__¿Fuera? __pregunté confundido.
__Eso es, en el exterior __dijo esta vez mi madre__. Ven, ya verás como te gusta.
Mis padres empezaron a caminar hacia la rampa de la madriguera. Yo los estuve mirando un rato, sin saber que hacer.
__Vamos. ¿Qué te pasa? __preguntó mi madre deteniéndose y girando la cabeza hacia mí.
__Es que... Nunca he salido al exterior __respondí tímidamente.
No sé por qué, pero mi padre se echó a reír.
__Tranquilo, no te va a pasar nada __dijo__. ¿No querrás pasarte aquí el resto de tu vida?
En eso tenía razón. Tenía ganas de ver como era el mundo fuera, solo que me inquietaba un poco. Hasta ese momento lo único que conocía era mi madriguera.
Finalmente, con paso vacilante, me dirigí junto a mis padres hacia la salida de la guarida. Una vez fuera tuve que cerrar los ojos debido a la luz cegadora que iluminaba el lugar, pero enseguida me acostumbré a la claridad y pude ver bien el lugar donde me encontraba. Se trataba de una pradera montañosa, con un río muy ancho y multitud de pokemon de todos los tipos.
__¡Guau! __exclamé maravillado.
__Sabía que te gustaría __dijo mi madre.
__Ven, Dani __dijo mi padre caminando hacia el río. Lo seguí a la carrera. Mi padre llegó hasta la orilla y, de un salto, se metió en el río.
__Ahora tú __dijo saliendo a la superficie. Durante unos segundos no hice nada, pero luego, titubeante como antes de salir de la madriguera, metí una pata en el agua. No estaba ni fría ni caliente, y era muy limpia.
__Venga, de un salto __me animó mi padre. Tragué saliva con dificultad. Era la primera vez que iba a nadar y estaba un poco asustado. Sin embargo, con mi padre en el agua me sentía un poco más seguro. Retrocedí unos pasos, avancé corriendo hasta la orilla del río, cerré los ojos y salté.
El impacto con el agua fue doloroso, pues me había tirado en plancha, pero por el resto todo fue bien. Al abrir los ojos en el agua descubrí que podía ver perfectamente. Además, en el agua podía moverme con mucha más soltura que en tierra. En definitiva, nadaba perfectamente. Una de las ventajas que tenemos los pokemon y los animales frente a los humanos es que nacemos sabiendo hablar, caminar, nadar, etc. No necesitamos aprender tantas cosas como las personas.
Salí a la superficie con un impulso de mi aleta trasera.
__¡Es una pasada! __grité nada más salir__. ¡Me muevo mucho mejor que en tierra firme!
__Ya te lo decía yo __dijo mi padre.

El tiempo que pasaba en la madriguera se redujo notablemente. Ahora solo entraba en ella para comer o para dormir. El resto del tiempo lo pasaba en el exterior, correteando por la pradera o, sobre todo, nadando en el agua. Sin embargo, mis padres me habían prohibido alejarme demasiado de la zona en la que estábamos diciéndome que podía ser peligroso.
Por otra parte, había desarrollado una extraña afición por intentar pescar peces. Los perseguía por todo el río intentando atraparlos entre mis patas delanteras, pero siempre escapaban, o si los cogía (raramente) se me resbalaban y conseguían huir igualmente.
Un día encontré en el río un pokemon que no había visto nunca, pero del que me habían hablado mis padres. Se trataba de un Clamperl, muy raros en aquella zona y también muy sabrosos. Me relamí y nadé haca él a toda prisa, pero cuando estaba a punto de ponerle las patas encima, el Clamperl abrió y cerró su concha rápidamente varias veces, alejándose de mí gracias a la fuerza del impulso. Lo seguí ansioso casi sin darme cuente de que me estaba alejando de la zona segura.
Estuve persiguiendo al Clamperl durante un rato más, hasta que finalmente me cansé y me detuve, dejando que se alejara de mí rápidamente, arrastrado por la corriente del río.
Suspiré. Me habría gustado llegar junto a mis padres con aquel preciado manjar, pero se me había escapado. Me di la vuelta para volver a casa y entonces me di cuenta de una cosa terrible.
Ojalá no me hubiese encontrado con ese Clamperl.

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Este primer capítulo es algo así como el resumen del nacimiento del protagonista y sus primeros meses de vida. Opinad a ver que os parece.

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{-Dialga-}
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Mensajepor {-Dialga-} »

Gracias por avisarme,si no me llegas a decir que está el siguiente capítulo no me enteraba xDD Bueno,pues los primeros meses de vida y tal está chulo ^^ (Comida predigerida...puaajj xD) ¿Clamperl como comida? Pobre bicho...ah,pero pasará algo.Jajaja,es que desobedecer trae malas cosas.Yo creía que te inspirabas en Las Batallas Misteriosas por lo de Darkrai y tal.Pero si te animó ya es algo ^^ Pues eso,que está estupendo n_n ¡Sigue así!

PD:Por petición de Meowth Atleta,que está aprovechando el fin de semana de vacaciones (vuelve mañana),te pregunta si querrías echarle aunque sea un vistacito a su fik,que quiere saber si sigue tan bueno como antes xDD

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pokefan garcia
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Mensajepor pokefan garcia »

Me parece que el primer capitulo estuvo algo aburrido, pero creo que el siguiente tiene más acción.

Capítulo 2: La amenaza del Pidgeot

Para empezar, me había alejado demasiado de la zona que me habían marcado mis padres para jugar y, por si fuera poco, acababa de entrar en una zona de corrientes muy fuertes. Por mucho que me esforzaba en nadar hacia mi casa, la corriente era demasiado fuerte y acabó arrastrándome.
El pánico atenazó mi cuerpo. ¿A dónde me llevaría la corriente? ¿Estaría ya muy lejos de mi hogar?
Tenía que pedir ayuda, de modo que subí a la superficie y grité:
__¡Mamá, papá! ¡Socorro!
Durante un rato más estuve gritando pidiendo ayuda. Verdaderamente la corriente era fortísima y lo peor de todo: cada vez era más intensa. El agua hacía espuma y me estaba acercando a...
__¡Una catarata! __grité. Intenté resistirme a la fuerza de la corriente con más ahinco, pero fue inútil. Ya me estaba preparando para mi horrible final cuando un poderoso brazo me sujetó. Miré hacia el pokemon que me había salvado. Era mi padre, que se afanaba en nadar contracorriente.
__¡Papá! ¡Sabía que vendrías! __exclamé aliviado. Tenía total confianza en que mi padre me sacaría de allí. Por eso me sorprendió tanto que empezáramos a retroceder de nuevo. En una situación normal mi padre podría vencer a la corriente, pero en ese momento tenía que arrastrarme a mí con un brazo. Debió de darse cuenta de ello, porque me lanzó hacia lo orilla del río. Aterricé de costado en el prado y rodé durante unos instantes debido a la fuerza del lanzamiento, pero por suerte no me hice daño. Lo que más me preocupaba en esos momentos era mi padre, que ahora avanzaba lentamente hacia delante. Lo seguí en su lucha contra la corriente dándole palabras de ánimo hasta que finalmente llegó a la zona del río donde el agua estaba calmada.
__¡Bien echo, papá! ¡Sabía que lo conseguirías! __exclamé mientras subía jadeante a tierra firme. Solo cuando vi la expresión enfadada de su rostro supe que me esperaba una buena bronca.
__¡Te advertí que no salieras de esta zona del río! __me reprendió.
__Pero es que... __intenté defenderme.
__¡Pero nada! ¡Me has desobedecido y como castigo te quedarás tres días en la madriguera!
Bajé la cabeza arrepentido y me dirigí a paso lento hacia mi guarida. Replicar solo serviría para aumentar el enfado de mi padre.
__¿Qué te pasa? __preguntó mi madre al verme entrar en la madriguera tan decaído.
__Nada... __dije reprimiendo un sollozo. Entré en la guarida y me tumbé en mi rincón, deprimido.
Por suerte el cabreo se le pasó pronto a mi padre, que me dejó salir al día siguiente.
__Papá, siento haberte desobedecido __me disculpé.
__No pasa nada. Te perdono, pero solo porque es la primera vez. No vuelvas a hacerlo __me advirtió.
__Sí, sí __dije encaminándome hacia el río, donde mi madre descansaba en el agua flotando panza arriba. Salté al agua y enseguida me puse a buscar peces. Encontré una sardina especialmente grande que me llamó la atención enseguida. Como siempre, intenté cogerla entre mis patas delanteras, pero se me resbaló y logró huir. Salí a la superficie, furioso.
__Lo estás haciendo mal __dijo mi padre, riendo__. Los peces se cogen con la boca, no con las patas.
__¿Me enseñas a pescar? __pregunté. Mi padre tenía que pescar muy bien pues siempre traía pescado de sobra para toda la familia.
__Claro que sí __respondió__. Mañana sin falta empezamos. Ahora voy a tumbarme un poco al Sol, que estoy cansado.

A la mañana siguiente fui el primero en despertarme. Estaba ansioso por comenzar las clases de pesca.
__¡Despierta, papá, que hoy empezamos las clases de pesca! __grité dándole un empujoncito con la cabeza. Mi padre emitió un gruñido somnoliento.
__Aún es muy temprano, Dani, vuélvete a dormir.
Dicho esto se dio la vuelta y se volvió a dormir. Me dirigí hacia mi madre.
__¡Mamá, dile a papá que se levante!
__Hazle caso a tu padre __dijo mi madre y, tras un gran bostezo, ella también se durmió.
__Jo... __miré hacia la pequeña rampa de la madriguera. No tenía ni una pizca de sueño, por lo que me encaminé hacia la salida. Al llegar al exterior me quedé mudo de asombro.
Siempre que salía de la madriguera era de día, y siempre volvía antes de que comenzase a anochecer. Lo que tenía ante mis ojos era totalmente nuevo para mí.
El cielo aún estaba algo oscuro y en él seguían brillando algunas estrellas, que yo nunca había visto hasta ese momento. En el horizonte, el Sol comenzaba a salir, lanzando un pequeño haz de luz anaranjado hacia la noche.
Me quedé durante un rato más observando aquel hermoso amanecer, hasta que decidí volver a la madriguera. Si mis padres se despertaban y me descubrían fuera sin su permiso me caería una buena reprimenda.

__Dani, despierta __dijo una voz familiar en mi oído, Me revolví en mi sitio y luego abrí los ojos. Me encontraba en la madriguera. Al final me había vuelto a dormir.
__Venga, dormilón. ¿Es que ya no te acuerdas del día que es hoy? __dijo mi madre.
__¡Es verdad! __me desperté del todo con solo oír aquello__. ¡Hoy empiezan mis clases de pesca!
__Sí, pero antes acábate el pescado __dijo señalando con la cabeza a dos peces que tenía delante__. Tu padre te está esperando fuera. Cuando acabes, ven.
Después, mi madre se dio la vuelta y salió de la guarida. Me acabé el pescado en dos bocados y corrí a toda prisa hacia el río.
__¡Ya estoy aquí! __grité una vez llegué__. ¿Empezamos?
Pero mis padres no contestaron. Estaban en la orilla del río, muy tensos y mirando alrededor sin parar. Se les veía nerviosos.
__¿Tú también lo has oído? __preguntó mi madre. Mi padre asintió. Los miré de hito en hito, sin saber a qué se referían. Iba a preguntarles qué era lo que les pasaba cuando descubrí la causa de su nerviosismo.
Se trataba de la silueta de un pájaro gigante que se veía a lo lejos. Mis padres también lo vieron. La gran ave se acercaba a toda velocidad hacia nosotros, graznando de vez en cuando. Al poco rato estaba tan cerca que pudimos reconocerlo sin problemas. Se trataba de un Pidgeot de mediana edad y muy fornido. Giraba la cabeza de un lado a otro, buscando una presa que llevarse a la boca. Finalmente fijó la vista en mí. Emitió un graznido triunfante y se lanzó en picado hacia el punto donde nos encontrábamos, con las garras de las patas completamente abiertas preparadas para cogerme. Retrocedía asustado sin saber que hacer. Entonces, justo cuando el Pidgeot se disponía a cogerme, mi padre le lanzó un ataque pistola agua. Aquel fue el primero que vi en mi vida. El potente chorro de agua dio en el costado del Pidgeot, que se desvió hacia un lado lanzando un quejido.
__¿Qué demonios te pasa? __preguntó posándose en el suelo__. Solo intento llevarme algo a la boca. Llevo más de una semana sin probar bocado.
__¡No voy a dejar que te comas a mi hijo! __rugió mi padre. Tenía todos los músculos del cuerpo tensos y preparados para luchar si fuera necesario.
El Pidgeot rió despreocupadamente.
__La verdad es que no pensé que fueras a oponer tanta resistencia __dijo__. Pero es una estupidez que lo hagas. Tus ataques de tipo tierra no le hacen efecto a un pokemon volador como yo. Además, podría esquivar tus ataques físicos y de agua fácilmente. Piénsalo, lo mejor es que te rindas.
Mi padre volvió a gruñir y luego habló dirigiéndose a mi madre:
__Silvia, llévate a Dani de aquí. Yo lo entretendré.
__Pero Fred... __empezó mi madre, pero mi padre no la dejó terminar.
__¡Haz lo que te digo! Me reuniré con vosotros en el bosque que hay en la base de la montaña.
Mi madre se quedó mirándolo durante unos instantes con impotencia, hasta que finalmente se dio la vuelta y me dijo:
__Vamos, Dani, hay que salir de aquí cuanto antes.
__¡Pero tenemos que ayudar a papá! __exclamé dándome cuenta de la gravedad de la situación.
Mi madre suspiró, apenada.
__Ya lo has oído, se reunirá con nosotros en el bosque. Ahora tenemos que huir.
__Eso habrá que verlo __intervino el Pidgeot levantando el vuelo hacia nosotros. Por suerte mi padre pudo reaccionar a tiempo y lo derribó con una fuerte embestida. El pokemon pájaro cayó al suelo, pero volvió a levantarse rápidamente. Se giró hacia su rival, levantó el vuelo y batió sus alas lanzándole una ráfaga de viento muy fina. Más tarde aprendería que ese ataque era un viento cortante, que hirió en los brazos a mi padre.
__¡Papá! __grité. Me dispuse a ir junto a él, pero mi madre me cortó el paso con su cuerpo.
__No podemos hacer nada para ayudarle. Ese Pidgeot es demasiado fuerte. Tenemos que hacerle caso a tu padre y escapar __dijo mi madre. Eché una última mirada a la batalla. Mi padre lanzaba unos rápidos pistola agua hacia el Pidgeot, que los esquivaba ágilmente.
__Vamos, Dani __dijo mi madre echando a correr por la pradera. Yo la seguí a toda prisa.
__¿Por qué no nos escondemos en la madriguera? __pregunté.
__El agujero de la entrada es demasiado grande. Ese Pidgeot podría entrar en él __contestó mi madre.
Estuvimos corriendo durante un rato más. Yo, aunque había crecido mucho desde mi nacimiento, aún seguía siendo muy pequeño. No podía correr mucho y con frecuencia tenía que pararme un rato a descansar, pero mi madre siempre esperó por mí.
Nos estábamos a punto de poner en marcha después de otro pequeño descanso cuando el Pidgeot aterrizó justo delante de nosotros, sonriente. Tenía una herida en el costado, pero por lo demás estaba perfectamente.
__Vaya, vaya. ¿Qué tenemos aquí? La madre y el hijo que han tratado de huir __dijo en tono burlón.
__¿Qué le has echo a Fred? __preguntó mi madre en un tono entre furioso y asustado.
__Bueno, la verdad es que tenía la piel algo dura, pero por el resto me supo bien __dijo el pokemon pájaro relamiéndose. Mi madre tensó los músculos y se puso a gruñir más furiosa que nunca.
__¡Corre, Dani, corre lo más rápido que puedas! __me gritó abalanzándose sobre el Pidgeot, que la esquivó con un grácil salto.
Durante unos segundos me quedé inmóvil en mi sitio. Lo que había dicho el Pidgeot me había impactado mucho, pero no podía dejar que el sacrificio de la vida de mi padre fuese en vano. Me di la vuelta y, sin decir nada, eché a correr.
Corrí y corrí ladera abajo y sin parar haciendo caso omiso al cansancio. Sin embargo, a los pocos minutos el Pidgeot me dio alcance también a mí.
__¿Dónde está mi madre? __pregunté asustado mientras se posaba en el suelo frente a mí.
__Oh, vamos lo sabes de sobra __respondió el pokemon pájaro. Observé con temor que tenía el vientre más grande que antes__. Ahora vengo a por el postre.

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Creo que es un poco subrealista este capítulo, aun tratándose de pokemon, pero espero que os guste igualmente.

Espero opiniones

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Davey
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Mensajepor Davey »

- Acabo de leer todo me gusto mucho el fic, y pobre dani el ya perdio al padre y a la madre, quiero saber que va a hacer en contra de pidgeot...
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>-Meowth-<
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Mensajepor >-Meowth-< »

Vaya,no me di cuenta de que habías empezado un nuevo fik ^^U Bueno,a mí no se me da tan bien criticar fiks como a {-Dialga-} pero lo intentaré.El prólogo engancha a cualquiera,eso seguro...¿Darkrai también se agarra al mundo de Arceus? ¬¬ Y un mudkip...Aaah,pidgeot cabrito,se ha comido a los padres de Dani T_T ¡Que alguien le ayude! Para mí está estupendo,¡sigue así!
Aunque es una lástima que no siguieras Memorias de un Entrenador,me quedé con la intriga u_u
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"Real hope needs to be found; nobody has it until you look for it.
And, once you found it, nothing in this universe can make you lost it."
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EvilJ
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Mensajepor EvilJ »

__¿Qué le has echo a Fred? __preguntó mi madre en un tono entre furioso y asustado.
__Bueno, la verdad es que tenía la piel algo dura, pero por el resto me supo bien __dijo el pokemon pájaro relamiéndose.

Gluc...
__¿Dónde está mi madre? __pregunté asustado mientras se posaba en el suelo frente a mí.
__Oh, vamos lo sabes de sobra __respondió el pokemon pájaro. Observé con temor que tenía el vientre más grande que antes__. Ahora vengo a por el postre.

Pobre mudkip,que alguien le ayudeeeeeeee!!!
Los dos quotes,me dieron una sensación en la barriga...
Aaah,pidgeot cabrito,se ha comido a los padres de Dani T_T

Lo mismo digo...
Salu2
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pokefan garcia
Revisando antecedentes de Alana
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Mensajepor pokefan garcia »

Me alegro de que os guste!! Me hizo mucha gracia eso de "pidgeot cabrito" Meowth Atleta xD. Bueno, me dejo de rollos y pongo el tercer capítulo.

Capítulo 3: Contactando con los humanos

El Pidgeot avanzó lentamente hacia mí, pensando seguramente que la sorpresa y el miedo no me dejarían reaccionar. Pero no pensaba morir. Mis padres habían muerto por mí y tenía que devolverles el favor.
Me escurrí entre las patas de la ave pokemon justo cuando intentaba pegarme un picotazo mortal. El Pidgeot se dio la vuelta, graznó furioso y levantó el vuelo. Voló a ras de suelo persiguiéndome ansiosamente. Varias veces intentó picotearme o cogerme entre sus garras, pero por suerte pude esquivarlo a tiempo saltando a un lado. Sin embargo, el cansancio me hizo perder velocidad y reflejos, y el Pidgeot logró herirme en una pata. La herida no era profunda, pero aún así me dolía al correr. Ya estaba a punto de rendirme y dejarme cazar cuando me di cuenta de que había llegado al bosque que había mencionado mi padre. Me animé pensando que con los numerosos árboles que tenía al Pidgeot le sería difícil seguirme con sus grandes alas.
Estaba en lo cierto. Nada más llegar al bosque, el pokemon volador tuvo que posarse en el suelo e ir avanzando a saltitos, revoloteando de vez en cuando. Aquello me dio la ventaja suficiente y le perdí de vista en poco tiempo.
Suspiré aliviado y dejé de correr. Estaba rodeado de árboles por todas partes menos por una. Tenía en frente una pared rocosa altísima, la del precipicio de una montaña.
__¡Ja, ja, ja! ¿Creías que podrías librarte tan fácilmente de mí?
Di un respingo a la vez que me giraba para ver quien hablaba, aunque ya lo sabía muy bien. Se trataba del voraz Pidgeot.
__¿Cómo has...? __empecé, pero no me dejó terminar.
__Solo tuve que volar por encima de los árboles y vigilarte desde arriba hasta que te detuvieras para descansar __hizo una pausa durante la cual avanzó un paso hacia mí__. Ahora si que no tienes escapatoria.
El Pidgeot caminó lentamente hacia mí, sonriente. Yo, por mi parte, retrocedí hasta topar contra la pared. El pokemon pájaro tenía razón. No había ningún sitio por el que huir.
Miré hacia atrás, desesperado. Entonces me fijé en que la pared rocosa tenía un pequeño agujero en la base. No era tan grande como yo, pero era mi única esperanza. Empujé hacia su interior con todas mis fuerzas y, finalmente, gracias a mi resbaladiza piel, logré entrar. El diminuto orificio daba lugar a una cueva gigantesca que pude ver gracias a la luz que se filtraba a través del agujero. En el exterior, el Pidgeot graznó, furioso:
__¡Aunque te metas en ese agujero no te servirá de nada! ¡Te atraparé!
Dicho esto comenzó a arremeter contra la pared con fuerza, intentando derribarla para hacer otra entrada lo suficientemente grande para que pudiese entrar. Pequeños granos de arena empezaron a caer por varias zonas del techo. ¡Si seguía así iba a derrumbar la cueva!
__¡Para! __grité, pero el ruido de los fuertes golpes que daba no le dejaba oír. De repente, un temblor retumbó violentamente en la cueva. El Pidgeot se detuvo y miró hacia el cielo con temor. Me acerqué al pequeño agujero y asomé la cabeza para ver lo que tanto aterrorizaba al poderoso pokemon pájaro. Los ojos se me abrieron como platos al ver una avalancha de rocas gigantescas que caía hacia nosotros. Rápidamente, escondí la cabeza mientras el Pidgeot intentaba alzar el vuelo, pero no dio escapado a tiempo y la pila de piedras acabó sepultándolo.
La cueva se quedó a oscuras, pues las rocas habían tapado el hueco por el que entraba la luz. Me quedé quieto durante un buen rato. Lo más probable era que la avalancha hubiera matado al Pidgeot. Había conseguido escapar de él.
Pero, ¿a qué precio?
Me tumbé en el frío suelo de tierra a pensar. Había perdido mucho en muy poco tiempo. Pensé en mis padres. No volvería a verlos nunca más.
Lloré. Lloré durante mucho tiempo. Los humanos pensáis que no lloramos, pero no es así. Puede que no tengamos lágrimas como vosotros, pero lloramos igual.
Después de un largo rato, no sabría decir cuanto tiempo, un rugido de mis tripas me hizo cesar el llanto. De nada me serviría seguir lamentándome. Mis padres no iban a volver y tenía que sobrevivir para que su sacrificio no fuese en vano. Me levanté y me puse en camino.
Bueno, la verdad es que no tenía ni idea de a dónde iba. No podía ver nada debido a la ausencia de luz, por lo que tuve que guiarme con el costado pegado a una de las paredes de la cueva e ir muy despacio para no tropezar con las numerosas rocas que había en el suelo. La travesía duró una eternidad, tanto que acabé por pensar que no tenía fin. Sin embargo, logré atisbar una intensa luz a lo lejos. La alegría invadió mi cuerpo y, sin pensármelo dos veces, eché a correr hacia la luz. A los pocos segundos pude distinguir perfectamente una gran abertura que daba lugar a otro bosque. Acabé saliendo de la cueva, aliviado.
Miré a mi alrededor. El bosque entero estaba en calma. No había peligro alguno, pero yo seguía estando preocupado. No veía ningún río con peces en el que poder pescar y, aunque lo hubiese, mi padre no me había enseñado.
Estaba pensando en qué podía hacer para obtener alimento cuando oí el ruido de pisadas detrás de mí. Me volteé a toda velocidad hacia el sonido. Unos brazos delgados apartaron las ramas de un arbusto para dejar paso al cuerpo de un niño. No sabría aproximar su edad, pues dependiendo de la especie pokemon a la que pertenezcamos podemos envejecer más rápido o más lentamente, pero si supe que era un humano joven. Tenía el pelo castaño y algo largo, ojos del mismo color, pecas en la cara y de cuerpo era bastante esmirriado. Llevaba una camiseta azul marina de tirantes junto con unos pantalones cortos de color rojo y unos tenis blancos.
__¡Mira por donde, un Mudkip! __exclamó el chico al verme. Yo me quedé inmóvil preguntándome si sería un entrenador pokemon. De todas formas, aunque no lo fuera, mis padres me habían dicho que huyese de cualquier humano__. Me vendrás de perlas para mi equipo cuando evoluciones a Swampert.
Entonces sacó una pequeña esfera del bolsillo de su pantalón del tamaño de una nuez y con la mitad superior de color rojo y la inferior de blanco. El humano pulsó una vez un botón central que tenía en el medio y la esfera se agrandó mágicamente hasta alcanzar el tamaño de una pelota de tenis. A continuación, mantuvo pulsado el mismo botón de antes durante unos segundos y me lanzó la bola.
De aquella yo no sabía que aquella esfera se llamaba pokeball ni cuáles eran sus efectos, pero mi intuición natural me decía que no podía traer nada bueno. Esquivé la ball de un salto, dejando que se estrellara en el suelo. La esfera se abrió, pero no pasó nada más.
Siguiendo de nuevo mi instinto, eché a correr a través de los arbustos y matorrales. A mis espaldas, el chico soltó una maldición y cogió una nueva pokeball, solo que esta vez la lanzó gritando:
__¡Ve, Beedrell! ¡Ataca a ese Mudkip con corte!
Eché un fugaz vistazo a atrás. Un haz de luz blanco salió de la ball al abrirse, y fue tomando la forma de una especie de abeja gigante. El pokemon insecto se lanzó en mi persecución. Yo aun era muy joven como para saber utilizar ataques para defenderme, de modo que no me quedaba más remedio que escapar. Sin embargo, el Beedrell era demasiado rápido para mí y acabó cortándome con uno de los aguijones de sus brazos justo en la pata que me había dañado antes el Pidgeot. Caí al suelo, incapaz de correr más.
__Ya eres mío. ¡Vuelve, Beedrell! __gritó el chico pulsando de nuevo el botón de la pokebal del pokemon bicho. Esta vez salió una especie de rayo láser cuando la esfera se abrió, de color rojo, que rodeó al Beedrell volviéndolo del mismo color. Después de esto, el haz de luz volvió a su punto de origen y la pokeball se cerró. Luego, el joven entrenador recogió la primera ball que me había lanzado, la cerró con las dos manos y me la lanzó de nuevo. Estaba demasiado débil como para poder esquivarla, así que la esfera roja y blanca acabó golpeándome. Se abrió y el mismo haz de luz rojo que había engullido al Beedrell me envolvió a mí, llevándome hasta el interior de la pokeball. Fue una sensación horrible. Me sentía muy encogido y apretado, más aun que cuando estaba en el huevo. Me resistí durante unos instantes, empujando para intentar abrir la ball, pero fue inútil. Estaba demasiado débil. Finalmente, presa del dolor de mi pata y del cansancio, quedé inconsciente.

Me desperté en un lugar que no había visto antes. ¿Seguía dentro de la pokeball? No. Ya no sentía esa presión sobre mí. Miré mis patas delanteras. Estaban como siempre, no eran ningún haz de luz, con la única excepción de que la pata herida la tenía vendada y me dolía menos.
__Ya era hora __dijo el mismo chico que me había capturado.
__¿Dónde estoy? __pregunté observando el lugar donde me encontraba. Hoy sé que se trataba de la enfermería de un centro pokemon, pero entonces no tenía ni idea de qué podía ser. Estaba encima de una camilla y a mi lado había otras muchas más con otros pokemon heridos o enfermos. Algunos entrenadores estaba a su lado, hablándoles o dándoles de comer. Un escalofrío me recorrió la espalda. ¡Estaba atrapado entre un montón de humanos!
__Déjate de tanto "mudkip, mudkip" __dijo mi captor respondiendo a mi anterior pregunta. Entonces recordé que los humanos no comprenden el idioma pokemon, aunque nosotros los entendamos perfectamente__. Ahora cómete eso__ señaló a un cuenco que tenía enfrente, lleno de pienso para pokemon. Lo miré durante unos instantes, desconfiado. Nunca había visto ni saboreado nada parecido. De echo, mi única comida hasta el momento había sido el pescado. Me acerqué al cuenco, titubeante, y cogí un trozo. Lo masqué durante unos instantes con disgusto. A pesar de que estaba muerto de hambre, el pienso tenía un sabor asqueroso. Me aparté del recipiente y me volví a tumbar en la camilla.
__¿Qué te pasa? __preguntó mi entrenador, furioso__. ¡Ese pienso me ha costado un riñón! ¡No comerás nada más hasta que te lo acabes!
Después el chico se fue de la enfermería. Gemí entristecido. Primero había perdido a mis padres y ahora me había capturado un humano. Las cosas no podían ir peor.

Al cabo de unos minutos mi cruel entrenador vino a recogerme. Sacó la pokeball en la que me había metido al principio y mantuvo pulsando el botón del centro. Esta vez no pude resistirme y el rayo rojo me llevó hasta el interior de mi apretada prisión.
Debí de pasarme horas encerrado, o incluso más. Mi madre me solía decir que el tiempo pasa más despacio cuando te sientes mal, y más deprisa cuando te diviertes. Pues bien, entonces tuve que estar en el interior de la ball una eternidad.
De repente, sin previo a viso, noté como la esfera se abría dándome dejándome libre el paso. Salí de su interior a la vez que notaba como iba tomando mi forma original hasta que me posé en el suelo.
Examiné rápidamente el lugar donde me encontraba. Estaba en uno de los extremos de una gran pista de cemento, dentro de una especie de pabellón iluminado por unos potentes focos. En el otro lado de la pista se encontraba otro pokemon, un Pikachu, y un poco más atrás otro humano, de mayor edad que mi entrenador.
__¡Ahora verás! __exclamó mi dueño__. Por muy fuerte que sea tu Pikachu no podrá vencer a mi Mudkip.
__Vamos, no me hagas reír __el otro hombre parecía estar muy tranquilo y confiado__. Ya me he desecho de tu primer pokemon y ahora, encima, me vienes con uno aun peor.
__¡No pienso irme de aquí sin la medalla de gimnasio!
Siguieron discutiendo durante un rato más, pero dejé de prestarles atención y me concentré en el pokemon que tenía delante. Era un Pikachu joven, pero en muy buena forma. Decidí que lo mejor sería hablar con él para aclarar mis dudas.
Pero antes tenía que presentarme. Ojalá que fuese más amable que el Pidgeot.

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Mmmm no se que decir xD. Que os guste el capitulo y que opineis aunke solo sea de pasada para saber si está bien o mal.

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Davey
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Mensajepor Davey »

Me encanto la forma en que mudkip escapo de pidgeot que suerte tuvo, me gustaria saber que se siente estar en una pokeball sera asi de horrible? xD , lastima que mudkip sea atrapado lastima pero veremos que pasa si se lleva bien con el entrenador y tambien es parte fundamental para vencer a darkrai siguelo :)
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>-Meowth-<
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Mensajepor >-Meowth-< »

Grr,salir de la sartén para caer en las brasas ¬¬ Dani huye del pidgeot y lo atrapa un entrenador (no hay otra forma de decirlo) marica xDD Oye Dani,muérdele cuando puedas y huye de ese tío idiota ¬¬ ¡Muy bueno,sigue así ^^!
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"Real hope needs to be found; nobody has it until you look for it.
And, once you found it, nothing in this universe can make you lost it."
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¡El retorno de las Crónicas de la Oscuridad!
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Próximo capítulo:
[C. IV] ¿Infiltrados... o Atrapados?

pokefan garcia
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Mensajepor pokefan garcia »

xDDDDD. De verdad, Meowth, me parto con tus críticas, aunque las demás tambien me gustan. Pongo el siguiente capítulo.

Capítulo 4: Huida desesperada por la ciudad

__¡Hola, me llamo Dani! __saludé acercándome al Pikachu__. ¿Tú cómo te llamas?
El pokemon eléctrico me miró confundido durante unos instantes antes de decir:
__No acostumbro a hablar con mis rivales antes de un combate, pero de todas formas no me acuerdo de mi nombre verdadero. Me capturaron siendo muy pequeño.
__¡Vaya! __exclamé sorprendido__. ¿Van a hacernos combatir?
__¡Pues claro! ¿Qué esperabas? __respondió el Pikachu__. Los humanos son así. A ti te acaban de capturar, ¿verdad?
__Sí.
__Lo suponía __hizo una pequeña pausa antes de hablar__. Espero que hayas tenido suerte. No todos los humanos son tan malos.
Pero no había sido así. Mi entrenador era de lo peor.
__¡Basta ya de charlas! __gritó de repente el otro entrenador, y luego se giró hacia su pokemon __. ¡Pikachu, ataca con rayo!
Aquel Pikachu me caía bien, pero la influencia de los humanos afecta mucho a los pokemon. Acaban olvidando quiénes son y la libertad de la que disponían antes. Sin embargo, en aquella época tan lejana no comprendía que un pokemon pudiera resignarse a su destino. Por eso me sorprendió tanto que me lanzase el ataque que le había ordenado su entrenador. Salté hacia un lado justo a tiempo para evitar la descarga eléctrica, que dejó chamuscada una parte de la pista de cemento.
__¿Qué haces? __pregunté contrariado.
__Lo siento mucho __se disculpó el Pikachu__. Me caes muy bien, pero una orden es una orden.
__¡Mudkip, pistola agua! __oí decir esta vez a mi entrenador. Lo miré sin comprender. El otro entrenador rió a carcajadas.
__¡Ahora sí que estás acabado! __gritó__. Tienes un Mudkip que ni siquiera sabe usar ataques.
De nuevo estalló otra discusión entre los dos humanos, que aproveché para hablar con el Pikachu otra vez.
__¿ Por qué haces esto? __pregunté__. No estás obligado. ¿Por qué no te escapas?
El pokemon eléctrico se estremeció, como si la idea de huir lo aterrara.
__No sabes lo que dices __respondió__. Si no le hago caso a mi entrenador o si me intento escapar él... él...
__¿No te pegará?
El Pikachu bajó las orejas entristecido. Aquello me lo confirmó todo.
__¡Pikachu, cola férrea y ataque rápido!
El pokemon ratón se puso tenso de golpe y me dirigió una mirada de disculpa. Su cola en forma de rayo comenzó a brillar con un intenso color blanco y dio un gran salto, luego una voltereta hacia delante y se preparó para golpearme con su cola. Una vez más mis reflejos me salvaron la vida. Eché a correr hacia atrás dejando que la cola golpease el suelo con fuerza, haciendo una grieta en él. Aun así, el Pikachu se recuperó rápidamente y se apresuró a efectuar el segundo ataque que le habían ordenador. Corrió hacia mí a toda velocidad dejando una estela blanca a su paso. Esta vez fue demasiado rápido y acabó golpeándome en un costado con la cabeza.
Rodé por el suelo un par de metros hasta que, finalmente, me detuve. Por suerte no me había golpeado con demasiada fuerza, quizás porque le caía bien, pero de todas formas el golpe me había aturdido.
__¡Vamos, estúpido! ¡Pistola agua, bofetón lodo, venganza... Atácale con lo que quieras pero atácale! __gritó mi entrenador fuera de sí.
__¡Pikachu, ataque rápido otra vez!
Aunque me negaba a luchar contra otro pokemon para mi entrenador, si no hacía algo pronto las cosas podían ponerse peligrosas. El pokemon eléctrico echó a correr de nuevo hacia mí. Cerré los ojos con fuerza y arremetí contra él. De pronto, noté que chocaba contra algo duro. Abrí los ojos y vi al Pikachu tendido en el suelo, frotándose la frente con una pata.
__Enorabuena __dijo levantándose__. Acabas de aprender a utilizar placaje.
Ladeé la cabeza, pensativo. Tan solo había intentado golpearlo y gracias a eso había aprendido mi primer ataque.
__Pikachu, dale el golpe definitivo. ¡Ataca con placaje eléctrico!
El pokemon ratón retrocedió unos pasos y todo su cuerpo se cubrió por una extensa capa de electricidad. Después, se lanzó hacia mí a la carrera. Observé como se acercaba, atemorizado. La electricidad que manaba de su cuerpo era demasiado ancha por los lados, de modo que sería muy difícil esquivarlo con un salto lateral. Sin embargo, por arriba era más más escasa. Quizás tenía una pequeña oportunidad de huir. Cogí carrerilla avanzando rápidamente hacia el Pikachu y, justo antes de que me pudiese golpear, salté con todas mis fuerzas. Sobrevolé a mi rival sin que me llegase a golpear, aunque la electricidad me dio un calambrazo en las patas. Caí al suelo y giré la cabeza hacia el Pikachu, que iba demasiado rápido y no pudo detenerse a tiempo. Mi entrenador gritó antes de que el pokemon chocase contra sus pies. Los pelos del chico se pusieron de punta y cayó de espaldas al suelo más tieso que un palo. Aquella era mi oportunidad.
Examiné la estancia buscando una salida, y la encontré. A mi derecha tenía, más allá de la pista de cemento, una puerta entreabierta. Corrí hacia ella y la abrí de un empujón, un placaje, como lo había llamado el Pikachu. Salí al exterior y me quedé paralizado por la sorpresa.
Aquello no se parecía en nada a lo que había visto hasta el momento. No había ni árboles ni praderas, si no edificios, coches, carreteras, aceras y personas, cientos de personas.
Unos gritos provinientes del gimnasio del que había salido me hicieron volver en mí. Sacudí la cabeza hacia los lados y, sin pensármelo dos veces, eché a correr atravesando la carretera. Un gran error. Por suerte los coches frenaron a tiempo con agudos chirridos y comenzaron a pitar. No me detuve. El miedo a que me capturasen otra vez me daba fuerzas para seguir adelante. Corrí sin un rumbo fijo durante varios minutos hasta que, ya fuese por suerte o por intuición, acabé dirigiéndome a un camino sin asfaltar. Llegué a un bosque parecido al último que había visto, en el que me habían capturado.
Me detuve durante unos instantes jadeando abundantemente. ¿Habría logrado escapar de mi captor? Deseaba con todas mis fuerzas que así fuera, pues estaba demasiado cansado como para poder huir si volvía a aparecer.
Entonces una nueva amenaza se cruzó en mi camino. Se escuchó un bramido aterrador y un Ursaring emergió de entre unos arbustos. Retrocedí asustado, pero me fallaron las patas y caí de nuevo al suelo. Estaba muy débil debido a la falta de comida y agua. El Ursaring avanzó hacia mí. Ahora si que estaba perdido. No podía hacer nada y estaba tan cansado que tenía que hacer un gran esfuerzo para mantener los ojos abiertos. Así que, rindiéndome a mi destino, me dejé caer, inconsciente.

__¡Mirad! ¡Se está despertando!
__¡Cielos! ¡Traedle un poco de agua!
__¿Estás bien, pequeño?
Todas esas voces me recibieron al despertarme. Estaba un poco confuso.
__Ten, bebe esto.
Un Lombre se acercó hacia mí. En la hoja de loto de su cabeza llevaba agua. El pokemon inclinó la cabeza hacia mí dejando caer el líquido, que me apresuré a beber. Estaba sediento.
__¿Dónde están tus padres? __preguntó una Furret.
__Mis padres... murieron __respondí flojito. Un grito de asombro se extendió por el círculo de pokemon que me rodeaban.
__¿Cómo es eso? __preguntó de nuevo la Furret. Iba contestarle, pero el rugido de mis tripas me interrumpió. Aunque había saciado mi sed, aun seguía muerto de hambre.
__¡Pobrecillo! Debe de estar hambriento __dijo un Hoothoot.
__Ven. Vamos a darte de comer y después nos cuentas lo que ha pasado __dijo una Bellosom.
Me llevaron a un tocón de árbol donde un Heracross llevó un montón de bayas de todos los tipos y sabores. Dudé antes de comerlas pues, como ya he dicho, mi única comida hasta aquellos días había sido el pescado. Sin embargo, no quería quedar mal entre los pokemon, así que me comí una entera de un bocado. Para mi sorpresa, estaba tan buena, o incluso más, que los peces.
Los demás pokemon esperaron con paciencia a que yo acabase de comer. Una vez hube comido todas las bayas y estuve completamente recuperado, me volvieron a preguntar qué me había pasado. Se lo conté todo. Aunque algunas partes me constaba relatarlas, como la persecución del Pidgeot, por lo menos sirvió para desahogarme.
__¿Y dónde vas a vivir? __preguntó la Furret una vez acabé de contar mi historia.
Me encogí de hombros. Hasta ahora no había pensado en ello.
__No sé __dije finalmente__. Buscaré algún sitio por ahí y ya me las apañaré.
__¡De ninguna manera! __exclamó__. Aún eres muy pequeño. Te quedarás a vivir aquí con nosotros. Necesitas una familia que te cuide __hizo una pausa mirando al círculo de pokemon que nos rodeaba__. Yo te acogería en mi madriguera, pero es que ya tengo tres hijos y no cogeríamos todos. Si alguien pudiera...
No acabó la frase, pero de todas maneras no hacía falta. Cada pokemon puso una excusa diferente: que su guarida era demasiado pequeña, que no tenían comida suficiente... En definitiva, tendría que buscarme mi propio hogar. Pero entonces, una Quagsire se abrió paso a través de un grupo de pokemon y dijo:
__Yo lo cuidaré. Al fin y al cabo, los dos vamos a ser del tipo agua/tierra.
Aquello me quitó un gran peso de encima. La Furret tenía razón, era demasiado joven aun como para hacerme mi propia madriguera. Además, no sabía pescar, de modo que acabaría muriéndome de hambre.
__Me alegra que hagas eso __la Furret sonrió y luego dijo dirigiéndose a mí__. Bueno, ahora que ya sabemos que alguien va a cuidar de ti podemos quedarnos tranquilos.
__Pero aún queda algo por resolver __dijo el Lombre que me había dado de beber__. Necesitará también una plaza en el colegio pokemon.
__De eso me encargo yo __dijo de repente una Wiglituff que tenía a mis espaldas__. Recordad que soy la directora del centro.
__Entonces ahora que está todo solucionado, creo que podemos irnos __dijo la Bellosom.
Todos los pokemon se despidieron y cada uno fue por su lado. La Quagsire se acercó a mí.
__Vamos pequeño. Te llevaré a tu nuevo hogar.
La verdad es que esa Quagsire me caía bien. Parecida simpática y había sido muy generosa al ofrecerse a cuidarme.
Hicimos la mayor parte del camino en silencio, un silencio algo incómodo. Intenté distraerme contemplando el paisaje. Estábamos en un prado muy extenso, pero llano. No era como el que tenía delante de mi antigua madriguera, que estaba en pendiente, en la ladera de una montaña. En la pradera había varios hoyos, que llevarían, seguramente, a varias madrigueras. También había varios árboles, con nidos de varios tamaños en sus ramas. Después, en una esquina, había un gigantesco lago en el que nadaban Poliwags, Goldeens y otras especies de pokemon acuáticos. Por lo menos el lugar era bonito.

_____________________________________________________

Bueno, se terminó por hoy. Seguramente mañana publique el próximo capítulo, y si no pasado seguro. Como siempre, os pido que opineis y espero que os guste.

Saludos!!

flygon_dark
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Mensajepor flygon_dark »

acabo de empezar a leer esto y asta ahora vas muy bien sigue asi
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>-Meowth-<
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Mensajepor >-Meowth-< »

Tooooma esa,Dani ha huido a un bosque lejos del entrenador.¡En tu cara,gilibobo xD! Ah,Colegio Pokémon...Yo que creía que si me convertía en Pokémon me libraba del centro de tortura ¬¬ Ja,una quagsire...No está mal,pero quizá una milotic sería mejor xD Bueno,está muy bien,ojalá pikachu pudiera huir también,pero bueno...¡Sigue así ^^!
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pokefan garcia
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Mensajepor pokefan garcia »

Me vicie al diamante y no tuve mucho tiempo para escribir, pero al final lo acabé.

Capítulo 5: El primer día de colegio

De repente, la Quagsire rompió el silencio.
__Ya verás como te gusta nuestra madriguera. Es muy grande y podrás corretear a tus anchas todo lo que quieras. Además, mi marido y yo tenemos un hijo de tu misma edad, así que no te vas a aburrir.
__Muchas gracias por acogerme, esto... __empecé, sin saber como terminar la frase.
__Me llamo Sena, pero si quieres puedes llamarme mamá. Después de todo, ahora eres como uno más de la familia __dijo la Quagsire, sonriente.
__Sí, bueno, gracias Sena __respondí tímidamente. El recuerdo de mis padres estaba aun muy vivo en mi memoria. Era demasiado pronto para incluirme en otra familia.
Entonces me vino a la cabeza una duda que decidí preguntarle a Sena:
__¿Cómo llegué a este prado? Lo último que recuerdo es que me encontré con un Ursaring y luego me debí de desmallar.
Sena rió, como divertida.
__El bueno de Ben. No tienes por qué preocuparte. Ese Ursaring que viste no quería hacerte daño. Es el vigilante de la zona, se encarga de que no entre ningún humano en la pradera. Pensó que tú eras uno de ellos, pero al ver que no era así te trajo hasta este prado __la Quagsire hizo una pausa antes de volver a hablar__. ¡Mira, ya hemos llegado!
Nos encontrábamos frente a un hoyo de tamaño medio, muy parecido al de mi antigua madriguera, que también tenía una pequeña rampa que llevaba al interior. Sena la bajó primero y yo la seguí después. Mi madre adoptiva tenía razón. El interior de la guarida era enorme, incluso tenía un pequeño estanque en un lado. A poca distancia de él estaban dos pokemon más comiendo cada uno un pescado. Eran un Quagsire y un Wooper. que levantaron la cabeza hacia Sena y a mí según nos oyeron entrar.
__¡Ya era hora! __exclamó el Quagsire, y luego se fijó en mí__. ¿Quién es ese?
__Se llama Dani __respondió Sena__. Ben lo trajo a la pradera después de encontrarlo inconsciente en el bosque __me miró con cara de pena y luego dijo__. Ha perdido a sus padres y no tiene a dónde ir. Estaba solo y pensé que podíamos adoptarle.
El Quagsire puso los ojos en blanco. Sí, los pokemon también podemos hacerlo.
__Sena...
__Vamos Arthur __dijo mi nueva madre__. En la madriguera hay stiio y comida de sobra. Además, a Roger le vendría bien alguien con quien jugar.
__El Quagsire, o mejor dicho, Arthur, suspiró.
__Está bien, pero tendré que volver a pescar __dijo. Se comió su pescado de un bocado y, a continuación, se zambulló en el pequeño estanque.
__Bueno, me parece que vas a tener que esperar un poco a que venga tu padre __dijo Sena. Lo último lo dijo bajito, quizá por lo que pudiera pensar.
__No pasa nada __dije, y me senté en el suelo para descansar. El Wooper se terminó también su comida y se acercó a mí.
__¡Hola! __me saludó alegremente__. Me llamo Roger. Tú eres Dani, ¿no?
__Sí __respondí.
__¡Encantado de conocerte! __exclamó tendiéndome su aleta trasera. Se la cogí cono una pata.
__Lo mismo digo __le solté la aleta y miré hacia el pequeño estanque__. Debe de ser muy profundo.
__Sí, lo es__ contestó Roger__. Mi padre, bueno, el nuestro lo construyó. Lleva hasta el lago y tardó mucho en acabarlo.
Justo entonces Arthur surgió del agua del estanque de un impulso y cayó de pie en el suelo de la madriguera. El Quagsire avanzó hacia el centro de la estancia y escupió dos peces de tamaño considerable que llevaba en la boca.

Enseguida me adapté a mi nueva familia. Todos me caían muy bien, pero Roger el que más, quizá porque los dos éramos aproximadamente de la misma edad. El pequeño Wooper me contó muchas cosas sobre el colegio y todo lo que se podía hacer en la pradera para pasar el rato.
__¡Ya verás! __me dijo Roger aquella tarde del primer día que pasé en mi nuevo hogar__. El colegio te va a encantar. Nos sentamos en un rincón de la pradera y luego un profesor nos enseña. Tenemos a la Señorita Flor, una Roselia muy simpática que nos enseña los distintos tipos de bayas que hay, las que se pueden comer y las venenosas, ya sabes. Después tenemos clase de gimnasia, que nos la da Marcos, un Heracross. Nos pone un circuito para hacer ejercicios diferente cada día. Por último, tenemos con el Señor Rodríguez, un Raticate, aunque todos le llamamos Míster Bigotes __Roger soltó una pequeña carcajada__. Él nos enseña cultura general, los nombres de otros pokemon, los ataques que pueden utilizar, cosas sobre los humanos...
__¿Y para entretenerse? __pregunté con curiosidad.
__Podemos nadar en el lago o jugar en el prado y muchas más cosas __respondió mi amigo.
__Estoy deseando que llegue mañana __dije.
__Y yo__ corroboró Roger.
Esa fue la primera noche que pasé en la madriguera de mi familia adoptiva. Durante un rato me costó conciliar el sueño, pues estaba acostumbrado a mi rincón de mi antigua guarida, que ya había adquirido el contorno de mi cuerpo. Sin embargo, estaba muy cansado por todas las emociones que había vivido durante el día. Así que, finalmente, me dormí profundamente.

__Vamos, Dani, despierta.
Noté como algo me empujaba suavemente en la espalda. Estaba tumbado de costado. Gemí y me revolví en mi sitio. Por un momento pensé que me encontraba en mi antiguo hogar y quien me intentaba despertar era mi madre. Por desgracia, no era así. Al darme la vuelta y al abrir los ojos pude comprobar que se trataba de Sena, la Quagsire que amablemente me había adoptado. Me levanté de golpe, avergonzado por mi comportamiento.
__El desayuno está servido __dijo__. Roger ya está comiendo. Será mejor que te des prisa si no quieres llegar tarde.
¡El colegio! Aquel iba a ser mi primer día de clase. Estaba nervioso y entusiasmado a la vez, deseoso de empezar cuanto antes. Corrí hacia el lado de Roger y me puse a comer mi pescado.
__¿Y papá? _preguntó mi amigo cuando acabó de comer.
__Ha salido a nadar al lago __respondió Sena__. Últimamente ha engordado un poco y quiere entrenar, a ver si adelgaza. Bueno, ¿habéis acabado de comer ya? Entonces podéis ir yendo. Ya casi es la hora.
Me tragué el último trozo de pescado y me dirigí junto a Roger, que ya estaba en la rampa que conducía a la salida de la madriguera.
__¡Vamos Dani! __me apremió. Llegué a su lado y juntos emprendimos el camino hacia la escuela pokemon.

El colegio estaba bastante cerca de nuestra guarida. Pokemon de diversas especies se agrupaban uno al lado del otro frente a un amplio tocón de árbol. La primera clase la tuvimos, como había dicho Roger, con la Señorita Flor. Realmente, la Roselia era muy hermosa y bastante joven. Ella se encargó de presentarme ante los demás alumnos.
__¡Atención, clase! __gritó para hacerse oír entre el murmullo general. Todos los pokemon se callaron ante la orden de su maestra__. Hoy se incorporará un alumno nuevo al grupo __la Señorita Flor se giró hacia mí__. Adelante, preséntate.
Me aclaré la garganta y me giré hacia mis compañeros de clase, que me miraban fijamente.
__Me... me llamo Dani __dije un tanto nervioso__. Espero llevarme bien con todos vosotros y...
__¡Manu, Rod, callaos ya! __exclamó mi profesora dirigiéndose a un Grovile y a un Ivysaur que habían estado hablando y riendo todo el rato__Todos los días hacéis lo mismo. Como sigáis así me veré obligada a la directora.
Los dos pokemon tipo planta se callaron, pero seguía habiendo una mirada burlona en sus ojos. La Señorita Flor me indicó el sitio en el que sentarme, al lado de Roger, y dio comienzo la clase.
Al cabo de una hora, la profesora de bayas se despidió y se fue. Después de unos pocos minutos llegó el profesor de gimnasia, Marcos, el Heracross. Lo primero que hizo al llegar fue presentarse y luego se puso a hacer uno de sus famosos circuitos de obstáculos, que acabó enseguida. En una zona había que avanzar saltando de roca en roca, unas enormes. En otra había que cruzar un gran agujero echo por el propio Marcos, pasando por encima del tronco de un árbol. Además, había algunas partes del circuito donde solo se podía seguir adelante utilizando algunos ataques. Los demás pokemon ya habían aprendido algunos básicos durante el tiempo que habían pasado en la escuela, pero aquel era mi primer día y el único que sabía utilizar era placaje.
__No te preocupes __me tranquilizó Marcos cuando se lo mencione__. Es normal que vayas retrasado. Después de todo es tu primer día. Yo te enseñaré todos los que necesitas saber para ponerte a la altura del resto de la clase.
La verdad es que aprendía rápido. Solo en ese día aprendí a utilizar dos ataques más: pistola agua y bofetón lodo. Los efectuaba de un modo algo chapucero, eso sí, pero aprenderlos en tan poco tiempo era toda una hazaña.
O al menos eso es lo que había dicho Marcos.
Por último, tuvimos clase con Míster Bigotes, es decir, el Señor Rodríguez, el Raticate. Su clase fue de lo más aburrida, aunque aprendimos el nombre de varias especies de pokemon que yo desconocía y varias cosas más. Que El Señor Rodríguez hablara en un tono tan monótono y sus continuos gestos de subir el labio superior par enseñar sus enormes dientes bastaban para hacer que la explicación fuese de lo más tediosa y para caerte antipático, aunque apenas lo conocieras.
Al cabo de una hora, la última clase del día acabó. El Señor Rodríguez se marchó sin tan siquiera despedirse y los alumnos se encaminaron hacia sus respectivos hogares.
__Vete yendo a casa __me dijo Roger__. Yo tengo que preguntarle a Míster Bigotes una cosa sobre la clase de hoy. Sabes el camino, ¿no?
__Sí, no te preocupes __respondí. Mi amigo se despidió con un movimiento de su cola y corrió detrás del Raticate.
Me dirigí hacia mi nuevo hogar tranquilamente. El camino desde la escuela hasta la madriguera era casi todo recto, y por lo tanto, muy fácil de recordar.
Empezaba a gustarme mi vida en aquella bonita pradera. En general, todos eran muy simpáticos y amables. El colegio tampoco estaba mal y el lago tenía muy buena pinta para pescar y nadar libremente. Todo esto me estaba ayudando mucho a superar el dolor que me producía la perdida de mis padres.Sí. Definitivamente, aquel lugar me gustaba.
__Eh, Mudkip.
Me giré, ofendido. Como ya se ha mencionado antes, es de mala educación y una falta de respeto llamar a un pokemon por el nombre de su especie. Reconocí enseguida al pokemon que me había llamado. Se trataba de Manu, el Grovile al que le había llamado la atención la Señorita Flor. Iba acompañado por Rod, el Ivysaur. Por lo que había visto, eran los más mayores de clase. Estaban en plena adolescencia y eso se les notaba, sobre todo, en el carácter.
__¿Qué queréis? __pregunté mosqueado. Los dos pokemon tipo planta avanzaron hasta quedarse a escasos centímetros de mí. Entonces me di cuenta de que me doblaban en tamaño.
__Verás, Mudkip __dijo de nuevo Manu volviéndome a llamar por el nombre de mi especie, pero no me atrevía a decirle que me llamase por mi otro nombre__. A nosotros no nos gustan los nuevos. Sobre todo los de tipo agua como tú. Les solemos hacer muchas gamberradas, ¿verdad, Rod?
__Je, je, je. Sí __contestó el Ivysaur bobaliconamente. Tragué saliva con dificultad. ¿Qué podrían querer de mí esos dos matones?

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Creo que esta parte de la historia es poco original, pero pasará pronto, en un par de capitulos. Lo interesante aun esta por llegar, jeje...

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Davey
Derribando los plumíferos de Alana
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Mensajepor Davey »

Mmmm interesante acabo de leer el capitulo 4 y 5 el primer dia le fue bien, y aprendio tan rapido? en que nivel estaba antes xD bueno estan muy buenos los capitulos siguelo...
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