Bueno, acá, hago mi primer Fic, o algo como un drama, que me inspiré en nada, sólo quise hacerlo y no ser menos en este tema, espero que les guste, y critiquen, que me enriquece Acá va.
CAPÍTULO 1
Siete años de mi vida desperdicié buscando a alguien para reclamar la ausencia de mi padre, pues solo soy un chico con su madre y hermano que vive en las afueras de Nantes, en una pequeña casa costera cerca del muelle, primero, presentaré mi nombre, sacando ya el anonimato, me llamo Jean Paul Souple, me dicen Jempo, y tengo 16 años, 9 de felicidad y 7 de incógnita, dado a que mi padre se ha hido y no sé dónde, pero en fin, procederé a contar mi historia, que es lo más interesante.
Un sábado, luego de una noche de insomnio generado por dudas y realidades que me sacudían con solo pensar, me desperté con el objetivo de ir a tomar mi desayuno, el fuerte sol me enceguecía y el reloj que no había sonado, entonces, me supuse que me desperté tarde, pero no parecía, ya que mi mamá de cualquier forma me hubiera despertado, entonces, ya a las 9 de la mañana, procedí a abrir mi puerta y bajar las escaleras, sabiendo de los podridos escalones, tuve que arrinconarme para poder bajar completamente la escalera, y cada vez me acercaba a un ruido que antes no lo había escuchado, entonces, me apuré, pues el ruido no era tan lindo, si no que aturdidor y venía acompañado de llantos. La puerta estaba manchada de sangre, en la manija, lo que me trajo un gran temor, abrí la puerta y como era de esperar, encontré la cocina, pero esta vez, embadurnada con sangre en las sillas y la mesa, el ruido se hacía cada vez más fuerte y mi preocupación se hizo más fuerte también, entonces, al llegar donde la sangre y el ruido me llevaban, la puerta del patio, encontré a mi madre con un hombre encapuchado con un cuchillo en su mano, mi corazón latía cada vez más fuerte, cada paso que daba hacia el hombre, era un cuchillazo de dolor al ver a mi madre tan amenazada. Agarré la silla que estaba en mi camino, y corriendo me dirigí hacia el hombre que la tenía de cuclillas a mi mamá, le tiré la silla, y el asesino, al sentir el golpe en su talón, pues no soy tan bueno con la puntería, salió corriendo hacia una pared y pegó un salto tan impresionante que se pasó al otro lado. No me contuve en ir a buscarlo, mi mamá perdía sangre y tenía que hacer algo, entonces, la alcé y la llevé a la mesa, busqué un trapo y se lo até en su hombro, con tal de parar un poco el derrame de sangre que hizo del suelo de mi casa algo totalmente tétrico, entonces, llamé al hospital y pedí ayuda. Los gritos de mamá se hacían cada vez más fuertes y su dolor se hacía entender. Subí a buscar a mi hermano, para que me ayude en lo que pueda, éste, al escuchar lo que le dije, se puso tan pálido, que tardó un tiempo en reaccionar, entonces, lo puse de nuevo en sincronización con el mundo y le dije que bajara conmigo, lo hizo y me ayudó conteniéndola a mamá y dándole vasos de agua, al parecer, se calmaba un poco, pero de una forma muy rara, cerraba sus ojos y los abría muy despacio, se dispuso a hablar conmigo.
- Hijo, me siento como una bolsa vacía y muy débil, no creo que llegue… Hijos… Yo quiero decirles que… Los.. quiero mucho… Pero mi tarea parece ya… hecha. – Dijo Marie.
- ¡¡¿¿Qué dices mamá??!! – Respondí con nerviosismo y proseguí respirando – No te puedes ir por nada del mundo, te necesitamos.
- Ya lo sé hijo… Pero… A veces la muerte no se puede.. evitar.- Dijo ella con tanta tranquilidad y una sonrisa rara para ese momento.
- ¡No! – Dijo mi hermano con sus ojos llorosos. - ¡No te vas por nada del mundo! Esperaremos la ambulancia y ellos te curarán. – Mi hermano se echó a llorar completamente.
No sabía qué hacer, mis lágrimas fueron intevitables, me arrojé sobre el hombro de mi madre y empezé a rezar, no soy tan creyente, pero en esa ocasión, mi fé la sentí tan fuerte, aunque… Mi mamá no respondió. Se había ido, lo sabía, no daba ninguna señal de vida, entonces, rompí a llorar que ni siquiera pensé en posibilidades de vida, lloraba y lloraba, se había ido, no mas vida, el ciclo para ella se cumplió, algo tan natural como la muerte que golpea tan fuerte con un Tsunami, más si es alguien como tu mamá o alguien con el que tenías una gran relación… Se fue, no hablaría más, sólo quedó el recuerdo, pertenencias y fotos…
Fin del capítulo, pronto verán el próximo capítulo.
Cuento de un huérfano francés.
- JimCruz
- De polizonte en la base Galaxia
- Mensajes: 3649
- Registrado: Lun Ene 16, 2006 7:30 pm
- Piplup_Fann
- Mojándose con Misty
- Mensajes: 30
- Registrado: Sab Jul 14, 2007 11:36 am
- Kaiser Von Payer
- Héroe/heroína de la región de Aura
- Mensajes: 2703
- Registrado: Mié Feb 01, 2006 8:36 pm
- -< J J >-
- ¿Buscando un nuevo rival?
- Mensajes: 3074
- Registrado: Jue May 11, 2006 2:27 pm
OMFG!
Es demasiado bueno, creo que éste es el Fic del que me haz hablado.
Criticaré esto porque dijiste que crecías xD:
- Genial trama. Siento que soy el personaje.
- Palabras un poco elevadas, aunque muy dadas a la ocasión.
- Capítulo excelente.
- Corto y largo. Se lee con gusto.
Es un muy buen Fic.
Es demasiado bueno, creo que éste es el Fic del que me haz hablado.
Criticaré esto porque dijiste que crecías xD:
- Genial trama. Siento que soy el personaje.
- Palabras un poco elevadas, aunque muy dadas a la ocasión.
- Capítulo excelente.
- Corto y largo. Se lee con gusto.
Es un muy buen Fic.
Spider pig.. Spider pig... DOES WHATEVER Spider Pig does.. Can he Swiiing, from a Web? No, he can't! He's a pig.. LOOK OUT!! He's Spider Pig (H)
Trying to make my singature LESS LAME ._. Any help is well received o.o
- Blaz
- En lucha de gimnasio ante Marcial
- Mensajes: 807
- Registrado: Lun Feb 12, 2007 4:04 pm
Hijo de p*ta, ¿Como puedes matar a la madre de 2 chicos?
No sabía q tenias un fic, hace tanto q no me paso por esta sección...xD
Muy bueno, muy atrapante, genial trama, drama y suspenso.
Muy bien hecha la parte en la que esta por encontrar a la madre casi muerta, gracias cruel al rasto de sangre, muy bien hecha.
Felicidades Jim, espero el proximo cap
Trae el proximo cap ya! xD
No sabía q tenias un fic, hace tanto q no me paso por esta sección...xD
Muy bueno, muy atrapante, genial trama, drama y suspenso.
Muy bien hecha la parte en la que esta por encontrar a la madre casi muerta, gracias cruel al rasto de sangre, muy bien hecha.
Felicidades Jim, espero el proximo cap
Trae el proximo cap ya! xD
- McCain
- De batallas en el coliseo de Pirita
- Mensajes: 1863
- Registrado: Dom Nov 06, 2005 3:17 am
- JimCruz
- De polizonte en la base Galaxia
- Mensajes: 3649
- Registrado: Lun Ene 16, 2006 7:30 pm
Capítulo 2.
Poco me detuve en pensar sobre el asesino de mi madre, poco investigué su muerte, lo que más me importó en ese momento ya no era cuestión de culpas, si no, de sentir la ausencia de mi madre. Tantos años y enseñanzas que me había dado y que todavía perduran, ese día, hasta los siguientes, no iban a ser más ni menos, su cara se me hizo presente cada pestañeo y sus palabras me torturaban, escuchaba sus elogios y regaños cada vez que lloraba, era insoportablemente triste, todo terminó.
La ambulancia había llegado, justo cuando ella ya había fallecido, sabía que falleció, el vacío fue gigante. Los enfermeros tocaron la puerta y los dejé pasar, los llevé hacia donde ella yacía con los ojos entreabiertos ya inmutables. Al preguntarle al enfermero, éste soltó una lágrima diciéndome que había muerto, pues no creo que sea fácil anunciar eso a alguien. Mi hermano, antes esperanzado de que viva, ya no dio más, se desmayó, fue mucho para él, lo llevé a su cama derramando lágrimas y lo acosté. Fui a llamar a mi abuela Lourien y a mi tío Fabrice, para que sepan de lo sucedido y hagan lo necesario con mi mamá. Como era de esperar, se sorprendieron y rápidamente llegaron, y mi tío emprendió una charla ahogada de respiros forzados y miradas al suelo. Soltó una pregunta entrecortada:
- ¿Cómo pasó? – Dijo Fabrice tan desganadamente -¿Cómo ocurrió?
- Un.. asesino lo hizo, pero… no me hagas pensar tío…- Respondí rompiendo a llorar.
- Déjalo Fabrice, trata de consolarlo o llévalo a su cama – Sugirió mi abuela con una actitud parecida a la de mi tío – Yo me encargo de llamar a la policía…
Mi tío hizo lo sugerido por Lourien, me agarró entre sus brazos y diciéndome que me tranquilice, de distintas formas, me llevó a mi cuarto. Me dijo que me quedara ahí y que tratara de dormir. No pude, simplemente, caminaba por mi cuarto, una especie de inseguridad me atacó, mi tío no estaba en el cuarto, y yo me desesperaba, la voz de mi madre, su cara y sus abrazos que imaginaba me estaban azotando. Rompí un velador y empecé a llorar en mi cama, esto ya no era cuestión de tranquilizarme, si no, de esperar a que todo pasara, olvidarme del asesino, aunque sea algo más difícil que olvidarme de mi madre, pues aunque la venganza o el rencor hacia las personas que te lastiman tanto a veces es inevitable, en ese momento, no pensé en él. Raramente, me acosté a pensar en mi hermano y en el mañana, y caí dormido.
Dormí todo un día entero, durante la luz del día, lo que el domingo a la mañana, mi abuela me despertó, con una caricia y un desayuno, no tenía tanta hambre, pero accedí a comer algunas tostadas y a tomar un poco de té. Mientras, los ojos de Lourien me miraban con tal brillo que era obvio que pensaba en mi desdicha, ella era tan parecida a mi madre. Predecía todo lo que veía en mi cara o en la de cualquier persona, de una forma percibía la tristeza, la duda o la alegría de alguien. Me dijo lentamente:
- Tú eres tan diferente a mí o a tu madre, tu sensibilidad es tan… contagiante-Me dijo ella- Creo que lo mejor va a ser que te levantes y te vistas, iremos a lo de tu tío, él tiene una casa grande y te instalarás ahí, yo también.
- Pero… ¿Tu casa? – Pregunté yo. – ¿Quién se quedará a cargo de ella?
- No te preocupes querido, unos sobrinos la cuidarán, yo me encargaré de ti y tu hermano.- Dijo ella tan dulcemente.
- Bueno…
Nunca fui una persona de hablar mucho, siempre fui muy tímido, pero debo admitir que mi abuela fue una de las que más me ayudó a extenderme en mi temperamento, me enseñó muchas cosas, como valores y anécdotas. Siempre tuvo una relación tensa con su hija, mi madre, desde mi nacimiento, ya que se alejaron un poco y mi mamá se aisló mucho de la responsabilidad de Lourien. Sufriendo mucho por el abandono de mi padre, mi abuela nunca pudo ayudar mucho a mi mamá.
Bajé con mi abuela por la escalera desgastada y lo vi a mi hermano pensativo en uno de los sillones, por lo que parecía, esperándonos. Él, se acercó a mí y agarró mi mano, haciendo que lo abrace. Traté de evitar el llanto, aunque mi hermano no, al igual que mi abuela, conmovida por esa imagen. Lo saqué lentamente a mi hermano y le dije que todo iba a estar bien. Fui a buscar mi bolso, que mi abuela me lo había preparado, y salí para entrar al auto e irme a lo de mi tío, que no quedaba tan lejos. Durante el camino, la cara de mi mamá sobresalía en mi imaginación, lo que me hizo largar unas cuantas lágrimas, pero la vida sigue, todos mueren, es fuerte el dolor, pero la muerte más. Mi mamá iba a estar conmigo siempre, esté dónde esté, sabía eso, ya lo sentía, su cara en mi mente y su voz se me iba a hacer normal, la iba a recordar, como en ese momento empecé a tararear lo que se me venía a la mente.
Espero que les guste este segundo capítulo ^^
Poco me detuve en pensar sobre el asesino de mi madre, poco investigué su muerte, lo que más me importó en ese momento ya no era cuestión de culpas, si no, de sentir la ausencia de mi madre. Tantos años y enseñanzas que me había dado y que todavía perduran, ese día, hasta los siguientes, no iban a ser más ni menos, su cara se me hizo presente cada pestañeo y sus palabras me torturaban, escuchaba sus elogios y regaños cada vez que lloraba, era insoportablemente triste, todo terminó.
La ambulancia había llegado, justo cuando ella ya había fallecido, sabía que falleció, el vacío fue gigante. Los enfermeros tocaron la puerta y los dejé pasar, los llevé hacia donde ella yacía con los ojos entreabiertos ya inmutables. Al preguntarle al enfermero, éste soltó una lágrima diciéndome que había muerto, pues no creo que sea fácil anunciar eso a alguien. Mi hermano, antes esperanzado de que viva, ya no dio más, se desmayó, fue mucho para él, lo llevé a su cama derramando lágrimas y lo acosté. Fui a llamar a mi abuela Lourien y a mi tío Fabrice, para que sepan de lo sucedido y hagan lo necesario con mi mamá. Como era de esperar, se sorprendieron y rápidamente llegaron, y mi tío emprendió una charla ahogada de respiros forzados y miradas al suelo. Soltó una pregunta entrecortada:
- ¿Cómo pasó? – Dijo Fabrice tan desganadamente -¿Cómo ocurrió?
- Un.. asesino lo hizo, pero… no me hagas pensar tío…- Respondí rompiendo a llorar.
- Déjalo Fabrice, trata de consolarlo o llévalo a su cama – Sugirió mi abuela con una actitud parecida a la de mi tío – Yo me encargo de llamar a la policía…
Mi tío hizo lo sugerido por Lourien, me agarró entre sus brazos y diciéndome que me tranquilice, de distintas formas, me llevó a mi cuarto. Me dijo que me quedara ahí y que tratara de dormir. No pude, simplemente, caminaba por mi cuarto, una especie de inseguridad me atacó, mi tío no estaba en el cuarto, y yo me desesperaba, la voz de mi madre, su cara y sus abrazos que imaginaba me estaban azotando. Rompí un velador y empecé a llorar en mi cama, esto ya no era cuestión de tranquilizarme, si no, de esperar a que todo pasara, olvidarme del asesino, aunque sea algo más difícil que olvidarme de mi madre, pues aunque la venganza o el rencor hacia las personas que te lastiman tanto a veces es inevitable, en ese momento, no pensé en él. Raramente, me acosté a pensar en mi hermano y en el mañana, y caí dormido.
Dormí todo un día entero, durante la luz del día, lo que el domingo a la mañana, mi abuela me despertó, con una caricia y un desayuno, no tenía tanta hambre, pero accedí a comer algunas tostadas y a tomar un poco de té. Mientras, los ojos de Lourien me miraban con tal brillo que era obvio que pensaba en mi desdicha, ella era tan parecida a mi madre. Predecía todo lo que veía en mi cara o en la de cualquier persona, de una forma percibía la tristeza, la duda o la alegría de alguien. Me dijo lentamente:
- Tú eres tan diferente a mí o a tu madre, tu sensibilidad es tan… contagiante-Me dijo ella- Creo que lo mejor va a ser que te levantes y te vistas, iremos a lo de tu tío, él tiene una casa grande y te instalarás ahí, yo también.
- Pero… ¿Tu casa? – Pregunté yo. – ¿Quién se quedará a cargo de ella?
- No te preocupes querido, unos sobrinos la cuidarán, yo me encargaré de ti y tu hermano.- Dijo ella tan dulcemente.
- Bueno…
Nunca fui una persona de hablar mucho, siempre fui muy tímido, pero debo admitir que mi abuela fue una de las que más me ayudó a extenderme en mi temperamento, me enseñó muchas cosas, como valores y anécdotas. Siempre tuvo una relación tensa con su hija, mi madre, desde mi nacimiento, ya que se alejaron un poco y mi mamá se aisló mucho de la responsabilidad de Lourien. Sufriendo mucho por el abandono de mi padre, mi abuela nunca pudo ayudar mucho a mi mamá.
Bajé con mi abuela por la escalera desgastada y lo vi a mi hermano pensativo en uno de los sillones, por lo que parecía, esperándonos. Él, se acercó a mí y agarró mi mano, haciendo que lo abrace. Traté de evitar el llanto, aunque mi hermano no, al igual que mi abuela, conmovida por esa imagen. Lo saqué lentamente a mi hermano y le dije que todo iba a estar bien. Fui a buscar mi bolso, que mi abuela me lo había preparado, y salí para entrar al auto e irme a lo de mi tío, que no quedaba tan lejos. Durante el camino, la cara de mi mamá sobresalía en mi imaginación, lo que me hizo largar unas cuantas lágrimas, pero la vida sigue, todos mueren, es fuerte el dolor, pero la muerte más. Mi mamá iba a estar conmigo siempre, esté dónde esté, sabía eso, ya lo sentía, su cara en mi mente y su voz se me iba a hacer normal, la iba a recordar, como en ese momento empecé a tararear lo que se me venía a la mente.
Espero que les guste este segundo capítulo ^^
- (- Tokusu Ten[NU]suke -)
- Blaz
- En lucha de gimnasio ante Marcial
- Mensajes: 807
- Registrado: Lun Feb 12, 2007 4:04 pm
Jim, que triste que es tu fic...
Pero es la calidad hecha Fic xD
Muy buen, excelente como lo relatas y describes todo, usando frases; lisa y llanamente, me e-n-c-a-n-t-a.
Sigue asi y nos vemos Jim ^^
Nada más cierto...
Pero es la calidad hecha Fic xD
Muy buen, excelente como lo relatas y describes todo, usando frases; lisa y llanamente, me e-n-c-a-n-t-a.
Sigue asi y nos vemos Jim ^^
pues aunque la venganza o el rencor hacia las personas que te lastiman tanto a veces es inevitable,
Nada más cierto...
- JimCruz
- De polizonte en la base Galaxia
- Mensajes: 3649
- Registrado: Lun Ene 16, 2006 7:30 pm
Acá va el Tercero, y prepárense para el cuarto xD
Capítulo 3
La casa de mi tío era muy grande, ya que en ella tenía a sus dos hijas y a su esposa, lo que precisaba de muchas habitaciones, la cocina era reluciente, el baño y los otros lugares también, pero mi tío no era lo que su casa demostraba. Hace poco había caído en quiebra, pero vendiendo otras cosas, se pudo y se puede mantener. A medida que entraba, veía la cara de suspenso de mi tía, ella no me quería mucho, pero mis primas sí. Mi tía siempre me trataba con frialdad, salvo con mi hermano, a mí siempre me trataba fríamente sin emitir expresiones. Se llamaba Carol, era rubia, flaca y alta, un aspecto muy elegante y congelado a la vez, se veía que era una mujer muy correcta. Sus hijas, en cambio, tenían 19 años las dos, eran gemelas, una se llamaba Nancy y la otra Julia, parecido con su madre, no tenían ninguno. Porque no eran tan altas, pero una cara preciosa, las dos de ojos celestes y pelo castaño, las asemejo más con mi tío. Terminando de describir a la familia de mi tío Fabrice, prosigo con mi estadía.
Mis primas, que eran muy curiosas, se interesaban en cómo estaba yo y cómo había pasado, pero Lourien insistía en que me dejen de preguntar acerca de mi madre, que necesitaba descansar. Yo, al ver que mi abuela las desaprobaba, accedí a contarles, pero no cayó bien en mi abuela.
- Fue tan… raro todo, es decir, me había despertado y simplemente, al bajar las escaleras, la vi, yacida en el suelo… - Dije soltando una lágrima y las veía a mis primas expectantes- El hombre que la atacó… No lo vi bien, estaba encapuchado…
- Oh… Lo siento… Debió ser duro – Dijo Nancy, mirando al suelo – Qué habrá sucedido…
- Sí… Muy duro… - Julia exclamó mirándome con expectación conteniendo el suspiro
- ¡Esa estúpida se lo merecía!- Dijo Carol con una gran frivolidad – Gracias a ella huyó tu parde.
En ese momento, una ira tan grande me afectó, me levanté y me dirigí hacia mi tía, con una violencia muy grande, me abalancé sobre ella, pero me atajó mi tío exclamándole a Carol:
- Oye, tú, tranquilízate, ¿no ves que esto es muy sensible en este momento?
- …Palabras, palabras… Mejor me voy, ustedes son tan susceptibles- Respondió mi tía abriendo la puerta del Hall subiendo las escaleras.
A todo esto, mi abuela se quedó atónita, con los ojos rojos de furia, pero por suerte se contuvo y no se levantó. Fue lo mejor, ella tiene problemas del corazón, lo que un enojo puede llevarla a cosas graves… Mi tío se quedó amarrado a mí hasta que me calmé, agarré mis cosas y me fui a la habitación. Mis primas se quedaron muy impresionadas, pero ya antes me habían hablado de las escenas dramáticas que protagonizaba su madre cada vez que podía…
Cada vez mi enojo se disolvía, y mi hermano por suerte no presenció esto, estaba bañándose a penas había llegado. El dolor se hacía más sutil y mi madre ya era parte de mi mente, estaba conmigo, yo sabía, y siempre lo estaría, pero su ausencia era muy notoria. Me acercaba a mi habitación y miraba los cuadros que se mantenían en la pared, todos familiares, salvo algunos de las mascotas, y en uno estaba toda la familia entera. Mi mamá, yo, mi abuela, mi hermano, mi tío y tía, mis primas, otros parientes, todos estaban ahí, menos mi padre, que poco me importaba. Al ver a mi mamá sonriente, una angustia me atacó, pero la supe evadir mirando para abajo evitando el cuadro. Entré a mi habitación, con dos camas, una para mí y la otra, supongo, para mi hermano. Dejé mis cosas bajo la cama y abrí el armario. Un ruido perturbador empezó a taladrarme la cabeza. Era una libélula azul, muy brillante, fuera de lo normal. El insecto empezó a dar vueltas la habitación y salió por la ventana. Mi impresión no fue por su presencia, es más, pudo haberse quedado ahí por accidente, si no, mi impresión fue por su color y su molesto sonido, era un insecto muy bello, para ser uno. No seguí mirándolo por afuera, y empecé a guardar mi ropa en los estantes. La cama era muy confortable, me acosté en ella, dejando la ropa de lado, y empecé a pensar. Una larga vida sin Ella acompañándome y con parientes que me apoyaban. Iba a ser una vida dura, sumando la contrariedad de mi tía Carol, pero la iba a tratar de olvidar. La libélula se me vino a la mente, y su ruido se me hizo muy parecido a los ruidos que escuchaba antes de encontrar a mi madre. Se me mezclaba todo, a caso, ¿algo tenía que ver? No, no lo creía…
Capítulo 3
La casa de mi tío era muy grande, ya que en ella tenía a sus dos hijas y a su esposa, lo que precisaba de muchas habitaciones, la cocina era reluciente, el baño y los otros lugares también, pero mi tío no era lo que su casa demostraba. Hace poco había caído en quiebra, pero vendiendo otras cosas, se pudo y se puede mantener. A medida que entraba, veía la cara de suspenso de mi tía, ella no me quería mucho, pero mis primas sí. Mi tía siempre me trataba con frialdad, salvo con mi hermano, a mí siempre me trataba fríamente sin emitir expresiones. Se llamaba Carol, era rubia, flaca y alta, un aspecto muy elegante y congelado a la vez, se veía que era una mujer muy correcta. Sus hijas, en cambio, tenían 19 años las dos, eran gemelas, una se llamaba Nancy y la otra Julia, parecido con su madre, no tenían ninguno. Porque no eran tan altas, pero una cara preciosa, las dos de ojos celestes y pelo castaño, las asemejo más con mi tío. Terminando de describir a la familia de mi tío Fabrice, prosigo con mi estadía.
Mis primas, que eran muy curiosas, se interesaban en cómo estaba yo y cómo había pasado, pero Lourien insistía en que me dejen de preguntar acerca de mi madre, que necesitaba descansar. Yo, al ver que mi abuela las desaprobaba, accedí a contarles, pero no cayó bien en mi abuela.
- Fue tan… raro todo, es decir, me había despertado y simplemente, al bajar las escaleras, la vi, yacida en el suelo… - Dije soltando una lágrima y las veía a mis primas expectantes- El hombre que la atacó… No lo vi bien, estaba encapuchado…
- Oh… Lo siento… Debió ser duro – Dijo Nancy, mirando al suelo – Qué habrá sucedido…
- Sí… Muy duro… - Julia exclamó mirándome con expectación conteniendo el suspiro
- ¡Esa estúpida se lo merecía!- Dijo Carol con una gran frivolidad – Gracias a ella huyó tu parde.
En ese momento, una ira tan grande me afectó, me levanté y me dirigí hacia mi tía, con una violencia muy grande, me abalancé sobre ella, pero me atajó mi tío exclamándole a Carol:
- Oye, tú, tranquilízate, ¿no ves que esto es muy sensible en este momento?
- …Palabras, palabras… Mejor me voy, ustedes son tan susceptibles- Respondió mi tía abriendo la puerta del Hall subiendo las escaleras.
A todo esto, mi abuela se quedó atónita, con los ojos rojos de furia, pero por suerte se contuvo y no se levantó. Fue lo mejor, ella tiene problemas del corazón, lo que un enojo puede llevarla a cosas graves… Mi tío se quedó amarrado a mí hasta que me calmé, agarré mis cosas y me fui a la habitación. Mis primas se quedaron muy impresionadas, pero ya antes me habían hablado de las escenas dramáticas que protagonizaba su madre cada vez que podía…
Cada vez mi enojo se disolvía, y mi hermano por suerte no presenció esto, estaba bañándose a penas había llegado. El dolor se hacía más sutil y mi madre ya era parte de mi mente, estaba conmigo, yo sabía, y siempre lo estaría, pero su ausencia era muy notoria. Me acercaba a mi habitación y miraba los cuadros que se mantenían en la pared, todos familiares, salvo algunos de las mascotas, y en uno estaba toda la familia entera. Mi mamá, yo, mi abuela, mi hermano, mi tío y tía, mis primas, otros parientes, todos estaban ahí, menos mi padre, que poco me importaba. Al ver a mi mamá sonriente, una angustia me atacó, pero la supe evadir mirando para abajo evitando el cuadro. Entré a mi habitación, con dos camas, una para mí y la otra, supongo, para mi hermano. Dejé mis cosas bajo la cama y abrí el armario. Un ruido perturbador empezó a taladrarme la cabeza. Era una libélula azul, muy brillante, fuera de lo normal. El insecto empezó a dar vueltas la habitación y salió por la ventana. Mi impresión no fue por su presencia, es más, pudo haberse quedado ahí por accidente, si no, mi impresión fue por su color y su molesto sonido, era un insecto muy bello, para ser uno. No seguí mirándolo por afuera, y empecé a guardar mi ropa en los estantes. La cama era muy confortable, me acosté en ella, dejando la ropa de lado, y empecé a pensar. Una larga vida sin Ella acompañándome y con parientes que me apoyaban. Iba a ser una vida dura, sumando la contrariedad de mi tía Carol, pero la iba a tratar de olvidar. La libélula se me vino a la mente, y su ruido se me hizo muy parecido a los ruidos que escuchaba antes de encontrar a mi madre. Se me mezclaba todo, a caso, ¿algo tenía que ver? No, no lo creía…
- Weezing
- En busca del impostor
- Mensajes: 2593
- Registrado: Dom Abr 08, 2007 7:05 pm
- Kaiser Von Payer
- Héroe/heroína de la región de Aura
- Mensajes: 2703
- Registrado: Mié Feb 01, 2006 8:36 pm
A ver...
Historia: 9 (original a más no poder, pero muy triste xD, no soy objetivo xD)
Personajes: 10 (variados, sentimentales, diferentes, maldita la tía)
Forma de escribir: 10 (sin faltas, ordenado, sin la maldita manía de escribir como guión)
La calculadora dice: 9,6 ...
Cool
-------------
Odio a la tía, y te tardaste en escribir ¬¬
Historia: 9 (original a más no poder, pero muy triste xD, no soy objetivo xD)
Personajes: 10 (variados, sentimentales, diferentes, maldita la tía)
Forma de escribir: 10 (sin faltas, ordenado, sin la maldita manía de escribir como guión)
La calculadora dice: 9,6 ...
Cool
-------------
Odio a la tía, y te tardaste en escribir ¬¬
- Blaz
- En lucha de gimnasio ante Marcial
- Mensajes: 807
- Registrado: Lun Feb 12, 2007 4:04 pm
Weno, lo prometido es deuda Jim
Tu fic ees hasta ahora, resumido en una palabra:E-s-p-e-c-t-a-c-u-l-a-r(una palabra y 12 letras, más 11 guiones)
Me encanto, no se cual de los primeros cap. es mi favorito, si el 1 o este.
Maldita tía, que despresiable. Extraña libélula.....sospecho que ambas cosas van a ser importantes........
Todavía no haré el método Thomas, para examinar este excelente fic lo hare el final; como si fuera un libro.
Sigue así, publica ya el cap siguiente, y sorprendenos! ^^
Tu fic ees hasta ahora, resumido en una palabra:E-s-p-e-c-t-a-c-u-l-a-r(una palabra y 12 letras, más 11 guiones)
Me encanto, no se cual de los primeros cap. es mi favorito, si el 1 o este.
Maldita tía, que despresiable. Extraña libélula.....sospecho que ambas cosas van a ser importantes........
Todavía no haré el método Thomas, para examinar este excelente fic lo hare el final; como si fuera un libro.
Sigue así, publica ya el cap siguiente, y sorprendenos! ^^
- Aki
- Pres@ de un encuentro fantasmal
- Mensajes: 3851
- Registrado: Jue Abr 13, 2006 7:27 am
- Zim
- Maestr@ pokémon Sinnoh
- Mensajes: 10486
- Registrado: Vie Nov 19, 2004 11:09 am
revivo el tema para q después no tngas q buscar hasta la pagina 7 xD....
bue, leí hasta el 2...y no m imagino la cara del personaje, por qé? qién sabe ô.o, se m hace una historia....no se, ajena >>U
pero wena ô.o
bue, leí hasta el 2...y no m imagino la cara del personaje, por qé? qién sabe ô.o, se m hace una historia....no se, ajena >>U
pero wena ô.o
Firmas:
Spoiler: Mostrar
- Zeven
- List@ para el Alto Mando Hoenn
- Mensajes: 1100
- Registrado: Sab Sep 16, 2006 4:52 pm
- JimCruz
- De polizonte en la base Galaxia
- Mensajes: 3649
- Registrado: Lun Ene 16, 2006 7:30 pm
CAPÍTULO 4
Me había dormido, y pasó todo el día entero. A las 11 de la noche la casa estaba tan callada que podía escuchar sólo las cañerías del baño, entonces, la duda me entró al cuerpo y accedí a salir de la habitación. No había comido nada durante casi todo el día, entonces, bajé a la cocina para ver si había algo para poder comer. Al entrar a la cocina, me di cuenta de que la puerta principal estaba abierta, me acerqué sigilosamente para ver si ocurría algo. Al asomar la cabeza por la ventana que se encuentra al lado de la puerta, alcancé a ver dos siluetas negras que parecían hablar entre ellas bajo un árbol. Era algo muy extraño, pues en las calles de Nantes al anochecer, no había tanta gente en la calle, menos si era un domingo. Un ruido seco se escuchó de la escalera, parecía ser un libro o algo pesado. No pude elegir, me metí dentro de la cocina, busqué lo que necesitaba y esperé a ver si había algún movimiento.
- Ya, lo hiciste, pero lo hubieras hecho más temprano y de sorpresa, así… - no se terminó de escuchar lo que decía esa voz femenina.
- Deja que no pasará nada, ahora quiero lo que dijiste - dijo una ronca voz masculina.
- Es que no lo pude conseguir – respondió la mujer.
- Bueno, te dejaré dos días y nada más, o si no, lo pagará tu marido, y no tendré problemas de encargarme de tus hijas también – dijo cansadamente el misterioso hombre.
No podía ni quería escuchar más, esperé dos minutos hasta que no se escuche nada para poder subir. Salí de la cocina, pero un rotundo empujón en mi espalda me hizo caer al suelo. Miré su rostro. Era Carol, llevaba una túnica negra y un cuchillo en sus manos.
- Escuchar esa conversación fue lo último que hiciste – soltó Carol.
- No, no tía, no escuché nada – dije.
- Ahora sabrás lo que sintió tu madre – sentenció la frívola mujer.
Se abalanzó sobre mí y en un fuerte movimiento levanté mi cabeza. Era de día, entonces, me di cuenta que todo era una pesadilla. Pero ese sueño incluía a mi tía y a un sujeto misterioso. Me causó muchas dudas, pero pensando un poco resolví que podía ser el golpe sentimental que me dio perder a mi madre y el cansancio.
Salí de la habitación para lavarme la cara y los dientes, pero el baño estaba ocupado. Al darme vuelta, me asusté al ver a mi tía, que tenía sus ojos clavados en mí. Disimulé que no la miraba y bajé a lavarme la cara en el baño de abajo.
- Veo que te despiertas Jeanpo – escuché la voz de mi abuela.
- Sí, ¿qué hora es? – pregunté entre bostezos.
- Nada más que las una de la tarde, no tanto; ahora, lávate la cara y tengo tu desayuno – dijo tranquilamente mi abuela.
- Gracias abuela y, ¿dónde está mi hermano? – Pregunté nuevamente.
- No te preocupes, lo llevé a lo de su amigo para que piense en otra cosa, estaba muy feliz – respondió ella con una sonrisa.
Caminé con una sonrisa hacia mi abuela hasta el baño y finalmente conseguí mojarme la cara y ponerme más limpio. Al salir vi a mi prima Julia que me saludó y me preguntó cómo estaba. Al ver que le dije que estaba mejor, asintió y salió a la calle. Me fui a la cocina y vi a mi abuela sentada en la mesa, en frente de ella, estaba mi desayuno. Me senté y empecé a comer, sentía un vacío en mi estómago que en ese momento aproveché muy bien. Mi abuela me observaba y me preguntó qué tal dormí. Y en ese momento, me vino a la cabeza la horrible pesadilla que tuve. Procedía contársela y ella quedó asombrada, me dijo:
- Esos sueños son muy fuertes para ser sueños.
- Sí, pero fue horrible. Además hablaron sobre una especie de mandado – agregué yo.
- ¿No tienes una idea de cómo era el sujeto con el que hablaba tu tía? – preguntó con curiosidad Lourien.
- No, sólo tenía una voz ronca, y sonaba amenazador –respondí tratando de acordarme – dije yo.
Mi abuela se quedó mirándome cómo si algo no le cerrara, pero rápidamente miró su reloj y dijo que tenía que hacer unas compras. Me preguntó si quería ir, pero le dije que no, que iba a tratar de salir con alguno de mis amigos. Ella asintió alegremente, quería que me reencontrara con ellos, y se despidió amablemente. Me quedé pensando en el sueño, pero todavía tenía cosas que hacer.
Me había dormido, y pasó todo el día entero. A las 11 de la noche la casa estaba tan callada que podía escuchar sólo las cañerías del baño, entonces, la duda me entró al cuerpo y accedí a salir de la habitación. No había comido nada durante casi todo el día, entonces, bajé a la cocina para ver si había algo para poder comer. Al entrar a la cocina, me di cuenta de que la puerta principal estaba abierta, me acerqué sigilosamente para ver si ocurría algo. Al asomar la cabeza por la ventana que se encuentra al lado de la puerta, alcancé a ver dos siluetas negras que parecían hablar entre ellas bajo un árbol. Era algo muy extraño, pues en las calles de Nantes al anochecer, no había tanta gente en la calle, menos si era un domingo. Un ruido seco se escuchó de la escalera, parecía ser un libro o algo pesado. No pude elegir, me metí dentro de la cocina, busqué lo que necesitaba y esperé a ver si había algún movimiento.
- Ya, lo hiciste, pero lo hubieras hecho más temprano y de sorpresa, así… - no se terminó de escuchar lo que decía esa voz femenina.
- Deja que no pasará nada, ahora quiero lo que dijiste - dijo una ronca voz masculina.
- Es que no lo pude conseguir – respondió la mujer.
- Bueno, te dejaré dos días y nada más, o si no, lo pagará tu marido, y no tendré problemas de encargarme de tus hijas también – dijo cansadamente el misterioso hombre.
No podía ni quería escuchar más, esperé dos minutos hasta que no se escuche nada para poder subir. Salí de la cocina, pero un rotundo empujón en mi espalda me hizo caer al suelo. Miré su rostro. Era Carol, llevaba una túnica negra y un cuchillo en sus manos.
- Escuchar esa conversación fue lo último que hiciste – soltó Carol.
- No, no tía, no escuché nada – dije.
- Ahora sabrás lo que sintió tu madre – sentenció la frívola mujer.
Se abalanzó sobre mí y en un fuerte movimiento levanté mi cabeza. Era de día, entonces, me di cuenta que todo era una pesadilla. Pero ese sueño incluía a mi tía y a un sujeto misterioso. Me causó muchas dudas, pero pensando un poco resolví que podía ser el golpe sentimental que me dio perder a mi madre y el cansancio.
Salí de la habitación para lavarme la cara y los dientes, pero el baño estaba ocupado. Al darme vuelta, me asusté al ver a mi tía, que tenía sus ojos clavados en mí. Disimulé que no la miraba y bajé a lavarme la cara en el baño de abajo.
- Veo que te despiertas Jeanpo – escuché la voz de mi abuela.
- Sí, ¿qué hora es? – pregunté entre bostezos.
- Nada más que las una de la tarde, no tanto; ahora, lávate la cara y tengo tu desayuno – dijo tranquilamente mi abuela.
- Gracias abuela y, ¿dónde está mi hermano? – Pregunté nuevamente.
- No te preocupes, lo llevé a lo de su amigo para que piense en otra cosa, estaba muy feliz – respondió ella con una sonrisa.
Caminé con una sonrisa hacia mi abuela hasta el baño y finalmente conseguí mojarme la cara y ponerme más limpio. Al salir vi a mi prima Julia que me saludó y me preguntó cómo estaba. Al ver que le dije que estaba mejor, asintió y salió a la calle. Me fui a la cocina y vi a mi abuela sentada en la mesa, en frente de ella, estaba mi desayuno. Me senté y empecé a comer, sentía un vacío en mi estómago que en ese momento aproveché muy bien. Mi abuela me observaba y me preguntó qué tal dormí. Y en ese momento, me vino a la cabeza la horrible pesadilla que tuve. Procedía contársela y ella quedó asombrada, me dijo:
- Esos sueños son muy fuertes para ser sueños.
- Sí, pero fue horrible. Además hablaron sobre una especie de mandado – agregué yo.
- ¿No tienes una idea de cómo era el sujeto con el que hablaba tu tía? – preguntó con curiosidad Lourien.
- No, sólo tenía una voz ronca, y sonaba amenazador –respondí tratando de acordarme – dije yo.
Mi abuela se quedó mirándome cómo si algo no le cerrara, pero rápidamente miró su reloj y dijo que tenía que hacer unas compras. Me preguntó si quería ir, pero le dije que no, que iba a tratar de salir con alguno de mis amigos. Ella asintió alegremente, quería que me reencontrara con ellos, y se despidió amablemente. Me quedé pensando en el sueño, pero todavía tenía cosas que hacer.