Hay días grises,
en que se escapa de mi mente
la nostalgia, por largo tiempo detenida.
Hay días grises
En que vienen a mi mente los fantasmas
desde el exilio del olvido.
Hay días grises,
en que sueño dormido y despierto.
En que
las viejas pesadillas de la noche
vienen a danzar sobre la almohada.
Hay días grises, en que
verdaderamente siento que me faltas.
Hay días grises
en que los perros de las calles
dan más tristeza a la tristeza
Hay días grises en que
eres más mujer en tu estatura.
Hay días grises, muchacha
que se pierden en tus ojos.
Hay días grises que realmente
no tienen el color de lo vivido
y presiento que en ellos se cobija la muerte.
Hay días grises en fin
que no quiero estar solo
para no verme con el fantasma de tu ausencia