La Leyenda de un Maestro Pokémon!

Punto de encuentro para la exposición de creaciones personales derivadas O NO del mundo POKéMONesco.
Ordog
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La Leyenda de un Maestro Pokémon!

Mensajepor Ordog »

Antes de comenzar con la historia me presentaré, soy Sebastián, conocido en este foro desde ahora como Ordog XD jajajaja, bueno, he de decirles que hace mucho tiempo yo también escribía un fanfic en este foro, donde comencé a adquirir un gusto por la escritura que terminó haciendo que abandonara ese Fic y me dedicara a proyectos que no estaban ligados al mundo Pokémon, pero hace un tiempo, perdí las ganas de escribir y he decidido volver a mis raíces con la promesa de terminar este nuevo fic, y si quieren incluso presentarles una de mis otras historias. Sin mas rodeo les explico, este fic está basado en una mezcla de los juegos, el manga y quizás saque un par de ideas del anime. XD Saludos a todos y ojalá les guste.

Capítulo 1: “¡Inicio de una leyenda Pokémon!”

*Ring**Ring**Ring*

El reloj sonaba estruendosamente en la habitación de aquel joven, junto a él, un Cubone dormía tan placenteramente como él, pero ante el molesto ruido despertó e intentó hacer que su entrenador reaccionara, pero este, en vez de abrir los ojos dio media vuelta y siguió durmiendo. Cubone se bajó de la cama y tomó su Hueso, su arma y acercándose a su entrenador lo golpeó con fuerza para que despertara.

-¡Ah!- Gritó el chico mientras se sobaba el estómago.- Gracias por despertarme Cubone, pero para la próxima deberás ser más suave amigo.
Aquel chico se levantó y miró a Cubone, aún recordaba el día que lo encontró, él era su primer y único Pokémon, y siempre que pensaba en esto también venían a su mente sus dos mejores amigos, Mauricio y Camila, a ambos sus padres les habían obsequiado su primer Pokémon para un cumpleaños, pero el caso de Cubone era diferente, una tarde, mientras caminaba por una las montañas de Kanto, él escuchó un llanto, asustado el joven comenzó a avanzar hasta que encontró una pequeña cueva donde notó a una pequeña criatura que lloraba sobre el cráneo del cadáver de su madre, el pequeño Pokémon al sentir su presencia cubrió su rostro con la calavera y tomando uno de los huesos que habían entre los restos comenzó a atacarlo, pero el muchacho en vez de defenderse simplemente lo abrazó y le dijo: “Tranquilo, quizás yo no pueda reemplazar a tu madre, pero puedo ser tu amigo”, y ante esa acción el Cubone Salvaje se aferró a quien sería su entrenador hasta el día de hoy. Desde ese día ambos son inseparables.

*Toc**Toc*

Alguien tocaba a la puerta perturbando los recuerdos del chico. Su madre entró en la habitación enfadada.

-¿¡Aún o estás listo!?- Se acercó a él y lo levantó de la cama y le señaló el baño.- Ve a ducharte Sebastián, tus amigos te esperan abajo, recuerda, hoy es el día.

-Ya lo sé mamá, Cubone, si quieres bajas a jugar.- Dicho esto el chico salió de su habitación y fue al baño.

Cubone bajó, y sentados en el sofá encontró a Camila acariciando a su Eevee y a Mauricio molestando a su Pikachu, llegó a tiempo para ver como este le daba un Impactrueno a su entrenador en respuesta a las cosquillas que le hacía en la cola. Ambos entrenadores le agradaban al pequeño Cubone, después de su entrenador, ellos eran quienes más le agradaban. Eevee y Pikachu al ver a Cubone corrieron donde él se encontraban y comenzaron a hablar y jugar entre ellos. Luego de un par de minutos Sebastián bajó, vestido con unos jeans negros, una polera gris y una chaqueta negra, su cabello corto era cubierto por un sombrero gris.

-Despertando tarde como siempre Seba.- Le dijo Mauricio, un chico de cabello largo, jeans azules y una polera blanca, en el sofá se podían apreciar unos lentes oscuros y un pollerón celeste que de seguro eran suyos.- Deberías usar un despertador.

-Cubone me despierta siempre, los despertadores no sirven conmigo.- Respondió Sebastián riendo.

-Vamos chicos, estamos atrasados.- Dijo preocupada Camila, una chica de cabello castaño y ondulado, vestida con un hot-pant negro y una blusa banca y amplia que hacía notar su belleza.- El Profesor Oak nos está esperando.

Ambos chicos se miraron, y luego asintieron. Los tres juntos salieron de la casa y fueron caminando por el sendero, en un extremo de Pueblo Paleta vivía el Profesor Oak, hace unos días él les había enviado una carta, diciéndoles que este día emprenderían un viaje para completar algo llamado Pokédex, si querían aceptar esta oferta deberían presentarse ante él, y así lo han decidido todos.

-Es como esa vieja historia.- Les dijo Sebastián con un tono despreocupado, a su lado, Cubone caminaba tranquilo y despreocupado al igual que su entrenador.

-Si, creo que depende de nosotros seguir con la “tradición”.- Respondió Mauricio con un tono de burla a sus amigos.

-Dicen que los entrenadores de Pueblo Paleta son los más fuertes de todos.- dijo Camila preocupada.- ¿Creen que nosotros lo lograremos?

-¿Y por qué no?- Le dijo Sebastián.- Tu Eevee es muy fuerte y valiente, El Pikachu de Mauricio es bastante rápido y Cubone y yo hacemos un buen equipo, creo que no tenemos nada que envidiarle a otros entrenadores, tan sólo piensa, ellos algún día empezaron igual que nosotros.
Mauricio y Camila sonrieron, Sebastián era el cerebro y la “voz de la responsabilidad” del grupo, mientras que Mauricio era quien les daba alegría y para ambos Camila era su hermana menor, ambos la protegía, aunque en verdad ella no necesitaba la protección de nadie. Todos se detuvieron frente a un portón que poco a poco se abrió, siguieron caminando por el sendero que los llevaba a una casa sobre la colina, allí el Profesor Oak los recibió a todos con alegría.

-Jajaja, que bueno que han venido muchachos.- Les dijo el renombrado investigador.- Les seré honesto, quiero que me hagan un favor.

Los jóvenes entraron al laboratorio y allí el profesor le entregó un aparato rojo a cada uno de ellos.

-Esta es una Pokédex, en ella quiero que registren los datos de todos los Pokémon que se encuentre durante su viaje por la región de Kanto, si alguno de ustedes lo quiere pueden enfrentar a los líderes de los distintos Gimnasios de la Región, y luego participar de la Liga Pokémon, en la Meseta Añil, así podrán cuidar y entrenar a sus Pokémon y capturar otro en el camino, que espero sean sus amigos.

-Gracias Profesor.- dijo Camila mientras miraba a su Eevee y lo imaginaba más fuerte.

-Eso no es todo.- el profesor les señaló una extraña mesa donde resaltaban tres Pokéball’s.- Para que comiencen su viaje he decidido entregarle a cada uno de ustedes un Pokémon, ¡Vamos, no sean tímidos, tomen una!

Los tres chicos tomaron una Pokeball cada uno. Se miraron unos a otros y al mismo tiempo dejaron salir al Pokémon que contenía.

-Jajaja.- Rió el Profesor Oak mientras los Pokémon se conocían unos a otros.- Camila, ese Pokémon se llama Bulbasaur, Mauricio, ese es un Squirtle y Sebastián el tuyo es un Charmander.- Les dijo el profesor antes de volver a reír.- Usen sus Pokédex.

Los tres apuntaron su Pokédex a su respectivo Pokémon:

*Pokédex de Camila*

“Una rara semilla fue plantada en su espalda al nacer. La planta brota y crece con este Pokémon.”

*Pokédex de Mauricio*

“Tras nacer, su espalda se hincha y endurece como una concha. Echa potente espuma por la boca.”

*Pokédex de Sebastián*

“La llama de su cola indica su fuerza vital. Si está débil, la llama arderá más tenue.”

-Bien Cubone, saluda a Charmander, nuestro nuevo compañero.- Ampos Pokémon se saludaron alegremente.

-Chicos, gracias por su ayuda, creo que deberían volver a sus casas y despedirse de sus familias antes de emprender este largo viaje.

Los tres chicos asintieron y luego de despedirse del profesor comenzaron a bajar por la colina.

-Yo iré a casa por un momento, mi mamá debe haberme preparado un bolso para el viaje.- dijo Sebastián una vez cruzaron el portón.- ¿Qué harán ustedes?

-Yo haré lo mismo.- dijo Camila.

-Creo que yo también, ¿Nos juntamos luego?

-Desde luego.- Dijeron los otros dos al unísono.

Los tres jóvenes corrieron a sus casas, a la espera de la aventura que pronto emprenderían a lo largo de la región.
____________________________________________________________

Bueno, este es el primer capítulo de mi fic, quizás es algo lento y con poca acción, pero es sólo el comienzo, mas adelante viene la emoción ;) Bueno, si a alguien le interesa participar en el Fic como personaje hágamelo saber vía MP y ahi yo les pediré lo que necesite ;) Saludos

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Re: La Leyenda de un Maestro Pokémon!

Mensajepor Foresta »

Vaya. Este fic es bastante bueno... ¿es el primero que haces? Si es así, dejame felicitarte por el trabajo.
Esta muy bien ;)

Ordog
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Re: La Leyenda de un Maestro Pokémon!

Mensajepor Ordog »

Capítulo 2: “El Verde de la Derrota”

Sebastián estaba parado frente a la puerta de su casa, aunque sabía que su madre no tenía problemas con que él comenzara su viaje, para él, aún era difícil emprender una aventura sólo. Decidido entró a la casa, pero grande fue su sorpresa al ver a su madre parada frente a la puerta como él, mientras sostenía un bolso negro en sus manos.

-Toma hijo.- dijo su madre sonriéndole.- ya sabía que hoy emprenderías tu viaje, así que me tomé la molestia de arreglar tus cosas, coloqué todo lo necesario, así que no te preocupes, recuerda llamarme de vez en cuando desde algún Centro Pokémon.- Ella extendió sus brazos para que Sebastián tomara el bolso, este lo recibió y se lo colgó cruzado sobre su dorso.

-Gracias mamá.- Respondió Sebastián quien abrazó con fuerza a su mamá mientras esta le devolvía el abrazo.- Nos veremos cuando yo ya sea el mejor Entrenador de todos, lo prometo.

-Lo sé hijo.

Sebastián dio media vuelta y comenzó a caminar hacia la salida del pueblo, sin mirar atrás, con la vista fija en el camino, le daba pena, pero aún así era feliz porque viviría una aventura en un mundo aún desconocido para él.

-Cubone, Charmander, ¡salgan ahora!- Dijo Sebastián lanzando las Pokéball’s al aire de las cuales salieron ambos Pokémon.- Bien amigos comencemos nuestra aventura.

Juntos caminaron por el sendero hasta que llegaron junto al cartel que decía “Bienvenidos a Pueblo Paleta” donde ya los esperaban Camila y Mauricio.

-¿Todo listo?- preguntó Mauricio al ver llegar a Sebastián.

-Creo que si.- respondió este.

-Un momento, tomen.- Camila extendió a ambos un mapa de la Región de Kanto.- Mi papá me dio uno para cada uno, dice que nunca está de más uno de estos.

-Entonces en marcha.- Dijo un entusiasta Mauricio que comenzó a caminar guiando al grupo.

Los tres amigos caminaban y se reían juntos, admirando cada parte del paisaje, los tres peleaban contra los Pokémon que se les cruzaban en su camino, turnándose para ver quien derrotaría al siguiente.

-Bien chicos, es mi turno.- dijo Camila cuando los tres divisaron picoteando bajo un árbol a un pequeño Pidgey.- Vamos Eevee.

El pequeño Pokémon saltó de sus brazos y corrió hacia el Pidgey propinándole una fuerte tacleada que lo azotó contra el árbol, este respondió a la acometida o otra tacleada que Eevee esquivó ágilmente.

-¡Bien Eevee, espera que vuelva a atacar y esquívalo, luego ataca!- Ordenó la entrenadora.

Pidgey, furioso se elevó en el aire tomando vuelo para atacar con más velocidad, pero el Eevee de Camila ya estaba listo para evitar el ataque y taclear al Pidgey por el costado.

-Ahora.- Camila sacó una Pokeball y se la lanzó al Pidgey.- hay que atraparlo.
Pa Pokeball se mecía poco a poco, hasta que la captura fue totalmente certera. Ante el asombro de sus amigos, Camila había atrapado un Pokémon antes que ellos.

-¿Lo atrapaste?- Preguntaba estupefacto Mauricio.- Sólo estábamos entrenándonos…

-Tranquilo Mauro.- le dijo Sebastián quien también estaba sorprendido por la captura de su amiga.- Es justo, nosotros fuimos los idiotas que no capturamos a esos Rattatas.

Mientras ambos chicos seguían discutiendo el hecho de que Camila había capturado un Pidgey, esta lo sacó de su Pokeball, y el pequeño pájaro, obediente se posó en su brazo.

-Veamos que dice la Pokédex de ti, amiguito.

“Son muy dóciles. Si son atacados, suelen lanzar arena en lugar de repeler el ataque.”

-Así que eres dócil… Bueno, Pidgey, de ahora en adelante seremos amigos.- le dijo mientras lo acariciaba.

Ante este hecho los tres amigos, entre discusiones e intentos de captura fallidos por parte de Mauricio, llegaron hasta Ciudad Verde, un lugar cercano a

Pueblo Paleta, los chicos observaban la Ciudad, no había grandes edificios, pero la gran cantidad de casas y tiendas comerciales eran algo extraño para ellos tres.

-Vamos al Centro Pokémon, nuestros Pokémon deben descansar.- Dijo Sebastián.

Los tres caminaron por la calle principal hasta que divisaron un enorme edificio de techo rojo, con un letrero junto a él que decía “Centro Pokémon”. Entraron, y allí una amable enfermera junto a un Chansey recibieron a sus Pokémon, mientras los chicos se fueron a sentar en la Sala de Espera.

Mientras ellos hablaban un señor ya bastante mayor, vestido con bermudas, sandalias y una camisa hawaiana se les acercó.

-¿¡Qué tenemos aquí!?- Exclamó cuando llegó junto a ellos.- ¿Son entrenadores Pokémon verdad?

-S-Si.- respondió Camila sorprendido por la actitud jovial del viejo.

-Jaja, dejen que me presente. Soy el Presidente de la Confederación Pokémon.- dijo dándose un aire de importancia.- y saben algo, creo que es un buen año para retar a los líderes de los Gimnasios de Kanto.

Los tres chicos se miraron, después de todo, esa era su meta.

-Veo por sus rostros que les interesa…

-Si, y bastante.- le respondió Sebastián.- ¿Por qué es un buen año?

-Verán.- el anciano se sentó junto a ellos.- en esta región puedes participar en el torneo de la Meseta Añil, o Liga Pokémon, como quieran llamarla, sin necesidad de ganar ninguna medalla, pero ello significa que deberán pasar por más fases del torneo, es decir por fases preliminares, por otro lado si ganan 8 medallas podrán acceder directamente al torneo eliminatorio.

-Entonces es como tomar un atajo.- dijo Mauricio casi sin comprender.

-En cierto modo si jovencito.- respondió el Presidente.- sólo que debes ser lo suficientemente fuerte como para derrotar a un Líder de Gimnasio.

-Pues lo somos.- dijo Mauricio desafiante.

-Jaja, y no lo dudo, ¿cuál es tu nombre?- preguntó el Presidente

-Yo soy Mauricio, y ellos son Sebastián y Camila.

-Bien, Mauricio, continuaré mi explicación después, creo que ahora deberían ir los tres al Gimnasio de Ciudad Verde y comprobar su fuerza.

Los tres asintieron y decididos se levantaron de sus asientos y fueron a buscar a sus Pokémon. Luego, guiado por el Presidente los chicos caminaron por las calles de Ciudad Verde hasta que, casi a las afueras de la Ciudad vieron un enorme e imponente edificio.

-Este es el Gimnasio muchachos, yo los esperaré afuera.

Los tres chicos entraron en el gimnasio, dentro estaba todo oscuro, solo dos tenues luces dejaban ver un par de dorsos de piedra, el de la izquierda poseía un rostro corroído y mal cuidado, como si le hubiese ocurrido un accidente, pero bajo él de leía claramente “Giovanni”. El de la derecha, por el contrario, se veía nuevo, de hace pocos años, era el rostro de un joven de apuestas facciones bajo el cual se leía “Green”

-¿Vienen a retarme?- se escuchó decir a una voz entre las sombras. Acto seguido las luces se encendieron y dejaron ver al chico, Green, no más de 7 años mayor que ellos sentado al otro extremo la da habitación.- ¿Hace cuanto que comenzó su viaje? Creo que no hace mucho.- dijo sin dejarles contestar.- Ustedes deben ser Mauricio, Camila y Sebastián, mi abuelo el Profesor Oak me habló de ustedes, dijo que eran las nuevas promesas de Ciudad Verde.

-¿Cómo puedes estar tan seguro de quienes somos?- dijo incrédulo Sebastián.

-Reconozco a un Entrenador de Pueblo Paleta, créeme muchacho.- Se levantó de su asiento y se acercó un par de pasos.- No creo que aún sean lo suficientemente fuertes como para retarme, es más, ni siquiera los tres juntos podrían vencerme.

-¿¡Qué cosa!?- Gritó enfadado Mauricio.

-Cuida tu temperamento chico, eso te jugará en contra a la hora de una pelea. Y si no me creen inténtenlo, cada uno usará un Pokémon en esta batalla, ustedes tres… contra mi.

-Insolente.- murmuró Mauricio por lo bajo.

-Cálmate Mauricio, él nos sabe a quienes se enfrenta, ¿estás lista Camila?

-Si, empecemos. ¡Vamos Bulbasaur!

Los tres lanzaron las Pokéball’s enviando a sus Pokémon.

-¡Charmander, es hora!

-¡Squirtle, enséñale quien manda!

Los tres Pokémon se mostraban tan decididos como sus entrenadores, en sus ojos se veía ese deseo por ganar.

-Se ve que aún les falta mucho por mejorar, ni siquiera han evolucionado, ¿los han usado antes en un combate?

Los tres callaron, él tenía razón, durante todo el camino no usaron a ninguno de ellos, este sería su primer combate.

-Bien novatos, Rhydon, ¡Ve!

Un enorme Pokémon gris salió y se posicionó frente a los tres pequeños Pokémon, imponiendo temor con su gran cuerno en forma de taladro.

-Squirtle, ¡ve y tacléalo!

Mauricio estaba enojado, tanto que no comprendió que ellos debían pelear en equipo para tener una posibilidad, pero una vez Squirtle saltó para golpear a Rhydon, este sin necesitar de una orden golpeó al Pokémon de Mauricio dejándolo fuera de combate de inmediato.

-Tú Pokémon y tu aún son muy débiles como para querer vencerme.- le dijo Green a Mauricio que sólo miraba estupefacto.

-¿¡No van a hacer nada!?- Gritó de repente Mauricio.- ¿¡Sebastián!? ¿¡Camila!?

Sebastián sólo se quedó quieto, miró a su Charmander que estaba bastante asustado, no quería pelear y quedar como Squirtle.

-Regresa Charmander.- dijo Sebastián por fin.

Mauricio no podía creerlo y enfadado sólo miró a Camila quien tan asustada como Bulbasaur le ordenó atacar haciendo que este cayera igual que Squirtle.

-¡Idiota!- Mauricio golpeó con fuerza a Sebastián en el rostro.- ¡Nos abandonaste en pleno combate!

-¿Eso crees?- Le dijo Sebastián mirando la Pokeball de su Charmander.- ¿No crees que tu nos abandonaste al cegarte con tu ira y atacar solo? ¿¡Qué acaso no viste a Charmander temblando de miedo!?- Sebastián le devolvió el golpe a Mauricio.

-Eso es porque tu Charmander es igual de Cobarde que tu.

-Ve al Centro Pokémon y cura a tu Squirtle, te esperaré a las afueras de la Ciudad al atardecer, y decidiremos esto de una vez por todas.

Dicho esto Sebastián salió del Gimnasio dejando atrás a sus amigos. Mauricio regresó a Squirtle a su Pokeball e hizo lo mismo.

-Bulbasaur…- Lo regresó a su Pokeball y se dispuso a irse cuando Green la detuvo.

-Camila, espera un momento.- le dijo el joven entrenador.- Iremos juntos a observar esta batalla, pero no debemos detenerla.

-¿Por qué?- dijo sollozando.- ¿¡Eran amigos y ahora mira como pelean entre ellos!?

-Por eso mismo, como ya les dije, aun les queda mucho camino que recorrer, y esta batalla iba a ocurrir en algún momento.

Los tres amigos que comenzaron juntos un viaje ahora están divididos. Una derrota les mostró la cruda realidad. Una batalla decisiva se libaría al atardecer, pero… ¿qué es lo que iría a suceder?

_______________________________________________

Gracias por el comentario Foresta, y bueno, no es mi primer Fic, tenía otro, pero ese era de cuando aún no escribía "bien" se podría decir, o sea, faltas de ortografía garrafales, falta de contexto, narración etc. XD bueno, espero que este capítulo te guste y a todos los que lo lean, espero sus comentarios críticas... todo XD Salu2

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bad
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Re: La Leyenda de un Maestro Pokémon!

Mensajepor bad »

Jo, pues me ha gustado... al parecer van a tener que entrenar duramente porque si green tiene ya 17 años o por ahi... xDDDD.
Espero con ansias el siguiente capitulo, haber que tal va la pelea :/
Mis firmas: Imagen sagradese el detalle draky :D

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Ordog
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Re: La Leyenda de un Maestro Pokémon!

Mensajepor Ordog »

Capítulo 3: “Una Cruel Victoria”

En la puerta del Gimnasio, el Presidente de la Confederación Pokémon aguardaba tranquilamente a que los tres jóvenes entrenadores de Pueblo Plata salieran de su desafío. El sabía que perderían contra Green, después de todo además de ser el mejor Líder de Gimnasio de la región de Kanto también era uno de los mejores entrenadores del mundo, definitivamente alguien a quien tres novatos no podrían vencer, pero también alguien que sería capaz de ponerles los pies en la tierra y mostrarles la realidad de sus habilidades. Aunque si se sorprendió al ver salir solo a Sebastián quien pasó junto a él sin decir ninguna palabra, el Presidente, para no importunar no lo siguió, pero vio que caminaba en dirección al Bosque Verde, a la salida de la Ciudad. Poco después salió Mauricio corriendo, con la misma expresión que Sebastián, una mezcla entre ira y tristeza, pero este, en vez de seguir a su amigo iba hacia el Centro Pokémon. El Presidente, preocupado decidió entrar al Gimnasio a enterarse de lo sucedido, y allí vio a Camila llorando frente a Green.

-¿¡Pero qué fue lo que sucedió!?- Preguntó el Presidente acercándose a Camila paternalmente.


Ella no fue capaz de responderle, sólo seguía llorando. Green miró al Presidente y habló:

-Los otros dos pelearon, uno fue impulsivo y atacó sólo, sin pensar en una estrategia arriesgando así a su Pokémon, en cambio el otro al ver el temor de su Pokémon y lo retiró del combate, dejando solos a sus amigos peleando… bueno, en verdad sólo ella quedó en pie después de eso y por un impulso de temor hizo lo mismo que el primero.- Green hizo una pausa antes de continuar.- En mi opinión ambos son unos idiotas, si peleas junto a alguien debes apoyarte en tu compañero, y por sobre todo nunca abandonarlo, aunque suene insensible, ese Charmander ahora crecerá con temor e incluso podría no querer pelear por culpa de ese capricho que le fue concedido.

El Presidente y Camila sólo miraban a Green, sus palabras, aunque frías según Camila, eran sabias, eran palabras de alguien que sabía de Pokémon, sobre como entrenarlos y sacarles su mejor potencial.

-Pero…- comenzó a decir Camila dejando de sollozar e intentando comprender las palabras de Green.- Ellos dos…

-Siento decírtelo Camila.- Comenzó a decir Green mientras regresaba a su Rhydon a la Pokeball.- la pelea ya no se puede detener, ya no es sólo un duelo de amigos, el honor y el pensamiento de cada uno de ellos está en juego, y el que gane; bueno, en verdad dudo que pueda sacar algo de esta victoria.
Mientras Camila seguía escuchando las palabras de Green, en las cercanías del Bosque Verde, Sebastián se encontraba sentado bajo un árbol observando sus Pokéball’s, luego se decidió y dejó que ambos Pokémon salieran, Cubone se veía como siempre, seguro y en cierto modo, fuerte. Por el contrario, Charmander se veía decaído; Sebastián sabía lo que pasaba por su mente, sabía que estaba recordando cuando Rhydon golpeó con una fuerza descomunal a Squirtle. Sabía que Charmander estaba asustado.

-Charmander.- comenzó a decir Sebastián.- Sé perfectamente que estás asustado.- acercó su mano y comenzó a acariciar la cabeza de Charmander.- Pero es porque aún somos débiles, el miedo es común, yo también me asusté al ver a como Mauricio era derrotado de un solo golpe.

Charmander miró a Sebastián, pero él notó algo en su mirada; los ojos de Charmander no expresaban miedo, más bien era una especie de determinación, como si le dijera a su entrenador “Mi fuerza aún no es suficiente, pero lograré ser mejor”. Sebastián sorprendido lo miró, quizás Charmander si quería enfrentarse a Rhydon, y cuando lo vio en el combate fue para decirle que quizás no ganaría, pero que aún así lo intentaría, quizás el asustado era él y no su Pokémon.

-Charmander…- Sebastián dudaba de si debía seguir hablando.- ¿Tú querías pelear contra Rhydon?



Por su parte, Mauricio se encontraba en la sala de espera, llorando. Su Pokémon había sido derrotado de un solo golpe y junto con él su orgullo. Cuando le ordenó a Squirtle atacar se disponía a demostrarle al Líder del Gimnasio que él era un excelente entrenador, pero sólo consiguió quedar en ridículo y pelear con su mejor amigo. Pero a su vez tenía claro que ya no había vuelta atrás, debían enfrentarse. Sabía que Sebastián quiso proteger a su Pokémon, después de todo el era así, desde que capturó a Cubone él lo cuidó y protegió, le enseñó a pelear y así se conocieron. Mauricio recordó aquella mañana en una de las laderas cercanas a Pueblo Paleta mientras él caminaba junto a su Pikachu observó como Sebastián y Cubone dormían sobre el césped. Sin dudarlo se acercó, lo despertó y lo retó a una batalla, había sido muy emocionante, la batalla duró unos cuantos minutos, terminando con una victoria para Cubone. Ahí Mauricio se propuso entrenar aún más, sólo que ahora tenía un amigo que lo ayudaría. Ahora iban a enfrentarse de nuevo, pero quizás esta vez no todo terminará bien.

-Tu Squirtle se encuentra bien.- le dijo la Enfermera mientras se le acercaba.- Sólo necesita descansar un poco.

-G-Gracias.

Mauricio se levantó y comenzó a pasearse por la sala de espera, ya quedaba poco para que se enfrentara a Sebastián, luego de un par de minutos se acercó al mesón y retiró a su Squirtle. Luego, tomó su mochila y salió del Centro Pokémon.

***

Comenzaba a atardecer y Sebastián se encontraba de pie en medio del camino que conducía al interior del Bosque Verde. Estaba ahí, con los brazos cruzados y con la vista puesta en el horizonte a la espera de Mauricio. En un costado del camino, sentados sobre una roca estaban el Presidente, Camila y Green para presenciar esta batalla.

Poco a poco una silueta se comenzó a divisar por el camino, a medida que se acercaba los corazones de los presentes comenzaba a latir cada vez más fuerte. Cuando Mauricio por fin estuvo lo bastante cerca como para verlo con claridad Sebastián lanzó una Pokeball al aire de la cual salió Charmander, con la misma tranquilidad que su entrenador.

-Si es así.- dijo Mauricio al ver a Charmander ahí.- ¡Ve, Squirtle!

Squirtle salió de su Pokeball, se veía completamente recuperado, listo para esta batalla.

-¿No tienes nada que decir, Sebastián?- Preguntó Mauricio, queriendo provocar a su oponente. Pero Sebastián sólo guardó silencio.

-¡Squirtle, Placaje!

Aquel ataque dio de lleno en Charmander, quien lo recibió con sus brazos extendidos mientras Sebastián seguía en silencio.

-¿Qué acaso no viniste a pelear?- Preguntaba Mauricio sorprendido.- ¡Oblígalos a atacar Squirtle!

Charmander recibía cada uno de los ataques se Squirtle, Sebastián seguía sin dar órdenes y los espectadores no eran capaces de comprender que era lo que sucedía. Luego de unos minutos los ataques de Squirtle se volvieron cada vez más y más débiles, casi al punto de no hacerle daño a Charmander, el cual también estaba agotado luego de recibir tantos golpes.

-¿¡Por qué no peleas!?- Gritó Mauricio sin ser capaz de comprender. Regresó a Squirtle a su Pokeball y comenzó a golpear el suelo por la impotencia.

-No peleo.- Dijo Sebastián rompiendo así su silencio.- Porque Charmander quería pagar una deuda.

Todos los espectadores, al igual que Mauricio lo miraron sorprendidos. “¿Pagar una deuda? Entonces Charmander esperaba recibir un daño igual al que sufrió Squirtle” pensaban todos. Sebastián regresó a Charmander a su Pokeball y comenzó a caminar en dirección a Mauricio, éste se levantó y miró a Sebastián a los ojos, ambos poseían la misma mirada de determinación.

-Mauricio, nos veremos en la Meseta Añil, así que asegúrate de llegar hasta allí.- dijo Sebastián, luego miró a Camila y le dijo.- Espero que tu también llegues hasta ahí, para que podamos volver a vernos.

Green se levantó de su puesto, y sin decir ninguna palabra se fue en dirección a su Gimnasio. Mauricio, el Presidente y Camila también mantuvieron silencio. Habían entendido el mensaje, lo que Sebastián quiso decir es que desde ahora lo mejor era tomar caminos separados y hacerse más fuertes para volver a enfrentarse algún día. Fue entonces cuando los tres tomaron rumbos distintos. Mientras Mauricio en ese mismo instante se dispuso a cruzar el Bosque Verde, Camila le pedía al Presidente que le enseñara todo lo que supiera sobre Pokémon, y este encantado le ofreció ser su acompañante en su supervisión por los ocho gimnasios de Kanto. Por otro lado, Sebastián permaneció en Ciudad Verde, ya que debía esperar a que Charmander se recuperara para así continuar su viaje.
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Bueno, espero que les haya gustado el capítulo, espero sus opiniones y críticas con gusto ^^

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Re: La Leyenda de un Maestro Pokémon!

Mensajepor bad »

Charmander fue valiente aguantando la pelea sin atacar. Me da pena que los tres amigos se separen, pero bueh, quiza eso les ayude a hacerse mas fuertes digo yo u.u

Continualo pronto, tiene buena pinta :D
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